En términos de la verdad exterior o superficial, convencional y más profunda de cualquier fenómeno, el punto es que cuando establecemos la verdad convencional de algo, simultáneamente establecemos su verdad más profunda como su naturaleza esencial. No hay nada, ni siquiera un átomo de algo existente, que se pueda encontrar como algo autoestablecido. Por lo tanto, aunque las dos verdades sobre cualquier fenómeno válidamente conocible vienen juntas en un solo paquete y son de una naturaleza esencial, eso no significa que sean una y la misma.