Conocer y aferrarse a una existencia verdaderamente establecida

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Las emociones positivas son compatibles con la naturaleza innata esencial de la actividad mental

Ya vimos que es posible lograr la detención verdadera de nuestro no darnos cuenta de cómo existe todo, porque hay un estado mental, una comprensión correcta, que es exactamente opuesta y mutuamente excluyente con ello. Si nuestro involucramiento con esa comprensión correcta es con una gran cantidad de fuerza de todos esos otros factores que estábamos describiendo, entonces, es posible superarlo y deshacernos de la inercia que mantiene la recurrencia de ese no darnos cuenta. 

Entonces la pregunta es: ¿Qué pasa con las emociones perturbadoras como el enojo, el odio, la codicia, el aferramiento, los celos, la arrogancia, etc.? No ocurren todo el tiempo, solo ocurren algunas veces, pero también son sin principio. De nuevo, hay estados mentales que son mutuamente excluyentes entre ellos. Por ejemplo, con el enojo: desearle mal a alguien, está el amor: desear que la otra persona sea feliz. Así que ¿cuál es más fuerte: el amor o el odio? ¿Es más fuerte el deseo de que alguien sea feliz o el deseo de que alguien sea infeliz? ¿Cómo lo analizamos? ¿Cómo decidimos? ¿Se le ocurre a alguien cómo?

Son igualmente fuertes.

Si son igualmente fuertes, entonces alguien también podría trabajar para deshacerse del amor y solo desarrollar odio. ¿Cuál ganaría – el amor o el odio?

El amor es más fuerte.

¿Por qué? ¿Qué sostiene a la emoción perturbadora? Todas las emociones perturbadoras surgen por nuestra ignorancia, nuestro no darnos cuenta. Pensamos que existimos de alguna manera sólida imposible, pero debido a que estamos inseguros de eso, sentimos que tenemos que proteger y defender nuestra existencia sólida. Nos enojamos y rechazamos las cosas que no nos gustan; y tenemos avaricia por conseguir lo que sea que queramos, para así sentirnos más seguros. 

Pero, aunque el amor reemplace temporalmente al odio – así como el odio puede, temporalmente, remplazar al amor – el amor no se deshará del odio para siempre. Pero, dado que podemos deshacemos de nuestro no darnos cuenta para siempre, las emociones perturbadoras como el enojo y el odio nunca podrán volver a surgir porque nos habremos deshecho de aquello de lo que dependen. 

El amor puede estar acompañado de no darse cuenta, y entonces se vuelve apego. Pero cuando nos deshacemos de ese no darse cuenta subyacente, el amor permanece ahí. Pero cuando nos deshacemos del no darse cuenta subyacente al odio, el odio también desaparece. A diferencia del odio, el amor no depende del no darse cuenta para surgir. El amor puede acompañar al correcto entendimiento, por ejemplo, el correcto entendimiento de que todos estamos interconectados y de que, así como nosotros queremos ser felices y no sufrir, todos los demás también.

Analizando de esa manera, podemos comenzar a comprender que estas emociones positivas y constructivas, como el amor, la paciencia y la compasión, son compatibles con la naturaleza esencial innata de la actividad mental. En otras palabras, no hay nada que pueda deshacerse del amor y la compasión para siempre. Podemos deshacernos para siempre de las emociones perturbadoras como el odio, pero no podemos deshacernos del amor para siempre, a pesar del hecho de que puede ser temporalmente bloqueado cuando tenemos odio. Por eso, el amor y la compasión – estas emociones positivas – no solo no tienen principio, sino que tampoco tienen final. Podemos desarrollarlas a su máxima extensión como un buda al no mezclar ese amor y esa compasión con no darse cuenta. 

Así que no es que como budas tengamos odio infinito. Como budas tenemos ¡amor infinito! “¡Odio igual para todos!” – eso no es lo que queremos lograr como un buda. Quiero decir, suena gracioso, pero tenemos que analizarlo: si todos son iguales y todos han sido groseros con nosotros, entonces podemos desarrollar igual odio por todos. ¿Por qué es eso una falla y su opuesto no es una falla? Estos son asuntos que necesitamos analizar, necesitamos tratar de comprenderlos. ¿Por qué el amor infinito es posible y aceptable como parte de la actividad mental, pero el odio infinito es algo de lo que podemos deshacernos para siempre? 

El aferramiento a la existencia verdaderamente establecida

De lo que necesitamos hablar a continuación es del llamado “aferramiento a la existencia verdadera”, o más completamente, “aferramiento a la existencia verdaderamente establecida”. El “aferramiento a la existencia verdaderamente establecida” no es ni una conciencia primaria, ni un factor mental. Es así, porque interpola, que significa que proyecta – inventa y proyecta una apariencia de existencia verdaderamente establecida sobre cualquier cognición en la que surge. Las conciencias primarias y los factores mentales no hacen eso; no interpolan nada. 

Aunque puede ponerse muy complicado aquí en términos de lo que significa esta “existencia verdaderamente establecida”, pongámoslo un poco más simple; de otra manera, nos pasaríamos el resto del fin de semana describiéndolo. Esto es porque el Vaibáshika dice que todo tiene existencia verdaderamente establecida, el Sautrántika y el Chitamatra, dicen que algunas cosas tienen existencia verdaderamente establecida, mientras que el Svatántrika y el Prasánguika dicen que nada tiene existencia verdaderamente establecida, aunque cada una lo define de manera diferente. Así que, es confuso. 

Lo primero que hay que recordar es qué es de lo que estamos hablando con existencia verdadera y otros términos relacionados. No estamos hablando tanto sobre cómo existen las cosas; ¿estamos hablando sobre lo que establece o prueba que algo existe? De acuerdo con el Prasánguika, lo que es imposible es que haya algo encontrable, una naturaleza autoestablecida, desde el lado del fenómeno que, por su propio poder, o en conjunto con el etiquetado mental – pero dejémoslo simple, por su propio poder – tiene la habilidad de establecer que los fenómenos existen como fenómenos válidamente conocibles y como lo que son convencionalmente. Por ejemplo: “Hay algo encontrable dentro de mí que me establece como una persona que puedes conocer como ‘yo’ y no como ‘tú’”. 

Esto se torna muy sofisticado muy, muy rápidamente en cuanto a lo que es imposible. Sin embargo, para plantearlo muy, muy simple, es como si las cosas estuvieran encapsuladas en plástico; como si hubiera algo que las hace una cosa por sí mismas, desde el lado del objeto. Parece existir esta cubierta de plástico generada desde el interior del objeto que lo separa de todo lo demás, y “ahí está, y verdaderamente está ahí”. “Verdaderamente” significa “realmente”. Eso realmente, realmente lo hace existir completamente por sí mismo con esa cubierta de plástico a su alrededor. 

Por ejemplo: el amor. “Estoy sintiendo amor”. Es como si hubiera plástico alrededor del “amor” que estoy sintiendo. ¿En serio? ¡Vamos! ¿Qué es eso? Cada vez que experimentamos alguna emoción es ligeramente diferente ¿o no? Y lo que yo experimento y lo que tú experimentas es diferente. Sin embargo: “Estoy enamorado” - con plástico alrededor – desde el lado del amor, desde el lado del sentimiento, de la emoción que lo hace “amor”. Es como si tuviéramos todas estas emociones sentadas de manera encontrable en nuestra cabeza, como pelotas de ping-pong. Presionamos un botón y sale una; la que se llama “amor” y ahora lo siento. Es una cosa. Ahí está; es como una pelota de ping-pong. Y existe verdaderamente, hay algo encontrable dentro de mi cabeza que a veces surge. Esto es tonto, ¿no? De cualquier forma, no voy a entrar en toda una discusión sobre esto. Sin embargo, convencionalmente sentimos amor, sentimos algo, pero no es este tipo de amor verdaderamente establecido como una pelota de ping-pong con existencia verdaderamente establecida. 

El hábito constante de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida

Todos tenemos los hábitos constantes de este aferramiento a la existencia verdadera. Es “constante” en el sentido de que da surgimiento a algo a cada momento. Por cierto, hay una diferencia entre “hábitos constantes” y “tendencias”. Una “tendencia” da surgimiento a su objeto algunas veces: hay una tendencia a enojarse. No da surgimiento al enojo a cada momento de nuestra existencia. Sin embargo, un hábito constante da surgimiento a algo a cada momento, constantemente, Así que, tenemos el hábito constante del aferramiento a la existencia verdadera. 

¿Qué significa esta palabra para “aferramiento” (´dzin-pa)? Es muy importante entender esto. “Aferramiento” tiene aquí dos significados, y necesitamos diferenciarlos. Primero que nada, significa (1) “dar surgimiento a una apariencia de existencia verdaderamente establecida” – a un holograma mental. ¿Cuál es nuestro involucramiento cognitivo con eso? Nuestro involucramiento cognitivo con eso es solo tomarlo como si fuera una apariencia de existencia verdadera. Esa es la forma más básica: surge una apariencia y solo la tomamos como: “Sí, hay una apariencia de existencia verdadera”. Por supuesto que podríamos discriminar que no hay tal cosa; que solo se ve así, pero todavía no somos capaces de hacer eso. Entonces tenemos el segundo significado de “aferramiento”, que es (2) “conocerlo como si realmente fuera una existencia verdaderamente establecida”.   

Así que tenemos el surgimiento de este holograma y tenemos estos dos aspectos. Uno es solo conocerlo, en otras palabras: tomarlo solo como una apariencia, nada más. A eso le llamamos “conocer la existencia verdadera”. Lo otro es tomarlo como si realmente fuera una existencia verdaderamente establecida; no solo una apariencia de algo que parece serlo, sino la verdadera cosa. A eso es a lo que le llamamos “aferramiento”. Ese es el “aferramiento a la existencia verdadera” propiamente dicho. Por favor, tomen en cuenta que, dado que una existencia verdaderamente establecida en sí misma no existe, no puede surgir la apariencia de algo no existente como eso. Solo surge la apariencia de algo que representa una existencia verdaderamente establecida. 

Liberamos a nuestra actividad mental de los dos aspectos – de conocer y de aferrarnos a la existencia verdadera – uno a la vez. Primero, nos liberamos de esa segunda forma, el aferramiento: el pensar que es realmente existencia verdadera. Ese malentendido puede ser tanto basado en la doctrina como de surgimiento automático. Primero nos deshacemos del basado en la doctrina y luego del que surge automáticamente. Cuando nos liberamos de ambos para siempre, nos hemos convertido en arhat, en un ser liberado. 

De cualquier forma, aun como un arhat, esos hábitos contantes van a seguir dando surgimiento a una apariencia de existencia verdadera a cada momento, excepto cuando estemos en absorción total no conceptual de la vacuidad. Como un arhat, sabemos que esa apariencia engañosa no corresponde a la realidad – nos hemos librado para siempre del no darse cuenta – pero sigue apareciendo así. Nuestra actividad mental sigue dando surgimiento al holograma mental, pero nuestro involucramiento cognitivo es meramente tomarlo como un objeto de cognición, nada más. Sabemos que las cosas no existen como aparecen, como si estuvieran encapsuladas en plástico; de cualquier forma, la actividad mental sigue haciendo surgir ese tipo de hologramas mentales. 

Entonces ¿cuál es el problema con eso? El problema es que esta apariencia engañosa nos impide conocer simultáneamente todas las causas y los efectos de todo, el entramado interdependiente completo. Vemos a alguien, y parece que está encapsulado en plástico, tal como lo que vemos frente a nuestros ojos. Por esa limitación, por ese oscurecimiento cognitivo, en realidad no podemos entender todas las causas sin principio que han contribuido a esta persona, una imputación sobre una continuidad mental individual, que ahora tiene esta forma sentada enfrente de nosotros. Tampoco podemos conocer – solo vemos a esta persona como encapsulada en plástico – cuáles son todos los potenciales de esta persona, de tal manera que, si le enseñamos algo, cuáles serán los efectos de eso en adelante, para siempre, ¡y los efectos que eso tendrá en todos los demás con quienes interactúa, para siempre! Por eso es que necesitamos llegar a la iluminación. Necesitamos lograr que nuestra actividad mental deje de hacer surgir estas apariencias locas de que todo está encapsulado en plástico, como si todo existiera por sí mismo y no por surgimiento dependiente, interrelacionado con todo lo demás. Entonces veremos la interconexión con todo, particularmente en términos de la causa y el efecto. 

Cuando tenemos este aferramiento a la existencia verdaderamente establecida, siempre va acompañado por una consideración incorrecta de lo que es falso como si fuera verdadero. Recordemos que tenemos a la “consideración” como uno de los factores mentales que siempre está presente. Cuando tenemos ese aferramiento – cuando en verdad creemos que esta loca apariencia corresponde a la realidad – ¿cuáles son los factores mentales que lo sustentan? ¿Qué significa realmente “aferrarse”? Recordemos que el hábito constante proyecta esta apariencia loca. Luego tenemos la consideración incorrecta, que acabo de mencionar, de considerar algo que es falso como verdadero. También tenemos un incorrecto darse cuenta que discrimina: Somos muy decisivos, muy testarudos. Por ejemplo, pensamos: “¡Sí! Esto es cierto”, pero en realidad es falso, y no nos damos cuenta – simplemente no sabemos que eso está mal; que es falso. Lo tomamos al revés, lo tomamos como verdadero. Todos estos factores mentales están funcionando juntos. Seguimos teniendo los mismos factores mentales básicos, solo que están funcionando de forma incorrecta. 

Así que, cuando tenemos total absorción no conceptual de la vacuidad – que significa que la están acompañando todos estos factores de los que hemos estado hablando: shámata, vipáshyana, bodichita no elaborada y por lo menos tropecientos eones de fuerza positiva – nuestra actividad mental solo da surgimiento a un holograma mental de la vacuidad y no hay ni conocer ni aferrarse a la existencia verdadera. En otras palabras, en ese momento, nuestra actividad mental no da surgimiento simultáneo a un holograma mental de existencia verdadera, y obviamente, por eso, tampoco conoce tal apariencia. Sin embargo, el hábito constante sigue ahí. No nos hemos deshecho de él, pero ahora está inactivo; es como si estuviera dormido. Hay dos maneras de describir lo que significa que esté inactivo, pero es muy complicado. No vamos a entrar en eso. Mejor, tomemos la explicación más fácil: en ese momento el hábito sigue ahí como una imputación, pero no está dando surgimiento al holograma o al aferramiento. 

Diferentes aspectos de los hologramas mentales

Hay un punto más que necesitamos agregar para poder entender con qué nos quedamos una vez que nos deshacemos de la actividad mental de este aferramiento y cognición de la existencia verdadera. Recordemos que, en cada momento de actividad mental, se da el surgimiento de un holograma mental y un involucramiento cognitivo. Hasta ahora, solo hemos estado hablando sobre el aspecto del involucramiento cognitivo: las formas de darse cuenta que surgen y aparecen en nuestras cogniciones. El involucramiento cognitivo es un entramado de muchas formas de darse cuenta de algo. Siempre está una conciencia primaria y una mezcla de factores mentales. Algunos factores mentales siempre están presentes, aunque puede variar su valor. Hay algunos factores mentales de los que podemos deshacernos para siempre. Estos incluyen tanto a algunos que están presentes siempre, como el no darse cuenta y el aferramiento a la existencia verdadera – aunque el aferramiento a la existencia verdadera no es en realidad un factor mental – así como a los que solo están ahí algunas veces: las emociones perturbadoras. 

Hay algunos factores mentales positivos que tenemos algunas veces, pero no hay problema con ellos; podemos seguir teniéndolos como budas, como el amor y la compasión. Y hay otras formas de conocer que no mencionamos, los cinco tipos de darse cuenta profundo (ye-shes lnga), que están ahí todo el tiempo y que también seguimos teniendo como budas. Son simplemente como funciona nuestra actividad mental. Cosas como “la conciencia profunda cual espejo”, solo recibir información – eso siempre está ahí. 

Así que, todas estas, son formas de darse cuenta de algo que surge y aparecen como el aspecto del involucramiento cognitivo de nuestra actividad mental. Ahora necesitamos hablar sobre la actividad mental desde el punto de vista del holograma mental al que da surgimiento. Tanto la forma de darse cuenta como el holograma, surgen simultáneamente. “Surgir” significa que suceden, que son aparentes. No es que estén dentro de una caja en algún lado y que solo salten de la caja como un juguete infantil. 

El holograma mental tiene dos verdades sobre él: 

  • Cómo aparece ante las mentes limitadas de los seres sintientes, que significa a las mentes de aquellos que no son budas – es el equivalente a su verdad superficial o convencional. Esto se refiere tanto a lo que parece ser y a cómo aparece estar establecido de esa manera, en otras palabras, cómo parece existir como eso. Por ejemplo, el holograma mental parece ser un “perro” o “amor” y parece estar verdaderamente establecido como eso, como encapsulado en plástico. Literalmente, esta es la verdad sobre eso que esconde algo más profundo, que es:
  • Cómo existe realmente - su verdad más profunda, su vacuidad. El holograma mental está totalmente desprovisto de estar verdaderamente establecido como “esto” o “aquello” por el poder de algo encontrable desde su propio lado. Tal tipo de existencia es imposible.

Esto es extremadamente significativo en las explicaciones de Tsongkhapa: hay dos aspectos de la verdad convencional, superficial de los hologramas mentales que surgen con nuestra actividad mental – lo que parece ser convencionalmente y cómo parece existir superficialmente. Aunque la manera en que algo parece existir convencionalmente y superficialmente siempre es engañoso, siempre es falso, lo que algo parece ser convencionalmente puede, ya bien, ser preciso o impreciso. Hablaremos más de esto en nuestra próxima sesión. 

Así que, durante nuestros últimos minutos, quizá haya algunas preguntas. 

Pregunta sobre la toma de decisiones

Con relación a la exposición sobre la actividad mental, ¿tiene algo que ver la persona en una decisión voluntaria – con el libre albedrío – al decidir algo? ¿O está todo controlado por impulsos kármicos, de tal manera que no tenemos nada que ver como individuos en la decisión de hacer algo o no hacerlo?

Muy buena pregunta. Esto tiene que ver con el tema del libre albedrío versus el determinismo, un punto siempre difícil en la presentación del karma, ya sea si se presenta en términos de lo que decidimos hacer o decir, o bien, qué decidimos pensar. Así que ¿qué significa “libre albedrío”? Significaría que hay un “yo” separado que podría tomar control de lo que está pasando, como si todas las elecciones estuvieran ahí, como en un menú, y yo estoy sentado aquí y puedo elegir lo que quiero. ¡Por supuesto que parece ser así! Esto es lo que es engañoso. “¿Me siento aquí, o me siento allá?”. “¿Me como esto, o me como aquello?”. Esta es una apariencia falsa que está surgiendo en nuestra actividad mental. No hay un “yo” separado que tenga ese libre albedrío. El “libre albedrío” está basado en una concepción equivocada de cómo funciona nuestra actividad mental. 

Ahora, ¿qué es el “determinismo”? Es la apariencia engañosa de un “yo” sentado aquí, viendo lo que está sucediendo y que está fuera de control: “¡Ayyy! ¡Estoy fuera de control! ¡No puedo controlar lo que está pasando!”. Es la visión de que todo lo que sucede está dictado por el karma, o que algún ser divino en el cielo ha decidido lo que pasará hoy, y yo estoy aquí sentado: víctima del determinismo. Así que ambas posturas son extremas; tanto el libre albedrío como el determinismo son incorrectos. Recordemos lo que la palabra “mero” significa en la definición de una actividad mental – no hay un “yo” separado controlando o viendo el surgimiento de un holograma mental y el involucramiento cognitivo.

Lo que hacemos y lo que experimentamos está influenciado por muchos, muchos factores. Están todas las tendencias: algunas son tendencias kármicas, y otras son tendencias al enojo, tendencias a sentir amor y demás. Hay muchos tipos diferentes de tendencias. Entonces, como lo expliqué, no solo la actividad mental conoce cosas, también tendríamos que decir que la persona conoce cosas. “Yo sé algo”. No es que solo la conciencia mental sienta enojo, “yo siento enojo”. Así que, no es como si no hubiera una persona involucrada en la actividad mental. 

Está la intención de ser amable con alguien, o de ser desagradable con alguien, que acompaña al ver a alguien o a pensar en las personas. Esa intención surge por muchas, muchas circunstancias: lo que nos hizo la persona, el estado de ánimo en el que estamos, nuestra tendencia a ser amable o a ser desagradable – las tendencias kármicas, etc. Hay muchos factores. No es solo que la actividad mental tenga la intención. También tendrías que decir “yo tengo la intención”, porque el “yo” es una imputación sobre la actividad mental. No es que nadie tenga la intención, y no es que tú tengas la intención; yo tengo la intención. Así que estoy involucrado, son responsable y no se trata ni de libre albedrío, ni de determinismo. Sin embargo, requiere que pensemos muchísimo en ello para entenderlo. Aun así, es muy importante entender que, de hecho, somos responsables de lo que hacemos. No es que tengamos una libre y total elección para elegir de un menú, y tampoco es que esté totalmente fuera de nuestro control como para decir que no somos responsables. 

Dedicatoria de la fuerza positiva

¿Qué decidimos al final?

¿Qué decidimos al final de esta sesión? ¡Decidimos dedicar la energía positiva! Hay cierta energía positiva y ciertos entendimientos que surgieron en nuestro continuo mental como resultado de escuchar estas lecciones. Vinimos, así espero, con cierta intención. La establecimos al inicio: algo como, “queremos aprender algo que nos ayude a ser de más ayuda a otros”. Luego, también lo espero así, tratamos de mantener esa motivación durante la plática, usando nuestra presencia mental para no soltar nuestra sujeción mental de ella. Aun si nuestra intención y motivación no hayan sido tan conscientes, esperemos, por lo menos, que a un nivel subliminal hayan estado presentes. Hay cierta energía positiva como resultado. 

Esa energía positiva, si no la dedicamos a la iluminación, solo contribuiría a ser capaces de platicarles a otros sobre nuestro tema. Solo contribuiría a un lindo samsara, a una buena plática de café. Y la gente posiblemente pensaría que somos listos o que somos espirituales, o lo que sea. Es samsara. Sin embargo, si la dedicamos así: “Que esto contribuya a la iluminación de todos los seres con limitaciones”, por lo menos va en esa dirección. Todavía no tenemos esa motivación y dedicación de la bodichita no elaborada, pero si, por lo menos, tenemos bodichita elaborada, la energía positiva, de cualquier manera, irá en esa dirección de contribuir a la iluminación de todos. Lo mismo sucede con cualquier comprensión que haya surgido de esto.

Recordemos, estamos hablando de entramados; no es solo una colección de “pega otro timbre en mi libro”. ¿Qué significa “entramado”? Recordemos que significa “conectado con todo lo demás que hemos comprendido y hecho antes”. Integrémoslo; tratemos de ver cómo encaja. Así, “que pueda fortalecer estos entramados de energía positiva y darse cuenta profundo para que, con el tiempo, tengan la suficiente energía para superar los obstáculos”. Así que, hay alguna actividad a partir de esta dedicatoria ¿verdad?

¿Hay alguien que esté haciendo esa dedicatoria? Sí: yo. No tú, yo. Nadie. Está la actividad mental, pero yo también hago la dedicatoria. ¿Viene de mi decisión? Bueno ¿qué significa “decisión”? “Decisión” no significa “elegir de un menú”, como si “yo” estuviera separado de toda la cosa. Y hay decisión sobre esta actividad mental. No es indecisión: “¿Tendría que hacer la dedicatoria? ¿No tendría que hacer la dedicatoria?”. Es decisivo: “¡Hazla!”.

¿De dónde surgió esa decisión? Bueno, están las circunstancias de que estamos aquí todos juntos y el maestro dijo que la hiciéramos y todos los demás la están haciendo. Esas son las circunstancias. Las palabras para la dedicatoria que recitamos surgieron dependientemente de causas y circunstancias, y fueran traducidas a su idioma, así que esa es otra circunstancia. “¿Podría decidir unirme o no?”. Claro, podemos decidir, pero esa es una actividad mental ¿cierto? Que surgiría también de causas y circunstancias. Podría ser porque “me parece tonto”, o cualquiera que sea la razón de que no nos unamos. Sin embargo, no es un “yo” que esté haciendo una elección independientemente de cualquier causa y circunstancia. Podía ser que nuestros amigos o padres dijeran: “Eso es tonto, no lo hagas”. Hay muchas, muchas causas y circunstancias. 

Todo surge en dependencia de causas y circunstancias. Nada sucede sin razón alguna. Y no es que las cosas vengan tan solo de una causa que la determina. La actividad mental consta de tantas piezas diferentes y cada una está influenciada por muchos, muchos, muchos factores. Así que, cuando hablamos de “surgimiento dependiente”, estamos hablando de un entramado inmenso de variables que han contribuido a nuestro escuchar esta conferencia en este cuarto, incluyendo a las personas que construyeron este edificio. No podríamos estar aquí sentados, haciendo esta dedicatoria, si dichas personas no lo hubieran construido. La mente comienza a expandirse cuando pensamos de esta manera. 

Así que hacemos la dedicatoria: Cualquier energía positiva, cualquier comprensión que haya surgido de esto, pueda profundizar más y más y ser causa para que todos, no solo yo, puedan alcanzar el estado iluminado de un buda para el beneficio de todos. Gracias. 

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