Sufrimiento y renacimiento
Las enseñanzas budistas nos enseñan métodos para superar diversos tipos de sufrimiento. Tenemos el sufrimiento general de la infelicidad, que puede acompañar nuestras experiencias sensoriales o también nuestras experiencias mentales. También tenemos un problema con nuestro tipo ordinario de felicidad, porque nunca nos satisface, nunca tenemos suficiente y pronto nos aburrimos de él y se convierte en infelicidad. Si comemos mucho de nuestra comida favorita, al principio es posible que nos sintamos felices, pero después de un rato nos sentiremos muy infelices. Estos altibajos de nuestra vida, con los que algunas veces nos sentimos infelices, algunas veces felices – estas son cosas que suceden en cada renacimiento que tenemos – renacimiento incontrolablemente recurrente, independientemente de la vida que podamos tener. La proporción e intensidad de felicidad e infelicidad por supuesto que variará; eso es de acuerdo con la forma de vida que tenemos, y más profundamente de acuerdo con los diversos potenciales kármicos que han llevado a ese renacimiento. Pero en un nivel más profundo, tenemos lo que se conoce como el sufrimiento que todo lo impregna; es el sufrimiento de tener ese renacimiento incontrolablemente recurrente que actúa como la base para experimentar infelicidad y lo que se llama felicidad manchada.
Doce eslabones de surgimiento dependiente
Hemos visto, en nuestra discusión de las causan que maduran, que todo el mecanismo de cómo es impulsado el renacimiento es por nuestra sed, de una forma o de otra, de ir tras la felicidad o infelicidad que experimentamos. Recuerden, hablamos de los doce eslabones de surgimiento dependiente y hablamos de que construimos las causas que maduran, las cuales son emociones perturbadoras y conductas constructivas manchadas o conductas destructivas que se derivan de ellas – que pueden dejar detrás diversas tendencias o legados kármicos – dependiendo desde cuál punto de vista queremos etiquetarlas. Luego, en el momento de la muerte, cuando estamos experimentando felicidad o infelicidad o algún tipo de sensación neutra, entonces tenemos sed de no separarnos de esa felicidad; tenemos sed de separarnos de esa infelicidad; o tenemos sed de que esa sensación neutra no decline. Luego tenemos una emoción o una actitud perturbadora obtentora; hay toda una lista de ellas, pero básicamente estamos pensando en términos del “yo”: “Yo no quiero separarme de esa felicidad”. Esto activa esas tendencias kármicas en combinación con estas dos – la sed y la emoción y actitud obtentora. Eso activa el karma que arroja, como se le llama, que entonces generará el impulso para que la continuidad mental avance con el siguiente renacimiento samsárico. Y en ese renacimiento también experimentaremos más infelicidad y más felicidad manchada. Todo esto es conducido por el primer eslabón de surgimiento dependiente, los doce eslabones – nuestro no darnos cuenta de cómo existimos nosotros y el yo, en términos de nosotros mismos y los demás.
Confusión y la importancia de la deconstrucción y el entendimiento correcto
Así, necesitamos entender toda esta presentación detallada de las dos verdades y el yo y la explicación detallada de causa y efecto – todo en términos de ayudarnos a superar el renacimiento incontrolablemente recurrente, obtener la liberación y luego ir más allá para alcanzar la iluminación. Estamos confundidos acerca de cómo existimos nosotros, cómo existen los demás – la visión Prasánguika – y también estamos confundidos acerca de toda la realidad, las dos verdades. Asimismo, estamos confundidos acerca de lo que estamos experimentando en términos de todas las diversas causas que intervienen en producir los diversos componentes de los agregados de cada momento de nuestra experiencia. Dado que estamos confundidos acerca de esto – ya sea que no sepamos o que lo entendamos de forma incorrecta – esa es la fuente más profunda de todos nuestros problemas. Entonces, es muy importante deconstruir las apariencias engañosas que tenemos de cualquier cosa que estemos experimentando en cada momento. Eso significa:
- Deconstruir las apariencias mismas – para ello necesitamos entender las dos verdades.
- Deconstruir la apariencia engañosa de nosotros mismos, quienes estamos experimentando las dos verdades.
- Deconstruir, en términos de causalidad, cómo están surgiendo estas apariencias – cuáles son sus diversas causas.
- Entender también cómo todo esto junto surge en dependencia sobre la base de estas causas, condiciones y partes.
- Integrar todo esto para establecer cómo existimos.
Todos estos temas encajan de una forma muy práctica, aunque cuando revisamos punto por punto descubrimos que puede ser muy desafiante intelectualmente. Pero, cuando nos acercamos a este tipo de material, siempre es importante entender su propósito. El propósito, como dije, de la enseñanza del Buda, no es aburrir ni confundir a la gente, sino ayudarla a superar el sufrimiento. Así, cuando estudiamos este material y profundizamos en él, siempre es muy importante acercarnos desde el punto de vista de cómo puede esto ayudarme a mí mismo y a los demás a superar los diversos tipos de sufrimiento y, en el nivel más profundo, superar este sufrimiento que todo lo impregna de tomar un renacimiento incontrolable con más infelicidad y más problemas y más felicidad manchada y más insatisfacción y demás. ¿Cómo puedo ayudar a los demás a obtener la liberación de esto también?
¿Cuánto tiempo tomará? Cuando escuchamos que va a tomar tres incontables eones de acumular fuerza positiva, esto nos ayuda a no desanimarnos. Podríamos pensar que nos desanimaría, pero en realidad nos ayuda a no desanimarnos. ¿Por qué nos desanimamos? Nos desanimamos cuando esperamos resultados instantáneos. Cuando no obtenemos resultados instantáneos o resultados después de un año o dos, entonces nos desanimamos. Esta enseñanza de cuánto tiempo va a tomar nos ayuda a desarrollar la fortaleza heroica y el esfuerzo para simplemente seguir y seguir y seguir, sin importar cuánto tiempo tome.
Este esfuerzo heroico es el término sánscrito virya, que algunas veces se traduce como “perseverancia gozosa” y yo usé esa traducción también, pero es una traducción ligeramente incompleta. Si revisamos la palabra sánscrita está relacionada con la palabra “vira”, que es la palabra para “héroe”. Esto se relaciona con la palabra latina “vir”, que significa “hombre”, y en español se tiene la palabra “viril”, que significa “varonil”. Así, la connotación aquí es el esfuerzo varonil heroico, que también las mujeres pueden hacer, por supuesto – no tiene nada que ver con el género – sino que se trata de este intenso esfuerzo heroico que, dicen, es como una armadura que nos protegerá del desánimo. Así, necesitamos mucha valentía para embarcarnos en el camino hacia la liberación y la iluminación – esa es la connotación de este término. Por supuesto, tenemos que perseverar y, por supuesto, tenemos que gozar lo que estamos haciendo, que no nos parezca terrible, como una tara desagradable que tenemos que hacer. Entonces, pongámonos todos nuestra armadura y regresemos al resto de esta presentación de causa y efecto.
Las diferentes piezas que conforman nuestra experiencia
Lo que estamos tratando de describir aquí es la forma en que todos los diversos componentes dentro de los cinco agregados conforman cada momento de nuestra experiencia – ¿cómo surgieron? En otras palabras, tenemos un momento de experiencia. El punto crítico en eso, si pensamos en términos de renacimiento y generar más y más problemas, es el nivel de felicidad o infelicidad que estamos experimentando en ese momento. Tenemos que vigilar no desarrollar esta sed, y luego este fuerte pensamiento en términos de “yo” e identificarnos con lo que está pasando. “Yo tengo que deshacerme de esto” – convirtiéndolo en un gran viaje de “yo”, “yo”, “yo” – “Mi felicidad”, “Yo tengo que ser feliz”, “Yo tengo que salirme con la mía”, “Todos tienen que prestarme atención a mí” – este tipo de experiencia.
Y ustedes saben cómo eso puede deteriorarse en “Soy infeliz porque no me estás prestando atención a mí”, “deberías prestarme atención a mí”, “deberías amarme a mí”, “Ámame por mí mismo, no por nada más” – y simplemente se deteriora más y más. Entonces somos miserables, y eso solo perpetúa nuestros problemas, ¿no es cierto? “Ámame por mí mismo”, como si pudiera haber un yo que existiera independientemente de nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra personalidad, etc. – entramos en esa forma de pensar. Y entonces lo que surge es toda la compulsión y tenemos que decir algo y le decimos algo a la otra persona – eso es karma. El karma es esa compulsión que nos impulsa a decir algo, y no tenemos el control, así que hay una emoción perturbadora. Entonces, surgen todo tipo de problemas simplemente por decir algo que realmente está causando que la otra persona se aleje más.
Cuando estamos experimentando sentirnos felices o infelices, que es algo que experimentamos a cada momento – cierto nivel de eso como parte de los agregados – tenemos que entender de dónde viene eso, cuál es su causa. Necesitamos entender que tenemos esta causa que madura que proviene de la conducta constructiva manchada o destructiva, lo cual significa que es una conducta dominada por una emoción o actitud perturbadora. ¿De dónde vino eso?
Hubo causas omnipresentes y causas de estado similar – bueno, hay toda una tendencia para ser así; hay una tendencia de la emoción perturbadora que proviene de instancias previas de “he adquirido un mal hábito”. Entendemos cómo ha surgido eso.
Había estas tendencias kármicas de las que surgieron la felicidad o la infelicidad – la fuente natal, la hogaza de pan que sale del horno– y las tendencias de las emociones perturbadoras de las que surgieron el enojo o el apego. Eso proviene de estas causas obtentoras.
Existen todas estas condiciones contribuyentes que actúan simultáneamente. “Esa persona vino y me ignoró” y “esa persona hizo esto” o “esa persona hizo aquello” – todo eso entra en esa otra categoría de causas que actúan. Esta es una circunstancia en la que este incidente, en el que dije: “Tú no me amas” y blablablá – eso surgió. Entonces, las causas que actúan – recuerden, todo lo que no sea el resultado que de alguna manera contribuyó a lo sucedido.
Y, por supuesto, están las causas antecedentes indirectas también, como la madre de esa persona. Si la madre de esa persona no la hubiera parido, esa persona nunca habría venido a decirme esto o aquello. Así, tenemos todo tipo de causas y condiciones aquí.
Y recuerden, tuvimos estas causas inmediatas y luego tuvimos las causas a largo plazo. La causa inmediata – y podemos pensar también en términos de condiciones – la causa inmediata fue lo que esta persona me dijo. Pero la causa a más largo plazo es toda la historia de nuestra relación, que es muy importante recordar. A menudo, olvidamos todo el alcance de nuestra relación con alguien más y toda la historia involucrada. Solamente tomamos esta cosa inmediata que acaba de pasar ahora, identificamos toda la relación con eso y olvidamos las cosas buenas y positivas de la relación, ¿no es cierto? Eso es porque no entendemos las causas inmediatas, las causas a largo plazo, las circunstancias completas y demás; somos demasiado estrechos.
También tuvimos causas congruentes. En ese momento en que somos infelices por lo que la otra persona dijo, o porque nos ignoró, solemos pensar en ese momento como algo realmente sólido, como si no hubiera ocurrido en partes. Necesitamos volver al Vaibáshika ahora – por supuesto que tiene partes, pero pareciera que no. Nos estamos refiriendo a partes de ese momento de experiencia; estamos identificando todo ese momento solo con la infelicidad. Las causas congruentes – está la conciencia primaria, hay todo un conjunto, todo el entramado, de otros factores mentales que están contribuyendo a ese momento de experiencia. Si entendemos todos los factores mentales que están involucrados, entonces en ese momento no identificamos el momento completo solo con la infelicidad. Estamos poniendo atención a lo que la persona dijo – “Quizás no estaba prestando suficiente atención y no escuché correctamente lo que dijo”. Y hay no darse cuenta – “Esta persona me ignoró”, por ejemplo, bueno, no me di cuenta de que la persona estaba ocupada o quizás tenía dolor de cabeza – no tengo idea. Así, hay no darse cuenta en el momento también, e ingenuidad, y también quizás el estado de ánimo en el que estoy, que contribuye a esa infelicidad, el cual proviene de algo que pasó antes ese día – estoy muy cansado o pasó algo que no salió como yo quería en el trabajo o lo que sea. Así que eso contribuye a la infelicidad.
Deconstruimos todas las diferentes piezas que conformaron ese momento. Así que, en lugar de ver este momento de forma tan simplista – “soy infeliz, la causa de eso es que me ignoraste”, punto – entonces entendemos el alcance mucho más amplio de la situación y no hacemos la gran cosa de ello, básicamente.
¿Del lado de quién están las causas?
Quizás nos preguntemos si este análisis nos conduce a la conclusión de que somos la causa de todo lo que nos pasa, pero este no es el caso. Regresemos a los sistemas filosóficos. Viendo esto desde el punto de vista Chitamatra, no hay fenómenos establecidos externamente, así que solo estamos lidiando con nuestra mente. Pero incluso dentro del contexto del Chitamatra, la otra persona está verdaderamente establecida. Sabemos que es solamente en el contexto de nuestra cognición de la persona que podemos hablar de ella. Pero, incluso dentro del Chitamatra, esa otra persona, dentro del contexto de nuestra cognición, tiene existencia verdaderamente establecida, y la apariencia de esa persona ha provenido de todo tipo de causas y condiciones desde su lado. Entonces, aun así, no todo es mi culpa, su conducta; no es mi karma el que causó que me ignorara. Recordemos, mi karma causa que yo experimente que esa persona me ignora, pero su karma causa que esa persona me ignore.
Y así, cuando analizamos entendemos todas las causas desde mi lado y del lado de la otra persona, y cómo es que eso ha surgido de forma dependiente a partir de esta combinación. Cuando entendemos todo eso, entonces no nos molestamos. A menudo nos molestamos o nos alteramos porque somos ingenuos – no sabemos cómo existimos y proyectamos algo imposible. Pero con entendimiento correcto, no desarrollamos una emoción perturbadora. Una emoción perturbadora – recuerden, cuando surge nos hace perder nuestra paz mental y autocontrol, así que compulsivamente hacemos algo estúpido. Mantenemos nuestra calma en esa situación, mantenemos nuestro autocontrol, y luego somos capaces de manejarlo.
Es posible que nos sintamos infelices, pero eso es debido a causas kármicas previas. Como dije, ¿y qué si me siento infeliz? Algunas veces me siento infeliz – nada especial. No nos dejamos arrollar por eso. En un estado mental calmado, entonces lidiamos con la situación – lo que sea que nos esté afectando. Hagan lo que sea apropiado y de esa forma no actuarán compulsivamente.
Meditar en el surgimiento dependiente de causa y efecto
Es importante saber cómo meditar en lo que hemos estado discutiendo. Tenemos muchos tipos diferentes de meditación en el budismo. Una división se llama shámata y la otra vipáshana. Quizás han escuchado estos términos.
- Shámata es una mente tranquila y estable: está tranquila y aquietada de sopor mental y volatilidad mental, distracción– este tipo de cosas. Es estable, así que se queda en el objeto y no se mueve; es concentración perfecta. El cuerpo y la mente se sienten muy ligeros y flexibles; se pueden utilizar para cualquier cosa.
- Vipáshana es, además de eso, dentro de ese estado, ser capaz de discernir detalles finos. Literalmente, el término vipáshana significa “un estado mental excepcionalmente perceptivo”.
Esos son los estados finales de estos dos; pero ahora podemos practicar cómo alcanzarlos. ¿Cómo meditamos en todo lo que hemos estado discutiendo?
- Necesitamos escuchar acerca de este análisis de la causalidad y obtener la información correcta.
- Luego necesitamos pensar acerca de ello y entenderlo correctamente.
- Además, necesitamos no solo haberlo entendido, sino que también necesitamos creer que es cierto, y eso es algo que será útil; que quiero ser capaz de dominar este sistema.
- Luego practicamos analizar. Como estaban diciendo, en este momento particular analizaremos de qué está conformado y demás. No podemos simplemente hacerlo en el momento en que estamos interactuando con alguien, sino después, cuando nos sentamos en reflexión y analizamos qué estaba sucediendo y lo deconstruimos.
- Una vez que nos hemos familiarizado con esa deconstrucción, entonces la práctica de shámata es que nos enfocamos en una situación particular y nos enfocamos en ella con cierto entendimiento. Ese entendimiento es que ha surgido en dependencia de una cantidad enorme de partes y causas.
Cuando hablamos de surgimiento dependiente, hay cuatro niveles. Así, primero, el nivel de los cuatro eslabones de surgimiento dependiente – este sistema muy complejo de felicidad e infelicidad, karma y demás. Y luego la dependencia en causas – así que todas las pequeñas partes de lo que experimentamos ha provenido de diferentes causas, y también depende de partes. Y luego hay un “problema” en términos de etiquetado mental; el problema es a lo que la etiqueta “problema” se refiere. Pero no hay nada del lado de todas estas partes y causas que las establezca desde su lado como un problema.
Así, hemos entendido eso, y lo único que hacemos con el shámata es que nos enfocamos en esa situación con ese entendimiento de que ha surgido en dependencia en términos de los doce eslabones y causas y partes y etiquetado mental, pero sin discernir ninguno de los detalles; solo ese entendimiento de que ha surgido de forma dependiente. Es solamente una vez que tenemos ese contenedor de concentración perfecta que podemos discernir todos los detalles y no perder nuestra concentración – eso es vipáshana. Pero si hemos practicado una y otra y otra vez y hemos construido este hábito benéfico a través de la meditación – ese es el significado de la meditación – de shámata de enfocarnos en el problema en términos de que surge de forma dependiente, entonces en nuestra vida diaria podemos aplicar ese entendimiento en una situación, incluso antes de que hayamos alcanzado el estado pleno de shámata y la concentración perfecta.
En otras palabras, aquí hay una situación: soy feliz, pero luego estoy empezando a molestarme por algo. En ese punto, aplicamos la recordación. La recordación es el pegamento mental para recordar lo que hemos desarrollado en meditación. Y vemos, nos enfocamos, entendemos que esta situación ha surgido sobre la base de los doce eslabones, causas, partes y etiquetado mental. No tenemos que analizar los detalles de ello; no importa en este punto, pero necesitamos entendimiento. El mero hecho de decir que es surgimiento dependiente no significa nada – esa es solo una categoría de audio; es solo una palabra, pero no tiene ningún significado asociado. Necesitamos cierto entendimiento correcto de lo que significa el surgimiento dependiente en ese momento, aunque no descifremos todos los detalles. Podríamos discernir algunos de ellos si quisiéramos, pero no en ese momento; no es relevante. Entonces, solo con ese entendimiento podemos disolver nuestra dificultad y calmarnos. Y luego, usamos nuestra inteligencia para hacer lo que es inteligente hacer en esa situación, no de forma compulsiva.
Así, la verdadera meditación de recordación es tratar siempre de mantener este entendimiento en nuestra mente, lo cual significa recordarlo, lo cual significa el pegamento mental, de tal forma que, en cualquier situación, sin importar lo que esté sucediendo, entendamos que ha surgido en dependencia. Y si quisiéramos, podríamos analizarlo, pero incluso sin un análisis detallado, entendemos de qué se trata todo. Si realmente evolucionamos mucho con el vipáshana, entonces en cada momento seremos capaces de discernir todas las causas también, pero ese es un nivel sumamente avanzado.
Es lo mismo en términos de entender el yo que está experimentado este momento. De nuevo, si hemos entendido eso y las dos verdades que están involucradas – si entendimos eso y trabajamos con eso, entonces, en ese momento, somos capaces de mantener la recordación de eso también. Ese es el shámata en la vacuidad. No tenemos realmente que discernir todos esos detalles; tenemos que discernirlo antes, pero luego en ese momento solo – ¡pah! – cortamos toda esta confusión.
El peligro, por supuesto, es que nos volvemos descuidados y entonces olvidamos el significado. Así, tenemos que familiarizarnos con el significado una y otra vez, lo cual significa que tenemos que seguir practicando una y otra vez – hacer un esfuerzo heroico debido al hábito de nuestra confusión y compulsividad. Estos hábitos son muy, muy fuertes y han estado operando desde el tiempo sin principio, ¿recuerdan? El yo y la continuidad mental no tienen principio, por lo que construyen una fuerza enorme y eso es algo que tiene que superarse. Esa es la razón por la que mencionamos antes: tenemos que construir este entramado de fuerza positiva a través de la meditación y mediante realmente hacer cosas para ayudar a otros. Eso construye la fuerza positiva que contrarresta con el fin de superar la fuerza negativa de nuestros hábitos negativos previos.
Preguntas
Lidiar con situaciones concernientes al yo
Si se está en una situación concerniente al yo, ¿podría ser útil distanciarse de la situación e imaginar que la situación le está pasando a un amigo mío en lugar de a mí?
Si tenemos una visión falsa, una visión incorrecta del yo, sería lo mismo que analicemos la situación imaginando que nos pasó a nosotros o a alguien más. Pero, por supuesto, la fuerza de estar molestos sería menor si se tratara de alguien más que si se tratara de nosotros. Así, en cierto sentido puede ser más fácil de analizar, pero aún necesitamos analizar.
Me parece que una forma más conducente de lidiar con tales cosas, en lugar de la variable de cambiar “esto me está pasando a mi o esto te está pasando a ti”, es cambiarlo de tomarlo personal a analizarlo de forma impersonal. Tenemos que entender qué significa “impersonal”. Aún hay un yo involucrado, pero no lo tomamos personal en términos de “yo”, “yo”, “yo” – este “yo” falso y “¿por qué me está pasando esto a mí?”.
Daré un ejemplo: estás en el trabajo y tu jefe te grita: “Trabaja más rápido – tenemos todo este trabajo que hacer – ¡¿por qué eres tan lento?!” y demás. No lo tomamos personal. En otras palabras, no ver todo como si estuviera enfocado en “yo”, “yo”, “yo” y pensar solo en el ámbito del “yo”. Eso es tomarlo personal – “¿Por qué me está gritando a mí?”. Por el contrario, no tomarlo personal en términos de esta es la situación y el jefe está siendo afectado por esta condición y aquella condición, y lo que le pasó al jefe en la mañana con su familia y la economía y un millón de causas – todas estas causas que actúan. Pero también analizamos desde nuestro lado: quizás estoy haciendo algo mal, quizás estoy trabajando demasiado lento, quizás estaba distraído con el correo o con el Facebook o el Twitter o quién sabe qué tanto está pasando en la pantalla de nuestra computadora al mismo tiempo. Y entonces el yo aún está involucrado en la situación y vemos qué podemos hacer nosotros para mejorar la situación y qué está pasando con el jefe, por lo que entendemos y podemos lidiar con la situación de forma más inteligente. Pero esto es lo que quiero decir con no tomarlo personal. Aún estás involucrado, pero no todo gira alrededor de “mí”.
Pensamiento conceptual e ideas
Durante nuestra vida tenemos ciertos conceptos, por ejemplo, el concepto de un hombre o una mujer, y estos conceptos están cambiando a lo largo de nuestra vida. ¿Es debido a que tengo estos conceptos, particularmente en el momento de la muerte, que luego estos son la causa para, primero, estar sedientos de recibir un cierto tipo de renacimiento y estar sedientos de no recibir cierto tipo de renacimiento, de tal forma que después eso produce el renacimiento real?
De lo que estás hablando es de pensamiento conceptual y el pensamiento conceptual es, como hemos visto, con categorías. Una idea es algo que representa la categoría, eso es una idea. Entonces, tienes una categoría de hombre o una categoría de mujer y tienes algo que la representa – esa es tu idea de lo que debería ser un hombre o una mujer.
¿Está cambiando?
Puedes cambiar lo que representa la categoría. La idea cambiará; la categoría no – aún es la categoría de “hombre” o “mujer”. ¿Ven cómo el budismo analizaría lo que estás diciendo? Está la categoría “hombre” o “mujer” y luego está tu idea de lo que un hombre o una mujer es, así que eso representa la categoría. Y esa representación puede cambiar a lo largo de tu vida; se puede desarrollar. Así que ahora la pregunta es: ¿qué genera la sed y una de estas actitudes obtentoras? Y si tengo un apego particular a un cierto tipo de vida – me gustaría renacer como un hombre o como una mujer –, ¿cómo afecta eso todo el proceso? Eso se pone un poco complicado.
Tienes una idea de hombre o de mujer – digamos, de una mujer. Y piensas en una mujer. Con esa idea – la idea que tienes que representa a una mujer o a la femineidad – exageras las buenas cualidades de eso e identificas a la femineidad con esas cualidades positivas e ignoras las cualidades negativas, los defectos. Sobre la base de eso, desarrollas apego por ser una mujer. Y sobre la base de eso, afecta tu conducta, afecta cómo hablas y demás. Eso construye potenciales kármicos, tendencias kármicas.
Ahora, en el momento de la muerte, tenemos cierta sensación, feliz o infeliz – estamos sedientos con respecto a eso – “quiero esta sensación” o “no quiero esta sensación”; y luego el gran énfasis en “yo”, “yo”, “yo” – “Yo no quiero esto” o “Yo lo quiero”, “Yo no quiero morir” y pensamientos similares que surgen en el momento de la muerte en muchas personas – activará todo un cúmulo de tendencias kármicas. Una de las que podría activar son las tendencias kármicas de tu conducta basadas en el apego a ser mujer. Eso afectará el tipo de renacimiento que tengas, si es realmente dominante, y entonces renacerás como una mujer.
Ahora, no tiene que ser un proceso samsárico. Si piensan en el relato de Tara – una Buda en la forma de una mujer – que, sin ese apego, sin esa exageración, para ayudar a las mujeres, hizo el voto: “Que pueda siempre nacer como una mujer” para animar a las mujeres en su camino espiritual – sobre la base de ese deseo de renacer como una mujer, siempre renació como una mujer después de eso, pero no de una forma samsárica.
La diferencia importante es si tenemos una visión no realista de ser una mujer o ser un hombre -en la que solo vemos el lado positivo e ignoramos las deficiencias-, o si tenemos una visión realista. La visión realista no tiene ningún problema: todo tiene aspectos positivos y limitaciones.