Diferentes estados de concentración
La estabilidad mental es una de las seis actitudes de largo alcance o seis perfecciones. Con ella, nuestra mente ya no es sacudida por la agitación mental o emocional. Para obtener estabilidad mental, necesitamos mejorar nuestra concentración. El término sánscrito que se utiliza para concentración también puede traducirse como “fijación mental” o “fijarse mentalmente”. La concentración o fijación mental es la permanencia de la atención en un objeto específico o en un estado mental específico, tal como el amor o el enojo.
De acuerdo con el texto Tesoro de Temas Especiales de Conocimiento (sct. Abhidharmakosha) del maestro indio Vasubandu, cierto nivel de fijación mental acompaña cada momento de nuestra experiencia. Así, la concentración es una variable que abarca el espectro de tener concentración plena a no tener concentración en absoluto. Cuando se perfecciona nuestra concentración, nuestra atención permanece enfocada en su objeto sin moverse y está completamente clara y alerta. En otras palabras, está totalmente libre de volatilidad mental y sopor mental, y no puede ser distraída por nada. Este nivel de fijación mental se conoce como absorción meditativa.
Cuando la absorción meditativa se enfoca en las cuatro verdades nobles, o más específicamente, en la falta de un “alma” imposible (la falta de una identidad) de las personas o de los fenómenos (sea de forma conceptual o no conceptual) se le llama absorción total (equilibrio meditativo).
Durante una sesión de meditación, inmediatamente después de un periodo de absorción total en la carencia de un “alma” imposible, cuando la absorción meditativa se enfoca en que las personas y los fenómenos son como una ilusión, a eso se le llama realización subsecuente o logro subsecuente (post-meditación). La cognición de logro subsecuente de que todo es como una ilusión, algunas veces puede continuar mientras se medita en otros temas, e incluso entre sesiones de meditación, pero siempre debe ser inducida primero por la total absorción en la carencia de un “alma” imposible o vacuidad.
Los cinco obstáculos de la concentración
Mejorar nuestra concentración requiere trabajar para eliminar los cinco obstáculos de la concentración:
- Volatilidad mental y remordimiento
- Mala voluntad
- Nebulosidad mental y somnolencia
- Las intenciones de experimentar objetos deseables (la mente se va en esa dirección general)
- Indecisión.
Los cinco pueden resumirse en volatilidad mental (una subdivisión de distracción o vagabundeo mental) y sopor mental.
- La volatilidad mental sucede cuando el “pegamento mental” de la presencia mental (recordación) suelta su objeto de atención debido a una distracción con un objeto o pensamiento deseable, o con pensamientos de remordimiento. Podemos perder nuestra sujeción mental por completo, soltarla de tal forma que, mientras sostenemos el objeto, haya pensamientos de trasfondo, o podemos meramente experimentar una inquietud mental por dejar el objeto.
- El sopor mental sucede cuando la presencia mental pierde la sujeción en el objeto debido a que la sujeción mental se ha aflojado a causa de la nebulosidad mental, la somnolencia o la indecisión. Podemos perder completamente la sujeción mental, experimentar solo que nuestra mente no tiene un enfoque nítido, o simplemente no estar frescos y vívidos en cada momento.
Shámata: Un estado mental tranquilo y estable
El shámata, un estado mental tranquilo y estable (morar en calma), se logra exclusivamente con conciencia mental, no con conciencia sensorial. No es solamente un estado mental tranquilo libre de los obstáculos de la concentración y asentado unipuntualmente en un objeto o estado particular. Por consiguiente, es más que solo absorción meditativa. Además, está acompañado por otro factor mental: un sentido de aptitud física y mental (flexibilidad).
- Un sentido de aptitud física y mental es el factor mental de sentirse totalmente capaz de hacer algo, en este caso, de permanecer totalmente concentrado en algo. Es tanto estimulante como gozoso, pero de una forma no perturbadora.
De los dos tipos principales de meditación, de discernimiento (analítica) (dpyad-sgom) y estabilizadora (’jog-sgom), el shámata es un ejemplo del tipo estabilizador. Se enfoca con absorción meditativa en un objeto, tal como la respiración, con una forma correcta de considerarlo, tal como que es impermanente, y con recordación (presencia mental) de ese hecho.
Los maestros indios Asangha y Kamalashila proporcionan una larga lista de objetos en los cuales desarrollar shámata, y especifican la característica distintiva de cada uno de la que se tiene recordación (presencia mental). Estos objetos incluyen, no solo la respiración y una imagen visualizada de un buda, sino también objetos que nos ayudarán a limpiar nuestra conducta o actitudes de estados problemáticos. Por ejemplo, para poder superar nuestro apego a nuestro cuerpo, podemos desarrollar shámata enfocado en nuestro cuerpo con la correcta consideración de él como siendo impuro.
Como resultado secundario, el shámata produce un darse cuenta extrasensorial (darse cuenta avanzado), tal como la habilidad de ver y escuchar cosas a una gran distancia y darse cuenta de los pensamientos de otros. En Una lámpara en el camino a la iluminación (sct. Bodhipathapradipa), el maestro indio Atisha enfatizó la importancia de obtener esas habilidades para estar en mejores condiciones de ayudar a los demás.
Vipáshyana: Un estado mental excepcionalmente perceptivo
Una vez que hemos alcanzado el shámata, entonces, mientras mantenemos el mismo nivel de concentración del vipáshyana (un estado mental excepcionalmente perceptivo, una comprensión profunda especial) se agregan los factores mentales de la detección burda (investigación) y del discernimiento sutil (escrutinio).
- La detección burda investiga un objeto y detecta su característica distintiva principal.
- El discernimiento sutil hace un escrutinio del objeto y discierne sus detalles finos. Ninguno de ellos implica pensamiento verbal, aunque ambos pueden ser inducidos por el pensamiento verbal. Así, de los dos principales tipos de meditación, de discernimiento y de estabilización, el vipáshyana enfatiza el discernimiento.
Más aun, además de la sensación de aptitud física y mental del shámata de ser capaz de mantener una absorción meditativa en un objeto por tanto tiempo como lo deseemos, el vipáshyana tiene presente un segundo sentido de aptitud física y mental. El sentido adicional de aptitud es el de sentirse totalmente capaz para discernir y entender plenamente los detalles sutiles de cualquier cosa. El vipáshyana no está necesariamente enfocado en la vacuidad (vacío) o en las cuatro verdades nobles, aunque por lo general ese es el enfoque en el sutra. Puede estar enfocado en cualquiera de los objetos en los cuales nos hemos enfocado para alcanzar el shámata.
Así, si el estado mental es uno de vipáshyana, implica que es un estado del par unido: shámata y vipáshyana. En un par unido, uno de los temas (en este caso, shámata) se alcanza primero, y después el segundo tema (en este caso, vipáshyana) se une a él. Por lo tanto, aunque tengamos que trabajar en vipáshyana antes de alcanzar el shámata, realmente no podemos alcanzar el vipáshyana sin haber obtenido primero el shámata.
Resumen
Estabilidad mental, concentración, absorción meditativa, absorción total, logro subsecuente, shámata y vipáshyana, son tipos diferentes de una mente concentrada. Cuando entendemos sus diferencias, podemos alcanzar cada una de esas etapas de forma individual en nuestra práctica de la meditación, sin revolverlas por ignorancia o por confusión.