Introducción
Este fin de semana quiero hablarles de los tipos de apariencias a las que la mente da surgimiento: precisas e imprecisas, puras e impuras, manchadas y no manchadas, samsáricas y nirvánicas. Son muchísimas variables ¿verdad? Preparando esto, al pensar en todas las permutaciones de todas estas variables, realmente se ponía bastante complicado. Pero el punto es que nuestra mente da surgimiento a muchos, muchos diferentes tipos de apariencias, y necesitamos ser capaces de reconocerlos y discriminar entre las diferentes cosas que surgen.
Además, por supuesto, tenemos que preguntarnos ¿por qué es esto importante? Es importante porque todos experimentamos una tremenda cantidad de dificultades y sufrimiento. Cuando profundizamos, vemos que la causa de nuestro sufrimiento es la llamada “ignorancia”, que significa no darnos cuenta. No sabemos cómo existen las cosas, así que algunas veces las cosas aparecen ante nosotros de formas muy extrañas, confusas, distorsionadas y pensamos que esas apariencias en verdad corresponden a la realidad. De hecho, generalmente respondemos a nuestras proyecciones de completa fantasía en lugar de a lo que en realidad está sucediendo. Y, por supuesto que eso nos genera muchos problemas. Así que, o no sabemos que la manera en que aparecen las cosas es incorrecta ¡o creemos que es la correcta! Hay dos maneras de formular eso. Necesitamos ser capaces de discriminar entre lo que es correcto e incorrecto en términos de todas las variables que ya mencioné - precisas, imprecisas, manchadas, no manchadas y demás. Eso no es muy fácil ¿verdad? Dado que hay muchas variables confusas involucradas, necesitamos ordenarlas.
La importancia de la convicción de que la liberación y la iluminación son posibles
Si profundizamos en por qué estamos examinando este tema, tenemos, por supuesto, los diferentes niveles de motivación como se describen en el lam rim. Son las etapas graduales de cómo desarrollamos nuestra mente hacia el logro de diversas metas espirituales como se describen en el budismo. Aquí estamos hablando de mejores renacimientos, de la liberación completa de renacimientos incontrolablemente recurrentes y del estado iluminado de un buda. Si nuestra meta es la liberación e iluminación, entonces, por supuesto que es absolutamente crucial estar convencidos de que es realmente posible alcanzar dichos objetivos. Esto significa que, una vez que hayamos identificado correctamente a los verdaderos sufrimientos y a las causas de estos sufrimientos, estaremos totalmente convencidos de que nos es posible alcanzar la verdadera cesación de los mismos.
¿Qué significa una verdadera detención? Significa que eliminamos para siempre estas cosas que son las causas de nuestro sufrimiento de manera que no se repitan nunca más. Entonces ¿de dónde las estamos eliminando? Las eliminamos de lo que llamamos nuestra “mente”. Eso significa que necesitamos estar convencidos de que en verdad es posible deshacernos de estas cosas para siempre. Eso no es muy fácil de entender, o incluso más, convencerse de que es realmente posible.
Así que, aunque podríamos aspirar a estas metas espirituales budistas, basados en la fe de que es posible alcanzarlas, pensando: “Nuestros maestros nos dijeron que el Buda dijo eso, así que, está bien, lo acepto”. Eso suena muy bien ¿verdad? Sin embargo, trabajar sobre la base de ese tipo de fe, no es muy estable. Podría pasarnos algo o podríamos encontrar algo extraño acerca de nuestros maestros, o algo por el estilo, y nuestra fe se vería sacudida o destrozada. Entonces, llegamos a un punto en el que decimos: “¿Qué demonios estoy haciendo con mi práctica espiritual? ¡Estoy anhelando algo que ni siquiera creo que exista!”. O podríamos pensar: “Bueno, en realidad no es posible alcanzar una verdadera cesación de esto, pero si voy en esa dirección, las cosas mejorarán”. Por supuesto que eso puede sostenernos, y si practicamos sinceramente, entonces, por supuesto que las cosas mejorarán; tendremos menos sufrimiento.
Sin embargo, el problema es que el progreso nunca es lineal. Las cosas tienen altibajos, suben y bajan, así que algunas veces nos va bien y otras no. Así que es posible que nos desanimemos cuando las cosas no van bien. Por lo tanto, para contar con una práctica estable, realmente necesitamos esforzarnos mucho para tratar de entender y llegar a convencernos de que la liberación y la iluminación son en realidad posibles.
Unir las piezas del rompecabezas
Hay dos aspectos de estos logros de liberación e iluminación. Uno es: ¿de qué podemos deshacernos para siempre? Y el segundo aspecto es la pregunta: ¿y luego qué? ¿Dónde nos deja eso? ¿Qué es lo que en realidad obtenemos en términos de nuestra mente, en términos de nuestro cuerpo, etc.? En realidad, no tenemos tiempo de cubrir todo eso, pero estas son cuestiones cruciales.
El tipo principal de meditación que Su Santidad el Dalái Lama siempre enfatiza es la generalmente llamada “meditación analítica”. Si en realidad está en la categoría de “pensar” o en términos de escuchar, pensar y meditar o si en realidad está en la categoría de “meditar”, es algo que no necesitamos diferenciar aquí. Esto es porque pienso que lo principal con lo que necesitamos trabajar en la etapa en que nos encontramos es básicamente tratar de unir las piezas del rompecabezas del Dharma. En otras palabras, escuchamos y leemos tantas piezas diferentes sobre el Dharma, y no es fácil ver cómo todas encajan. Se complica aún más cuando estamos aprendiendo explicaciones de temas de los diferentes sistemas de principios. Están los sistemas de principios indios: Vaibáshika, Sautrántika, Chitamatra, Madyámaka, y dentro de la Madyámaka hay varias divisiones. Y también están las diferentes tradiciones tibetanas: Nyingma, Kagyu, Sakya, Gelug, y dentro de esas también existen diferentes divisiones. ¡Bienvenidos al mundo del budismo tibetano! Cada una de esas tradiciones tibetanas tiene su propia presentación de cada uno de los sistemas indios.
Tan complicado como es eso, el problema comienza cuando tratamos de unir las piezas de un rompecabezas en otro y no encajan. Podrías llegar a algún meta-sistema, donde intentas ver como cada uno de estos diferentes sistemas está tratando de dar explicaciones desde diferentes puntos de vista. Sin embargo, solo podemos hacer eso cuando ya hemos entendido bastante bien cada uno de estos sistemas. Así que, cuando hacemos meditación analítica a nuestro nivel, tendríamos que tratar de unir las piezas de solo un rompecabezas. Además, tendríamos que tratar de identificar correctamente de qué rompecabezas vienen las piezas, de otra forma, nos confundiríamos mucho.
La liberación y la iluminación no son cosas que nos puedan dar en un plato. Necesitamos desarrollar nuestro propio entendimiento, lo que significa que tenemos que resolverlo por nosotros mismos. De eso es de lo que se trata: de resolverlo, de averiguarlo. Necesitamos unir las piezas del rompecabezas; no es que alguien más las una y nos pase el rompecabezas ya armado. Además, las piezas pueden unirse de muchas formas diferentes; no solo de una manera. Por supuesto que, para armarlo, necesitamos disciplina, paciencia, perseverancia, concentración, etc. Así que, al armar estas piezas, desarrollamos todas estas grandes cualidades, que por supuesto, necesitaremos para ser de la mejor ayuda posible a los demás. Necesitamos ser pacientes, necesitamos perseverar, concentrarnos en la persona; la gente no es fácil de ayudar. La gente nos pone en aprietos; estoy seguro de que todos nos damos cuenta de eso. Así que, desarrollamos estas cualidades de muchas, muchas maneras, y una de esas maneras es a través de nuestra práctica de la meditación analítica.
¿Podemos deshacernos de la cognición impura? Y ¿qué es la actividad mental?
Así que tenemos todas estas variables: precisa e imprecisa, pura e impura, etc. Entonces tratamos de averiguar: ¿qué está pasando aquí? ¿Podemos deshacernos de la cognición imprecisa? ¿Podemos deshacernos de la cognición impura? Necesitamos estar convencidos de que es posible, porque para alcanzar la liberación y la iluminación necesitamos lograr la detención verdadera de estas formas incorrectas de conocer y del no darse cuenta que las subyace. Entonces, para poder ser capaces de contestar esas preguntas, por supuesto que necesitamos identificar correctamente aquello de lo que estamos hablando. Así que, primero que nada, de lo que se trata, es de identificar la base de toda esta discusión.
La base de toda esta discusión es la mente, porque eso es lo que estamos tratando de purificar; estamos tratando de deshacernos de las llamadas “manchas pasajeras” que ensucian nuestra mente. Así que, algo muy esencial, es identificar correctamente: ¿a qué nos referimos con “mente” en el budismo?
Primero que nada, necesitamos tener muy claro que no estamos hablando de un tipo de cosa, de algún objeto. El cerebro es un objeto, no estamos hablando del cerebro. Estamos hablando de lo que hace el cerebro. Estamos hablando de la actividad mental, y ese es el término que a mí me gusta usar. Esta actividad mental es individual, subjetiva, y es básicamente la experiencia de diversos objetos.
Esa es la actividad: es la experiencia de objetos, que es individual y subjetiva. También es un continuo: es un momento tras otro de esta actividad en un tipo de secuencia. Un momento de actividad mental no sigue a otro de manera arbitraria, en orden aleatorio; su orden sigue la causa y el efecto. Además, cada continuo individual de actividad mental no tiene principio ni fin. Cada continuo sigue por siempre, sin interrupción.
Ahora, hay una gran discusión sobre por qué no tiene principio ni fin, pero ésta no es la ocasión para abordar esa discusión. El punto aquí, es que la actividad mental siempre toma objetos cognitivamente. No puede haber actividad mental sin objetos cognitivos. El “tomar cognitivamente” (‘dzin-pa) a los objetos y los objetos que son tomados cognitivamente (gzung-ba) son inseparables; no puedes tener uno sin el otro.
Los sistemas tibetanos no Gelug se refieren a esa inseparabilidad como “no dualidad”. Sin embargo, eso no significa que ambos sean idénticos. Algunas veces, incluso escuchamos la expresión “no dualidad de sujeto y objeto”. Pero eso es confuso, porque podríamos malinterpretar que “sujeto” se refiere a la persona, al “yo” convencional, en lugar de a la mente.
“Tomar cognitivamente a un objeto” no es lo mismo que “tener un objeto” (yul-can). Hay muchas cosas que tienen objetos y que surgen en dependencia de sus objetos, pero que no son inseparables de sus objetos. Por ejemplo, una pala para nieve, tiene a la nieve como su objeto. No podrías ser una pala para nieve si no existiera cosa tal como la nieve. Sin embargo, definitivamente la nieve existió antes de que hubiera palas para nieve y una pala para nieve puede estar colgada en nuestra cochera durante el verano, sin tomar activamente a la nieve como su objeto.
Aunque la actividad mental es algo que tiene un objeto, la actividad mental siempre toma cognitivamente a un objeto. Si sabes, tienes que saber algo; si estás viendo, tienes que estar viendo algo, no puedes solo ver. Pero, nuevamente, aquí “no dual” no significa que la actividad mental de estar viendo y lo que ves sean lo mismo. La actividad experiencial de ver no es lo mismo que el objeto que ves, ¿verdad? Pero ambos son inseparables. Así que, cuando escuchamos el término “no dual”, a lo que se está refiriendo es a que no puedes tener ambos separados, uno del otro. ¿Lo entendemos? Tiene sentido ¿verdad?
¿Cómo se define la actividad mental?
Ahora ¿Cómo se define esa actividad mental? Se define con tres términos: “claridad”, “darse cuenta” y luego los adjetivos que describen a éstos, que son “mera”, o “solamente”. Esos tres términos no son muy fáciles de entender, ¿verdad? De hecho, pueden ser engañosos, ya que podemos pensar de forma incorrecta que claridad significa “enfocado”, que no es el caso. Así que necesitamos ver las definiciones.
Para poder hacer cualquier tipo de meditación analítica, para poder resolver algo, necesitamos conocer las definiciones de aquello que estamos tratando de armar. De otra manera, estaríamos tratando de armar los significados de términos que son completamente diferentes al significado que les da el budismo. Por lo que las definiciones son absolutamente esenciales; de otra forma no sabemos de qué estamos hablando. Muy a menudo, las palabras en nuestros idiomas en realidad no corresponden a los significados originales de los términos en sánscrito. Las traducciones tibetanas del sánscrito son muy cercanas, pero en ocasiones, inclusive el tibetano es diferente. Este es el problema con el lenguaje ¿verdad? Las palabras en un idioma no corresponden exactamente a las palabras en otro.
En cualquier caso, ¿Qué significan cada una de estas tres palabras en la definición de “actividad mental”? “Claridad” significa “dar surgimiento a una apariencia cognitiva de un objeto cognitivo”. En tibetano, “dar surgimiento” (‘char-ba) es una inflexión de la misma palabra que se usa para “el nacimiento del sol” (shar-ba). Estamos hablando de la acción que hace eso –dar surgimiento a la apariencia cognitiva de un objeto cognitivo– literalmente, un aspecto cognitivo (rnam-pa).
¿De qué estamos hablando aquí cuando hablamos de apariencias cognitivas o de aspectos cognitivos de un objeto cognitivo? Estamos hablando de hologramas mentales, pero no solo visuales. Hay hologramas mentales de sonidos, olores, sabores, sensaciones físicas, pensamientos y demás.
Si lo analizamos, aún desde un punto de vista científico: ¿qué pasa cuando vemos algo? Desde un punto de vista científico, hay fotones que inciden en las células sensoriales cognitivas de los ojos. Luego, éstos se transforman en impulsos eléctricos que disparan varios procesos neuroquímicos. Luego, de alguna manera muy compleja, dichos impulsos –neuro-eléctricos e impulsos neuroquímicos– dan surgimiento a lo que experimentamos subjetivamente. Lo que experimentamos es un tipo de holograma; esa es la única forma de describirlo ¿verdad? Un holograma mental. Si abrieran tu cerebro, en realidad no podrían encontrarlo; no está ahí en un tipo de forma física. Así que cuando hablamos de “claridad”, estamos hablando de esta actividad –la actividad experiencial y subjetiva de dar surgimiento a un holograma mental.
Aquí es donde entra el término “meramente”. Porque no es que haya una persona separada que lo esté haciendo, y no hay una máquina llamada “la mente” que lo esté haciendo. No hay una máquina interna donde la persona presiona algunos botones y entonces surge el holograma mental; tan solo está sucediendo. Eso es todo: solo está sucediendo. Así que es solo la actividad de esto sucediendo, “dando surgimiento”. Como ya lo mencioné, la palabra es una inflexión de la misma palabra usada para el amanecer, el surgimiento del sol. No es que alguien haga que surja el sol; solo sale. De la misma manera que no hay un Dios del Sol que haga que surja el sol, tampoco hay una persona dentro de nuestra cabeza haciendo que surjan los hologramas. En realidad, esa es una analogía muy útil: no hay Dios del Sol en nuestra cabeza que hace que todo sea “claro”.
Ahora, el término que nos queda en nuestra definición es “darse cuenta” y ese es un término difícil. Lo que en realidad está describiendo, es a la misma actividad mental, desde un punto de vista diferente. No es que estemos hablando de dos tipos diferentes de actividad mental que encajen. Estamos hablando de una sola actividad. “Darse cuenta” significa “un involucramiento cognitivo (‘jug-pa) con un objeto cognitivo”. El surgimiento de un pensamiento y el pensar un pensamiento son lo mismo. No es que surja el pensamiento y luego lo pensemos ¿verdad? No son actividades consecutivas. Ver es el equivalente al surgimiento de un holograma mental. No es que primero surja el holograma y luego lo veamos. ¿Cómo podría surgir sin verlo?
Así que ambos términos se refieren a la misma actividad, y eso es lo que está sucediendo a cada momento sin interrupción. El contenido está cambiando constantemente, pero hay continuidad; no es que el contenido surja arbitrariamente. Entonces, eso nos lleva a la explicación del karma y demás, pero no vamos a hablar de eso; sobre lo que forma la secuencia. En realidad, no es solo karma. ¿Por qué cuando veo a las personas de un lado del cuarto y giro mi cabeza hacia el otro lado, veo a las personas de ese otro lado del cuarto? No diríamos que es por karma. El karma puede ser por el hecho de que estoy en este cuarto y que todos ustedes también están aquí, pero es un poco más complicado que eso, ¿verdad? No es que ahora volteé la cabeza hacia atrás y vea un elefante. A menos que hubiera una causa para tener una alucinación así. O quizá lo vea porque entró un elefante al cuarto, pero entonces, tendríamos que investigar si en verdad hay ahí un elefante. Por esto es que estamos hablando de investigar estas apariencias.
Entonces, por supuesto que la actividad mental siempre tiene una base física. Ese es su apoyo. Así que también podemos describir esa actividad mental desde el punto de vista de las ondas cerebrales, impulsos neuronales e interacciones neuroquímicas. Eso describe a la misma actividad desde un punto de vista diferente.
Así que, el punto principal a entender es que estamos hablando de esta actividad mental: de momento a momento, sin principio, sin final, sin interrupciones, individual y subjetiva. Dar surgimiento a un holograma mental y tener, de alguna manera, un involucramiento cognitivo con el mismo, y solo eso. No hay una persona separada haciendo que eso suceda o que esté sentada en nuestra cabeza mirándolo suceder. Y no hay una máquina – mente – que esté manejando la persona para que eso suceda.
Conciencia primaria y factores mentales
Ahora, analizando más a fondo desde el lado del involucramiento cognitivo, encontramos que cada momento de nuestra cognición tiene dos componentes. Uno es llamado “conciencia primaria” (rnam-shes) y el otro “factores mentales” (sems-byung). Cada momento los tiene. La “conciencia primaria” es alguna de los cinco tipos de conciencias sensoriales: ver, oír, oler, saborear, sentir una sensación física, o bien el sexto tipo, la conciencia mental.
¿Qué hacen este tipo de conciencias primarias? ¿Cómo se involucran con el holograma mental que surge? Por supuesto que esta forma de hablar de las conciencias primarias es engañosa porque suena como si estuviéramos hablando de dos actividades separadas, consecutivas –el surgimiento del holograma mental y el tipo de involucramiento cognitivo con el mismo– y esto no es, para nada, el caso. Así que esto es con lo que en verdad tenemos que trabajar: tenemos que darnos cuenta de que, aunque al explicarlo con palabras, parezca que aquí hay una dualidad, el surgimiento del holograma y el involucramiento cognitivo por la conciencia primaria y los factores mentales, son todos simultáneos y describen el mismo evento cognitivo. Esto es lo que hacemos en la meditación analítica: tratamos de ensamblar todo junto de acuerdo con sus definiciones.
La conciencia primaria se da cuenta solamente de lo que es llamado la “naturaleza esencial” (ngo-bo) de un objeto. ¿Qué significa “naturaleza esencial”? En realidad, cada objeto cognitivo tiene dos naturalezas esenciales: su naturaleza esencial convencional – lo que son convencionalmente, qué tipo de objeto son específicamente – y su naturaleza esencial más profunda, su vacuidad (vacío). A menos que estemos enfocados en la vacuidad, nuestra conciencia primaria se da cuenta únicamente de la naturaleza esencial convencional de algo: ¿qué tipo de objeto es el holograma mental? ¿Es algo visible? ¿Es un sonido? ¿Es un aroma? ¿Es un sabor? ¿Es una sensación física? O ¿es un objeto que conocemos por cognición mental? Para cada tipo de objeto, hay un tipo diferente de conciencia primaria: conciencia visual para lo que se ve, conciencia auditiva para los sonidos y demás.
Podemos pensar en esto en términos de una computadora. No soy un experto en computadoras, así que pido una disculpa si lo que digo no es exacto. Sin embargo, si nuestra actividad mental funcionara como una computadora, con una representación digital de las cosas con ceros y unos, entonces la conciencia primaria sería capaz de conocer: ¿se trata de un texto, un sonido un dibujo - qué es? Es muy impresionante que las computadoras puedan hacer eso, pero nuestra actividad mental también lo hace; eso es lo que hace la conciencia primaria. Conoce la naturaleza esencial del holograma mental como algo visible, por ejemplo. Solo conoce el tipo de holograma que es.
Los factores mentales acompañan a la conciencia primaria y se dan cuenta de los mismos objetos que conoce la conciencia primaria, pero los toma como objetos cognitivos de formas especiales. Hacen esto sin añadir nada, que es llamado “interpolar”, o negar algo que está ahí, que es llamado “repudiar”. Al igual que la conciencia primaria, los factores mentales mismos, no proyectan nada. Solo ayudan a la conciencia primaria que acompañan. Algunas llevan a cabo funciones que ayudan a la conciencia primaria a tomar cognitivamente al objeto: atención, concentración, interés… muchos, muchos factores están involucrados en una forma casi mecánica, para hacer funcionar a la actividad mental. Otros añaden un sabor emocional, que puede ser un sabor emocional positivo como el amor por el objeto, o negativo como el odio por el objeto. Todos estos –las conciencias primarias y una serie de factores mentales acompañantes– surgen simultáneamente como parte de un momento de actividad mental.
Así que, si pensamos en ello, no es que primero surja el holograma y luego lo veamos, y luego nos guste; no es así. Todo sucede a la vez. Bueno, démonos un momento para digerir esto.
¿Cómo lo digerimos? Examinándolo - recordemos la meditación analítica - examinando lo que estamos experimentando en este momento. ¿Qué estamos experimentando? Estamos mirando, estamos viendo. ¿Qué estamos viendo? ¿Qué está pasando en nuestro cerebro? Todos esos impulsos eléctricos y cosas así. Lo que estamos viendo es, obviamente, un holograma mental. Lo que vemos de este lado del cuarto –el holograma mental– y lo que ve la gente del otro lado del cuarto es diferente ¿verdad? Algunas personas ven el lado derecho de mi cabeza y otras ven el lado izquierdo de mi cabeza. Y aquí viene el desafío: ¿están viendo todos el mismo objeto? ¡Pero no hablaremos de eso! Eso también necesita ser analizado.
Así que, por supuesto, hay variables ¿verdad? De cuánta atención están poniendo, de qué tan interesados están ¿están aburridos? ¿Están interesados? ¿Tienen sueño? ¿Están despiertos? ¿Están felices? ¿Están infelices? ¿Están sintiendo una emoción positiva hacia mí o una negativa? Es posible que la emoción no tenga nada que ver conmigo; puede tener relación con lo que sucedió antes de que llegaran aquí. Todo eso está involucrado simultáneamente en este momento de cognición, en este momento de actividad mental. Eso es lo que está sucediendo. Por supuesto que es individual, cada uno de nosotros está experimentando algo diferente, aunque estemos en el mismo cuarto y estemos escuchando los mismos sonidos. Eso es algo sorprendente, ¿verdad?, si pensamos en ello. Es individual y subjetivo. Es subjetivo: algunas personas están felices, otras infelices, y otras personas no sienten nada.
Además, no solo estamos viendo algo. No es solo ver lo que está sucediendo ¿verdad? También es escuchar; tener la sensación física de la temperatura en el cuarto, el aroma del aire, y, si nos ponemos realmente raros, la sensación física de la lengua en nuestra boca. Es posible que no le estemos poniendo mucha atención a la sensación de la lengua en nuestra boca. Eso significa que varían cada uno de estos factores, ¿no es así? A veces son fuertes, a veces débiles. La actividad mental. Necesitamos identificarla, esto es crucial. Es con lo que estamos trabajando aquí.
(pausa para reflexionar)
Una persona como una imputación sobre la actividad mental
Hagamos ahora esto un poco más interesante. Las personas, es decir, el “yo” convencional, son imputaciones sobre los factores de los cinco agregados que componen cada momento de su cognición. Cada momento de nuestro experimentar cosas –sus componentes– podríamos decir que pueden agruparse en cinco cajones diferentes. Sin embargo, por supuesto que es solo un esquema conceptual, no hay tales cajones. Entonces, en un sentido, las personas son imputadas sobre continuos individuales y subjetivos de actividad mental.
En un momento explicaremos las imputaciones, pero un punto importante sobre ellas es que las imputaciones, tales como las personas, y sus bases de imputación, y su actividad mental, no son idénticas. Esto puede ser muy confuso porque en el caso de las personas y la actividad mental, tienen algo en común. Las personas también toman a los objetos cognitivamente, no es que solo “la conciencia vea; yo veo”. No es que solo “la conciencia visual está viendo”, tendríamos que decir “yo estoy viendo”. No es que solo “la conciencia mental está pensando”, tendríamos que decir, “yo estoy pensando”. Pero no es que ese “yo” sea algo totalmente separado de la actividad mental y que sea quien esté llevando a cabo la actividad mental. No es como si la persona fuera el agente de la actividad mental. Pero hay una persona pensando y es “yo estoy pensando” – no es “tú estás pensando” y no es “nadie está pensando”. Esto no es muy fácil de entender ¿verdad? Es algo con lo que realmente tenemos que trabajar.
Una persona, entonces, un “yo” es una imputación sobre cada momento de un continuo individual y subjetivo de actividad mental. Así que, si ambos se dan cuenta cognitivamente de los objetos ¿cuál es la diferencia entre la actividad mental y la persona? La actividad mental da surgimiento a los hologramas mentales, mientras que la persona no lo hace. Esa es la diferencia.
Además, hay ocasiones en que nuestra actividad mental se da cuenta cognitivamente del holograma mental al que da surgimiento, pero la persona como imputación de esa actividad mental no lo conoce o sabe. Por ejemplo, cuando estamos dormidos, la conciencia auditiva conoce el sonido del reloj despertador haciendo tictac, pero no lo oímos. A esto se le llama “cognición subliminal” (bag-la nyal). En Occidente diríamos que no somos conscientes del sonido del reloj despertador haciendo tictac. Pero si nuestra conciencia auditiva no continuara durante la noche para dar surgimiento al holograma mental del sonido del tictac, y en cierto sentido, escucharlo, ¿cómo podríamos escuchar el sonido del despertador cuando sonara?
Pero, independientemente de si estamos o no conscientes de los objetos de nuestra actividad mental, de cualquier manera, como personas, somos imputaciones sobre esa actividad mental sin interrupción. Siempre hay alguien como imputación sobre esa actividad mental; nunca es nadie. ¿Cómo entendemos eso? No podemos tener a una persona sin actividad mental y no podemos tener actividad mental sin una persona. Por cierto, “persona” se refiere a cualquier forma de vida que tenga actividad mental, que actúe intencionalmente y que experimente los resultados de sus acciones con cierto nivel de felicidad o infelicidad. Entonces, el término “personas” (gang-zag), como se usa en el budismo, no solo se refiere a humanos. Por esta definición, también son personas los animales y los insectos.
¿Se puede tener a una persona sin actividad mental? No. Aunque alguien se encuentre en coma, sigue siendo una persona porque sigue habiendo cierto nivel de actividad mental, de otra manera estaría muerta. De la misma manera, no podemos tener actividad mental sin que sea la actividad mental de una persona. Las personas y la actividad mental surgen en dependencia una de la otra. A esa relación entre una imputación (una persona) y la base de imputación (actividad mental), le llamamos “surgimiento dependiente”. Es de alguna manera como la relación entre un todo y sus partes, en el sentido de que no puedes tener un todo sin partes, y que las partes no pueden existir como partes independientemente de ser partes de un todo, aunque no estén presentes todas las partes.
Entonces, un todo es una imputación sobre las partes, y una persona es una imputación sobre la actividad mental en general, y si queremos ser más específicos: una imputación sobre los cinco agregados. Y un punto importante, vemos a una persona, no solo pensamos que vemos a una persona cuando en realidad todo lo que vemos es un cuerpo. Las personas no son solo construcciones mentales.
El agregado de las formas de fenómenos físicos
Así que tenemos estos cinco agregados. “Agregados” solo significa un grupo o una conglomeración de muchos elementos. Cada momento de actividad mental está compuesto de uno o más elementos de cada uno de estos cinco agregados. El primero es el agregado de la forma de fenómenos físicos. Este incluye a los cinco tipos sensoriales de objetos cognitivos: lo visible, sonidos, olores, sabores y sensaciones físicas, ya sea que las veamos, o escuchemos y demás cuando estamos despiertos, o que las conozcamos mentalmente cuando aparece algo como ellas en nuestros sueños.
Aquí surge una discusión muy interesante. El holograma mental que surge cuando vemos algo consiste tan solo de formas de colores, pero también habría que decir que igualmente vemos objetos de sentido común. Cuando veo a este objeto en frente de mí, veo formas de colores, pero también tendría que decir que veo una flor. Un objeto de sentido común es aquel que puede conocerse por diversos tipos de conciencias y que continúa a través del tiempo. Si toco este objeto, no solo estoy teniendo una sensación física, estoy sintiendo una flor. Si la huelo, no solo estoy oliendo una fragancia, estoy oliendo una flor. Todo el sentido común flor es una imputación sobre todas las formas de fenómenos físicos que constituyen su información sensorial completa. Cuando nos damos cuenta de tan solo parte de la información, por ejemplo, de las formas de colores de su apariencia, pero no nos damos cuenta simultáneamente de otras partes, tales como su aroma, ¿nos damos cuenta también de la flor como un todo? ¿Aun así vemos una flor?
Es la misma discusión con relación a si hay personas de sentido común. Una persona es una imputación sobre un cuerpo, una mente, emociones y demás. Cuando vemos un cuerpo ¿estamos viendo a una persona, aunque no conozcamos sus pensamientos y emociones?
Existe un gran debate al respecto: ¿Cómo es que conocemos los objetos de sentido común? Eso es lo que hacemos en la meditación analítica. Investigamos cada una de estas preguntas y tratamos de entenderlo a partir de otras cosas que hemos escuchado o sobre las que hemos leído, y aplicar nuestras conclusiones en el tema que sea que estamos presentando. Con un poco de suerte, los temas se tornarán un poco más entendibles – un poco más claros y más precisos. La conclusión Prasánguika Gelug, en este caso, es que vemos a los objetos de sentido común y que vemos a las personas.
Así que el agregado de la forma de fenómenos físicos, incluye, no solo a objetos sensoriales, sino también a los sensores cognitivos físicos. Estos serían las células foto-sensibles de los ojos, las células audio-sensibles de los oídos, las células sensibles al aroma de la nariz, las células sensibles al sabor de la lengua y las células sensibles a las sensaciones del cuerpo. Y por supuesto, estos sensores no están solo puestos sobre una mesa; son parte del cuerpo. Así que un cuerpo, como un todo, también está incluido en este agregado.
El agregado de la conciencia
El siguiente agregado, es el agregado de la conciencia e incluye a los seis tipos de conciencias primarias. Una de ellas está involucrada en cada momento. Eso sí, también podríamos tener dos o más tipos de conciencias activas al mismo tiempo. Podemos ver y escuchar al mismo tiempo. La cantidad de atención que acompaña a cada cognición puede ser diferente, pero están sucediendo al mismo tiempo. También podemos estar pensando en otra cosa –vagando mentalmente– al mismo tiempo ¿verdad? Así que cada momento de actividad mental es un paquete diferente de conciencias primarias y formas de fenómenos físicos, aun cuando ese fenómeno físico sea nuestro cuerpo mientras pensamos o en el sueño profundo.
Los agregados de sentir niveles de felicidad
Los factores mentales están distribuidos entre los tres últimos agregados. El agregado de la sensación contiene solo un factor mental, llamado sensación. “Sensación” significa sentir cierto nivel de felicidad, en algún lugar de la escala de felicidad a infelicidad, o una sensación neutra que no es felicidad ni infelicidad, cuando estamos absortos en estados increíblemente avanzados de meditación profunda.
El nivel de felicidad o infelicidad que sentimos, no necesita ser intenso o dramático, pero siempre hay un nivel de sensación presente, aunque estemos dormidos. Por supuesto que es variable la atención que dirigimos a esa sensación, pero en cada momento hay cierto nivel de felicidad.
El agregado de la distinción
El agregado de la distinción también contiene solo un factor mental, la distinción. Algunas veces lo veremos traducido como “reconocimiento”; eso es engañoso. “Reconocimiento” implica que ya sabíamos algo y que luego comparamos eso que ya conocemos y lo reconocemos nuevamente. Para nada estamos hablando de eso. De lo que estamos hablando es de que: dentro de un campo sensorial, por ejemplo, la vista, lo que surge es un holograma mental de formas coloreadas. O hasta podríamos describir lo que surge como un holograma mental de píxeles de colores, si lo analizamos desde el punto de vista de cada una de las células de la retina. Así que, ¿cómo armamos esto para formar objetos? No solo vemos píxeles o formas de colores ¿verdad? Vemos objetos, objetos cognitivos de sentido común. ¿Cómo es capaz la actividad mental de lograrlo?
Con el agregado de la distinción, el factor mental de distinguir conoce las “marcas características definitorias” (mtshan) de los objetos de sentido común y esto nos permite diferenciar un objeto de sentido común de todas las otras formas de colores y píxeles de colores del resto del campo sensorial a su alrededor. Sin embargo, con la distinción, no sabemos qué es el objeto, no lo “reconocemos”; meramente lo diferenciamos de todo a su alrededor, para poder enfocarnos en él con otros factores mentales.
Hay una gran discusión en la filosofía budista sobre dónde están localizadas estas marcas características. Sin embargo, no entraremos en esa discusión; eso se complica mucho. De cualquier manera, con este agregado distinguimos los objetos de sentido común que surgen como hologramas mentales en nuestra actividad mental; de otra forma, no podríamos manejar lo que sucede a nuestro alrededor.
El agregado de otras variables que afectan
El quinto agregado es el agregado de otras variables que afectan, y aquí encontramos al resto de los factores mentales. “Variables” significa que cada elemento en este agregado cambia momento a momento, como lo hace la combinación mental de factores de estos agregados que suceden a cada momento de la actividad mental. “Que afectan” significa que afectan a nuestra experiencia. Así que aquí estamos hablando acerca de todos los otros factores mentales que afectan a nuestra experiencia: atención, concentración, interés, todas las emociones, etc. Todas estas cosas afectan a nuestra experiencia ¿cierto?
Además, en este agregado está la persona, el “yo” convencional, así como otras –y aquí viene otro término técnico– “variables que afectan no congruentes” (ldan-min ‘du-byed), como la edad. “No congruentes” significa que no comparten cinco cosas en común con la conciencia primaria y los factores mentales. Así, las conciencias primarias y los factores mentales son “congruentes”. Ese es un término de la geometría; estoy seguro que todos estudiamos geometría en la escuela. Por ejemplo, dos triángulos son congruentes. Tiene la misma forma; encajan. ¡Fíjense, sí nos fue útil estudiar geometría! Podemos poner al maestro de geometría en el árbol de los gurús. De álgebra, no sé, pero de geometría sí. Así que dos triángulos comparten cosas en común. Tienen la misma forma; con congruentes.
De la misma manera, la conciencia primaria y los factores mentales son congruentes en un momento de actividad mental; comparten cinco cosas en común. (1) Dependen del mismo sensor cognitivo: por ejemplo, las células fotosensibles de los ojos. No estamos hablando del órgano; no estamos hablando del ojo completo. Estamos hablando de las células fotosensibles en la retina. O las células audio-sensibles – creo que son los vellos en nuestro oído interno, o algo en nuestro oído interno. Estos son los sensores, como las celdas foto-sensibles en las puertas que abren automáticamente. El ver y la concentración involucrada en el ver, todas dependen de esas células. (2) Todas están dirigidas al mismo objeto focal. (3) Todas dan surgimiento al mismo holograma mental, y (4) todas suceden al mismo tiempo. Entonces, (5) todas comparten la misma “fuente natal” (rdzas). Lo que eso significa, es que todas funcionan juntas armoniosamente, con solo una conciencia primaria y una instancia de cada uno de los factores mentales acompañantes, surgiendo en una cognición específica.
Entonces, las conciencias primarias y estos factores mentales todos comparten estas cinco cosas en común, son congruentes. Sin embargo, las personas no son congruentes con las conciencias primarias y los factores mentales. Por ejemplo, no dan surgimiento al holograma mental. Pueden suceder al mismo tiempo, y estar viendo el mismo objeto, pero no tienen todas estas cinco cosas en común.
La naturaleza funcional de la actividad mental
¿Qué es relevante de todo esto en nuestra discusión sobre las apariencias? Lo que es relevante, es que todo esto –las conciencias primarias y los factores mentales– no entran en conflicto con la naturaleza funcional intrínseca de la actividad mental. Hay muchas diferentes palabras tibetanas que muy comúnmente se traducen de la misma manera: “naturaleza”. Sin embargo, a menos que nos remitamos a las definiciones, realmente no entendemos las diferencias. No todas hablan de lo mismo.
Teníamos un término que era “naturaleza esencial” (ngo-bo), ¿lo recuerdan? Significa lo que algo, esencialmente, es. Es algo visible, un sonido, un aroma, etc. “Naturaleza funcional” (rang-bzhin) significa: ¿qué hace? Este término, rang-bzhin, literalmente significa “naturaleza propia” y en algunos contextos se refiere a una “naturaleza auto establecida”, pero en el contexto de nuestra discusión se refiere solo a naturaleza funcional. La naturaleza funcional de algo o la naturaleza propia de algo es innata (lhan-skyes), que literalmente significa que surge simultáneamente con ello. Es una característica intrínseca de algo y, sin ella, ese algo ya no sería lo que convencionalmente es.
La naturaleza funcional de la actividad mental es meramente el dar surgimiento a un holograma mental, que es lo mismo que tener un involucramiento cognitivo con él. Esto es lo que necesitamos recordar, porque lo que queremos entender es si la actividad mental, teniendo esa naturaleza funcional innata, puede ser liberada o llegar a iluminarse. Para entender eso, necesitamos analizar cuáles son los elementos constitutivos que acompañan a la actividad mental y causan sufrimiento y problemas, y ¿pueden ser removidas de la actividad mental, sin que dicha actividad mental pierda su naturaleza funcional y, por lo tanto, deje de ser actividad mental? Luego, necesitamos ver cuáles de los elementos constitutivos pueden seguir presentes en nuestra actividad mental cuando estemos liberados e iluminados, y de esos, cuáles están presentes y son indispensables en cada momento, aunque nuestra actividad mental contiene al sufrimiento y a sus causas. No queremos deshacer a nuestra actividad mental de esos. De hecho, no podemos detenerlos. Siempre estarán funcionando.
Así, ¿qué es lo que siempre será parte de nuestra actividad mental? ¿Qué es lo que siempre será propicio o adecuado con esta naturaleza funcional de meramente dar surgimiento a un holograma mental y a su involucramiento cognitivo? Bueno, primero, lo que necesitamos determinar es: ¿Puede haber actividad mental sin dar surgimiento a un holograma mental e involucrarse cognitivamente con él? Queremos alcanzar la verdadera cesación. ¿De qué queremos alcanzar la verdadera detención? Queremos alcanzar una verdadera detención sobre la base de la actividad mental. Queremos deshacernos de las cosas que causan problemas, pero, aun así, queremos conservar la actividad mental: este involucramiento cognitivo y dar surgimiento al holograma mental, que es siempre con las conciencias primarias y factores mentales.
Así que ahora examinamos, analizamos: ¿De qué podríamos deshacernos y que siguiera habiendo actividad mental? ¿Podríamos deshacernos de dar surgimiento a un holograma mental e involucramos cognitivamente con algo? Si nos deshiciéramos de eso, ¿seguiría habiendo actividad mental? No, porque esa es la naturaleza funcional innata de la actividad mental. Es la marca característica definitoria – la definición de actividad mental. Así que no hay nada que sea mutuamente excluyente con la mera claridad y darse cuenta, y que pueda reemplazarlas y dejar aun así a la conciencia primaria y a sus factores mentales asistentes, como siendo actividad mental. Así que, sin importar a qué tipo de apariencia mental la actividad dé surgimiento, siempre están presentes la conciencia primaria y los factores mentales, y dando surgimiento a un involucramiento mental con hologramas mentales. Esto es verdadero, tanto si la actividad mental es con sufrimiento y las causas del sufrimiento o sin ellas cuando se está liberado o iluminado.
No importa lo que estemos viviendo (o experimentando), lo loco que pueda ser. Sigue siendo actividad mental. Sigue siendo conciencias primarias y factores mentales. Sigue siendo el mero surgimiento de un holograma mental y un involucramiento cognitivo. Por supuesto que el holograma mental que surge, puede ser preciso o impreciso, puro o impuro, manchado o sin manchas. El involucramiento mental podría ser válido o inválido, preciso o distorsionado, decisivo o indeciso. Necesitamos ordenar todos estos tipos de actividad mental, pero con todos ellos, la naturaleza funcional básica de la actividad mental se mantiene igual.
Así que, como Tsongkhapa enfatiza tan fuertemente en su presentación de la vacuidad en el Lam-rim chen-mo, Gran presentación de las etapas graduadas del camino, no queremos lograr la verdadera detención de demasiado, porque entonces no estaríamos experimentando nada; no habría actividad mental. Tampoco queremos alcanzar la verdadera detención de demasiado poco, porque entonces seguirían las causas del sufrimiento. Por eso es muy importante no hacer una refutación excesiva ni una refutación insuficiente. No es que nos deshagamos de nuestro sufrimiento si tan solo dejamos de pensar en cualquier cosa o solo nos convirtamos en nada: eso no va a suceder. Necesitamos trabajar con nuestra actividad mental e identificar de cuáles de sus miembros constituyentes podemos deshacernos sin perder la naturaleza funcional innata de nuestra actividad mental, y de cuáles no necesitamos deshacernos porque son esenciales para el funcionamiento de la actividad mental.
Resumen de lo que necesitamos analizar
Tal vez sea suficiente por esta noche. Es importante reflexionar y tratar de entender esta presentación básica de la actividad mental, que es el tema principal del que estamos hablando cuando hablamos de tipos de apariencias. Luego comenzaremos a explorar: ¿cuáles son las cosas de las que queremos deshacernos en nuestra actividad mental porque causan problemas, de cuáles no queremos deshacernos porque pueden ayudarnos a beneficiar a los demás, y cuáles son las que siempre permanecerán ahí? Cuando hablamos de puras e impuras, de precisas e imprecisas, ¿de qué estamos hablando? ¿Qué es puro o impuro? ¿Qué es preciso e impreciso? La actividad mental en sí misma de dar surgimiento a un holograma, ya sea preciso o impreciso, no es el problema. El problema es si el holograma al que da surgimiento es preciso o impreciso. Eso es lo que estoy tratando de transmitir de esta manera bastante complicada, para que identifiquemos correctamente lo que necesitamos analizar y lo que necesitamos purificar.
Ejercicio
Dediquemos unos minutos –y no mis habituales “unos minutos”, que significan, solo diez segundos debido a mi falta de paciencia– dediquemos, en verdad, unos minutos a pensar en esto. Tratemos de revisar en nuestra mente si hemos entendido algo de esta discusión. Consideremos el contenido de lo que hemos venido discutiendo –la actividad mental– y qué hemos entendido sobre eso. Si vamos a analizarlo, necesita haber el surgimiento de un holograma metal y un involucramiento cognitivo con dicho contenido. ¿Cómo se vería dicho holograma mental? ¿Qué tipo de holograma mental surgiría? Pensémoslo. Luego podrán darme sus respuestas, una vez que lo hayan pensado.
(pausa de cinco minutos)
Bueno, se acabó la paciencia. Así que díganme: Cuando recordaron lo que hablamos –la actividad mental– con cierto entendimiento de ello, ¿Cuál fue el holograma mental que surgió? ¿Alguien quiere contestar? ¿Qué surgió en su llamada “mente”? Aunque “mente” no es una especie de caja de la que surgen cosas.
Si los hologramas mentales de otras personas u otros fenómenos como sonidos, etc., surgen en nuestra mente, ¿también está surgiendo el holograma de nosotros mismos si estamos pensando en nosotros mismos?
Si pensamos en nosotros mismos, seguro que habría un holograma de nosotros. Pero ¿qué nos representaría? ¿Cómo nos vemos? ¿Nuestro nombre? ¿El sonido de nuestro nombre? ¿Qué “me” representa? ¿Puede solo surgir mi “yo”? ¿Puede? No. “Yo” solo puede surgir con alguna base de su imputación surgiendo simultáneamente. Aunque esa base sea solo el sonido mental de la palabra “yo”.
Lo que es interesante es que: si cuando surge en nuestra actividad mental un holograma mental de algún objeto externo o persona, y lo experimentamos de forma dualista como si hubiera un “yo” separado de la actividad mental viendo a este holograma, ¿hay un holograma de “mi” separado surgiendo junto con el holograma del objeto o de la otra persona? Esto es algo para analizar en otro momento.
Pero, ¿qué holograma mental surge cuando estamos tratando de recordar lo que entendimos de la exposición sobre la actividad mental?
Mencionaste anteriormente la no dualidad, pero en nuestra mente lo que surge es en realidad dualidad. Está la dualidad de “yo” y luego todo lo que estamos tratando de entender y de ser conscientes. Y eso hace surgir otra pregunta. ¿Cómo distinguimos entre lo que nosotros añadimos al holograma mental y lo que pertenece al holograma mental del llamado mundo externo “objetivo”? Parece como si ahí también hubiera cierta dualidad.
Recuerden lo que estábamos diciendo: la actividad mental se da sin una persona separada de ella haciendo que suceda u observándola. Tiene un componente cognitivo – la conciencia primaria y los factores mentales – y un componente de contenido, el holograma mental. Sin embargo, estos no son dos cosas separadas, que existen independientemente como dos pelotas de ping pong unidas. Están hablando sobre lo mismo desde dos puntos de vista. Ese momento de actividad mental está formado de cinco factores agregados; es un entramado de muchos componentes. Como un entramado, no está hecho de pelotas de ping pong separadas unidas con palos.
Cada uno de los componentes en un momento de actividad mental surge en dependencia de sus propias causas y condiciones. Algunas de esas causas y condiciones se ven afectadas, o provienen de factores en nuestro propio continuo mental, y otras de fuentes externas. Por ejemplo, yo veo la pared y los veo a ustedes sentados ahí. El holograma mental de eso que surge en mi actividad mental de verlos, surge con la pared y las personas externas como su condición focal. El hecho de que yo haya venido y los haya visto y que experimente el verlos con felicidad, es el resultado de mis tendencias kármicas que son imputaciones sobre mi propio continuo mental.
Pero el verlos aquí, también es el resultado de sus tendencias kármicas que causaron que ustedes vinieran, además del duro trabajo de la gente que construyó este edificio, sin mencionar a sus padres que les dieron nacimiento y demás. La fuerza de cada uno de los factores mentales que acompañan el que yo los vea, tales como atención, la concentración y las diversas emociones, todas vienen de sus propias tendencias, que también son imputaciones en mi continuo mental.
Aunque algunas de las causas y condiciones para los componentes de este momento de actividad mental están en mi propio continuo mental, algunas otras están en el continuo mental de otras personas y otras más vienen de objetos externos; sin embargo, el resultado de todas ellas son los componentes de los cinco agregados en mi propio continuo mental que constituye este momento de cognición. La persona, el “yo”, es solo una imputación sobre la base de estos cinco factores agregados. En este momento, no hay dualidad dentro del contexto de los cinco agregados porque, como ya dije, todos forman un entramado para dar surgimiento a un momento de experiencia. Podemos aislar, conceptualmente, todos sus componentes, pero no existen como si tuvieran una cubierta de plástico separados unos de otros.
Sin embargo, esto todavía no responde nuestra pregunta: Cuando tratan de entender y recordar todo lo que hemos estado explicando, ¿qué holograma mental surge?
El holograma que surge es como una imagen que surge en la pantalla de una computadora, que surge de la fuente externa de teclear algo y de la fuente interna del programa de la computadora y el sistema operativo.
De acuerdo, el holograma se puede comparar con la imagen en la pantalla de la computadora, pero la computadora no la experimenta con felicidad o infelicidad. Así que no es actividad mental.
De cualquier forma, siguen sin contestar: ¿qué holograma mental surge cuando están pensando en lo que entendieron de esta conferencia sobre actividad mental? Es el holograma mental de una representación mental del sonido de palabras ¿o no? Eso es lo que piensan. Es la representación del sonido de palabras. Sin embargo, las palabras no pueden ser palabras sin tener significado. De otra forma serían solo sonidos. Así que, el holograma mental es una representación del sonido de las palabras, y las están conociendo a través de un tipo de entendimiento de lo que las palabras significan. Están distinguiendo algún significado y dicho significado puede ser preciso o puede ser no tan preciso. Entonces, posiblemente, si realmente han avanzado, entonces al enfocarse en cualquier holograma que surja a cada momento, su actividad mental puede estar acompañada por su entendimiento en esta conferencia sin tener que representarlo explícitamente con palabras mentales.
En cualquier caso, como cualquier tipo de actividad mental, pensar implica el surgimiento de hologramas mentales y el involucramiento cognitivo con ellos. Generalmente, para la mayoría de nosotros, el holograma mental es una representación mental de los sonidos de las palabras. Algunos de nosotros pensamos con películas mentales o fotografías. La mayoría de nosotros pensamos en términos de sonidos mentales.
Un amigo mío estudió lengua de señas. Él trabaja con muchas personas que son sordas de nacimiento, así que no tienen imagen mental del sonido. Así que la pregunta es: ¿cómo piensan? ¿Cómo sueñan? Él me reporta de sus conversaciones con ellos que no piensan con una imagen mental de sus manos haciendo las señas del lenguaje. Lo que hacen, es pensar con una representación mental de la sensación física del movimiento de sus manos haciendo las señas. La sensación física del movimiento de sus manos tiene un significado asociado a ellas y su actividad mental va acompañado de un entendimiento de dicho significado. De otra forma, solo estarían pensando en lo que se siente mover las manos. De manera similar, si no asociáramos el significado de la representación mental de los sonidos de las palabras cuando pensamos en ellas, entonces solo estaríamos pensando en sonidos. Interesante ¿verdad?
Así que, hologramas mentales: necesitamos entender de qué estamos hablando, no solo en un sentido de percepción, sino también en pensamiento.