Cuando analizamos nuestra experiencia en términos de actividad mental, un momento tras otro, encontramos que en cada momento de experiencia hay muchos componentes, o factores mentales, involucrados. Cuando podemos aprender a identificarlos y a reconocerlos en nuestra experiencia, cuando estamos lidiando con otros o simplemente con nosotros mismos, también podemos notar si alguno de ellos está en equilibrio. ¿Están trabajando en armonía mutuamente o es algo fuera de equilibrio que necesita ser corregido? Tanto para prestar atención como para responder a estas experiencias, necesitamos tener una mente tranquila y una actitud cuidadosa, que son la base para equilibrar nuestra sensibilidad en términos de nosotros mismos, los demás y las situaciones.