Preguntas
Primero, algunas preguntas más.
¿Cuándo puedes pensar diariamente en meditar en la vacuidad? ¿Cómo debería hacerse?
Lo que debemos hacer es intentar reconocer cómo las cosas se presentan de esta manera engañosa, y casi como un mantra, podríamos decir: "¡Basura! Esto que proyecto, cómo las cosas aparecen ante mí, es basura". Tendemos a inflar las cosas, considerándolas lo más maravilloso del mundo y "tengo que tenerlo", o lo más horrible, "tengo que deshacerme de ello". Intentar reconocer todas estas proyecciones y exageraciones y simplemente decir: "Esto es basura".
En el entrenamiento en la sensibilidad que desarrollé en mi sitio web, Desarrollar una sensibilidad equilibrada, uso la imagen de reventar un globo. No es como si hubiera un "yo" separado de la realidad y venimos y reventamos el globo, sino que, en cierto sentido, reventamos el globo de esta fantasía que estamos proyectando. Por supuesto, todo esto depende en gran medida de ser capaces de identificar lo que se llama el "objeto a ser refutado". A menudo, el énfasis en lo que necesitamos intentar reconocer primero es esta exageración del "yo": que "yo" tengo que tener esto, que "yo" tengo que salirme con la mía, "yo" soy el más importante, tienes que prestarme atención a “mí”, tienes que amarme a “mí”, este tipo de cosas. "Las cosas siempre deberían salir como yo quiero". ¿Por qué? ¿Por qué deberían? "Porque soy muy importante". Bueno, esto es ridículo, así que reventamos ese globo; es así. Es de una manera muy sencilla, sin entrar en demasiados detalles, pero necesitamos algo que sea un poco más fácil de aplicar en la vida diaria.
¿Cómo evitamos la amenaza del nihilismo? Algunos dicen que, al meditar en la vacuidad, tienen la sensación de que nada importa realmente.
Llegar a la conclusión del nihilismo es una comprensión incorrecta de la vacuidad, como dice aquí en el sutra: "forma - vacuidad; vacuidad - forma". No es que nada exista; está diciendo que lo que es imposible no existe. Porque las cosas no existen aisladas, encapsuladas en plástico por sí mismas, entonces las cosas pueden interactuar entre sí y funcionar; la causa y el efecto funcionan. Cuando hablamos de mí o de ti, entonces hay un "yo" convencional. El "yo" convencional existe. Estamos haciendo cosas. Interactuamos con otros; nos lastimamos y duele. Sin embargo, el "yo" imposible – esta es la proyección sobre este "yo" convencional de que existe como algo (la palabra vaga es "sólido"), pero algo que está establecido por sí mismo, independientemente del hecho de que es el objeto referente de la categoría "yo" etiquetada sobre todos estos agregados cambiantes. Este tipo de "yo" sólido es imposible. Eso no existe. Hay que hacer una distinción muy clara entre el “yo” convencional, esto es lo que decía, que hay un objeto referente de la etiqueta “yo”, pero no algún tipo de cosa sólida detrás de eso.
Desafortunadamente, nos parece que existe un "yo" sólido que está establecido por su propio poder. Parece como si existiera un "yo" que puede ser conocido completamente por sí mismo. Bueno, esto es falso, aunque lo parezca. Por ejemplo, podríamos decir: "Veo a Boris", o "conozco a Boris", o "me gusta Boris", o "no me gusta Boris". Bueno, ¿qué veo realmente? ¿Veo a Boris? No. Veo un cuerpo, veo formas de colores, un cuerpo y, sobre esa base, existe el fenómeno de imputación "Boris". ¿Qué me gusta? Es decir, tiene que haber algo, alguna base, sobre la cual decimos "Boris". Me gusta cómo hace las cosas, o me gusta su personalidad. Es decir, ¿qué es?
O podría ser con nosotros mismos; el ejemplo que siempre uso es: "Quiero que me ames por lo que soy, solo por lo que soy, no por mi belleza, ni por mi dinero, ni por mi inteligencia, solo ámame por lo que soy". ¿Qué demonios es eso? ¿Cómo puede haber un "yo" separado de todo esto? O hicimos algo vergonzoso, pero "ese no era mi verdadero yo". "Mi verdadero yo", ¿qué demonios es mi verdadero "yo"?
El "yo" es un fenómeno de imputación en cada momento de lo que hacemos y experimentamos. Sin embargo, tenemos todos estos tipos de cosas dualistas: "Quiero encontrarme a mí mismo. ¿Me conozco?" "No me voy a permitir sentir esto o hacer aquello. Voy a contenerme". Es como si hubiera dos "yo" dentro. Esto es una locura, pero obtenemos todo tipo de emociones perturbadoras basadas en eso. Pero eso no significa que no existamos, y cuando refutamos estas formas imposibles en las que existimos, eso no significa que no haya nada. Por supuesto que existimos. Nos sentimos infelices, nos sentimos felices, hacemos esto, comemos, etc. Es solo que no existimos de la manera en que imaginamos que existimos. Es de estas maneras que uno intenta evitar el extremo del nihilismo.
¿La comprensión o introspección de la vacuidad conduce automáticamente a la compasión, o tenemos que hacer un esfuerzo adicional para lograrlo?
Esa es una pregunta muy interesante. Desde cierto punto de vista, cuando comprendemos que no existimos aislados, que estamos interconectados con todos, eso nos lleva, en cierto sentido, a comprender que compartimos los problemas y las dificultades de todos, estamos todos juntos, todos estamos interrelacionados. No es solo "mi" problema (como la contaminación ambiental), sino el problema de todos. Todos compartimos este mundo; estamos interconectados. Es en ese sentido de comprender la interrelación de todos y de todo que la comprensión de la vacuidad propicia la compasión.
También existe un tipo específico de compasión que se basa en la comprensión de la vacuidad. Entendemos que el sufrimiento de todos se debe a su incomprensión de la vacuidad. Cuando comprendemos la vacuidad, comprendemos que, si pudieran comprenderla, se liberarían de sus problemas. En este sentido, la vacuidad y la compasión están conectadas.
Ahora bien, existen algunas formas de budismo que afirman que la compasión, el amor y otras cualidades similares son cualidades naturales de la mente. Esto se enfatiza particularmente en ciertas escuelas Chan del budismo chino. El Chan es el predecesor chino del Zen japonés. Si pudiéramos aquietarnos, veríamos la realidad, dicen, y entonces esta cualidad mental de amor y compasión surgiría automáticamente. Sin embargo, no todas las formas de budismo lo afirman así, ya que el peligro de tal perspectiva reside en que, incluso si sentimos amor y compasión al aquietar la mente —y muchos de nosotros podríamos no experimentarlos incluso si logramos aquietarla—, eso podría no llevarnos a comprender la vacuidad en absoluto. Las diversas prácticas de meditación para desarrollar la compasión —y hay muchas de ellas, particularmente en las tradiciones india y tibetana, que se enfatizan— deben realizarse en conjunción con la meditación en la vacuidad.
Además, hay muchos otros niveles; es decir, esta es una pregunta importante. No es una pregunta pequeña. Cuando uno comprende la vacuidad, la vacuidad de la mente, comprende que la iluminación es posible en términos de la pureza de la mente y su capacidad de ser omnisciente, plenamente amorosa, etc. Cuando comprendemos que es posible alcanzar la iluminación y beneficiar a los demás, eso nos ayuda con la compasión.
Además, al comprender la vacuidad del yo, comprendemos lo que podemos hacer y lo que no. En otras palabras, comprendemos la relación causa-efecto. Por lo tanto, tenemos una comprensión mucho más realista de la compasión. No se trata solo de desearles lo mejor a todos, o sentir desesperanza, impotencia o sentir que nos convertiremos en un Dios todopoderoso y que, con solo chasquear los dedos, desapareceremos el sufrimiento de todos.
Ocho puntos para meditar en la vacuidad
Bien, volvamos a nuestro texto. Avalokiteshvara acaba de explicar que los cinco agregados carecen de naturaleza autoestablecida, y que la forma (es decir, las apariencias) y la vacuidad son inseparables. Eso se refiere a la forma en general, pero también existe forma dentro de los cinco agregados. Esta tampoco está separada de la vacuidad, esto es, las dos verdades, y es lo mismo para los cinco agregados. Luego, Avalokiteshvara continúa:
Así es, Shariputra, con todos los fenómenos, vacuidad: no hay características definitorias, ni surgimiento, ni cesación, ni estar manchado, ni estar separado de la mancha, ni ser carente, ni ser adicional.
Esta es una línea muy difícil. Tenemos ocho cualidades, ocho puntos que se mencionan aquí: vacuidad, ausencia de características definitorias, etc. Según un comentario, estos describen los tipos de puntos en los que meditamos al meditar en las llamadas "tres puertas hacia la liberación". Una puerta se refiere simplemente a la vacuidad general de las cosas; la segunda, no signos, es decir, no hay signos de una causa verdaderamente existente; la tercera, no esperanza, es decir, no hay esperanza de un resultado verdaderamente existente. Por lo tanto, existe la vacuidad del fenómeno, la vacuidad de la causa y la vacuidad del resultado.
Ahora bien, aquí, y en muchas de las oraciones que siguen en el texto, cuando dice "no esto, no aquello", se refiere a que no hay "esto" ni "aquello" verdaderamente existentes. Verdaderamente existente significa que está establecido verdaderamente por su propio poder, a partir de algo externo al objeto, independientemente de todo lo demás; por lo tanto, indica que no existe tal cosa como esta forma imposible de existir. El "no" en la línea significa "no existe tal cosa". No es una afirmación nihilista de que estas cosas no existan en absoluto.
También se refiere a un punto sobre la meditación. Cuando estamos totalmente absortos con plena concentración en la vacuidad, estamos totalmente absortos en una ausencia, una ausencia total. Así que no existen estas formas imposibles de existencia. No hay apariencia, nada aparece. Cuando nos enfocamos en una apariencia de nada, no la entendemos como nada; entendemos lo que está ausente. Si miramos aquí en el suelo y vemos que no hay perro, ni cucaracha, ni elefante, ¿qué vemos? No vemos nada en el suelo. En cada uno de estos tres casos, no vemos nada, pero entendemos lo que significa esa nada. No hay perro, ni gato, ni cucaracha, ni elefante.
Aquí nos enfocamos en algo que es imposible que esté ahí. No hay ningún Godzilla de pie aquí en el suelo, y lo vemos con mucha claridad, ¿verdad? Pero ¿qué vemos? No vemos nada allí, pero entendemos que es una ausencia total de Godzilla, porque Godzilla no podría estar aquí. Cuando dice “no esto, no aquello”, también se refiere a este punto de la meditación, que ninguna de estas cosas aparece, en esa meditación donde estamos totalmente absortos en “no existe tal cosa” no aparece ninguno de estos fenómenos existiendo de una forma imposible.
Con respecto a todos los fenómenos, tenemos las dos primeras características. Primero, la vacuidad: no hay existencia verdaderamente establecida, ni existencia establecida por su propio poder, ni existencia establecida por una naturaleza autoestablecida; existen todos estos términos. Segundo, no hay una característica definitoria: no es como si existiera alguna característica definitoria especial dentro de mí que me haga ser “yo” y no “tú”. Podríamos entender que, "bueno, no puedo conocerme a mí mismo ni a ti sin conocer algún tipo de base", etc., pero aun así, podríamos pensar que hay algo especial dentro, alguna característica definitoria, que por su propio poder me convierte en un individuo, diferente de ti.
Ahora esa es una pregunta muy interesante. ¿Qué me hace un individuo? ¿Qué me hace ser "yo"? Qué es lo que te hace un individuo tan especial que no me importa que nadie más me quiera, quiero que me quieras tú. Si no me quieres tú, entonces nadie me quiere. Esto es un poco raro, ¿no? Tengo la imagen de esta película, La marcha de los pingüinos. Hay cientos de miles de pingüinos en la Antártida, y queremos que ese de allá nos quiera. ¡Los demás no cuentan, es ese! ¿Qué lo hace un individuo? Sin embargo, somos individuos, ¿no? No hay nada del lado del objeto, alguna característica definitoria, que lo haga especial. Este es el pingüino número 93,472, y ese es el que queremos que nos quiera. Convencionalmente, los pingüinos son individuos. No son todos el mismo pingüino, ¿verdad?
Convencionalmente, sí tenemos características definitorias, pero esta característica, de nuevo, está etiquetada mentalmente. Es como una definición en un diccionario. ¿Qué es el amor? Experimento todo tipo de emociones, tú experimentas todo tipo de emociones, y creamos una especie de convención. Agrupamos algunas y las llamamos "amor". Sin embargo, todo lo que experimentamos es diferente, ¿verdad? No hay una característica definitoria dentro de la emoción que diga: "Esto es amor, amor verdadero".
Así que esos dos primeros: vacuidad y ninguna característica definitoria, esa es la puerta de entrada a la vacuidad, la puerta de entrada a la liberación de la vacuidad. Los siguientes cuatro, ni surgimiento, ni cesación, ni estar manchado, ni estar separado de la mancha, eso aborda la vacuidad de las causas, la causalidad. Cuando hablamos de algo que sucede en una secuencia causal, no es como si algo existiera independientemente, por sí mismo, como una causa que hace que algo más suceda. Especialmente si pensamos en términos de karma, tenemos una cierta tendencia de un tipo previo de acción kármica y tenemos esta visión de que el resultado ya existe no manifiesto en esa causa y es inevitable que esto suceda como resultado. Esto es falso. Ya saben cómo pensamos: “Oh, maté a ese mosquito, ¡ahora definitivamente voy a ir al infierno!”.
Sin embargo, el surgimiento de un resultado a partir de una causa no ocurre así, porque existen diversas condiciones que afectan el tipo de resultado que se deriva de una causa específica. Nada surge de una sola causa de forma independiente, como si esa causa existiera por sí sola y luego diera surgimiento a un resultado independiente de cualquier otra cosa. Podemos entender esto en términos muy generales o en términos de karma. Podemos entenderlo en términos de no darse cuenta o ignorancia, que actúa como una causa verdaderamente existente que dará surgimiento al samsara, al sufrimiento, etc. Hay muchos niveles diferentes en los que podemos comprender esto, y no es como si una causa estuviera fuera de escena, y ahora la causa entra en escena, surge, y ahora hace lo suyo, da su causa, y luego desaparece del escenario y cesa porque dejó de funcionar. No es así, así que no hay surgimiento ni cesación. No es que en términos de una secuencia causal la mente esté manchada, y luego está esta conciencia, este entendimiento, que llega como un súper limpiador, como limpiar el inodoro, y ahora como resultado de esta secuencia causal la mente ya no está manchada; está separada de la mancha.
Es muy interesante cómo concebimos todo el proceso causal como si una causa estuviera sentada ahí haciendo algo. Es como si, al tener caries en el diente, la caries está sentada ahí adentro de nuestro diente como la causa, la causa verdaderamente existente, y por sí misma nos causa dolor, como si la causa estuviera sentada ahí haciendo algo. Todo este proceso de cómo funciona la causa y el efecto es muy difícil. No es que dentro de la causa se encuentre el resultado no manifiesto simplemente esperando aparecer, ni que las cosas surjan sin causa alguna, ni que una causa esté completamente desconectada del resultado.
De hecho, esto es una de las cosas más difíciles de entender: cómo se relacionan causa y efecto. ¿Acaso hay una causa y un efecto, y existe una especie de palo que los conecta a los dos? ¿Cómo es posible? ¿Existen la causa y el efecto al mismo tiempo? Ya saben, la semilla y la flor, ¿existen al mismo tiempo? Es decir, ¿qué conecta la semilla con la flor? ¿No hay conexión? Si no hay conexión, la flor podría haber surgido de cualquier cosa. Tiene que haber alguna conexión, pero ¿cómo se conectan?
Bueno, claro, si somos agricultores, estos temas nos preocupan mucho, pero para quienes no lo somos, cómo la semilla produce la cosecha no es tan relevante. En cualquier caso, como indicaba, el tema muy difícil de entender es el karma, cómo una causa kármica puede producir un resultado. ¿Cuál es la conexión? Respecto al resultado, ¿existe ya, pero aún no ha sucedido, pero está aquí y ahora está sucediendo? Si ya existe, ¿por qué tiene que suceder? Eso no tiene sentido. ¿Es realmente inexistente y luego se vuelve existente, cómo la nada se convierte en algo? ¿Cómo podría la nada convertirse en algo? ¿Cómo una nada verdaderamente existente se convierte en algo verdaderamente existente? ¿Cuándo se convierte en algo? ¿Cómo se establece esa conexión? Todo esto se discute aquí con estos términos, y no es fácil. Es una de las líneas más difíciles.
A continuación, ni ser carente, ni ser adicional, aborda la vacuidad del resultado. Cuando hablamos de purificar la mente como un resultado, ¿es realmente un resultado? No es que hubiera algo deficiente en la mente y que luego, como resultado, nuestra comprensión le dio algo. La mente nunca es manchada con la existencia verdadera, con formas imposibles de existencia, y no hay nada que tengamos que añadir a nuestra comprensión. La mente nunca fue manchada por la existencia verdadera. Cuando esperamos algún tipo de resultado de todo este proceso de purificación, ¿cuál es entonces? ¿Acaso la mente ya era realmente perfecta antes? No, no es así. ¿Cómo funciona? Necesitamos comprender que todo surge de una conexión increíblemente compleja de causas y condiciones, y ninguna de estas es como pelotas de ping pong; ninguno de los factores involucrados son cosas encapsuladas que se establecen por sí mismas, por su propio poder. Aquí hay una causa, y es verdaderamente una causa, y aquí hay una condición, y estas dos pelotas de ping pong se unen y producen otra pelota de ping pong, ¡que es el resultado! No es así.
Sin embargo, si analizamos a fondo, solemos pensar así, que aquí tenemos este problema. Hemos hecho cosas tan negativas en nuestra vida, que debemos tener algunas tendencias kármicas horribles, por ejemplo, y esta es una pelota de ping pong grande, sólida y pesada, algo así como una bola de boliche, realmente pesada, que se encuentra en algún lugar de nuestro continuo mental. ¿Cierto? Entonces, esta es una causa verdaderamente existente que nos enviará al infierno. Hay un resultado terrible que creemos que ya está determinado dentro de esta pesada bola de la tendencia kármica. Ahora, tenemos esta píldora mágica, que consiste en 100,000 repeticiones del mantra de Vajrasatva, y ahí está, esto va a purificar esta mancha. Tiene el poder dentro de ella, establecido por sí mismo, algo mágico, una característica definitoria, dentro de estas palabras mágicas. Si lo aplicamos, si lo hacemos, si lo recitamos tantas veces, entonces, en verdad, esta negatividad —esta bola de boliche— desaparecerá y se desprenderá de nuestro continuo mental y será absorbida por Yama, el Señor de la Muerte, o algo similar, causándole indigestión. Antes algo andaba mal en nuestro continuo mental, pero ahora lo hemos purificado; le hemos añadido pureza, y ahora viviremos felices para siempre. No es exactamente así.
Aunque aquí usamos palabras y terminología muy complejas, de esto se trata. Todo este proceso de purificación, todo este proceso de cómo funciona la causa y el efecto en términos de cómo surge nuestro sufrimiento, cómo podemos deshacernos de él, cómo cesará, cómo funcionan las causas que lo provocan, cómo funciona su fin; todo eso solo puede funcionar si las cosas carecen de existencia encapsulada en plástico, establecidas por sí mismas. Todo funciona con relación a lo demás. Nada es sólido. En cuanto a los resultados, no es que existan todos estos posibles resultados, todas estas posibilidades —casi como en la física cuántica o algo similar— que todos estos posibles estados estén ahí, y luego solo se trata de cuál será. Es como si apretáramos un botón y esto sucederá. No es así. Todo esto se puede entender a partir de esta línea, y mucho más, estoy seguro.
Ahora, Avalokiteshvara continúa. Por cierto, ¿hay alguna pregunta al respecto? Obviamente, hay preguntas. No me imagino que se pueda comprender la vacuidad de la causa y el efecto tan fácilmente. No deberíamos pensar que es fácil de entender. No puedo fingir que la entiendo a fondo. Es una de las cosas más difíciles, pero volviendo a tu pregunta, no es que la vacuidad niegue la causa y el efecto. Como las cosas carecen de existencia propia, eso significa que surgen de forma dependiente y, por lo tanto, causa y efecto. Es porque son vacuas que la causa y el efecto pueden funcionar. La causa y el efecto no funcionarían si las cosas existieran aisladas: aquí hay una causa y aquí hay un efecto. No hay forma de que puedan conectarse entre sí. Como dije, tampoco son dos bolas sólidas unidas por un palo. Entonces, ¿algún comentario o pregunta antes de continuar?
Preguntas
¿Qué significa “causa”? ¿Es algo que produce algo, o es algo que es una forma de algo más, o es algo que busca algo? ¿Podrías darme más detalles?
Esa es una pregunta muy profunda. Existen varias versiones de las enseñanzas del abhidharma, que son temas especiales de conocimiento. En una versión, hay seis tipos diferentes de causas; en otra, hay veinte. Si pensamos en el ejemplo clásico de una semilla que da surgimiento a un brote, la semilla está involucrada en el proceso causal, pero también están la tierra, el agua y la luz solar, etc. Tenemos todos estos factores, y algunos ya no existirán en el momento del resultado; por ejemplo, la semilla no existe en el momento del brote. Sin embargo, otros seguirán existiendo, como los elementos que componen la semilla (las sustancias químicas, los átomos) que seguirán estando en el brote en una forma ligeramente diferente, y la tierra donde se plantó seguirá estando presente. Hay muchos tipos diferentes de causas involucradas.
Creo que necesitamos comprender mejor la causa y el efecto con relación a de qué dependen ciertas cosas, pero tampoco se trata de creación. La creación implica transformar una nada verdadera en algo verdadero. Porque si algo es verdaderamente nada, verdaderamente no existente, ¿cómo puede pasar de ser verdaderamente nada a ser verdaderamente algo? ¿Cuándo sucede eso? ¿Cuál es la conexión entre un momento en que no existe y otro en que sí existe? Las cosas no surgen simplemente "¡puf!", ¡ahí está! Sin embargo, hay ciertos factores que hacen que algo suceda —no estamos hablando de algo sólido que surge de fuera del escenario— y eso depende de que todas estas otras cosas sucedan. Esto es un tipo de secuencia causal.
Quiero decir, también existe una secuencia causal, por supuesto, de algo que se transforma, como una semilla que crece gradualmente y se transforma en un brote. No es algo lineal, no se trata de que una causa siempre va a producir un resultado, como si esto operara de forma aislada. Todo está interconectado, por lo que existen diferentes condiciones que afectan lo que surge. Además, no surge solo una cosa, porque si esto sucede aquí, no solo sucederá allí, sino que muchas otras cosas sucederán como consecuencia. Todo el proceso de causa y efecto debe entenderse en el contexto más amplio. Si te explico algo y, como resultado, lo entiendes, esa comprensión es en sí misma la causa de algo más que sucederá. Todo lo que hago como causa al explicarte es resultado de lo que aprendí y de todas las circunstancias de venir aquí y ser invitado. Hay muchos factores involucrados en todos los aspectos de la causa y el efecto, y como todos estos factores son interdependientes y se relacionan entre sí, entonces las cosas suceden, la vida continúa. Si todos existieran encapsulados en plástico, como “cosas”, entonces no interactuarían y, por lo tanto, no sucedería nada.
Nuestra visión de las cosas, cómo las experimentamos —a menudo uso el ejemplo—, es como en un libro para colorear: las cosas están rodeadas por una línea continua. Existe una causa y un resultado, como si todo estuviera rodeado por una línea. Así es como lo sentimos, así es como lo percibimos, pero eso es incorrecto. No se refiere a algo real. En absoluto.
Por ejemplo, pagamos en la puerta del cine, compramos la entrada, entramos y vemos la película. ¿Es eso causa y efecto? ¿Cómo funcionó? Cada una de estas cosas surgió en dependencia de quién imprimió la entrada, ¿y de dónde surgió? ¿Quién inventó la idea de las entradas? Es una idea rara, ¿verdad? Es realmente extraño: le damos un papel a alguien, nos dan otro, y luego vamos hasta allá y le damos ese papel a otra persona, y luego podemos entrar. Es muy extraño.
Entonces, es cierto que de este intercambio de trozos de papel depende que podamos ver la película o escuchar la conferencia; pero comprender esa conferencia y escucharla también ha surgido de muchos otros factores, por lo que la causalidad tiene que ver con la dependencia.
¿Cómo encaja la cuestión de la responsabilidad en este panorama de surgimiento dependiente? Si las cosas surgen en dependencia de tantos factores diferentes dentro de la sociedad, y yo no soy el único responsable de la contaminación del medio ambiente, por ejemplo, entonces, ¿cómo puedo ser responsable? ¿Existe alguna responsabilidad?
Bueno, es cierto que todo lo que sucede es resultado de una increíble combinación de causas y condiciones. Por ejemplo, si tomamos el ejemplo de la contaminación ambiental, no nos enorgullecemos de decir que somos responsables de toda la contaminación del mundo; es absurdo. Sin embargo, cada pequeño factor causal contribuye al efecto que todos experimentamos.
¿Qué significa responsabilidad? La responsabilidad se relaciona con experimentar los resultados de nuestras acciones. No hablamos de culpa, sino simplemente de causa y efecto. Si nacemos y vivimos en una época contaminada, desde una perspectiva budista, hemos creado causas en el pasado para experimentar esto. Claro que la contaminación en sí misma es creada por muchos otros factores, pero hemos creado las causas para experimentar vivir en ese tipo de entorno. Si a esa contaminación añadimos lo que hacemos ahora, estamos contribuyendo a que no solo otras personas, otros seres, sino también nosotros mismos, en el futuro, experimentemos estar en ese entorno.
No llegamos al extremo de decir que somos los únicos responsables, ni al extremo opuesto de decir que no tuvimos nada que ver. Si actuamos de cierta manera, experimentamos las consecuencias, pero no es que nuestra actuación sea una bola, y el resultado de lo que hemos experimentado sea otra bola conectada con un palo. Sin embargo, actuamos así debido a muchos factores causales diferentes, y sucederán muchos resultados y cosas diferentes, y muchos otros factores causales están involucrados. Es muy complejo, pero no es que no seamos parte de ese proceso, y lo que hacemos está fuera de él. Es parte de él. Esta es una pregunta muy difícil.
Te preparo una comida, por ejemplo, y te atragantas y mueres. ¿Soy responsable de tu muerte? Bueno, no fue mi intención matarte. Si no te hubiera invitado, si no hubiera cocinado, no te habrías asfixiado. Bueno, entonces habrías vivido, ¿o qué? ¿Habrías muerto por otra razón? ¿Habría existido otra condición o circunstancia para que murieras? ¿Dónde está la responsabilidad?
Estas son preguntas muy difíciles, sobre todo desde una perspectiva emocional. Obviamente, nos sentimos fatal: la otra persona se atragantó con lo que le dimos y murió. Estoy usando un ejemplo extremo, por supuesto. Es lo mismo. Atropellamos a alguien accidentalmente con nuestro coche. Bueno, no teníamos intención de atropellarlo; no vimos a ese peatón y lo atropellamos con el coche, pero ¿experimentamos algún resultado kármico por ello? Bueno, hasta cierto punto sí, pero no tan fuerte como si hubiéramos tenido la intención de hacer algo. Toda esta idea de responsabilidad es un concepto complejo; sin embargo, existen, digamos, "consecuencias" de ciertas acciones, incluso si no son intencionales.
Esto encaja con la discusión sobre el llamado "sufrimiento que todo lo impregna" del samsara. El simple hecho de tener este tipo de cuerpo, de caminar sobre el suelo, significa que vamos a pisar algo y matarlo. Solo porque tenemos este tipo de cuerpo y los demás tienen ese tipo de cuerpo, incluso con las mejores intenciones, etc., ellos resultan heridos, o nosotros también. Esto es solo parte del problema. Incluso sin quererlo, acumulamos más karma para perpetuar toda la situación samsárica.
La cuestión es cómo salir de eso, y no se trata solo de morirnos de hambre y suicidarnos. Eso no soluciona nada. Solo lo empeora. Tenemos que, en cierto sentido, responsabilizarnos de nuestras acciones e intentar que estén lo más libres posible de emociones e intenciones perturbadoras, o al menos con la mínima cantidad de ellas. Sin embargo, inevitablemente causaremos dificultades, crearemos más sufrimiento para los demás, para nosotros mismos. ¿Somos responsables de eso? Bueno, en cierto sentido, vamos a experimentar las consecuencias, sí. ¿Somos culpables? No. No hay un sentimiento de culpa, como en una situación de juicio.
Doce estimuladores cognitivos
Ahora, el texto continúa.
Porque así es, Shariputra, en la vacuidad no hay forma, ni sensación, ni distinción, ni variables que afectan, ningún tipo de conciencia.
Aquí, Avalokiteshvara describe un sistema de clasificación y afirma que, al analizar nuestra experiencia, cada momento de nuestra experiencia tenemos este esquema de los cinco factores agregados, y ninguno de ellos tiene naturaleza autoestablecida. La frase es “en la vacuidad”, lo que subraya que, cuando nos enfocamos en la ausencia total de estas formas imposibles de existencia, ninguno de estos factores agregados aparece como verdaderamente existente. Recuerden lo que dijimos la primera noche: a menos que seamos un buda, si nuestra mente hace aparecer cualquiera de estas cosas, las hace aparecer como verdaderamente existentes. La verdadera existencia significa que su existencia está verdaderamente establecida por algo del lado del objeto, independientemente de todo lo demás. Por lo tanto, nuestra mente hará que las cosas aparezcan así, pero si nos enfocamos en "no existe tal cosa", no podríamos hacer que la mente creara una apariencia de ninguna de estas cosas, porque si lo hiciera, crearía una apariencia de ellas como verdaderamente existentes.
El siguiente grupo que se menciona aquí son los doce estimuladores cognitivos. ¿Qué son? Son los diversos elementos que literalmente estimulan nuestras cogniciones. La palabra que traduzco como estimulador tiene dos sílabas: una es que provoca el surgimiento de la cognición y la otra la difunde, es decir, que toma forma. Esto se refiere a los seis tipos de objetos cognitivos y a los seis tipos de sensores cognitivos. Los objetos cognitivos son cosas que pueden ser percibidas por cada una de nuestras facultades cognitivas: tenemos imágenes, sonidos, olores, sabores, sensaciones físicas como el calor, el frío, el movimiento (hay muchas sensaciones físicas diferentes) y todos los fenómenos. Todos los fenómenos pueden ser objetos percibidos por la mente, y la mente puede percibir cualquier cosa.
Cuando el texto dice:
Ni ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente.
Eso se refiere a la ausencia de sensores oculares, auditivos, etc. Con relación a los sentidos, se trata de células como las células fotosensibles de los ojos. Cuando se suele traducir este término, mucha gente lo traduce como "poder sensorial". No se refiere a un poder. Poder es una palabra un tanto abstracta, ¿verdad? Se refiere a células físicas reales. Además, no se refiere a toda nuestra nariz ni a toda nuestra lengua. Se refiere a las células sensibles al olfato dentro de la nariz, a las células sensibles al gusto dentro de la lengua, a las células sensibles a las sensaciones físicas del cuerpo, etc.
Ni vista, ni sonido, ni olor, ni gusto, ni tacto, ni fenómenos.
Esto se refiere a los objetos que, junto con un sensor cognitivo, estimulan y provocan el surgimiento de una cognición. Necesitamos ambos. No podemos tener imágenes por sí solas; es necesario que existan células fotosensibles en los ojos. Sin células fotosensibles, los datos visuales no son realmente una imagen, algo que se ve, ¿verdad?
Cuando se dice “ni mente”, se refiere al sensor mental. El análisis budista no incluye el cerebro, que podríamos pensar que encajaría aquí. Más bien, el sensor mental se refiere al momento inmediatamente precedente de la conciencia primaria.
Estos sensores son el tipo de causas y condiciones conocidas como la "condición dominante". Dominan en el sentido de que serán responsables del tipo de cognición. Es decir, desde un punto de vista, podríamos decir que el tipo de conciencia será la condición que lo determine, pero también podríamos decirlo desde el punto de vista de qué tipo de aparato cognitivo necesita depender la cognición para que sea visual o sonora. Es solo una cuestión técnica.
En cierto sentido, hablamos, por un lado, de los datos o la información y, por otro, del mecanismo de codificación. Recuerden, dijimos que la conciencia primaria es, en cierto sentido, lo que la decodifica; aquí, con los estimuladores, hablamos de la información y de lo que hace la codificación. Las células sensoriales hacen la codificación de lo visible en algún tipo de información. Si pensamos, lo cual es una cognición mental, lo que desempeña esa función sería un momento inmediatamente precedente de conciencia primaria. Eso, en cierto sentido, proporcionará la codificación para un pensamiento en el momento siguiente.
Nuestra cognición surgirá en función de estos doce estimuladores, y ninguno de ellos existe por sí solo, por su propio poder. Todos son interdependientes.
Dieciocho fuentes cognitivas
Luego, tenemos la lista de las dieciocho fuentes cognitivas, y ésta agrega a los doce estimuladores cognitivos los seis tipos de conciencia primaria.
Avalokiteshvara enumera estos dieciocho brevemente:
Ni fuente cognitiva que sea un ojo hasta ni fuente cognitiva que sea una mente, (ni fuente cognitiva que sea fenómeno), ni fuente cognitiva que sea conciencia mental.
Ni fuente cognitiva que sea un ojo, se refiere a los sensores oculares, hasta ni fuente cognitiva que sea una mente, y esos son los sensores mentales, así que tenemos los seis sensores cognitivos aquí. Luego, el sánscrito agrega ni fuente cognitiva que sea fenómeno. Eso no está en el tibetano por alguna razón que desconozco. Entonces, eso incluye los seis tipos de objetos cognitivos; luego ni fuente cognitiva que sea conciencia mental, así que esos son los seis tipos de conciencia, la conciencia primaria. Ahora, podemos respirar aliviados. Hemos pasado por la lista de los cinco, doce y dieciocho. ¿Por qué son importantes? ¿Por qué se señalan aquí? Porque este es el sistema —quiero decir, cada uno de estos es un sistema— para analizar lo que experimentamos. Podemos analizarlo desde el punto de vista de los agregados que componen cada momento. Podemos analizarlo desde el punto de vista de las cosas que estimulan nuestra cognición. Podemos analizarlo desde el punto de vista de ¿cuáles son las fuentes, qué es responsable de todas nuestras cogniciones? Todos se refieren a cada momento de lo que sucede, y sin importar el esquema que usemos para analizar y comprender lo que experimentamos en nuestro comportamiento diario —después de todo, Avalokiteshvara explica cómo aplicamos esto a nuestro comportamiento diario en la vida—, ninguno de los componentes existe por sí solo. Todo surge de forma dependiente. Lo que experimentamos surge de forma dependiente en torno a estos cinco, estos doce, estos dieciocho.
Dedicatoria
Bueno, este es un buen punto para terminar el día, y concluiremos con una dedicatoria. Pensemos que toda fuerza positiva, toda comprensión acumulada, pueda profundizarse cada vez más y actuar como causa para alcanzar la iluminación en beneficio de todos.
De nuevo, al hacer esta dedicatoria, necesitamos comprender la causa y el efecto. ¿Ha producido lo que hemos hecho una causa verdaderamente existente, y ahí está, como una gran bola de boliche? Ahora tenemos que lanzarla hacia el resultado que deseamos, ¿y eso nos traerá la iluminación? Es realmente curioso; ¿es como lanzar una bola de boliche por la bolera hacia la iluminación para que derribe todos los bolos manchados, y así seamos libres? Ciertamente no. Incluso con la dedicatoria, es muy importante comprender la causa y el efecto. No hay nada sólidamente existente aquí: una causa que hemos construido y un efecto que intentamos lograr, como si la mente estuviera intrínsecamente manchada y ahora tuviéramos que deshacernos de algo, derribar los bolos, etc. No es así.
Así, nuestra comprensión de la vacuidad es muy útil en todos los aspectos de la práctica, porque, a pesar de que todo está desprovisto de existencia autoestablecida, somos responsables de lo que hacemos y podemos añadir causas. Hemos escuchado algo; quizá hayamos comprendido algo, y entonces ahí estaba una intención de aprender. Ahora queremos añadir algo más, alguna condición adicional que se mezcle en esta sopa causal, por así decirlo, para intentar construir las diversas causas que permitan obtener un resultado, entendiendo a la vez que el resultado no existe ya en algún lugar esperando a suceder, ni surgirá de la nada.
Es fundamental relacionar todas estas enseñanzas sobre causa y efecto con nuestra práctica del Dharma, no solo con nuestras acciones cotidianas de ir a la cocina y preparar la cena, sino también con todo el proceso kármico de nuestra práctica. Nuestro objetivo es la iluminación. ¿Qué es? ¿Cómo existe? ¿Cómo se alcanzará? ¿Cómo contribuye nuestra práctica actual a lo que esperamos experimentar? ¿Esa iluminación ya es inevitable, existe en algún lugar y solo tenemos que hacerla realidad, o surgirá de la nada o simplemente de la oración? ¿Cómo sucederá? Así pues, la vacuidad, la causa y el efecto, la responsabilidad kármica con lo que sucede, etc., son cuestiones interrelacionadas y vitales que debemos comprender.