Reconocer el álaya para los hábitos
En la meditación dzogchen, primero accedemos y reconocemos el álaya para los hábitos, luego, a rigpa refulgente y luego a rigpa esencial. ¿Cómo reconocer el álaya para los hábitos?
El álaya para los hábitos da surgimiento a ver y escuchar, así como a imaginar y pensar verbalmente. Imaginar y pensar verbalmente da etiquetas mentales de “esto” y “aquello” y sigue las cosas. Ver y escuchar no da etiquetas mentales y no sigue las cosas.
Como ver y escuchar, el álaya para los hábitos tampoco da etiquetas ni sigue a las cosas, pero es más sutil que ver y escuchar. Los subyace, así como subyace a imaginar y a pensar verbalmente.
Sin embargo, reconocer el álaya para los hábitos es extremadamente difícil. Si vemos formas y colores como un rostro (sea con idea o sin idea de quién es) o escuchamos los sonidos de las consonantes y las vocales como una palabra (sea con idea o sin idea de su significado), esto no es ver o escuchar no conceptual, mucho menos el álaya para los hábitos. Es una cognición mental conceptual.
Si somos capaces de reconocer los milisegundos del ver no conceptual de formas y colores, sin construirlos o conceptualizarlos mentalmente como un “esto” o un “aquello”, este aún no es el álaya para los hábitos. Lo mismo es verdad si somos capaces de reconocer el milisegundo de escuchar no conceptual los sonidos de las consonantes y las vocales, sin construirlos ni conceptualizarlos mentalmente en las palabras “esto” o “aquello”. Para reconocer el álaya para los hábitos durante la cognición sensorial necesitamos ir a más profundidad.
En la literatura dzogchen, tal como Liberación a través de la escucha en el bardo (Bar-do thos-grol, El Libro Tibetano de los Muertos), a menudo leemos sobre reconocer a rigpa durante el bardo (bar-do). El bardo por lo general se refiere al período entre la muerte y la concepción en el siguiente renacimiento. Sin embargo, bardo puede ser el “espacio cognitivo entre” otras cosas. Así, rigpa – y aquí, el álaya para los hábitos – puede ser reconocida en los espacios cognitivos entre momentos de ver, escuchar, imaginar o pensar verbalmente.
Dado que reconocer los milisegundos de ver y escuchar no conceptual es tan difícil -ya no digamos reconocer los espacios cognitivos entre esos milisegundos- empezamos tratando de reconocer el álaya para los hábitos entre momentos de pensamiento verbal. Esto significa tratar de reconocerlo entre cada palabra o sílaba de un pensamiento verbal.
Método de meditación
Para evitar la distracción de la cognición sensorial, meditamos en total oscuridad y en total silencio con los tres inamovibles (mi-g.yo-ba gsum):
- Cuerpo inamovible – con el cuerpo erguido, las manos ya sea en la postura de la meditación en nuestro regazo o descansando ligeramente sobre las rodillas.
- Sentidos inamovibles – con los ojos ni cerrados ni completamente abiertos, sino mirando naturalmente al frente.
- Mente inamovible – no pensado activamente, sin pensamientos del pasado o el futuro, y sin análisis. Simplemente descansamos en el momento presente de darse cuenta, fresco e inartificioso, sin preocuparnos demasiado por nuestro desempeño. En otras palabras, aun si un pensamiento surge, no lo seguimos.
Los pensamientos verbales surgen, moran y cesan simultáneamente. Cuando nos enfocamos en que eso sucede, alcanzamos el “espacio entre pensamientos verbales”, que es la situación en la que podemos reconocer el álaya para los hábitos.
Sin embargo, el método de meditación no es simplemente detener el pensamiento verbal aplicando la contención o la disciplina. El simultáneo surgir, morar y cesar de momentos de pensamiento verbal ocurren automáticamente. No se requieren esfuerzos para hacer que eso suceda. No obstante, necesitamos esfuerzo para reconocerlo y para enfocarnos en ello con entendimiento. De lo contrario, con divagación mental, seguimos nuestros pensamientos, o con sopor mental, caemos en un ofuscamiento y no entendemos nada.
La necesidad de la meditación analítica Madyámaka como preliminar
No obtenemos entendimiento a través de un proceso analítico durante la meditación. La meditación Dzogchen es sin análisis. Para ser capaces de enfocarnos, con entendimiento, en el simultáneo surgir, morar y cesar de momentos de pensamiento verbal, los grandes maestros Nyingma, Mipam y el Tercer Dodrubchen, explicaron que, por el contrario, necesitamos haber obtenido certeza de la vacuidad de la existencia verdadera de antemano. Lo hacemos a través del método analítico conocido como “buscar la falla oculta de la mente” (sems-kyi mtshang btsal-ba). Analizamos:
- De dónde viene un momento de pensamiento verbal – su origen.
- La situación de pensamiento verbal misma – cómo un momento de pensamiento verbal mora o permanece.
- En dónde cesa un momento de pensamiento verbal (desaparece) – en dónde se disuelve o a dónde va.
Buscar la falla oculta de la mente asemeja el proceso analítico Madyámaka con el que analizamos un evento desde el punto de vista de su causa, el evento mismo, y sus efectos. Sólo cuando entendemos que los momentos de pensamiento verbal carecen de un surgir, morar y cesar verdaderamente existentes, somos capaces de reconocer y experienciar, con entendimiento, la simultaneidad de los tres.
Además, también necesitamos entender de antemano la ausencia total (vacuidad) de un “yo” separado, monolítico e inafectado, como un jefe que produce el surgir, morar y cesar de momentos de pensamiento verbal, o que los observa mientras suceden. Este entendimiento nos permite reconocer y experienciar, con entendimiento, que el simultáneo surgir, morar y cesar de momentos de pensamiento verbal suceden automáticamente, sin ningún esfuerzo. Obtener este entendimiento también requiere entrenamiento Madyámaka.
Con estos entendimientos como preliminares adicionales para:
- Los seis preliminares externos y los seis internos
- Un enorme fortalecimiento de nuestros entramados de fuerza positiva constructores de iluminación y darse cuenta profundo (colecciones de mérito y sabiduría)
- Empoderamiento
- El mantenimiento de los votos
- Inspiración de nuestros maestros espirituales, entonces estamos listos para tratar de reconocer el espacio cognitivo entre los momentos de pensamiento verbal.
Meditamos en niveles progresivamente más sutiles. Estos incluyen enfocarnos en el simultáneo surgir, morar y cesar (desaparecer) de:
- Momentos de pensamiento verbal,
- Imágenes mentales,
- Sensaciones de felicidad, infelicidad o sensaciones neutras,
- Actitudes, tales como esperanza, expectativas, decepción y aburrimiento,
- El constructo conceptual no verbalizado del vacío que percibimos como si hubiera “esto” o “aquello” verdaderamente existente. Este constructo conceptual es una “sensación” de existencia verdadera.
Recibir ayuda de nuestros maestros dzogchen para reconocer a rigpa
Dado que los métodos de meditación aún no nos posibilitan reconocer el álaya para los hábitos, mucho menos a rigpa, necesitamos más ayuda. Nuestros maestros dzogchen pueden ayudarnos a conocerla cara a cara (ngo-sprod).
Existen dos métodos principales para posibilitarnos conocer a rigpa cara a cara:
- Sin apoyarnos en puntos clave (gnad) – es decir, simplemente a través de la circunstancia externa de la inspiración del maestro dzogchen y la circunstancia interna de rigpa base como naturaleza de buda.
- Además de estas circunstancias externas e internas, apoyarse en uno de los seis puntos clave que usan un método que se ajusta a la práctica de meditación del discípulo:
- Sostener la atención de la mente.
- Dejar que la mente esté en reposo, por ejemplo, permaneciendo estable en su propio lugar.
- Llegar a la raíz del asunto.
- Deshacerse de un sentido de sustancialidad, de tal forma que, tras hacer un examen exhaustivo, la mente ya no sigue un objeto (como un pensamiento) y luego no tiene a dónde ir.
- Usar el intervalo entre el darse cuenta y sus objetos.
- Causar distracción, tal como gritar “phat”.
El sexto método es el más común. Cuando nos distraemos o nos sobresaltamos, dejamos de pensar.
En la mayoría de los casos, no reconocemos a rigpa en esta etapa, sino meramente el álaya para los hábitos. La reconocemos entre momentos de pensamiento verbal, como el espacio cognitivo que da surgimiento, no sólo a momentos de imaginar y pensamiento verbal, sino también a milisegundos de ver colores y formas y escuchar el sonido de consonantes y vocales. Es tranquilo, estable, no sigue objetos y no etiqueta mentalmente como “esto” o “aquello”. Sin embargo, el álaya para los hábitos aún es sem (darse cuenta limitado) y, como tal, tiene un factor de estupefacción o deslumbramiento de no conocer su propia cara.
Reconocer a rigpa refulgente
Debemos tener cuidado de no confundirnos y tomar la realización del álaya para los hábitos como la realización de rigpa. Además, necesitamos ser cuidadosos de no confundirnos y pensar que la realización de rigpa es un darse cuenta decisivo (nges-shes), ya sea de la naturaleza convencional (la mera producción y percepción de apariencias cognitivas) o de la naturaleza más profunda (vacuidad) del álaya para los hábitos. Hacerlo sería confundir la meditación dzogchen con mahamudra Gelug/Kagyu.
Necesitamos ir a mayor profundidad y sutileza, de tal forma que experiencemos y reconozcamos un espacio cognitivo intermedio que tiene darse cuenta profundo de su propia naturaleza de dos verdades. Si lo logramos, el factor de estupefacción deja de acompañar a nuestra meditación y el álaya para los hábitos se vuelve rigpa. Gracias a haber “aceitado” los caminos de nuestros canales de energía con práctica previa de anuyoga y haber sincronizado los vientos con recitación de mantras, entonces, en el proceso de esta meditación, todos los niveles más burdos de actividad mental – y específicamente el álaya para los hábitos – se disuelven automáticamente.
Lo hacemos reconociendo a rigpa refulgente. Esta es rigpa en su aspecto de dar surgimiento activamente a apariencias cognitivas y conocerlas activamente, con la primera siendo más prominente. Ahora nos enfocamos en el simultáneo surgir, morar y cesar de los milisegundos de ver y escuchar las apariencias cognitivas de lo que no son “estos” y “aquellos” verdaderamente existentes, a lo que el álaya para los hábitos da surgimiento. Cuando reconocemos a rigpa refulgente, accedemos al simultáneo surgir, morar y cesar de milisegundos de apariencias puras del estado más allá del campo periscópico de percepción del darse cuenta limitado.
Reconocer a Rigpa Esencial: Las etapas de gran avance y salto hacia adelante
Después de reconocer a rigpa refulgente y poder permanecer enfocados con ella, reconocemos a rigpa esencial. Esta es rigpa en su aspecto de ser el espacio abierto (klong) o esfera cognitiva (dbyings) que permite el surgimiento de apariencias y el conocerlas, con la última siendo más prominente. Cuando reconocemos esto y permanecemos enfocados en ello, alcanzamos el gran avance (thregs-chod), un camino de la mente de ver (mthong-lam, camino de ver).
Luego, como resultado de la práctica con figuras búdicas en mahayoga, rigpa refulgente da surgimiento y se conoce a sí misma como un cuerpo de arcoíris (’ja’-lus), en lugar de uno con agregados ordinarios. Así, en la etapa del salto hacia adelante (thod-rgal) – equivalente a tener un camino de la mente de familiarización (sgom-lam, camino de meditación) – a través de cuatro etapas, rigpa refulgente se vuelve más prominente mientras que simultáneamente mantiene prominente a rigpa esencial.
Recordación (presencia mental) primordial
Cuando accedemos a rigpa, accedemos a su cualidad innata surgida simultáneamente de la recordación primordial de haber descendido al estado natural (rang-babs gnyug-ma’i dran-pa), también llamada recordación profunda de haber descendido (ye-babs-kyi dran-pa). La atención automáticamente se sostiene de o se mantiene a sí misma en rigpa. En consecuencia, la meditación dzogchen en rigpa se conoce como meditación sin esfuerzo, no meditación o meditación no deliberada.
Esto no significa que antes de acceder a rigpa y, por lo tanto, alcanzar el camino del ver, meditamos sin recordación. Al meditar con sem y sin recordación alguna, experimentamos vagabundeo mental (rgod-pa, agitación mental) y sopor mental (bying-ba). Cuando practicamos dzogchen, es crucial aplicar instrucciones específicas sólo para el nivel de meditación y conducta para las que fueron diseñadas.