Apreciar a todos de forma igualitaria y desarrollar compasión

La necesidad de una actitud igualitaria hacia todos 

Para desarrollar la compasión es necesario purificar y entrenar la mente y el corazón. La definición de compasión es la actitud con la que deseas que todos estén libres de sus problemas e infelicidad. La actitud con la cual deseas que todos sean felices se llama amor. La razón por la que nosotros no tenemos estas actitudes de desear que todos sean felices y que nadie tenga problemas es porque no tenemos una actitud igualitaria hacia todos. Esto es porque sentimos hostilidad y enojo hacia los enemigos, y sentimos apego y fascinación por amigos y familiares. 

Superar el apego, la hostilidad y la indiferencia 

Para superar nuestro apego debemos darnos cuenta de que el apego está relacionado con un tipo de deseo fascinado, y esto es algo que es muy destructivo y desarrolla una gran cantidad de potencial negativo. Es destructivo estar tan fascinados con alguien y, debido a ello, el apego y el deseo desarrollan un gran potencial negativo. Si somos hostiles hacia un enemigo, entonces nos volvemos personas enojadas y desarrollamos odio, y esto también produce una gran cantidad de problemas. Es necesario superar estas actitudes y sentimientos extremos de apego y hostilidad, y desarrollar una actitud igualitaria hacia otros en la que no nos sintamos hostiles y enojados hacia aquellos que consideramos nuestros enemigos, y no sintamos apego hacia aquellos que nos gustan y que consideramos nuestros amigos. 

Otra razón por la que no tenemos una actitud igualitaria hacia todos es porque, solo cuando las personas nos ayudan, sentimos el deseo de ayudarlas a cambio. La única razón por la que queremos ayudar a alguien es porque ha hecho algo bueno por nosotros y nos ha ayudado. La razón por la que queremos lastimar a un enemigo, la razón por la que nos sentimos enojados y queremos lastimarlo, es porque nos ha hecho daño de alguna forma. La manera de aprender a manejar esta situación, es pensar en tres personas delante de nosotros: una que nos ha ayudado, una que nos ha lastimado mucho, y alguien, un extraño, que ni nos ha ayudado ni nos ha lastimado. Debemos observar los sentimientos que surgen cuando pensamos en estas tres personas delante de nosotros. La persona que nos ha ayudado – nos dan ganas de hacer algo lindo por ella, nos dan ganas de ayudarla. La persona que nos ha lastimado – tenemos ganas de lastimarla también. La persona que no nos ha ayudado ni lastimado – sentimos una total indiferencia, y no deseamos ni ayudar ni dañar a la persona. Simplemente no tenemos sentimientos por esa persona.

Puntos a considerar para equilibrar nuestra actitud hacia los demás 

Si vemos el tipo de actitudes que tenemos, es principalmente una actitud de favoritismo. Tenemos favoritos en términos de a quién deseamos ayudar. Debemos considerar a dos personas, alguien que nos lastimó muy profundamente ayer y que hoy nos ayudó muchísimo; y otra persona que nos ayudó muchísimo ayer, pero nos lastimó profundamente esta mañana. Deberíamos considerar, ¿a cuál deseamos ayudar y a cuál deseamos lastimar? Si vamos a ayudar a esta persona que nos ayudó ayer, bueno, esta persona nos lastimó esta mañana, ¿no es cierto? Si quisieras lastimar a la persona que te lastimó ayer, bueno, ¿acaso no te ayudó esta mañana? Debemos considerar cómo tenemos estas ideas de las personas; imaginamos que las personas son nuestros enemigos verdaderos y que siempre nos lastiman, y que esa es la forma en la que siempre son. De alguna manera, están ahí afuera tratando de atraparnos todo el tiempo; o, por el contrario, pensamos en las personas como si fueran maravillosas, que siempre nos ayudan, todo el tiempo, y que están ahí afuera constantemente tratando de ayudarnos. Si pensamos en cómo vemos las cosas en categorías tan concretas y nos damos cuenta de que realmente no es así, esto nos ayudará a equilibrar nuestras actitudes hacia los demás. 

Cuando consideramos que alguien es un extraño, que no nos ha ayudado ni lastimado durante esta vida, y consideramos cómo sentimos total indiferencia hacia esa persona y no tenemos ningún sentimiento hacia ayudarla o dañarla, deberíamos considerar cómo es bastante posible que, en el futuro, esta persona pueda ayudarnos mucho. Es bastante posible que alguien que nunca pensamos que pudiera ayudarnos en absoluto, se convierta en alguien que nos brinde muchísima ayuda. De la misma forma, no significa que alguien que consideremos que nos va a brindar mucha ayuda realmente lo haga en absoluto. En cualquier caso, deberíamos tratar de analizar que todos nos han ayudado de alguna manera en el pasado, nos está ayudando ahora y puede ayudarnos en el futuro. 

Pero podríamos objetar: Dices que todos nos ayudan siempre, pero ¿no es verdad que algunas veces las personas nos lastiman? Es verdad que algunas personas pueden lastimarnos, pero si lo observamos, la cantidad de ayuda que nos brindan es mucho mayor que cualquier daño que puedan habernos causado. Además, cuando nos hieren y lastiman, realmente podemos beneficiarnos mucho de ese daño. Por ejemplo, podrían ver mi propio caso. Mi país fue atacado e invadido, por lo que se nos causó mucho daño. Pero esta se ha convertido en una circunstancia para mí de poder viajar a muchos países alrededor del mundo y conocer a personas como ustedes, así que, en realidad, este daño resultó ser un bien. 

Además, cuando alguien nos causa una gran cantidad de daño y nos lastima mucho, esto nos da una oportunidad de practicar la paciencia y la tolerancia, y a través de perfeccionar una actitud de paciencia y tolerancia, de hecho, podemos alcanzar la iluminación. Esta es una parte necesaria del proceso. Cuando Atisha fue al Tíbet, llevó consigo un asistente indio extremadamente molesto e irritante. Las personas le dijeron: “¿Por qué traes a alguien tan irritante? Hace enojar mucho a todos”. Atisha dijo: “No, esta es la persona con la que siempre necesito practicar paciencia y tolerancia”.  

Si cuando tenemos diversos enemigos, sentimos un gran enojo y hostilidad hacia ellos y nos dan ganas de lastimarlos, si fuera el caso que nadie nunca fuera a morir, eso sería una cosa. Pero si nuestro enemigo, por ejemplo, será ejecutado mañana, con toda seguridad va a morir mañana, entonces no tendría ningún sentido tratar de lastimarlo esta noche. De la misma forma, si nosotros mismos vamos a ser ejecutados esta noche, ¿cuál sería el punto de andar por ahí lastimando e hiriendo a las personas ahora? 

Hay muchas cosas en qué pensar. Otro punto es pensar que, si llegaran diez personas hambrientas a nuestra puerta, todas tendrían el mismo derecho de ser alimentadas. Todas están igualmente hambrientas. De igual manera, si hay diez personas enfermas, todas ellas tienen el mismo derecho y necesitan recibir medicinas y tratamiento. Realmente deberíamos considerar con mucho cuidado como, así como nosotros queremos ser felices y no nos gusta tener infelicidad, problemas ni sufrir, absolutamente todos los demás se sienten exactamente de la misma forma. 

Además, no hay certeza del estatus de las personas. No es verdad que las personas sean siempre nuestros amigos o siempre nuestros enemigos. Podemos ver que unas cuantas palabras pueden convertir a nuestro mejor amigo en nuestro enemigo. Lo único que tienen que hacer es decir algo que nos lastima e inmediatamente se convierten en nuestros enemigos. De igual manera, con alguien que no podemos soportar, es bastante posible que con una pequeña circunstancia se convierta en un muy querido amigo nuestro del que no podemos soportar estar separados una o dos horas. En este sentido, deberíamos considerar cómo no hay certeza, y cómo los amigos pueden convertirse en enemigos y viceversa. 

Siempre pensamos en estas categorías concretas muy fuertes de yo y otros, como si fueran realmente categorías concretas; pero, si eso fuera así, los budas mismos habrían visto el mundo en términos de estas categorías concretas, y no fue así. Podemos ver un ejemplo de la vida del Buda. El Buda tenía un primo llamado Devadatta, y Devadatta siempre estaba tratando de lastimarlo. Solía hacer cosas como arrojar piedras y a menudo trataba de competir con el Buda. El Buda era alguien que tenía una constitución física extremadamente fuerte, como resultado de todos los potenciales positivos que había acumulado en el pasado. Cada vez que el Buda necesitaba tomar una medicina, tenía que tomar una dosis extremadamente fuerte, que fuera proporcional al hecho de que era una persona tan fuerte, con una constitución física tan fuerte. De la misma forma, su primo Devadatta sentía que tenía que competir con el Buda, y que debía recibir la misma dosis de medicina que su primo, porque pensaba que era tan fuerte como el Buda. El doctor le dijo a Devadatta: “No eres tan fuerte como tu primo el Buda y realmente no puedes tomar una dosis tan alta de medicina; te lastimará y te hará enfermar”. Pero Devadatta siguió insistiendo. Dijo: “No, soy tan fuerte como el Buda y puedo tomar la misma dosis que él”. El doctor finalmente tuvo que ceder y le dio una dosis más fuerte de lo que generalmente recomendaría para las personas ordinarias. 

Devadatta tomó su alta dosis de medicina, la cual le hizo mucho daño y lo enfermó gravemente, a tal grado que estuvo a punto de morir. El Buda fue a ver a su primo y le dijo: “Tengo a mi propio hijo, Rahula, y tú, mi primo Devadatta, siempre me estás arrojando piedras y tratando de lastimarme, pero no tengo favoritismo alguno entre mi hijo y tú. Tengo una actitud exactamente ecuánime hacia ambos. Por la verdad de mi declaración, que puedas curarte”. Apoyó su mano sobre la cabeza de su primo y éste se curó. Devadatta se curó y su única reacción fue mirar a su primo que tenía colocada la mano sobre su cabeza y le dijo: “Quita tu sucia mano de mi cabeza”.

Si el Buda viera a las personas en términos de categorías de aquellos que son míos y cercanos a mí y aquellos que son otros y distantes, entonces también estaría bien para nosotros verlas de ese modo. Pero, de hecho, el Buda nunca tuvo favoritos.  

El egocentrismo como la causa de todos los problemas 

Además, deberíamos de considerar cómo el egocentrismo y la preocupación solo por nosotros mismos son la causa de todos nuestros problemas, la raíz de todo lo que sale mal. Por ejemplo, si eres muy egoísta y solo estás preocupado por tu propio bienestar, quizás trabajes para acumular una gran fortuna. Debido a ello, entonces vienen los ladrones y te quieren robar esa fortuna, y podríamos incluso ser asesinados por esos ladrones. ¿Cuál es la raíz de eso? Haber tenido una preocupación egoísta, haber salido a tratar de acumular una fortuna en primer lugar. 

Si vemos el ejemplo de los accidentes de autos también, las personas manejan muy rápido y tienen accidentes. ¿Cuál es la razón de esto? La razón es que solo estaban preocupados por ellos mismos. Solo tenían ideas egoístas en torno a que tenían que llegar a su destino primero y más rápidamente que los demás, y debido a ello tuvieron accidentes. Cuando estás en un lugar muy resbaloso que está lodoso y mojado, vas muy rápidamente porque quieres llegar a tu destino, pero te caes, te rompes una pierna y vas al hospital, ¿cuál es la causa de tu accidente? De nuevo, tu preocupación egoísta. Estabas tan absorto tratando de que las cosas salieran a tu modo y llegar más rápido que te caíste. 

De igual manera, toda la falta de armonía y problemas que existen entre países, todos ellos son debido también al egoísmo de las partes involucradas. De igual manera, cuando las personas consumen muchas drogas y tienen muy malos hábitos de bebida, siempre están tomando alcohol, todos los problemas y dificultades que experimentan se deben a esta preocupación egoísta que los llevó a involucrarse en estos hábitos. Asimismo, alguien que es egoísta y que solo piensa en sí mismo, ¿cuál es la reacción que todos tienen ante esta persona? A nadie le gusta esa persona; a nadie le gusta alguien que es egoísta. De esta forma, debemos pensar en todas las desventajas que tiene ser egoístas. Si no te deshaces de tu egoísmo, es como tener una terrible enfermedad dentro de ti. 

Valorar a otros como la fuente de toda felicidad 

Por otro lado, todo lo bueno que nos pasa es el resultado de nuestra preocupación por otros. Si siempre estamos trabajando por otros, o siempre estamos preocupados por otros, entonces le agradaremos a todos y querrán estar siempre con nosotros. Si tal persona muere, todos se sentirán muy tristes, sentirán una gran pérdida, y todos rezarán por esa persona. Además, aquellos que siempre están preocupados por los demás, siempre tendrán éxito en sus proyectos y en su trabajo. Si estás siempre interesado por los demás y eres útil para ellos, no solo le agradarás a otros humanos como tú, sino descubrirás que también te querrán todos los animales. 

Si consideras el logro del Buda, el Buda es alguien que pudo superar todos sus obscurecimientos mentales, superar todos sus problemas, todos sus obstáculos y defectos. Fue alguien que pudo obtener todas las cualidades posibles que alguien puede desarrollar. Desarrolló su potencial más grande y pleno; y la razón por la que fue capaz de hacer todo eso fue porque renunció a su preocupación egoísta solo por sí mismo y pensó solo en los demás. Cuando siempre estás pensando en beneficiar a los demás y tu interés está siempre dirigido a los demás, entonces los demás estarán felices de que trabajes para ellos, y no se sentirán infelices de que los ignores. Pero si te sientas y solo estás pensando en ti mismo, y solo piensas que las cosas te salgan bien a ti, entonces, cuando le vaya bien a los demás, eso te hará sentir infeliz. 

Intercambiar nuestras actitudes

Lo que hemos estado haciendo hasta ahora es solo ignorar a todos los demás y trabajar únicamente por nuestro propio bienestar, y lo que necesitamos hacer es cambiar nuestra actitud; solo intercambiar nuestra actitud con respecto a estas dos cosas y, en lugar de ignorar a los demás, ahora debemos ignorarnos a nosotros mismos, y en lugar de solo apreciarnos a nosotros mismos, debemos apreciar a los demás. Esto es lo que realmente significa cambiar nuestra actitud, o intercambiar nuestra actitud con respecto a nosotros y a los demás. Intercambiar el yo con los demás no significa que ahora yo soy tú y tú eres yo. A menos que intercambiemos nuestras actitudes con respecto al yo y a los demás, no hay forma de que realmente podamos alcanzar el estado iluminado de un buda. Si desarrollamos estos pensamientos como hábitos benéficos en nuestra mente, si meditamos sobre ellos, sobre esa base, seremos capaces de desarrollar compasión sin dificultad. 

Recordar la amabilidad de todos los seres y sentir gratitud 

Además, deberíamos de considerar cómo nadie ha sido más amable con nosotros que todos los demás seres con mentes limitadas. Deberíamos considerar, por ejemplo, cómo en algunos países a las personas les gusta comer miel, y ¿de dónde proviene esa miel? ¿Cómo se hace? Es debido al trabajo de estas pequeñas abejas. Tienen que construir casas, tienen que salir a recolectar polen de las flores, elaboran la miel y todo esto es explotado, y nosotros usamos todo eso para nuestro beneficio. El hecho de que seamos capaces, como seres humanos, de tener miel, es debido a todo el trabajo duro de las abejas. Ellas hacen todo el trabajo y nosotros los disfrutamos, así que son muy amables con nosotros. De la misma forma, deberíamos de pensar de dónde viene la leche y la carne que comemos. Todo proviene de la amabilidad de los seres limitados, seres con mentes muy limitadas. 

Al pensar de esta forma acerca de la amabilidad de los demás, deberíamos sentir gratitud y tratar de retribuir esa bondad, y podemos retribuir esa bondad a través de la práctica espiritual. Si pensamos en toda la amabilidad de los demás, entonces desarrollaremos una actitud de valorarlos, así como cuando tenemos algo muy preciado y lo valoramos, y lo cuidamos muy bien. De igual manera, desarrollaremos la actitud hacia los demás con la que los valoramos, deseamos cuidarlos y nos sentiríamos muy tristes si algo malo les pasara alguna vez. 

Desarrollar compasión 

Todo esto depende de desarrollar una actitud igualitaria hacia los demás. Cuando podamos equilibrar nuestra actitud hacia todos y no tener favoritos, entonces seremos capaces de realmente desarrollar amor y compasión sinceros por todos. Para realmente desarrollar compasión debemos pensar, por ejemplo, acerca de las diversas formas en las que los pobres animales son sacrificados. Por ejemplo, en algunos países en donde sacrifican vacas y búfalos, la forma en que lo hacen es golpeando la cabeza del pobre animal con un martillo, en ocasiones más de trece veces y el animal aún no muere. Asimismo, en otros lugares, la forma en que sacrifican tortugas grandes es que simplemente las agarran y rebanan su carne mientras aún están vivas, y simplemente las matan lentamente de esta forma. Deberíamos pensar cómo nosotros mismos hemos desarrollado los potenciales negativos para nacer como un animal y experimentar exactamente lo mismo. Deberíamos de pensar cómo nos sentiríamos si nos sucedieran esas cosas. 

Lo siguiente que necesitamos pensar es cómo nuestra madre de esta vida también ha desarrollado los potenciales negativos para renacer como un animal y que algo así le sucediera. ¿Qué haríamos si viéramos que le están haciendo esto a nuestra madre? ¿Cómo nos sentiríamos? Luego pensemos en que eso mismo le sucediera a nuestro padre. Luego pensemos que eso le sucediera a cada uno de nuestros amigos. Luego pensemos que esto les pasara a nuestros enemigos. Luego piénsenlo solo en términos de todas las criaturas vivas en general. Si piensan de esta forma a través de este proceso, entonces desarrollarán un estado de compasión muy sincero en el que deseamos que todos los demás se liberen del sufrimiento y de los problemas. Si pueden verdadera y sinceramente desarrollar este gran estado de compasión, entonces el estado de convertirse en un buda no está tan lejano. Esta es una actitud grandiosa que es extremadamente importante desarrollar.  

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