Tantra: Base y mente especiales para enfocarse en la vacuidad

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Los beneficios de tomar el cuerpo de una figura búdica como base para la vacuidad en el tantra  

El siguiente punto de nuestro análisis de cuatro puntos sobre por qué el tantra es más eficiente que el sutra es que existe una base especial para la vacuidad. Cuando nos enfocamos en la vacuidad, la vacuidad es la ausencia total de una forma imposible de existir. Entonces, ¿una manera imposible de existir de qué? Ese qué es la base de la vacuidad. Una ausencia de una forma imposible de existir de la mesa, una ausencia de una forma imposible de existir del reloj, una ausencia de una forma imposible de existir de mi cuerpo: todo eso (la mesa, el reloj, mi cuerpo) son bases para la vacuidad.

Que la base de la vacuidad pueda o no aparecer al mismo tiempo que esa ausencia total de su forma imposible de existir, es otra cosa. Por ejemplo, como vimos en el punto anterior, nuestro cuerpo como figura búdica aparece mientras estamos totalmente absortos en la vacuidad de ese cuerpo, ya que tenemos un cuerpo en ese momento, aunque nuestro cuerpo no aparezca y no sea conocido por esa absorción total. Pero aquí, el siguiente punto se refiere a tener una base especial de la vacuidad en el tantra: es nuestro cuerpo como el de una figura búdica, en lugar de nuestro propio cuerpo samsárico ordinario. 

Necesitamos apreciar por qué nos enfocamos en el tantra en la vacuidad de nuestro cuerpo como figura búdica. ¿Qué ventajas tiene eso? Hay varios puntos aquí. En primer lugar, nuestro cuerpo ordinario no se transforma en el cuerpo de un buda. Nuestro cuerpo ordinario surge del potencial kármico y de emociones perturbadoras. Podemos hablar de que tenemos un cuerpo como un factor de la naturaleza búdica y que este se transforma en el cuerpo de un buda, pero ciertamente no es nuestro cuerpo ordinario, que surge del potencial kármico y de las emociones perturbadoras, el que se transforma. El cuerpo de la figura búdica, sin embargo, puede transformarse en el cuerpo de un buda ya que surge, sobre la base de factores de la naturaleza búdica, de la bodichita y de una mente que comprende la vacuidad. No es por karma y emociones perturbadoras que “quiero tener el cuerpo de una figura búdica”. En ese sentido, una figura búdica es un objeto muy especial a tomar como la base para nuestra meditación en la vacuidad. 

En segundo lugar, en el sutra, si trabajamos con la vacuidad de nuestro cuerpo ordinario, cuando nos enfocamos en nuestro cuerpo, nos aparece de baja estatura, gordo y feo, o hermoso, joven, sano y fuerte, o lo que sea, y surgen emociones perturbadoras dirigidas hacia esa apariencia. Tenemos toda una historia de actitudes críticas perturbadoras hacia esta apariencia y nos aferramos a que exista verdaderamente como mi cuerpo. O, cuando nos miramos en el espejo y vemos canas, arrugas y una gran barriga, pensamos: “Realmente no luzco así. Ese no soy realmente yo”. Debido a tales actitudes, cuando nos enfocamos en la vacuidad de nuestro cuerpo ordinario, nuestra mente queda, en cierto sentido, infectada por estos momentos previos de cognición perturbadora manchada.

Aunque durante nuestra total absorción en la vacuidad de nuestro cuerpo ordinario, no tenemos ese tipo de cognición manchada y crítica porque ni siquiera tenemos la apariencia del cuerpo en ese momento; sin embargo, estamos infectados por esta larga historia de asociaciones con el cuerpo. Eso genera algunos problemas en nuestra comprensión de la vacuidad, algunas dificultades con ella. Mientras que, si en el tantra primero disolvemos en la vacuidad la apariencia ordinaria de nuestro cuerpo y nuestro apego a él y luego surgimos en el cuerpo de una figura búdica dentro del contexto de aprehender implícitamente la vacuidad, no hay una historia crítica de actitudes perturbadoras dirigidas a ese cuerpo de figura búdica. Por eso, cuando nos enfocamos en la vacuidad de nuestro cuerpo de figura búdica, no hay una historia previa perturbadora que pueda infectar esa mente. Nuestra comprensión de la vacuidad de nuestro cuerpo de figura búdica no tendrá una historia de asociaciones perturbadoras que tendería a tener cualquier enfoque en la vacuidad de nuestros cuerpos ordinarios. ¿Me siguen? Ese es otro beneficio de enfocarse en la figura búdica como base para la vacuidad.

El siguiente beneficio es que, según el sutra, nuestro cuerpo ordinario, como base para enfocarnos en la vacuidad, cambia constantemente. Debido a que está en constante cambio, es muy difícil mantener una concentración unipuntual en la vacuidad de ese cuerpo. Ahora hemos cambiado de posición, o ahora tenemos este dolor, o este dolor, o esta picazón, y ahora podemos sentir hambre. La base de la vacuidad cambia constantemente, por lo que es difícil mantener una concentración unipuntual en la vacuidad de esa base. Aquí no nos enfocamos en la impermanencia; nos estamos enfocando en la vacuidad.

Nuestro cuerpo ordinario es el objeto perfecto para obtener la comprensión profunda de la impermanencia, pero no el objeto perfecto para obtener la comprensión profunda de la vacuidad. Cuando nos enfocamos en el cuerpo de la figura búdica, la base aquí es lo que en la jerga técnica se conoce como el “llamado fenómeno no estático permanente”. Sigue siendo un fenómeno no estático porque podemos ayudar a otros mientras tenemos esta forma. No estamos congelados como una figura búdica. Si nuestro cuerpo fuera un fenómeno estático, no podríamos ayudar a nadie; no podríamos hacer nada.

Es un fenómeno llamado no estático permanente en el sentido de que no se ve afectado por cosas ordinarias y, por lo tanto, no cambia. Una figura búdica no siente picazón, no tiene hambre, no tiene que ir al baño, no envejece ni engorda. No sufre ninguno de estos cambios. Cada vez que meditamos en la vacuidad de esta figura, la figura es básicamente la misma. Debido a que la figura es siempre la misma (en este sentido, un "llamado fenómeno permanente”), entonces la meditación en la vacuidad de esta figura como base de la vacuidad es mucho más estable que la meditación en nuestro cuerpo ordinario en constante cambio. Podemos mantener nuestra concentración mucho más fácilmente. Ese es el tercer beneficio.

El cuarto y último beneficio de tomar una figura búdica como base de la vacuidad es que nuestro cuerpo ordinario es una forma burda que aparece tanto ante la conciencia visual como ante la conciencia mental. Ambos podemos ver nuestro cuerpo ordinario y podemos pensar en él. Mientras que, en el tantra, el cuerpo de una figura búdica es una forma sutil que aparece solo ante la conciencia mental. Debido a que solo aparece ante la conciencia mental, es mucho más fácil comprender que no tiene una existencia sólida y verdaderamente autoestablecida. Es como un holograma, y debido a que es como un holograma, debería decir un holograma mental (en realidad podemos ver hologramas), pero cuando hablamos de algo que solo nuestra conciencia mental percibe, entonces es mucho más fácil poder comprender su falta de existencia sólida verdaderamente autoestablecida.

Entonces, esos son los beneficios de usar un cuerpo de figura búdica como nuestra base para la vacuidad, en lugar de enfocarnos en la vacuidad de nuestro cuerpo ordinario. ¿De acuerdo? Ese es el tercer punto del análisis.

Usar un nivel especial de la mente para enfocarse en la vacuidad en el tantra anutarayoga 

El cuarto de los cuatro puntos de nuestro análisis se refiere al nivel de actividad mental que se enfoca en la vacuidad. La vacuidad misma, esa ausencia de formas imposibles de existir, es la misma en el sutra y el tantra, como se explica en la tradición Gelug. Como acabamos de explicar, la base de la vacuidad es especial en el tantra general, pero este cuarto punto, la mente que se enfoca en la vacuidad es especial, solo pertenece al tantra anutarayoga, la clase superior de tantra. En las tres clases inferiores de tantra, utilizamos el mismo nivel de actividad mental que en el sutra para enfocarnos en la vacuidad. Si hablamos solo del tantra general, entonces no hay ninguna característica especial aquí, pero en el tantra yoga superior, anutarayoga, utilizamos el nivel más sutil de la mente, la luz clara, el nivel más sutil de actividad mental para enfocarnos en la vacuidad. Es extremadamente ventajoso utilizar ese nivel más sutil porque es más sutil que los niveles en los que ocurren las emociones perturbadoras; es más sutil que el nivel en el que ocurre la cognición conceptual, y es más sutil que los niveles en los que ocurre la creación de apariencias de existencia verdaderamente autoestablecida y el aferramiento a ella.

Debido a que la actividad mental de luz clara es más sutil que todo eso, no se requieren “tres incontables eones” para alcanzar la iluminación. Me gusta referirme a ellos como “tres tropecientos eones”, porque “incontables” es un número finito. Es el número finito más grande, pero está más allá del alcance de lo que podría contarse. ¿Cuántas estrellas hay ahí? ¿Cuántos átomos hay? Bueno, hay un número finito, pero seguro que no podríamos contarlos; “tropecientos” es la expresión en español. Entonces, el logro de la iluminación a través de los métodos de los sutras o los métodos de las tres clases inferiores de tantra requiere la acumulación de fuerza positiva constructora de iluminación –fuerza positiva dedicada a la bodichita– durante un período de tres tropecientos eones.

Los primeros tropecientos eones son necesarios para obtener una cognición no conceptual de la vacuidad. Si podemos lograr esto con una actividad mental de luz clara, que por naturaleza es no conceptual, no se requieren tropecientos eones. Los segundos tropecientos son necesarios para lograr una verdadera detención del primer conjunto de oscurecimientos, los oscurecimientos emocionales que impiden la liberación, los cuales incluyen todas las emociones perturbadoras y el aferramiento a una existencia verdaderamente autoestablecida. La actividad mental de luz clara está, por naturaleza, libre de todas las emociones perturbadoras, por lo que no abarca todo el segundo conjunto de tropecientos eones. Se requiere el tercer conjunto de tropecientos eones para lograr una verdadera detención del segundo conjunto de oscurecimientos, los cognitivos que impiden la omnisciencia. Estos incluyen los hábitos constantes de aferrarse a una existencia verdaderamente autoestablecida, que dan surgimiento a la creación de apariencias de una existencia verdaderamente autoestablecida. La actividad mental de luz clara está, por naturaleza, libre de esa creación de apariencias y, por lo tanto, eso no requiere este tercer conjunto de tropecientos eones. 

Aunque el nivel de actividad mental de luz clara está, por naturaleza, libre de todo lo que acabamos de mencionar y aunque es el nivel de actividad mental de un buda, por naturaleza, no tiene automáticamente cognición de la vacuidad. Lo que pretendemos hacer en la práctica de anutarayoga es lograr que esa mente de luz clara sea la mente que conozca la vacuidad. Además, la actividad mental de luz clara tampoco es, por naturaleza, automáticamente gozosa; de lo contrario, la mente de luz clara de la muerte sería gozosa, y no lo es. En la práctica del anutarayoga, la conciencia gozosa se utiliza como método para hacer que la actividad mental sea cada vez más sutil y, por lo tanto, es uno de los métodos para obtener acceso a esta actividad mental más sutil de luz clara. De esa manera, se convierte en una conciencia de luz clara gozosa de la vacuidad, la cual – debido a que es ese nivel más sutil – automáticamente será sin emociones perturbadoras ni aferramiento, será no conceptual y será sin la creación de apariencias de existencia verdaderamente autoestablecida.

Ese es el nivel especial de mente que se enfoca en la vacuidad y que encontramos solo en el tantra anutarayoga. No encontramos eso en las tres clases inferiores del tantra general. Además, por supuesto, una vez que accedemos a esta mente de luz clara, incluso habiéndola convertido en una conciencia dichosa de la vacuidad, no podemos sostenerla todo el tiempo y aún no es omnisciente. Todavía queda mucho trabajo por hacer. 

Tomemos nuevamente unos momentos para reflexionar y luego tendremos una última sesión de preguntas.

Preguntas  

¿Dijiste que, en el sutra, cuando nos enfocamos en la vacuidad, tenemos el equipaje de nuestros oscurecimientos? 

Lo que dije fue que, cuando nos enfocamos en la vacuidad de nuestros cuerpos ordinarios, debido a que tenemos tantas asociaciones con nuestro cuerpo ordinario, las cuales son engañosas y perturbadoras, tienden a infectar nuestra comprensión de la vacuidad de ese cuerpo. Entonces, es como tener equipaje.

Pero, cuando lo miramos desde el punto de vista del tantra y nos refugiamos en la comprensión de la vacuidad, ¿no tenemos ese equipaje? Eso no me queda claro. 

En el tantra, nos enfocamos en la vacuidad del cuerpo de la figura búdica y de nosotros mismos como si tuviéramos la apariencia de ese cuerpo de la figura búdica. No tenemos asociaciones negativas con un cuerpo así, como “estoy gorda, soy fea”, ni preocupaciones como “¿está bien mi cabello?”, “¿mi maquillaje está bien?”. No tenemos emociones perturbadoras dirigidas al cuerpo de una figura búdica, como el apego narcisista o el odio a nosotros mismos. Es muy importante, por supuesto, ser conscientes de que nuestro cuerpo ordinario, al igual que nuestro cuerpo de la figura búdica, está igualmente desprovisto de existir de maneras imposibles.

Ciertamente no queremos identificarnos con ese cuerpo de figura búdica como un “yo” verdaderamente existente, porque eso es locura, eso es insensatez. Claro, comenzamos una práctica de sadhana con la meditación sobre la vacuidad de nuestro cuerpo ordinario y de las apariencias ordinarias, pero lo que mantenemos a lo largo de la práctica de la sadhana es nuestra conciencia de la vacuidad de este cuerpo de figura búdica. Eso es algo que podemos sostener porque no nos estamos enfocando en el cuerpo que siente picazón, y no nos estamos enfocando en un cuerpo sobre el que tenemos todas estas asociaciones como: "¿Soy atractivo?", "¿soy feo?", "¿cuánto peso?" y así sucesivamente, "mi edad".

Entonces, ¿lo vemos perfecto, que tiene esa perfección? 

No tanto que sea perfecto, sino que es el tipo de cuerpo que podrá transformarse en el cuerpo de un buda.

Entonces, ¿es una especie de truco para evitar abordar las raíces de tu apego o aversión a tu cuerpo? 

No, porque comenzamos por comprender la vacuidad de nuestra apariencia ordinaria. Yo no lo llamaría un truco. Es un método para poder mantener nuestro enfoque en la vacuidad, porque, con el tiempo, lo que queremos hacer es sostenerlo para siempre, lo que sucederá cuando hayamos alcanzado una verdadera detención de los oscurecimientos emocionales y cognitivos. Es un método para poder, entre otras cosas, mantener esa comprensión de la vacuidad y no dejar que se infecte con otras asociaciones, picazón, hambre, etc.

¿Hay algo que se parezca a la meditación analítica en las sadhanas? 

En una sadhana no hacemos el tipo de meditación analítica sobre la bodichita y la vacuidad que haríamos en una práctica de sutra. Ya lo hemos hecho antes de esto. Si queremos hacer una meditación analítica sobre la vacuidad, la haríamos como una práctica separada. En la práctica real de la sadhana, simplemente nos recordamos la conclusión de esa meditación analítica para poder estar atentos a ella más rápidamente. No interrumpimos ni perdemos el flujo de todo el proceso de sadhana al detenernos para hacer una meditación analítica al estilo de los sutras.

“¿Hay algo que se parezca a una meditación analítica?”. “Analítico”, no me gusta esa palabra, creo que es engañosa; es una “meditación de discernimiento”. La palabra real significa "discernir". Queremos discernir las cosas con un “estado mental excepcionalmente perceptivo”, eso es vipáshyana. Practicamos algún método para lograr que la mente sea excepcionalmente perceptiva, con el fin de que pueda discernir y percibir cualquier cosa, que pueda comprender cualquier cosa.

La práctica de vipáshyana no siempre se enfoca en la vacuidad. Llamarlo “comprensión especial” es engañoso. En el tantra anutarayoga practicamos para desarrollarnos mediante una visualización muy compleja. Una vez que somos capaces de visualizar y enfocarnos con concentración sostenida en un mándala completo con toda la figura dentro de él, entonces, mientras mantenemos la visualización completa, extendemos nuestra atención desde el centro de la visualización, digamos la punta de nuestra nariz, hasta las diversas partes del cuerpo, si hablamos desde la perspectiva de la figura central. Cuando ampliamos nuestra atención, no perdemos la atención en las partes anteriores a las que estábamos prestando especial atención. Luego extendemos nuestra atención a las otras figuras del mándala, luego al palacio del mándala, las ruedas de protección, los mándalas elementales que sostienen todo esto, todas estas cosas, avanzando más y más y más. Luego, paso a paso, volvemos a enfocar nuestra atención en la punta de la nariz. A esto se le llama concentración de la mirada del león, entrar y salir así. Ese es el equivalente del tantra de una meditación de discernimiento.

Traducir eso como “meditación analítica” es extraño, entonces, debido a que en el tantra se hace con estas increíbles visualizaciones. Entonces, es "meditación de discernimiento". Ese es un nivel en el tantra. Hay muchos niveles más complejos en el tantra con los que se practica. Si deseamos practicar alguno de ellos una vez que dominamos la visualización del mándala completo, lo haríamos en un punto determinado dentro de la sadhana, pero es opcional. No es algo estándar que hagamos. Es una práctica más avanzada. 

Evitar los dos extremos 

Lo importante con estas prácticas de sadhana es no dejarse intimidar por ellas. No ser “tantrafóbico”. Hay dos extremos que debemos evitar. El primero es lanzarse al tantra prematuramente, solo porque “es superior”, “estoy avanzado”, “soy superior” y “quiero ser superior”. Con tal motivación, entramos en el tantra y nos adentramos en el país de la fantasía de una visualización. Nuestra práctica de tantra no tiene absolutamente ninguna relación con nuestra vida ordinaria y se convierte realmente en un viaje. Esto es un error.

Asimismo, es un error ser tantrafóbico. Ese es otro extremo, pensar que es tan avanzado y tan misterioso, etc. Si entendemos la teoría de cómo funciona el tantra para lograr la iluminación, veremos que se trata de un sistema increíble, un tipo de práctica increíble. Cuanto más profundizamos y entendemos cómo funciona, es realmente extraordinario. Necesitamos acercarnos al tantra paso a paso y comenzar a practicarlo en cualquier nivel que seamos capaces de lograr. Mientras tengamos los conceptos básicos del nivel del sutra, podremos hacerlo.

Para una práctica de tantra eficaz, hay muchas cosas sobre las que es importante tener una comprensión básica y una convicción básica. En la clase superior de tantra, meditamos de forma análoga a los procesos de muerte, bardo y renacimiento para lograr una verdadera detención de eso. Meditar en analogía con eso actúa como una forma de purificar nuestro continuo mental de experimentarlo. Nuestra meditación es como una transformación, un sustituto de ella. Practicar así requiere convicción en el renacimiento. Si no estamos convencidos de que el renacimiento es un hecho, entonces es una broma intentar purificarlo meditando de acuerdo con él. Esa práctica no significa nada.

Es muy importante comprenderlos y tener convicción en ellos antes del tantra y, como siempre recalco con la gente – y Su Santidad el Dalái Lama también enfatiza, por lo que mi enfoque proviene principalmente de la forma en que Su Santidad aborda las cosas – realmente necesitamos tener convicción en las cuatro verdades nobles. Este es el budismo estándar. Todo el mundo dice eso, así que toma en serio las cuatro verdades nobles y el refugio. ¿Qué significa en serio? Lo que significa es querer realmente lograr una verdadera cesación de las dos primeras verdades nobles. Para ello tenemos que identificarlas, como identificar el objeto de refutación, el objeto a ser anulado. Tenemos que estar realmente convencidos de que es posible deshacernos de ellas y de que hay un camino, el verdadero camino.

La comprensión de la vacuidad es la verdadera mente que es el camino que eliminará el verdadero sufrimiento y sus causas verdaderas. Es posible deshacerse de ellas para siempre para que nunca vuelvan a ocurrir. Esa es una verdadera detención. Es posible para nosotros y para todos hacer eso, no solo para el Buda Shakyamuni. De lo contrario, ¿qué estamos haciendo con la compasión si no pensamos que todos los seres pueden realmente estar libres del sufrimiento? Sin la convicción de que la liberación del sufrimiento es posible, nuestra compasión es simplemente desear lo mejor a todos, pero sabiendo que “ja, ja, ja, vas a sufrir de todos modos, pero buena suerte, te deseo lo mejor”. Tiene que haber convicción de que es realmente posible lograr una verdadera cesación del sufrimiento para que podamos poner todo nuestro corazón en lograrlo. Lograr esa verdadera detención no es fácil, requiere mucho trabajo y esfuerzo. En casi todos los casos, ciertamente no es algo que se pueda hacer dentro de una misma vida.

Cuando los textos de tantra hablan de alcanzar la iluminación en una sola vida, como dice Su Santidad el Dalái Lama, eso es un poco de propaganda. En teoría, es posible. Lo más probable es que no sea tan probable que eso vaya a suceder. Para que eso suceda, primero necesitamos tener la comprensión correcta de la actividad mental sin comienzo ni fin. La comprensión correcta del renacimiento y la convicción de que es verdadero son esenciales para comprender la vacuidad, el karma y toda esta discusión sobre la naturaleza búdica que hemos tenido sobre el tantra como una continuidad interminable. “Interminable” significa sin principio ni final y eso significa renacimiento. Son cuestiones que tenemos que haber masticado bien. No significa que “Aleluya, ahora creo”. Toma una enorme cantidad de tiempo realmente entender de forma correcta y estar convencidos del renacimiento a nivel visceral – realmente mucho, mucho tiempo, décadas para la mayoría de la gente.

Sin embargo, si tomamos en serio que estos son temas importantes con los que trabajar, entonces podemos entrar en la práctica del tantra: “Provisionalmente, acepto la mente sin principio ni fin. Admito que realmente no lo entiendo del todo, pero reconozco su importancia y lo aceptaré provisionalmente y luego trabajaré con el tantra”. Eso es suficiente para iniciar la práctica del tantra sobre la base de tener algún nivel básico de bodichita, comprensión de la vacuidad y renuncia. 

La renuncia es absolutamente esencial. En el contexto del tantra, significa alejarse de las apariencias ordinarias, de nuestra apariencia ordinaria de existencia verdaderamente autoestablecida, de nuestra apariencia ordinaria de este tipo de cuerpo y de todos los complejos que podríamos haber asociado con él y con nuestro trabajo y cualquier cosa (renuncia, alejamiento), determinarnos a estar libres de todo ese lado perturbador. No significa que renunciemos a la vida. Tenemos que identificar correctamente las dos primeras verdades nobles: el verdadero sufrimiento y sus verdaderas causas. De lo contrario, refutamos demasiado, como dice Tsongkhapa, anulamos demasiado. O anulamos muy poco. Necesitamos un camino intermedio que evite ambos extremos. 

Respetar el tantra, mantenerlo en privado y no desanimarse  

El tantra no solo es algo por lo que no debemos dejarnos intimidar, sino que también es algo que debemos respetar. Eso es muy importante para poder practicarlo correctamente. Necesitamos respeto por ello, y todo esto del secreto, mantenerlo oculto, en cierto sentido, no es que tengamos que ocultar algo porque nos avergoncemos de ello. La cuestión es que queremos mantenerlo sagrado. Es sagrado, algo especial que respetamos mucho, y por eso no queremos un cenicero de Kalachakra en nuestra sala de estar donde la gente arroja sus cenizas, o que nuestro bebé use una camiseta de Chenrezig y escupa comida por todas partes. Lo respetamos y por eso lo mantenemos en privado. 

Esta palabra traducida como “oculta” o “secreta” tiene la connotación de “privado”. Necesitamos mantenerlo en privado. No queremos que la gente se burle de ello: "¿Qué es ese cuadro tan gracioso en tu pared?". La gente, al ser simplemente desagradable al respecto, le quita todo lo sagrado. Entonces, realmente pierde su energía en términos de nuestra propia práctica, porque la gente simplemente se burla de ello. Por esa razón, mantenemos nuestra práctica de tantra en privado. La compartiremos solo con aquellos que le muestren un respeto similar.

El tantra es algo muy especial y, debido a que es tan complejo, no hay peligro de aburrirnos si vamos a practicar una sadhana particular a diario durante el resto de esta vida. Por supuesto, pasamos por etapas en la forma en que practicamos una sadhana, dependiendo de nuestro nivel de familiaridad con ella, pero, aun así, es tan desafiante que no es cuestión de aburrirse: “Ya hice eso, ya hice eso, ¿y ahora qué hago?”.

Lo que es muy importante en la práctica del tantra es recordar la naturaleza del samsara. La naturaleza del samsara es que tiene altibajos, y eso no se refiere solo a los estados de renacimiento, que es la forma en que generalmente se presenta. La vida sube y baja de momento en momento: “Ahora tengo ganas de practicar, ahora no tengo ganas de practicar”. “Ahora estoy de buen humor, ahora estoy de mal humor”. Eso sucederá hasta la liberación del samsara como arhat: un pensamiento para reflexionar. 

De ahí, como diría el joven Serkong Rinpoche, su lema: “Nada especial”. “No tengo ganas de practicar. Bueno, eso no tiene nada de especial. Eso pasa. Eso va y viene”. Es por eso que necesitamos una perseverancia de gran alcance, la perseverancia cual armadura; de todos modos, hacemos nuestra práctica de tantra y simplemente continuamos. El progreso nunca es lineal. Siempre va a subir y bajar. Progresamos un poco, pero luego nos metemos en una relación difícil o algo así y nos enojamos nuevamente. Bueno, no hay necesidad de deprimirse. ¿Qué esperamos del samsara? Tiene altibajos. No es lineal. 

Como siempre dice Su Santidad el Dalái Lama, si hacemos una revisión de nosotros mismos durante un período de cinco años, podremos ver algunos avances. No veamos en términos del día a día. No siempre mejoraremos día a día. No es un proceso lineal. Es un proceso de altibajos, así que no tiene nada de especial; no hay necesidad de emocionarse, no hay necesidad de deprimirse. Simplemente seguimos adelante, avanzamos y continuamos. Eso es perseverancia cual armadura. Esto es muy importante en toda la práctica budista y en la vida en general.

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