La vacuidad (vacío) es un tema muy difícil, pero esencial. Para entenderlo, necesitamos ver dónde se encuentra en la presentación general de las enseñanzas budistas. Como todos sabemos, el Buda enseñó su comprensión y realización en términos de lo que se conoce como las cuatro verdades nobles. Estos son cuatro hechos básicos, que son vistos como verdaderos por cualquier arya. Un arya es alguien que ha tenido una cognición no conceptual de la vacuidad. Entonces, los seres ordinarios como nosotros, no vemos estos hechos como verdaderos, no nos resultan tan claros ni tan obvios. Pero aquellos que han visto la realidad directamente, estos aryas, han visto que estos hechos son verdaderos. Entonces, ¿cuáles son estos cuatro hechos básicos?
Las cuatro verdades nobles: El sufrimiento verdadero
El primero es el hecho del sufrimiento. Cuando hablamos de sufrimiento, estamos hablando de problemas o situaciones insatisfactorias. Tenemos tres variedades de sufrimiento. El primero de ellos es simplemente un sufrimiento ordinario y burdo, el sufrimiento del dolor. Las situaciones ordinarias difíciles que todos experimentamos en términos de dolor físico o mental, envejecer, enfermar, morir, todas estas cosas habituales. El deseo de superar y evitar este tipo de sufrimiento, no es algo terriblemente especial. Incluso los animales tienen ese deseo de no tener dolor físico; algunos almacenarán comida para no tener hambre durante el invierno. Podemos hacer mucho más que eso para evitar este tipo de sufrimiento.
El segundo tipo de sufrimiento se llama el sufrimiento del cambio. Se refiere al tipo de felicidad ordinaria que experimentamos, que puede ser agradable, placentera, pero no dura y siempre nos sentimos frustrados cuando termina. Nunca satisface, siempre queremos tener más. No es suficiente comer solo una vez, porque siempre queremos volver a comer, ¿no es así? No hay seguridad en eso. No tenemos certeza de lo que vamos a experimentar a continuación, si vamos a tener más felicidad o dolor. Ahora bien, desear superar, evitar y llegar a una situación libre de eso, tampoco es particularmente budista. Hay muchas religiones no budistas que enseñan caminos para llegar a algún tipo de paraíso, a una felicidad eterna que estará más allá y será mucho mejor que la llamada felicidad mundana.
Seguir el camino budista para superar solo los dos primeros tipos de sufrimiento no es tomar realmente la esencia completa del camino budista, ya que también podríamos superarlos de otras maneras. Aunque por supuesto podríamos cuestionarnos “¿realmente se pueden superar por completo los dos primeros tipos de sufrimiento con otros caminos?”, pero ese es un gran debate. En cualquier caso, el Buda no estaba enfatizando la superación de estos dos primeros tipos de sufrimiento, porque todos los demás también hablaban de eso; el Buda estaba señalando un tercer tipo de sufrimiento, que es un problema más profundo y más serio.
Esto es lo que se conoce como el sufrimiento que todo lo impregna. Este es el problema subyacente a los dos primeros, cada momento de nuestra existencia está condicionado, afectado o surge de nuestro no darnos cuenta básico de la realidad, de nuestra confusión. Cada momento de nuestra existencia se mezcla con esta confusión, se perpetúa o produce más momentos mezclados con la confusión. Ese es el verdadero problema, porque si todo proviene de la confusión, si todo está mezclado con confusión y produce más confusión, entonces, lo que experimentamos debido a eso son los altibajos del samsara. A veces tenemos dolor, a veces placer mundano que no dura. Sube y baja, sube y baja. Permanecer en esta situación, que continuará para siempre, se llama samsara. “Samsara” significa existencia sin principio incontrolablemente recurrente. Continuará para siempre, a menos que la detengamos. Así que ese es el sufrimiento verdadero que todos tenemos, el verdadero problema, el sufrimiento que todo lo impregna. Eso es de lo que el Buda estaba hablando con el primer hecho verdadero, esta primera verdad noble.
Las cuatro verdades nobles: Origen verdadero del sufrimiento
El segundo hecho es que el problema de la confusión y las dificultades recurrentes, surgen de una causa natural. No aparecen sin ninguna causa, ni provienen de una causa irrelevante o de algún poder superior que nos esté castigando. Surgen de una causa que está en armonía con el problema, y esa causa es nuestro no darnos cuenta de la realidad. A menudo, eso se traduce como “ignorancia”. La connotación de esa palabra en inglés (y en español) es “estúpido”. Y no es que sea “estúpido”: no hay ninguna connotación dentro de eso que sea “estúpido”. En ruso la palabra "nevidya" es mucho más cercana, porque se tiene una sílaba de negación "ne" y luego "vidya", que significa "conocer". Es igual en alemán con la palabra "Unwissenheit". Es una palabra sánscrita. La palabra sánscrita aquí es "avidya", que comienza con el prefijo de negación "a" más "vidya", que también significa "conocer". Así que eso está más cerca del significado original.
Ahora, hay dos significados de la palabra "no darse cuenta", que sería el equivalente más cercano en inglés (y en español). El primero es el significado que encontramos en los textos del abidharma; estos son textos sánscritos que abordan los temas especiales del conocimiento. En esos textos, encontramos que el “no darse cuenta” se define simplemente como no saber, "simplemente no sabemos", ya sea causa y efecto, en términos de nuestro comportamiento, o cómo existen las cosas, principalmente cómo existimos nosotros mismos. Cuando no conocemos los efectos reales de nuestro comportamiento, ni entendemos la causa y el efecto, entonces actuamos destructivamente, y eso causa nuestros problemas burdos de sufrimiento. Entonces, aunque ese tipo de no darse cuenta produce sufrimiento verdadero y problemas, no es el nivel más profundo. Pero debido a que no nos damos cuenta de cómo nosotros existimos, o si lo vemos en un contexto Mahayana más amplio de cómo existe todo, entonces eso produce nuestro sufrimiento que todo lo impregna, este problema subyacente más serio. Esa es la primera comprensión de este no darse cuenta, simplemente no sabemos; no es que seamos tontos, solo que no es obvio. Nuestra mente hace que las cosas parezcan existir en todo tipo de formas que no corresponden a la realidad, como, por ejemplo: "soy el centro del universo". Tenemos esa vocecita en nuestra cabeza que continúa incluso cuando cerramos los ojos. Así que parece como si "obviamente, soy el centro de todo lo que hay, simplemente puedo apagarlo cerrando mis ojos". Es confuso, simplemente no sabemos que no es así como realmente existen las cosas.
Dharmakirti, otro maestro indio, definió el “no darse cuenta” de manera diferente. Lo definió como “conocer las cosas de manera contraria o inversa”, en otras palabras, conocer las cosas de una manera opuesta a la forma en que realmente existen. Eso significa que no es simplemente que no sepamos cómo existen las cosas, sino que creemos que existen de manera incorrecta, de forma exactamente opuesta a como existen realmente.
Podemos ver que esta es en realidad una causa de problemas mucho más grave que el hecho de que “simplemente no sabemos”. Estamos muy convencidos de lo que es incorrecto. Entonces podemos agregar, a nuestra ingenuidad de no saber, cosas como ser muy tercos y antagónicos con cualquiera que intente decir que lo que creemos está mal, asumimos que es una completa basura. Pensamos: “¿Qué quieres decir con que no soy la persona más importante? Por supuesto que soy el más importante; tengo que conseguir el mejor asiento, sacar lo mejor de todo, salirme con la mía” Podemos tener una actitud bastante antagónica al respecto.
Las cuatro verdades nobles: Detención verdadera del sufrimiento
El tercer hecho, la tercera verdad noble es que es posible lograr una detención verdadera (cesación verdadera) de estos dos primeros hechos, los problemas y su causa. En otras palabras, la naturaleza de la mente es algo que es puro de esta causa de nuestros problemas y, por lo tanto, puro de los problemas y del sufrimiento mismo. Esta situación incontrolablemente recurrente, la confusión que sigue y sigue, en sí misma no es parte de la naturaleza de la mente. Es posible deshacerse para siempre de estas cosas y que nunca se repitan. Comprender eso y estar realmente convencidos de que es verdad no es fácil, porque requiere comprender la naturaleza de la mente. En realidad, se requiere comprender mucho para convencerse de que este tercer hecho verdadero, la detención verdadera, es realmente posible. Pero el Buda no dijo: “Simplemente cállate y créelo”. Dijo que esto es algo que se puede experimentar y entender a través de la lógica, por lo que debemos trabajar en ello. Pero, a menos que estemos realmente convencidos de que es posible lograr esta detención verdadera, entonces nuestro trabajo en el camino para lograrlo será algo inseguro, si no estamos realmente convencidos de que podamos lograrlo, de que sea posible.
Las cuatro verdades nobles: La verdadera mente que es el camino
Eso nos lleva al cuarto hecho verdadero, que es el camino verdadero. Cuando lo llamamos camino, tenemos que entender lo que queremos decir con camino, no significa algo sobre lo que caminas. Se refiere a una mente, un estado mental, un tipo de comprensión. Ese estado mental actuará como un camino, o en inglés (y en español) queda mucho mejor si lo llamamos una “mente que es el camino” que nos llevará a una meta. Así que lo llamo “un camino de la mente” o “una mente que es el camino”. Así que hay una comprensión que en realidad producirá esa detención verdadera y también el estado mental resultante que ha logrado esa detención verdadera.
¿Cuál es la forma de entender? ¿Cuál es el tipo de estado mental que producirá esta detención verdadera? Tiene que ser uno que sea exactamente lo contrario del estado mental que está produciendo todos los problemas. No solo lo opuesto como "blanco y negro", no como nuestros opuestos, que permiten el gris intermedio, sino que tiene que ser un estado mental que sea mutuamente excluyente con el estado mental que está causando nuestros problemas; en otras palabras, si tienes uno no puedes tener el otro.
Si hablamos en general, podríamos decir que, si entendemos que nuestro no darnos cuenta es simplemente que no sabemos cómo existen las cosas, entonces lo contrario sería saber cómo existen las cosas, y saber correctamente con total convicción, basado en la lógica y la experiencia, etc., por lo que no es solo una creencia ciega. Y tenemos que ser capaces de mantener esa comprensión todo el tiempo, para que la falta de comprensión nunca se repita. Ahí es donde entra la comprensión de la vacuidad, porque cuando conocemos la vacuidad y estamos convencidos de ella, entonces eso es lo opuesto al no darse cuenta de cómo existen las cosas.
La comprensión de la vacuidad es más fuerte que la comprensión de la confusión porque, aunque la comprensión de la confusión está sustentada por el hábito y la comprensión de la vacuidad no lo está -porque antes no la entendíamos-, sin embargo, esta comprensión de la vacuidad está sustentada en la lógica, en la razón y en la percepción válida, en la cognición válida. Cuanto más analizamos e investigamos nuestra confusión, vemos que es incorrecta; se destruye. Mientras que, cuanto más analizamos e investigamos la vacuidad, vemos que es realmente cierta. Aún más convincente es el hecho de que, cuanto más creemos en nuestro no darnos cuenta, nos creamos más problemas y sufrimientos. Cuanto más creo que “soy el centro del universo” y que “siempre tengo que salirme con la mía”, más problemas tengo. Mientras que, cuanto más convencidos estemos de la comprensión de la vacuidad, para decirlo de una manera muy simple: "nadie es el centro del universo y todos estamos aquí juntos y tenemos que vivir unos con otros", entonces menos problemas tenemos. Después de todo, de eso es de lo que habla el Buda: qué tipo de comprensión podemos tener que nos permita deshacernos de todos nuestros problemas para que no vuelvan a ocurrir.
Pero simplemente reemplazar “no saber” con “saber” no es lo más profundo que podemos llegar. En el nivel más sofisticado de las enseñanzas del Buda se prefiere la definición de no darse cuenta de Dharmakirti, que es "conocer las cosas de manera contraria", porque esta es una forma mucho más activa de abordar y eliminar el problema. Esto nos lleva al tema de los fenómenos que podemos llamar negaciones. Son cosas que conocemos negativamente: las conocemos al negar otra cosa. Por ejemplo, hay cosas que conocemos de manera afirmativa y otras de manera negativa. Como, por ejemplo, "manzana", lo conocemos de manera afirmativa, pero hay algo más que “no es una manzana". ¿Cómo sé que esto no es una manzana? Saber: “no es una manzana”, es algo que conocemos de forma negadora; hemos negado "manzana", "no es una manzana".
La vacuidad como un fenómeno de negación
Esta es una pregunta muy interesante desde el punto de vista de la ciencia cognitiva ¿Cómo aprende un bebé el concepto de “no comida”? Al principio, el bebé piensa que todo es comida, pero en algún momento aprende el concepto de “no comida”. Para conocer un fenómeno negador o negación, lo que se necesita saber primero es qué se está negando y luego hay que excluirlo o descartarlo. Primero tienes que conocer una "manzana" para conocer “una no manzana".
Así que lo mismo es cierto en términos de nuestro no darnos cuenta de la realidad. Con este enfoque basado en la definición de no darse cuenta de Dharmakirti, entonces, tenemos que conocer primero: "¿cuál es esta forma loca y confusa en la que pienso que las cosas existen, que mi confusión me hace creer que es verdad?". Entonces tengo que negarlo, excluirlo y decir: “¡Eso no está bien! Eso no corresponde a cómo existen realmente las cosas”. Ese fenómeno de negación, esa negación de esta forma incorrecta en que existen las cosas, eso es la vacuidad. “No existe esta basura que mi mente está produciendo, no existe tal cosa como un referente real de ella”. Cuando nuestra mente está pensando de esta manera: "No existe tal cosa como esta basura", y la cortamos muy, muy decididamente y somos capaces de enfocarnos y quedarnos en eso para siempre, entonces no hay manera de que podamos pensar de esa manera distorsionada y confusa. Así, realmente logramos una detención verdadera.
Cuando hablamos de la vacuidad en el budismo, estamos hablando de qué es lo que entiende una verdadera mente que es el camino que producirá una detención verdadera. No es que primero entiendas esto y luego, un momento después, alcances una detención verdadera; esa comprensión es el logro de una detención verdadera. No es que enciendas la luz y luego, al momento siguiente, la oscuridad desaparezca. El encendido de la luz es equivalente a la desaparición de la oscuridad.
Así que tenemos esa mente que entiende “¡no existe tal cosa!” y cortamos esa confusión: esa es la detención verdadera. Cuando hablamos de vacuidad, tenemos que entender que se está hablando de "no existe tal cosa", "no existe tal cosa como esta basura que estoy pensando, es una proyección de mi mente. No existe tal cosa ¡No se refiere a nada real!”. Por supuesto está ocurriendo la proyección de la confusión, pero no se refiere a algo real. Eso es lo que estamos cortando, un referente real de ello. Es como cuando un niño pequeño piensa que hay un monstruo debajo de la cama, esa creencia hace que el niño tenga mucho miedo, pero esa proyección no se refiere a nada real, porque no hay ningún monstruo debajo de la cama.
Esta es la estructura básica, el contexto básico dentro del cual abordamos el estudio de la vacuidad, a saber, la estructura de las cuatro verdades nobles.
Una comprensión completa de la vacuidad para deshacernos de los dos oscurecimientos
Necesitamos la plena comprensión de la vacuidad para superar los dos conjuntos de oscurecimientos. Vemos el hábito, el hábito constante –sucede a cada minuto- de creer en estas tonterías que produce nuestra mente. Ese hábito hace que nuestra mente proyecte apariencias y confusión; hace que la mente piense que hay monstruos debajo de la cama. Entonces, primero tenemos que superar nuestra creencia de que esa proyección se refiere a algo real, porque cuando lo creemos, se producen todo tipo de emociones perturbadoras, como el miedo del niño porque cree que hay un monstruo debajo de la cama. Cuando dejamos de creer en esa basura, obtenemos lo que se llama liberación o nirvana.
Pero los hábitos todavía están ahí y la mente está proyectando toda esa basura, y debido a esto, no podemos realmente ver todo, entender por qué alguien tiene determinado tipo de problema y qué sería efectivo si yo le enseño a esa persona esto o aquello, nuestra mente es limitada. Tenemos que acostumbrarnos tanto a la comprensión de la vacuidad que, con el tiempo, nos deshagamos del hábito de este no darse cuenta, el cual está causando esa proyección. Con el tiempo, nuestra mente deja de proyectar esa basura. Ese es el logro de la iluminación: superar esos oscurecimientos, que impiden la omnisciencia. Para superar este segundo tipo de oscurecimientos, la comprensión de la vacuidad es la misma que se requiere para superar los oscurecimientos que impiden la liberación; la diferencia es la fortaleza mental que está detrás de esa comprensión.
Para superar los dos conjuntos de oscurecimientos, en el segundo en particular, lo que necesitamos es la fuerza de lo que se conoce como "bodichita". La bodichita es generada por el amor y la compasión, pero ciertamente no es lo mismo que el amor y la compasión. El amor es el deseo de que los demás tengan la felicidad y sus causas. La compasión es el deseo de que los demás estén libres de su sufrimiento y de sus causas. La compasión tiene un poco de sentido de la responsabilidad: “Voy a ayudarlos a superar eso”. Luego desarrollamos la determinación extraordinaria: Decidimos que: “No solo voy a ayudarlos a superar un poco el sufrimiento, realmente voy a ayudarlos a superar todos sus sufrimientos y a alcanzar la iluminación”, es un compromiso mucho mayor. Sobre la base de eso, tenemos la bodichita.
La necesidad de la bodichita para fortalecer la comprensión de la vacuidad
La bodichita es una mente enfocada en la iluminación, no solo en la iluminación en general, ni en la iluminación del buda Shakyamuni, sino en nuestra propia iluminación personal e individual, que aún no ha acontecido, pero que es posible alcanzar sobre la base de nuestros factores de naturaleza búdica que son parte de nuestro continuo mental. Y por supuesto, debe ir acompañado de la convicción y la comprensión de que es posible para mí lograrlo. Entonces, es algo mucho más lejano en nuestro continuo mental y es posible que suceda, que lo logremos. Es muy importante comprender que estamos hablando de nuestra propia iluminación personal e individual, no de una vaga iluminación en el cielo.
Así que si nuestra motivación es: “Tengo que ser capaz de ayudar a todos, es algo lejano que realmente puedo lograr más adelante, que realmente me permitirá ayudar a todos tanto como me gustaría” y luego con la fuerte intención de que “tengo que lograrlo; voy a trabajar lo más duro posible para lograrlo y cuando lo logre, ayudaré a los demás tanto como sea posible, a lo largo del camino los ayudaré según el nivel en el que me encuentre”. Cuando tenemos esa intención profunda como la fuerza impulsora de nuestra mente, incluso si estamos dormidos -no tenemos que estar pensando en eso- porque está profundamente arraigada: “Esta es mi intención, esto es lo que estoy haciendo con mi vida”, entonces esa comprensión de la vacuidad tendrá la fuerza para atravesar, eliminar y detener todas estas proyecciones de basura que básicamente nos impiden ayudar a los otros lo mejor posible.
Cuando abordamos el estudio de la vacuidad, necesitamos verlo dentro de dos contextos. Primero lo vemos dentro del contexto de las cuatro verdades nobles, que es el contexto más general, es común y compartido entre las escuelas Hinayana y Mahayana. Luego necesitamos ver el entendimiento de la vacuidad dentro del contexto de la bodichita o la mente que vamos a usar para entender la vacuidad, que es el contexto específico dentro de las enseñanzas Mahayana.
La comprensión de la vacuidad en el Tantra, Dzogchen y el Mahamudra
Si queremos profundizar en la comprensión de la vacuidad en el tantra, específicamente en la clase superior del tantra, el tantra anutarayoga, ese es el contexto compartido con el Hinayana, las cuatro verdades nobles. Además, tenemos el contexto del Mahayana general con la bodichita y tenemos otro contexto, que es el contexto del nivel más sutil de la mente, que se llama mente de luz clara.
Este nivel más sutil de la mente, que todos tenemos en cada momento, subyace cada momento de nuestra experiencia, incluida la muerte; es tan sutil que no tiene ninguna de esas emociones perturbadoras, es mucho más sutil que eso; es tan sutil que ni siquiera produce proyecciones de la confusión. Simplemente proporciona la continuidad de momento a momento, de la naturaleza básica de la mente.
Ahora bien, no necesariamente entiende cómo existen las cosas, si volvemos a nuestra "antigua" y original definición del abidharma sobre el no darse cuenta: es no saber. No lo llamarías oficialmente "no darse cuenta", pero aun así no sabe cómo existen las cosas. “No reconoce su propia cara” es la jerga que se usa para eso. Esa es una terminología muy descriptiva de la situación que se usa en las enseñanzas de dzogchen. Pero, en esta clase superior de tantra, o en términos de las enseñanzas de dzogchen, queremos obtener esa misma comprensión de la vacuidad con este nivel mental, porque ese es el nivel más eficiente. Es lo mismo en el mahamudra. El mahamudra es una división dentro del tantra anutarayoga, es un acercamiento al tantra anutarayoga.
En cualquier caso, lo que quiero señalar aquí es que esta comprensión de la vacuidad es un tema central, que encontramos en todos los aspectos de las enseñanzas del Buda, porque es esa comprensión de la vacuidad la que producirá la detención verdadera de nuestros problemas, la verdadera detención de nuestra incapacidad para ayudar a los demás, que es lo que necesitamos, lo que el camino budista es. No es solo para permitirnos no tener más dolor de espalda o tener siempre hambre, porque lo que sucederá después de comer, es que volverás a tener hambre. La comprensión de la vacuidad eliminará el sufrimiento que todo lo impregna, que nuestro samsara simplemente continúe una y otra vez y, como algo secundario, por supuesto que nuestra espalda ya no dolerá y no tendremos el problema de estar hambrientos todo el tiempo. Una comprensión de la vacuidad nos permitirá superar lo que se conoce como una “mente limitada”.
“Mente limitada” es un término que se encuentra en la expresión “ser sensible o sintiente”. Un ser sensible es alguien con una mente limitada. Mente limitada no significa alguien que es mentalmente deficiente o que tiene un coeficiente intelectual bajo, describe la mente de cualquiera que no sea un buda. La forma en que me gusta describir eso es: “Estamos en un submarino bajo el agua y miramos a través de un periscopio, somos capaces de percibir solo lo que está dentro de los límites de ese periscopio, lo cual es muy limitado”. No somos capaces de ver todas las causas de lo que está sucediendo, ni ir hacia atrás sin un comienzo, ni somos capaces de ver todas las consecuencias de cualquier cosa que podamos hacer o enseñar a alguien en el futuro; estamos limitados, estamos terriblemente limitados. El hardware es limitado; este cuerpo solo puede ver a través de estos dos agujeros en la parte delantera de la cabeza, no puede ver detrás de nosotros. El hardware, el cerebro, se desgasta después de un cierto número de años y luego tienes que reemplazarlo con otro cuerpo más que también se va a desgastar, no hay garantía. Así que tenemos un problema de hardware que está causando nuestro sufrimiento que todo lo impregna – este tipo de cuerpo, este tipo de limitación – y también tenemos un problema de software, porque los programas que estamos ejecutando en cada una de nuestras vidas son diversos tipos de conceptos raros que también son basura.
Si podemos obtener esta comprensión de la realidad y superar los hábitos de creer en ella, lo que sucede es que estaremos libres de este segundo conjunto de oscurecimientos al que me refería, que nos hace ver las cosas a través de un periscopio y estar limitados; entonces nos volvemos omniscientes. Esa es la mente de un buda, porque al no estar restringida por las limitaciones del hardware y el software, es capaz de ser omnisciente; puede percibir y saber todo, porque no hay nada que le impida hacerlo.
Esta comprensión de la vacuidad es esencial dentro de todos estos diferentes contextos. Antes de entrar en una discusión más detallada sobre a qué se refiere realmente la vacuidad, cuál es la basura que tenemos que refutar, es importante comprender este contexto general y la importancia de comprender la vacuidad. Es importante no ver la vacuidad como: "Oh, es muy difícil realmente estudiar este tema", sino ver cómo realmente es muy importante si queremos deshacernos de nuestro sufrimiento y ayudar a los demás. Sin esa comprensión de la vacuidad y sin esa comprensión correcta, el sufrimiento que todo lo impregna se repite incontrolablemente momento a momento en el samsara; seguiremos así para siempre. Sin importar lo que hagamos, seguiremos teniendo problemas, porque toda nuestra forma de relacionarnos y hacer las cosas no hace más que perpetuar más y más los problemas, porque se basa en este no darse cuenta. Por mucho que queramos ayudar a los demás, muy a menudo no vamos a tener mucho éxito en eso, porque realmente no sabemos qué es lo mejor que podemos hacer para ayudar a alguien. Así que esa es la introducción básica.
Quizás podamos tomarnos uno o dos minutos para asimilar esto. Traten de pensar en lo que acabamos de decir, en términos de sufrimientos verdaderos, causas verdaderas, detención verdadera de eso, y una mente verdadera, una mente que es el camino, el entendimiento de la vacuidad que traerá esa detención y que, con el entendimiento de la vacuidad, tenemos que cortar completamente esa basura de nuestra confusión y nuestras creencias confusas y las apariencias confusas, y la necesidad de tener la fortaleza de la bodichita detrás de eso: “Tengo que deshacerme de toda esta basura y hacer que mi mente deje de producir toda esta basura, para poder ayudar a los demás. De lo contrario, estoy lleno de miedo e inseguridad y todas esas cosas que son solo obstáculos”. Pensemos en eso por un momento.
[Meditación]
Los objetos refutados por la vacuidad
La basura que debemos desechar y que mencionaste antes ¿se trata solo de las creaciones mentales, como pensamientos o conceptos, o también se trata de objetos que encontramos a nuestro alrededor?
De lo que tenemos que deshacernos proviene básicamente del lado de la mente. El problema no es la mesa, es mi actitud hacia ella: “Esta es mi mesa ¡No lo uses! Si la usas, me enojaré mucho, especialmente si la rompes”. Comienza a complicarse muy rápidamente cuando observamos cuál es la relación entre los objetos y la mente, porque lo único de lo que realmente podemos hablar o acerca de lo que podemos pensar son los objetos de la mente. Si estamos hablando o pensando en ello, es un objeto de la mente. Así que realmente no podemos hablar o concebir un objeto totalmente independiente de la mente o de su relación con la mente.
Eso no significa que todo exista solo en mi cabeza. Esto se relaciona con una discusión muy profunda y extensa de la relación entre la mente y las apariencias y los objetos, etc. Básicamente pensamos que el problema está del lado del objeto, pero no está del lado del objeto, está del lado de la mente. Si existiera confusión allá afuera, sería muy poco lo que podríamos hacer para cambiar eso; es la confusión en nuestra mente la que podemos cambiar. Es un tema muy profundo y no puedo responder esa pregunta en unas pocas oraciones, pero es exactamente el tema al que conduce la investigación de la vacuidad.
La relación entre la cognición conceptual y no conceptual de la vacuidad
¿Cuál es la relación entre la cognición conceptual y no conceptual de la vacuidad, y acaso la cognición no conceptual está en algún tipo de estado de trance?
Cuando hablamos de la cognición conceptual de la vacuidad, en primer lugar, tenemos que hablar de una cognición conceptual correcta y no una incorrecta. Y la relación entre eso y una cognición no conceptual, la diferencia entre esas dos es que, con una cognición conceptual, nos estamos enfocando en la vacuidad a través de la categoría “vacuidad”.
“Categoría”, esto es de lo que se tratan todas las cogniciones conceptuales. Miro este objeto frente a mí y pienso en él y lo entiendo como “un vaso”. Entonces, estoy pensando y enfocado en ello a través de la categoría de "vaso". Hay muchos, muchos objetos que podrían encajar en esa categoría. Hay dos tipos de categorías: una que sería una categoría de sonido, otra podría ser una categoría de imagen: un sonido, como el sonido de una palabra o simplemente una imagen mental de lo que es "un vaso"; luego está la categoría del significado, que es el significado de estas cosas. Por lo general, se mezclan, pero no es necesario que lo hagan. No tengo que decir "vaso" en mi cabeza para ver este objeto como "un vaso". Puedo mirar este objeto y saber que es un vaso, sin tener que decir en mi cabeza “vaso”. Estoy pensando en el significado de esa categoría "vaso"; esa es una categoría de significado.
No debemos pensar que una mente conceptual es mentalmente verbal. No se limita a eso, puede ser eso, pero es mucho más amplio que eso. Volverse no conceptual no es simplemente silenciar la voz en nuestra cabeza, eso es muy superficial. Es muy difícil silenciar la voz en nuestra cabeza, pero sigue siendo un nivel muy superficial de ser no conceptual. Tener una cognición no conceptual es percibir algo no a través de una categoría, lo cual es muy difícil de reconocer porque en nuestra percepción sensorial ordinaria ocurre solo un microsegundo antes de que uno mire este objeto y lo entienda como "un vaso". "Sé lo que es, es un vaso, sé qué hacer con él”.
También podría estar en la categoría de "algo que no sé qué es". No conceptual es sin categoría, sin categorías, pero eso no significa que no sepamos qué es. Por eso digo que es difícil reconocer qué es la cognición no conceptual de algo.
Así que es lo mismo en términos de cognición conceptual y no conceptual de la vacuidad. Uno es a través de una categoría, principalmente la categoría de significado de la vacuidad; el otro no lo es. Después de todo, cada momento de nuestra experiencia de enfocarnos en la vacuidad, y cada vez que nos enfocamos en la vacuidad ¿encaja eso en la categoría de “enfocarnos en la vacuidad” o no? Se vuelve muy complejo. ¿Cada momento sigue siendo la comprensión de la vacuidad o es algo completamente diferente? Entonces la cognición conceptual es necesaria como un paso para alcanzar la no conceptual. La diferencia entre las dos, como se describe en los textos, es la diferencia en la intensidad de la percepción, pero no sé a qué se refiere realmente en términos de experiencia.
“Tener una cierta comprensión de la vacuidad se obtienes en algún trance” eso, por supuesto, depende mucho de lo que entendemos por trance. Si se trata simplemente de desconectarse con una droga, o con dios sabe qué, lo más probable es que se trate de una comprensión incorrecta de la vacuidad, no la correcta. Para tener una comprensión de la vacuidad, como me estaba metiendo en nuestra discusión sobre los fenómenos de negación, se requieren ciertos pasos, y abordaremos esto más adelante durante el fin de semana.
La vacuidad está hablando de “una ausencia de formas imposibles de existir”. Primero, tenemos que percibir la base para ello, qué es lo que no existe de manera imposible, ya sea que estemos hablando del "yo" que "no existo de una manera imposible" o de la mesa. En la siguiente fase, tengo que reconocer la forma imposible en que creo que existe, la forma imposible en la que yo creo que existe, que se está proyectando sobre ella. El tercer paso es que luego tengo que cortar eso con decisión. Este es el fenómeno de la negación: “Esto es basura, no se refiere a nada real”, y cortarlo muy activamente. Y luego enfocarse en “no existe tal cosa”. Esa es la comprensión de la vacuidad. Es un estado mental muy activo que se construye en fases; no es algo que uno tendría en una especie de trance desconectado que simplemente proviene de alguna razón kármica o algo así. Siempre es un gran peligro que las personas piensen que han adquirido una comprensión de la vacuidad, cuando en realidad han adquirido una comprensión de la “nada”. La vacuidad (vacío) no es nada.