Apariencias puras e impuras

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¿Qué son las apariencias puras e impuras?

Analicemos ahora la variable de las apariencias puras e impuras. La variable de pura e impura se aplica en términos de si una apariencia es adulterada o no, o manchada o no, con fallas. Aquí “fallas” se refiera a elementos que surgen de nuestro no darse cuenta. Por lo tanto, esta variable de puro e impuro, se refiere a ambos aspectos del holograma mental: a lo que es y a cómo parece existir. ¿Se deriva del no darse cuenta en términos de los doce eslabones de surgimiento dependiente, o no? En términos de la apariencia de lo que algo es, una apariencia impura es un lugar ordinario y un cuerpo ordinario: por ejemplo, el cuerpo humano. Así es básicamente como nos vemos ahora, nuestra apariencia ordinaria: cuerpos ordinarios en un cuarto ordinario. Tener un cuerpo humano con esta forma y aspecto es algo que surge en dependencia del no darse cuenta, a través de los doce eslabones de surgimiento dependiente. Renacimos con este tipo de cuerpo y en este tipo de ambiente. 

Una apariencia pura de lo que son las cosas, de cómo aparecemos nosotros y nuestro ambiente, es como un palacio de mándala y el cuerpo de una figura búdica como Avalokiteshvara o Tara. Estas no surgen a través de los doce eslabones de surgimiento dependiente y del no darse cuenta; estas son emanaciones de un Buda. Los budas pueden aparecer en cualquiera de estas formas, y a través de la concentración de un Buda, están las tierras puras de Amitabha o de Maitreya y demás. Estas tierras puras de Amitabha y Maitreya: Sukhavati y Tushita, respectivamente, en realidad surgen de los versos de aspiración puros de estos Budas – así es como se describiría técnicamente. Sin embargo, podríamos imaginar que nosotros mismos tenemos esas formas puras. Así es como lo practicamos en el tantra.   

Tanto estas apariencias puras como impuras de lo que algo es, podrían ser precisas o imprecisas. Una apariencia impura como humano podría aparecer como un humano enfocado – así sería precisa – o como un humano borroso – así sería imprecisa. Sería lo mismo con la apariencia pura de Avalokiteshvara: podría aparecer enfocada o podría aparecer borrosa y no enfocada. O el holograma mental; podría ser de Tara con tres brazos, en lugar de dos – esa también sería una apariencia pura imprecisa. 

Además de las apariencias puras e impuras de lo que es algo, también están las apariencias puras e impuras de cómo algo existe. “Puro” aquí se refiere a la apariencia de cómo existen las cosas que surgen en la actividad mental de los arhats, seres liberados, aquellos cuya actividad mental ha sido purificada de los oscurecimientos emocionales. Los arhats han alcanzado su verdadera detención. Los budas también han alcanzado esta verdadera detención, pero, además, los budas también han alcanzado la verdadera detención de los oscurecimientos cognitivos. Así que la actividad mental de los budas también da surgimiento a apariencias puras de cómo existen las cosas.

Los oscurecimientos emocionales incluyen al no darse cuenta y sus tendencias, así como al aferramiento a la existencia verdadera. Así que, ya que los arhats han alcanzado la detención verdadera del no darse cuenta, han alcanzado la liberación de los doce eslabones de surgimiento dependiente. En este sentido, solo la actividad de los arhats y de los budas puede dar surgimiento a apariencias puras de cómo existen las cosas, mientras que la actividad mental, no solo de arhats y budas, sino también la actividad mental de seres mundanos, como nosotros, puede dar surgimiento a apariencias puras de lo que son las cosas. 

El oscurecimiento cognitivo incluye el hábito constante del aferramiento a la existencia verdadera. Ya que los arhats, seres liberados, siguen teniendo este hábito constante, las apariencias puras de cómo existen las cosas cuando no están totalmente absortos no conceptual y explícitamente en la vacuidad – eso significa cuando no tienen una apariencia de la vacuidad surgiendo – éstas tienen una apariencia de existencia verdadera. Conocen estas apariencias engañosas, pero no se aferran a ellas. Es así porque carecen de las fallas del no darse cuenta, así que se dan cuenta del hecho de que esas apariencias están distorsionadas y no corresponden a cómo existen las cosas realmente. Cuando los arhats están totalmente absortos no conceptualmente en la vacuidad, específicamente cuando han alcanzado el par unido de cuerpo puro ilusorio y verdadera luz clara en la etapa completa de Guhyasamaja, entonces, las apariencias que surgen de cómo existen las cosas, carecen de cualquier apariencia de existencia verdaderamente establecida. 

Como ya lo dije, los budas también son arhats – son llamados “budas arhats”. Ya que siempre están totalmente absortos no conceptualmente en la vacuidad, las apariencias puras que surgen en su actividad mental de cómo existen las cosas, nunca son con una apariencia de existencia verdaderamente establecida, ni provienen del lado de los objetos ni de su propia mente. 

Imaginar apariencias puras en el tantra

En términos de esta variable de “pura e impura” aplicada a lo que algo es, “puro”, como ya lo expliqué, implica una apariencia similar a lo que surge en nuestra actividad mental cuando llegamos a ser budas. Con esto es con lo que trabajamos en el tantra. En la primera etapa de la práctica del tantra, imaginamos que verdaderamente surgimos con estas apariencias puras, en la forma en que lo haríamos como un buda. Esto significa que imaginamos que tenemos la apariencia pura, no solo de lo que algo es – una figura búdica como Avalokiteshvara – sino también la apariencia pura de cómo existe – en este caso, sin la apariencia de existencia verdadera. Pero claro que solo podemos imaginar una apariencia pura de como existimos, ya que, para nosotros, seres mundanos, todas las apariencias a las que da surgimiento nuestra actividad mental, aparecerán como si fueran verdaderamente existentes. 

Pare generar este tipo de apariencia pura de lo que somos y de cómo existimos, comenzamos imaginando que nuestra conciencia habitual se disuelve, o más precisamente, se retira de dar surgimiento a sus apariencias ordinarias habituales – a saber, con formas impuras y maneras impuras de existencia. Ambas surgen a través del proceso samsárico de los doce eslabones, impulsadas por el no darse cuenta y el aferramiento a la existencia verdadera. Luego nos enfocamos en la vacuidad de estas apariencias impuras – que no hay tal cosa como una existencia verdaderamente establecida. Nos enfocamos en una ausencia total de existencia verdaderamente establecida e imaginamos que estamos enfocados en esa vacuidad no conceptualmente, aunque, por supuesto, no podremos hacer eso hasta llegar a ser aryas. No surgen apariencias de objetos puros o impuros cuando nos enfocamos en la vacuidad, así que tratamos de imaginar que nuestra actividad mental da surgimiento a una apariencia solo de la vacuidad. 

Si estamos haciendo este tipo de práctica de la clase superior de tantra, el tantra anutarayoga, imaginamos que nuestra actividad mental se retira de tener su base física en nuestro cuerpo ordinario. Eso incluye tanto a los elementos burdos de nuestro cuerpo físico burdo, como los elementos sutiles de los sistemas de energía sutiles de nuestro cuerpo – los vientos de energía, los canales y los chakras. Imaginamos que ahora tenemos exclusivamente la actividad mental del nivel más sutil de luz clara de conciencia, enfocada no conceptualmente en la vacuidad. Manteniendo esa apariencia pura de cómo existimos, entonces, dentro de ese estado de vacuidad conocida n conceptualmente por nuestra actividad mental de luz clara, imaginamos que el viento de energía más sutil que sustenta la vida y que sustenta la actividad mental de luz clara, surge ahora en una apariencia pura de lo que somos. Nos imaginamos a nosotros mismos surgiendo con la apariencia pura de una figura búdica. 

En la práctica de las llamadas clases “inferiores” de tantra, no imaginamos que tenemos actividad mental de luz clara. En lugar de eso, nos enfocamos en la vacuidad con nuestra conciencia mental ordinaria. Sin embargo, la actividad mental siempre tiene una base física ¿verdad? Así que imaginamos que nuestro cuerpo, que es la base física que sustenta a la actividad mental que está enfocándose en la vacuidad, aparece ahora en la forma pura de una de estas figuras búdicas. El lenguaje utilizado para describir eso es: “la mente que tiene la comprensión de la vacuidad aparece en la forma de la deidad”. Sin embargo, es una manera muy confusa de decirlo. Lo que significa es que nuestra actividad mental está enfocada en la vacuidad y que nuestro cuerpo, que es el sustento de dicha actividad mental, aparece en la forma de un yidam – una figura búdica. De esta manera, imaginamos que tenemos una apariencia pura de lo que somos y una apariencia pura de cómo existimos. De manera similar, en todas las cuatro clases de tantra, imaginamos una apariencia pura del ambiente alrededor nuestro, que aparece en la forma pura de un palacio de mándala, en una tierra pura. 

Ya que, a nuestro nivel, cualquier apariencia que surja de nuestra actividad mental tendrá una apariencia de existencia verdadera ¿cómo practicamos estas visualizaciones con una comprensión de la vacuidad? Practicamos en la forma que se conoce como “logro subsecuente” o “realización posterior” (rjes-thob), generalmente traducido como el “período post-meditativo”. De hecho, todavía estamos en meditación, es solo la segunda fase de la meditación, alcanzado “después” o “subsecuente a” la absorción total en la vacuidad.

En la meditación del logro posterior, tratamos de mantener una comprensión implícita de la vacuidad mientras nos visualizamos como figuras búdicas y a nuestro ambiente como un mándala. Ya no estamos enfocados explícitamente en la vacuidad, en el que surgiría una apariencia de la vacuidad. Con una correcta y precisa cognición de la vacuidad, no surge una apariencia de la vacuidad. Pero, aunque en nuestra meditación estas apariencias puras de lo que somos aparezcan como verdaderamente existentes, sabemos que no existen de esa manera. Así que, como un ser liberado que no está enfocado no conceptualmente explícitamente en la vacuidad, tenemos cognición de la existencia verdadera, pero no nos aferramos a ella. De acuerdo a las definiciones, esta sigue siendo una apariencia pura de cómo existimos. Nuestra apariencia de cómo existimos es como aparecería ante un arhat purificado de oscurecimientos emocionales. 

La necesidad de la renuncia, la bodichita y una correcta comprensión de la vacuidad al imaginar apariencias puras

Dado que imaginamos que nuestra actividad mental deja de dar surgimiento a apariencias ordinarias impuras de quiénes somos y de cómo existimos, es esencial que practiquemos el tantra sobre la base de la renuncia. Necesitamos renunciar – es decir, necesitamos estar decididos a ser libres– de apariencias ordinarias: de cómo aparecemos ordinariamente y cómo aparece todo ordinariamente. De otra forma, nos aferraremos a estas apariencias impuras y no querremos soltarlas. Pero cuando nos demos cuenta de que estas apariencias impuras surgen del no darse cuenta y solo acarrean problemas, podemos más fácilmente desarrollar renuncia a ellas. 

Además, no es posible que practiquemos el tantra eficientemente sin bodichita. La bodichita está dirigida a nuestra iluminación individual que no ha acontecido todavía. Representamos a los Cuerpos de Forma de nuestra futura iluminación con la apariencia pura que estamos imaginando tener. Y representamos el Dharmakaya de nuestra futura iluminación con la apariencia pura que imaginamos de cómo existimos. De otra forma, podríamos ser un loco imaginándose como si verdaderamente fuera Mickey Mouse o Cleopatra. 

Tampoco podemos practicar el tantra apropiadamente sin una correcta comprensión de la vacuidad, porque todo lo que imaginamos tiene que ser generado dentro de una comprensión de la vacuidad. Necesitamos comprender que las cosas no existen en la manera en que nuestras mentes mundanas las hacen aparecer – es decir, con una apariencia de existencia verdadera debido a nuestros hábitos constantes de aferramiento a una existencia verdaderamente establecida. Con esa comprensión, no creemos que en verdad existamos realmente como Avalokiteshvara o Tara. Si creemos que en verdad existimos como estas figuras búdicas, entonces, no somos diferentes a ese loco que cree ser Mickey Mouse o Cleopatra. 

Por eso se enfatiza en los textos que, si practicamos estas visualizaciones tántricas de nosotros mismos en estas formas de figuras búdicas sin bodichita y sin cierta comprensión de la vacuidad, el resultado será renacer como algún tipo de fantasma en la forma de estas figuras. ¡Definitivamente no queremos eso! En realidad, una práctica no calificada del tantra, es bastante peligrosa. Necesitamos tener una preparación apropiada con estudios y práctica previa del sutra. Es muy desafortunado que tanta gente practique el tantra prematuramente hoy en día. Es algo muy triste. 

Los cuatro factores purificados

Cuando trabajamos con estas apariencias puras de cómo son las cosas, imaginamos cuatro factores purificados. Imaginamos que tenemos: 

  • Cuerpos puros – tanto nosotros como todos a nuestro alrededor tienen cuerpos puros de figuras búdicas, no los tipos de cuerpos ordinarios que surgen del no darse cuenta a través de los doce eslabones. 
  • Un ambiente puro – un palacio de mándala en una tierra pura. 
  • Una manera pura de experimentar objetos sensoriales con gozo – nuestro factor mental de sentir un nivel de felicidad es puro como el de un buda, no algo que surge como maduración del karma. Eso es lo que enfatizamos con todas las ofrendas que hacemos en los rituales tántricos. No es que solo que los tengamos todos ahí y “¿entonces qué?”. Sino que imaginamos verlos realmente, saborearlos, escucharlos y demás con un darse cuenta puro y gozoso. Normalmente realizamos nuestras prácticas tántricas tan rápido que, solo lo hacemos como “¡bla, bla, bla, bla!” y no tenemos tiempo de disfrutar nada. Sin embargo, si realmente quisiéramos hacer nuestra práctica adecuadamente, haríamos las ofrendas lenta e individualmente, imaginando disfrutar, en realidad, la fragancia del incienso o el sabor de los alimentos sin que eso nos haga estornudar o engordar. 
  • Acciones puras – una influencia iluminadora pura sobre todos. 

Hay cuatro tipos de acciones puras o influencia iluminadora que imaginamos tener cuando nos imaginamos emanando luces hacia todos los seres que sufren a nuestro alrededor: 

  • Calmar y tranquilizar a otros – el solo estar en la presencia de un buda los calma. 
  • Estimular a otros a crecer – cuando estamos con un buda, o un gran ser, nuestra mente se vuelve más clara, nuestro corazón más cálido y nos inspiramos para involucrarnos más en cosas positivas. Imaginamos tener este tipo de influencia en otros cuando imaginamos que la luz sale de nuestro corazón y ayuda a todos los seres.  
  • Poner a otros bajo control – para que vayan en direcciones positivas. También ayudar a otros a unificar, integrar y utilizar mejor sus talentos y habilidades. En otras palabras, este es el tipo de influencia que inspira a otros a ordenarse, en lugar de ser completamente caóticos y demás. Las cosas se ponen en orden y bajo control, y capaces de funcionar con fuerza. Todo encaja y funciona armoniosamente.   
  • Detener con fuerza situaciones peligrosas – situaciones en las que otros puedan lastimarse a sí mismos o ser lastimados por otros. 

Nuestra actividad mental puede dar surgimiento a apariencias puras debido a nuestros factores de naturaleza búdica

En nuestra práctica de tantra, cuando estamos imaginando estas formas puras – en otras palabras, cuando nuestra actividad mental está dando surgimiento a hologramas mentales de estas formas puras en los hologramas mentales – nos damos cuenta de que todo lo que imaginamos aún no está aconteciendo. Sin embargo, esas apariencias puras pueden surgir en realidad en nuestra actividad mental porque tenemos todos los factores de naturaleza búdica de los que hablamos antes, como nuestro entramado de fuerza positiva y darse cuenta profundo. Estos entramados son todas las tendencias que son imputaciones sobre el “yo” convencional, que en sí mismo es una imputación sobre el continuo de los cinco agregados. 

Las tendencias tienen una faceta, que es la habilidad de dar surgimiento a un resultado cuando todas las condiciones están presentes. En este sentido, las tendencias, literalmente “semillas”, también pueden ser traducidas como “potenciales”. Los resultados a los que podrían dar surgimiento aún no están aconteciendo, pero podrían acontecer cuando todas las condiciones estén presentes – en otras palabras, cuando estos entramados estén completamente construidos al máximo. Estos entramados y todo lo que estemos haciendo puede ser inspirado; pueden ser elevados por la convicción en las buenas cualidades de los budas y de los maestros espirituales. Eso puede ayudar a estimular todo esto. 

Cuando recibimos empoderamientos, o iniciaciones, eso también ayuda a activar más estos potenciales, por lo que nos elevamos aún más. Luego, al tomar y mantener los votos: de pratimoksha, de bodisatva y los votos tántricos, eso da más fuerza positiva. Entonces, en la práctica tántrica etiquetamos al “yo” sobre esta situación que aún no acontece, que puede acontecer sobre la base de estos factores de naturaleza búdica, en lugar de etiquetar al “yo” sobre nuestro cuerpo, actividades y forma ordinaria de experimentar las cosas.

Eso es lo que significa “sostener el orgullo de la deidad”. Significa tomar a esta situación que aún no acontece de ser ya un buda, como la base de imputación del “yo” convencional. Obviamente, el sostener el orgullo de la deidad necesita estar dentro de la comprensión de la vacuidad. De otra forma, corremos el riesgo de proyectar una existencia verdadera imaginada del “yo” sobre esta apariencia pura, ya que nuestros hábitos constantes de aferramiento a la existencia verdadera harán que la apariencia pura de nosotros como figuras búdicas parezca ser verdaderamente existente. Necesitamos darnos cuenta de que las apariencias no existen verdaderamente. No caer en la trampa de identificar al falso “yo” con esa apariencia. Porque si lo hacemos, corremos el peligro de volvernos realmente perturbados mentalmente. A veces vemos gente así en las comunidades tibetanas. Creen “realmente soy Tara”, y se quitan la ropa y caminan desnudos en el mercado. O “soy Vajrayoguini”. He visto gente así. 

Las ventajas de imaginarnos como si tuviéramos la apariencia pura de una figura búdica

Nuestras formas ordinarias están manchadas, si usamos la definición de Vasubandhu de “manchado”. Él define “manchado” como “cualquier cosa que surja basado en el no darse cuenta y las otras emociones perturbadoras, y que da surgimiento, fortalece y perpetúa más no darse cuenta y más emociones perturbadoras”.  Esto encaja bien con la forma en que hemos estado hablando de las apariencias impuras. 

Un ejemplo de algo manchado es nuestro cuerpo ordinario. Nuestro cuerpo ordinario surge a través del no darse cuenta y de los doce eslabones. Perpetúa más no darse cuenta porque nos identificamos con él, nos aferramos a él, y nos enojamos si alguien lo lastima o se burla de él. Si tratamos de lograr shámata solo enfocándonos en la forma de nuestro cuerpo, estamos usando un objeto manchado, en el sentido de que muchos de nosotros tenemos una actitud negativa hacia él: “Soy feo, soy chaparro, no me gusta mi nariz, mis pies no son bonitos, etc.”. Están todas estas actitudes y emociones perturbadoras que tenemos acerca de nuestro cuerpo. O bien: “soy tan bello”. Si lo pensamos, es verdad que la mayoría de nosotros tenemos ideas bastante sesgadas sobre nuestro cuerpo y nuestra apariencia. Nos vemos en el espejo y tenemos esta ligera sensación de desaprobación, o pensamos que somos lo más hermoso del mundo. Tara no está todo el tiempo arreglándose el pelo. ¡Nosotros siempre nos estamos arreglando el pelo!

Por supuesto que la forma de una figura búdica no es necesariamente no manchada, porque podríamos practicar el tantra con mucho apego y arrogancia: “Oh, soy tan bella, soy Tara”, o “Oh, soy tan inteligente, soy Manjushri”. También podríamos practicar con otros estados mentales perturbadores, como con confusión. Por ejemplo, “tengo estos veinticuatro brazos como Kalachakra y estoy sosteniendo todas estas cosas diferentes, pero tengo que sonarme la nariz . . . ¿qué brazo uso? ¿Qué suelto?”. ¿Ven? Podríamos confundirnos un poco. Pero, en realidad, no es así como practicamos el tantra ¿verdad?

Sin embargo, en general, estas formas no provocan emociones perturbadoras tan fuertes como lo hace nuestro cuerpo ordinario, por lo que es una ventaja practicar shámata y vipáshyana enfocados en nosotros mismos en estas formas. Hay menos peligro de distracción debido a nuestras asociaciones y actitudes negativas. Además, estas formas no cambian momento a momento. Cuando nos visualizamos como Avalokiteshvara, él siempre luce igual. Si estamos enfocados en nuestro cuerpo, de pronto tenemos picazón, luego nos duelen las piernas y tenemos que moverlas y así. Ya que la forma de una figura búdica siempre permanece igual, sirve como una base más estable para meditar unipuntualmente en ella y en su vacuidad. 

Sin embargo, si nos imaginamos a nosotros mismos en esas formas todo el día, no imaginen que estamos congelados y que, como Yamantaka, no podríamos sentarnos nunca. Este fue el consejo de Serkong Rinpoche. Aunque estemos en esa forma todo el día, de cualquier manera, hacemos lo que tengamos que hacer. Pero, cuando nos enfocamos en estas formas durante nuestra meditación para lograr concentración unipuntual, entonces, por supuesto, asumimos su postura estándar. No somos una estatua; somos seres vivientes y, por supuesto, caminamos, nos sentamos y comemos. Este es un consejo muy práctico, así que traten de recordarlo si están haciendo prácticas tántricas. Mi maestro Serkong Rinpoche era muy, muy práctico. Esa era una de sus características excepcionales. Era totalmente aterrizado. 

Además, cuando estamos tratando de imaginar a todos a nuestro alrededor también en la forma de figuras búdicas y al entorno como una tierra pura con palacios de mándalas, no perdamos de vista la apariencia convencional de las cosas. De otra forma, podríamos ser atropellados al tratar de cruzar una calle. Serkong Rinpoche aconsejaba ver a todos como si tuvieran su apariencia convencional en el exterior, pero como formas puras bajo la superficie. Necesitamos tratar de hacer lo mismo con nuestra propia apariencia, aunque no sea tan fácil. 

Otro punto: todos los brazos, las piernas y las caras de estas figuras búdicas, representan los diversos factores que necesitamos desarrollar y perfeccionar para alcanzar la iluminación. Así que, cuando nos imaginamos a nosotros mismos en estas formas, todos estos brazos y piernas nos ayudan a, simultáneamente, mantener en mente todos los diversos niveles de lo que representan. 

La meditación de tantra con apariencias puras es el vehículo resultante

Las apariencias puras de nosotros mismos como figuras búdicas se parecen al resultado que deseamos alcanzar, principalmente los cuerpos de forma de un buda. Estas figuras visualizadas son más similares al resultado que con lo que practicamos en el sutra. En otras palabras, las apariencias puras de las figuras búdicas se ven como lo que alcanzaremos como resultado de nuestra práctica. Por eso se le llama al tantra “vehículo resultante”. Nos imaginamos que ya hemos alcanzado el resultado de todas las causas que nos llevarán a la iluminación. 

A la práctica del sutra se le llama “vehículo causal”, porque con él nos enfocamos en las causas para la iluminación, esto es, las causas para la forma de cuerpos de un buda, que significa la construcción de fuerza positiva de nuestros actos constructivos hechos con amor, compasión y bodichita. Por ejemplo, la forma estándar del Buda Shakyamuni en la que nos enfocaríamos en una práctica de sutra de shámata y vipáshyana, tiene 32 características físicas mayores y 80 menores. Cada una de estas características tiene una causa: la fuerza positiva de algún tipo de comportamiento constructivo y amoroso. Por ejemplo, el Buda tiene una lengua larga, y esto es así porque en vidas previas el Buda cuidaba a otros con bondad amorosa como lo hace una madre animal lamiendo a sus crías.  

Asanga, el maestro budista indio, presenta una larga lista de objetos en los que nos podemos enfocar para lograr el estado de shámata. Sin embargo, Kamalashila, en Etapas de la meditación, recomienda enfocarse en la forma visualizada del Buda Shakyamuni, algo que Asanga no enumeró en su presentación. Los tibetanos generalmente usan esto – la visualización de la forma de un diminuto Buda Shakyamuni frente a ellos – como su objeto de enfoque para el logro del shámata. Eso viene de Kamalashila que, junto con su maestro Shantarakshita, establecieron en el Tíbet la tradición india del budismo de la Universidad Monástica de Nalanda. 

Ustedes recuerdan que el shámata no solo se enfoca en un objeto con perfecta concentración. Se enfoca en él con comprensión, o sea, con el darse cuenta que discrimina de algo sobre el objeto, que lo distingue y sobre el que tiene certeza y que mantiene la recordación del mismo. El vipáshyana añade algo a esa detección burda y discernimiento sutil de todos los detalles. Así que, cuando nos enfocamos en el diminuto Buda Shakyamuni frente a nosotros en la práctica de shámata, tratamos de enfocarnos en él con la comprensión de que es el Buda y el darse cuenta que discrimina de lo que es un buda. Cuando nos enfocamos en ese buda visualizado con la práctica de vipáshyana, tratamos de tener detección burda y discernimiento sutil. La detección burda no es solo de sus características, sino también del hecho de que cada una de ellas tiene como causa la fuerza positiva de un comportamiento constructivo. El discernimiento sutil es de todas y cada una de esas características individuales y su causa específica. Hasta que alcancemos la etapa de la práctica de shámata en la que ya no tengamos volatilidad o sopor mental, nuestra meditación shámata y vipáshyana también irán acompañadas de una detección burda de la presencia de estos dos obstáculos de la concentración. 

Este es el vehículo causal del sutra: estamos enfocándonos en las causas para lograr el cuerpo de forma de un buda, en contraposición al vehículo resultante del tantra donde imaginamos que ahora tenemos el cuerpo de forma pura de un buda, con todas las caras, brazos y piernas representando todas nuestras buenas cualidades como un buda. Por supuesto que, cuando practicamos shámata y vipáshyana enfocados en nosotros mismos en estas formas puras, también necesitamos la detección burda y el discernimiento sutil de todas las buenas cualidades representadas por todos nuestros brazos, piernas, caras y demás. 

Es importante darse cuenta de que nuestras prácticas siempre pueden ser cada vez más profundas. Siempre hay niveles más profundos en las prácticas que hacemos. Cuanto más profundo vamos, más respeto y convicción tenemos por el Dharma – en lo increíblemente profundo que es que cada práctica pueda tener tantos niveles diferentes y ser efectiva de tantas maneras cada vez más fuertes. Así que, necesitamos llenar a nuestra práctica de significado, no solo de forma. No solo la forma de un buda, sino el significado detrás de ella. 

La práctica de la etapa completa del tantra anutarayoga con apariencias puras

Si estamos practicando la clase superior del vehículo resultante, el tantra anutarayoga, primero practicamos la etapa de generación. En esta primera etapa, simplemente imaginamos que aparecemos en estas formas puras con la apariencia pura de cómo existimos. Estamos listos para seguir a la siguiente etapa cuando hayamos logrado un par unido de shámata y vipáshyana enfocados en estas visualizaciones. 

Luego viene la que llamo “etapa completa” – normalmente se traduce como “etapa de compleción”, pero no significa que ahora estemos completando lo que comenzamos antes; ese no es el significado de la palabra. Significa que ahora, todo lo que hicimos está completo. Con shámata y vipáshyana unidos en nuestra forma pura, tenemos ahora las herramientas completas para ser capaces de manipular las energías sutiles de nuestro cuerpo y generarlas en formas puras, no solo imaginadas.

En última instancia, cuando manifestamos y activamos nuestra actividad mental de luz clara y la tenemos enfocada con un darse cuenta gozoso no conceptual en la vacuidad, seremos capaces de que el viento de energía más sutil sostenga que esa mente de luz clara tome una verdadera forma pura, un cuerpo ilusorio puro, que servirá como causa obtentora para los cuerpos de forma de un buda. 

Así que esta es la presentación de las apariencias puras e impuras.

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