Los maestros de cada una de las tradiciones budistas tibetanas han presentado una variedad de métodos para meditar en la naturaleza de la mente, pero todos estos métodos conducen al mismo punto: la naturaleza más profunda de la mente como vacuidad. Cuando buscamos la mente y tratamos de encontrarla y ubicarla fuera o dentro de nuestro cuerpo, no podemos encontrar nada que corresponda a nuestra idea o concepto de lo que es. La vacuidad (vacío), entonces, es la ausencia total de cualquier cosa encontrable que corresponda a los nombres y conceptos que tenemos de todo, incluyendo la mente. Esta vacuidad, sin embargo, no significa que nada exista. Todo existe simplemente como aquello a lo que se refieren convencionalmente las palabras y los conceptos designados para ello.