Prefacio
Entre los tibetanos, los monasterios budistas han sido tradicionalmente los grandes centros de aprendizaje. El sistema educativo seguido por muchos de ellos, como Ganden, Sera y Drepung de la tradición Gelug, se inspira en el introducido hace más de mil años por universidades monásticas indias como Nalanda. Cada uno de estos centros monásticos tibetanos está dividido en varios monasterios compuestos por muchos colegios pequeños. Cada monasterio tiene su propio conjunto de libros de texto, pero la educación es uniforme en todo momento. Una vez completado con éxito, los monjes de la tradición Gelug reciben el grado de Gueshe, para lo cual deben tener al menos 25 años de edad. Se pueden encontrar sistemas de estudio similares en muchos monasterios de los otros linajes tibetanos del budismo, con ligeras variaciones en el plan de estudios, los requisitos para el grado y los títulos conferidos.
Los novicios comienzan sus estudios formales alrededor de los ocho años, después de haber aprendido a leer y escribir. Muy rápidamente comienzan a memorizar los principales textos que formarán la base para sus estudios posteriores. Estos textos han sido traducidos del sánscrito y solo se explican una vez que se han memorizado por completo. Aunque en sus clases los novicios reciben conferencias, el énfasis principal está en el debate. Después de que se explica un punto, los estudiantes forman parejas para explorar entre ellos sus implicaciones, defensa y posible refutación. Esto asegura que entiendan lo que se les enseña y no acepten las cosas como verdaderas sin saber por qué.
El tema de la primera clase son temas selectos (bsdus-grva, dura). En ella, los jóvenes novicios aprenden los fundamentos del debate. Al memorizar un gran número de definiciones formales, desarrollan sus poderes de razonamiento debatiendo sobre temas como causa y efecto, existentes y no existentes, fenómenos de afirmación y negación, conjuntos y subconjuntos, exclusión mutua y líneas de razonamiento. Al finalizar este curso, alrededor de los nueve o diez años, ingresan a la segunda clase, que es sobre modos de conocer (blo-rigs). En el presente texto se ofrece una sinopsis de este tema. La tercera clase aborda los modos de razonamiento (btags-rigs).
Al haber completado estas tres clases preparatorias, los novicios están listos para comenzar las cinco materias principales para el grado de Gueshe, cuyos textos principales ya han memorizado. Los temas principales son la perfección del darse cuenta que discrimina (phar-phyin, sct. prajnaparamita), la filosofía del camino medio (dbu-ma, sct. madhyamaka), cognición válida (tshad-ma, sct. pramana), temas especiales de conocimiento (mdzod, sct. abhidharma) y reglas de disciplina monástica (‘dul-ba, sct. vinaya).
El siguiente texto, escrito a finales del siglo XVIII, pertenece a la segunda clase preliminar, relativa a los modos de conocer. Se encuentra en Las obras completas de A-kya Yongs-‘dzin, vol. 1 (Nueva Delhi: Lama Gurú Deva, 1971), folios 515-526. Es un compendio de los puntos principales de este tema, escrito en versos con métrica similares a canciones. Las frases insertadas para completar el significado en la traducción al inglés se han indicado mediante su inclusión entre paréntesis. Esta es una muestra del tipo de texto memorizado por los jóvenes novicios de esta clase de tal forma que tengan claras las definiciones y listas de las divisiones más importantes para usar en el debate. Presenta este tema desde el punto de vista de la interpretación Gelug de la rama de los Aspectos Verdaderos (rnam bden-pa) del sistema de principios Sautrántika (mdo-sde-pa) del budismo indio. Esta interpretación acepta la cognición directa sensorial de objetos completos cotidianos que se extienden a lo largo del tiempo. La explicación sigue el conjunto de libros de texto de Jetsunpa, escritos por Jetsun Chokyi Gyaltsan (rJe-btsun Chos-kyi rgyal-mtsan) y utilizados en las universidades de los monasterios de Sera Je y Ganden Jangtse.
Los libros de texto de los diversos monasterios, no solo dentro de la tradición Gelug, sino también entre las otras tradiciones tibetanas, explican sus temas desde puntos de vista ligeramente diferentes. Esto tiene un propósito y concuerda con el método general del Buda de enseñar con medios hábiles. El principal objetivo del sistema educativo monástico es preparar a los jóvenes novicios para que piensen por sí mismos y desarrollen su mente hasta su máximo potencial. Todo esto tiene el propósito de lograr la omnisciencia de la iluminación total de la budeidad para poder beneficiar a todos los seres. Si un tema, como los modos de conocer, se presentara de manera dogmática con una sola interpretación ortodoxa, dejaría poco espacio para el desarrollo mental y la creatividad de los estudiantes. Pero como cada monasterio usa diferentes libros de texto con explicaciones alternativas, los debates entre sus estudiantes se vuelven más animados y desafiantes. De esta manera, los novicios aprenden a convertirse ellos mismos en grandes maestros, progresando rápidamente en el camino hacia la iluminación. Por lo tanto, aunque se pueden encontrar explicaciones alternativas de varios puntos relacionados con los modos de conocer en varios otros textos, si se tiene en cuenta el propósito final del estudio de este tema, uno permanecerá sin confusión e imperturbable, siempre enfocado y estimulado hacia la meta.
Discusión introductoria
Homenaje a Manjushri.
Este texto se refiere a la mente y las formas en que conoce las cosas. Al comprender cómo funciona tu mente y entrenarla adecuadamente, puedes alcanzar la omnisciencia y la iluminación completa de la budeidad. Entonces podrás ayudar a liberar de su sufrimiento a todos los seres sintientes, es decir, a todos los demás con una mente limitada. Por lo tanto, se rinde homenaje a Manjushri, quien manifiesta la sabiduría completa de los budas.
Como las personas tienen diferentes niveles de aptitud, el Buda ha enseñado muchos sistemas de principios diferentes de explicaciones filosóficas para satisfacer sus necesidades. Este texto está escrito desde el punto de vista Sautrántika. Según él, todas las cosas válidamente conocibles, es decir válidamente cognoscibles, son impermanentes (no estáticas) o permanentes (estáticas) dependiendo de si tienen o no la capacidad de producir un efecto. Hay tres tipos de fenómenos impermanentes: formas de fenómenos físicos (gzugs), formas de darse cuenta de algo (shes-pa), y aquellos que no son ninguno de los dos (ldan-min ‘du-byed, variables que afectan no congruentes). El primer tipo tiene diez divisiones: lo visible, sonidos, olores, sabores y sensaciones físicas, más los sensores físicos cognitivos correspondientes a cada uno de ellos. El segundo, formas de darse cuenta de algo, tiene tres divisiones: conciencia primaria (rnam-shes), factores mentales (sems-byung) y darse cuenta reflexivo (rang-rig, sct. svasamvedana). Los fenómenos impermanentes que no son ni formas de fenómenos físicos ni formas de darse cuenta de algo, incluyen tendencias (sa-bon, semillas), hábitos constantes (bag-chags), la persona (gang-zag) o el “yo” convencional (kun-rdzob-pa’i nga) y así sucesivamente.
Una forma de darse cuenta de algo se define como un fenómeno impermanente de un darse cuenta claro involucrado con un objeto. Con la conciencia primaria, te das cuenta meramente de la naturaleza esencial (ngo-bo) de algo visible, un sonido, etc. Con los factores mentales, te das cuenta de las distinciones en tales objetos, haces juicios sobre ellos, reaccionas a ellos, etc. Con el darse cuenta reflexivo, sabes que has sido consciente de algo y lo experimentas en el sentido de ser testigo de ello. El darse cuenta reflexivo explica la memoria.
Tomemos el ejemplo de ver una hermosa obra de arte. Con la primera forma de darse cuenta de ello, recibes su impresión visual directa. Con la segunda, la identificas como una obra de arte, la juzgas como hermosa, reaccionas ante ella con placer, etc. Con la tercera, te das cuenta de tu estado de ánimo al experimentar todo esto, para que luego puedas recordar la experiencia.
Una conciencia (rnam-shes) en general se define como un darse cuenta principal (gtso-sems) sobre el cual se puede colocar la impresión de la naturaleza esencial de cualquier cosa que pueda conocerse válidamente. Ser un darse cuenta principal implica que la conciencia siempre va acompañada de un conjunto de factores mentales. La conciencia, entonces, se refiere específicamente a la conciencia primaria, y hay seis tipos conectados con los seis sensores cognitivos (dbang-po): la conciencia visual depende de los sensores oculares físicos para darse cuenta de lo visible o de las formas visibles; la auditiva depende de los sensores de los oídos para los sonidos; la olfativa de los de la nariz para los olores; la gustativa de los de la lengua para los sabores, y la táctil de las del cuerpo para las sensaciones físicas. La conciencia mental depende de los sensores mentales no físicos para darse cuenta de cualquier cosa válidamente conocible.
Los objetos y sensores de cada facultad cognitiva, como los de la visión, se conocen como sus estimuladores cognitivos (skye-mched, sct. ayatana) y, por lo tanto, hay doce de ellos. Cuando la conciencia de esa facultad se agrega a sus objetos y sensores cognitivos, se denominan fuentes cognitivas (khams, sct. dhatu) de esa facultad, y hay dieciocho de ellas. Cuando un momento de conciencia de una facultad particular, sus factores mentales acompañantes y el darse cuenta reflexivo se agrupan, se conocen como los fenómenos conscientes de esa facultad o como una instancia de su cognición (shes-pa).
Así, existen las facultades cognitivas de ver, oír, oler, probar, tocar y pensar; abarcando las seis está tu facultad de conocer (blo). A través de ella, sabes cosas o tienes conocimiento de ellas en una variedad de formas. Como esta facultad es un fenómeno impermanente y como tales cosas se definen como fenómenos válidamente conocibles con la capacidad de producir un efecto (don-byed nus-pa, sct. arthakriya) –en otras palabras, fenómenos funcionales (dngos-po)– entonces, de hecho, lo que se discute son las diversas instancias siempre cambiantes del funcionamiento de esta facultad, es decir, instancias específicas de diversas formas de conocer las cosas. Para simplificar el lenguaje de esta traducción, “la facultad de conocer”, “conocer” y “modos de conocer” a menudo se usan indistintamente.
Una explicación de la presentación de los modos de conocer implica tanto el conocer, que es algo que tiene un objeto, como los objetos (que tiene). De estos, en general, algo que tiene un objeto se define como un fenómeno funcional que (continuamente) posee un objeto apropiado para sí mismo. Cuando se divide, hay tres tipos: (1) formas de fenómenos físicos, (2) formas de darse cuenta de algo y (3) variables que afectan no congruentes. (Un ejemplo del) primero son todos los sonidos que comunican, del segundo, cada cognición y del tercero (el número) ilimitado de personas.
Todas las palabras habladas (ngag) significan algo; si no tuvieran objetos a los que referirse, serían solo sonidos sin sentido. Las cogniciones (shes-pa) son siempre de algo y las personas (gang-zag), como fenómenos de imputación (btags-pa) sobre la base de las cogniciones, también tienen siempre cognición de algo. No es solo que las cogniciones conozcan cosas, sino que también las personas conocen cosas. Los fenómenos de imputación se explicarán a continuación.
Hay (1) definiciones, (2) sinónimos y (3) divisiones de conocer. En cuanto al primero de estos tres, la característica definitoria de conocer (algo) es un darse cuenta (de ello). Saber, conocer, darse cuenta de y tener un claro (surgimiento cognitivo de algo) son términos (sinónimos) mutuamente incluyentes.
Para que dos términos, “x” y “y”, sean mutuamente incluyentes (don-gcig), deben cumplir los ocho requisitos de congruencia: si es “x” es “y” y si es “y” es “x”; si no es “x” no es “y” y si no es “y” no es “x”; si hay una “x” hay una “y” y si hay una “y” hay una “x”; y si no hay “x” no hay “y” y si no hay “y” no hay “x”. Así, si sabes algo, te das cuenta de ello; si no sabes algo, no te das cuenta de ello, y así sucesivamente. El ejemplo estándar es que, si algo es impermanente, se ve afectado por causas y condiciones.
Un ejemplo de dos términos que no son mutuamente incluyentes es una vasija de barro y ser impermanente. Aunque si algo es una vasija de barro debe ser impermanente, no se da el caso de que si algo es impermanente deba ser una vasija de barro; o que, si no es una vasija de barro, debe ser permanente.
La relación, entonces, entre una vasija de barro y ser impermanente es una de inclusión (khyab): “x” se incluye en “y” si todas las instancias de “x” son “y”, aunque no todas las “y” necesitan ser “x”. Todas las vasijas de barro son impermanentes, pero no todos los fenómenos impermanentes son vasijas de barro.
Cuando se dividen, hay muchos aspectos. Hay conocer con aprehensión y conocer sin aprehensión. Además, se puede dividir en siete formas de conocer. Hay formas válidas y no válidas, tanto conceptuales como no conceptuales, cogniciones directas y cogniciones inferenciales, mentes primarias y factores mentales, etc. Hay muchas cosas así.
Aprehensión
Se dice que un modo de conocer algo es con o sin aprehensión dependiendo de si aprehende o no su propio objeto.
Cuando uno de tus tipos de conciencia aprehende (rtogs-pa) su objeto involucrado (‘jug-yul) –el objeto principal con el cual se involucra una cognición particular– esto no significa que necesariamente comprende o entiende lo que es. Simplemente significa que ha tomado su objeto correcta y decisivamente de tal forma que luego no tengas dudas de haberlo conocido. Si ves una montaña de nieve blanca como blanca, la has aprehendido correctamente. Si la ves como amarilla, no lo has hecho. Del mismo modo, si no estás seguro de lo que has visto, no lo has aprehendido.
De los siete modos de conocer, la cognición directa, la cognición inferencial y la cognición subsecuente: estas tres son aprehensiones (de algo). Las otras cuatro conocen (algo) sin aprehensión.
Así, si tu conocimiento de algo es presuntivo (yid-dpyod), no determinante (snang-la ma-nges-pa), titubeo indeciso (the-tshoms) o distorsionado (log-shes), no lo has aprehendido correctamente o de forma decisiva.
En cuanto a la declaración de algunos estudiosos de que la cognición presuntiva es un conocimiento (de algo) con aprehensión, el significado pretendido es que con la mera cognición presuntiva uno puede (casi) aprehender (algo).
Con la cognición presuntiva, conoces correctamente algo, por ejemplo, que el sonido es impermanente, pero debido a no entender por qué es impermanente, no eres decisivo sobre lo que supones que es verdad. Dado que la aprehensión de un objeto no requiere comprenderlo, la cognición presuntiva no está descalificada para aprehender su objeto por medio de este factor. Pero, debido a que carece de decisión, a pesar de que la cognición presuntiva conoce su objeto con precisión, no se puede decir que lo aprehenda. Solo puede decirse que casi aprehende su objeto.
Hay aprehensión explícita y aprehensión implícita, aceptadas respectivamente como aprehensiones de un objeto con el surgimiento o el no surgimiento de un holograma mental (de él).
Cuando tienes una cognición directa visual de algo azul, por ejemplo, un holograma mental (rnam-pa, aspecto) de un parche azul surge en tu cognición. Así, tienes una aprehensión explícita (dngos-sur rtogs-pa) de lo que es azul. También tienes una aprehensión implícita (shugs-la rtogs-pa) de que no es amarillo, y con esto, no aparece ningún holograma mental de “no amarillo”. Cuando escuchas a un hombre hablando en la habitación de al lado, aprehendes explícitamente el sonido de su voz. Aunque su forma en realidad no surge en tu conciencia visual, sabes implícitamente que él está allí.
De Eliminar la oscuridad mental: (Una filigrana) para “Siete volúmenes (sobre cognición válida)” (de Dharmakirti) (por Kedrub Je): “Se dice que (1) en general, con cogniciones válidas las hay explícitas e implícitas; y (2) con cognición directa y cognición inferencial, se puede tener aprehensión explícita e implícita. La primera afirmación es muy general, mientras que la segunda es la posición Sautrántika. O esta última podría tomarse en el sentido de que ambos (tipos de aprehensión pueden ocurrir) en instancias específicas de cognición directa y cognición inferencial.
Por lo tanto, decir que la cognición válida (tshad-ma), es decir, la cognición directa (mngon-sum) y la cognición inferencial (rjes-dpag), pueden aprehender objetos tanto explícita como implícitamente, es solo una declaración general aproximada. No significa que cada instancia de cada una de ellas lo haga. Cualquier instancia específica de estos modos válidos de conocer algo puede aprehender objetos, ya sea solo explícitamente o tanto explícita como implícitamente. Así es como Kedrub Je (mKhas-grub rJe dGe-legs dpal-bzang) explica este punto en su texto Eliminar la oscuridad mental: (Una filigrana) para “Siete volúmenes (sobre cognición válida)” (de Dharmakirti) (Tshad-ma sDe-bdun-gyi rgyan yid-kyi mun-sel).
“En cuanto a cómo una cognición no válida puede aprehender (su objeto) explícita o implícitamente, es del mismo modo que se explica para las válidas”.
Una forma válida de conocer algo (cognición válida) se define como un darse cuenta nuevo y no engañoso de ello. Decir que tu conocimiento debe ser nuevo (gsar) para ser válido excluye la posibilidad de que la cognición subsecuente (bcad-shes) se considere un medio válido de conocer. Dado que debe ser no engañosa (mi-bslu-ba), la cognición presuntiva no puede tomarse como válida, y dado que debe ser un darse cuenta (shes-pa), los sensores cognitivos físicos, como las células fotosensibles de los ojos, por ejemplo, tampoco pueden ser considerados como tal.
Aunque la cognición subsecuente no es válida porque no es nueva, esto no significa que sea engañosa. Una vez que has inferido inicialmente o has tenido cognición directa de un objeto y, por lo tanto, lo has aprehendido de forma correcta y decisiva, tu cognición subsecuente de él continúa discerniéndolo de esta manera. Por lo tanto, de la misma manera que estas dos formas válidas de conocer, la cognición subsecuente también puede aprehender objetos tanto explícita como implícitamente, o solo explícitamente.
Las siete formas de conocer algo son (1) cognición presuntiva, (2) cognición no determinante, (3) cognición subsecuente, (4) cognición distorsionada, (5) titubeo indeciso, (6) cognición directa y (7) cognición inferencial.
De estos siete, solo las dos últimas son válidas. Sin embargo, la cognición subsecuente, la cognición directa y la cognición inferencial aprehenden sus objetos. La cognición distorsionada (log-shes) es la peor de todas, ya que falsea lo que es correcto.
Cognición presuntiva
La cognición presuntiva se define como una cognición no válida que implica un objeto correcto de forma conceptual y nueva.
A través de un medio válido de conocer algo, como la cognición inferencial, se tiene una comprensión conceptual nueva de una conclusión correcta. Sin embargo, con una cognición presuntiva (yid-dpyod, suposición), se llega a una conclusión correcta nueva sin comprenderla realmente o saber por qué es cierta. Con la cognición presuntiva, por lo tanto, simplemente pareces comprender o aprehender algo de manera nueva, porque lo que sabes es verdad, pero en realidad tu conocimiento de ello es indeciso y, por lo tanto, no válido. Supones que es verdad sin ninguna razón, por una razón incorrecta o incluso correcta, pero sin entender por qué es correcta.
Cuando se divide, hay cinco tipos de cognición presuntiva: (suponer que lo que es verdadero es verdadero) (1) sin razón alguna, (2) por una razón contradictoria, (3) por una no determinante, (4) por una no establecida y (5) por una correcta, pero sin haber llegado a una decisión (al respecto). Se dice que los ejemplos que tienen las características definitorias de cada uno son los siguientes: Un conocer con el que uno asume que el sonido es impermanente por meramente (escuchar) las palabras: “El sonido es impermanente”. De manera similar, asumir lo mismo apoyándose en una línea de razonamiento que es contradictoria, no determinante o no establecida, o apoyándose en la línea de razonamiento (correcta), (porque es) producido, (pero sin entenderlo – estas) se dice que es como son las cogniciones presuntivas que toman el sonido como impermanente.
Entender algo por cognición inferencial depende de una línea de razonamiento correcta (rtags). Esto implica el uso de una demostración lógica de tres elementos que consta de una tesis (bsgrub-bya), una razón (gtan-tshig) y dos tipos de ejemplos (dpe) – por ejemplo, el sonido es impermanente, porque es algo producido, como una vasija de barro y no como el espacio. Este es uno de los ejemplos más comúnmente utilizados en la lógica budista, ya que se utiliza para refutar la afirmación de varias escuelas no budistas de que sonidos tales como las palabras de los Vedas son eternos y permanentes porque son las revelaciones de verdades súper-empíricas, sin autor alguno.
En este caso, el sonido es el sujeto de la tesis (sgrub-chos) e impermanente es la propiedad a ser establecida (sgrub-bya’i chos), es decir, lo que se debe probar al respecto. Estos dos juntos se conocen como la tesis: el sonido es impermanente. Porque es algo producido es la razón o línea de razonamiento que se utiliza para demostrarlo. Algo producido (byas-pa) significa algo que ha surgido inmediatamente del esfuerzo. Los dos ejemplos son un elemento homogéneo (mthun-phyogs), como una vasija de barro, y un elemento heterogéneo (mi-mthun-phyogs), tal como el espacio. Un elemento homogéneo debe tener tanto la propiedad a ser establecida como la propiedad dada como razón; un elemento heterogéneo es aquel en el que ambas propiedades están ausentes.
Para que la razón pruebe la tesis, se deben cumplir tres factores (tshul-gsum): la razón debe tener (1) aplicabilidad al tema (phyogs-chos) – ser algo producido pertenece al sonido, (2) inclusión (rjes-khyab), que significa existencia en un elemento homogéneo: ser algo producido concierne a las vasijas de barro, e (3) inclusión negativa (ldog-khyab), lo que significa no existencia en un elemento heterogéneo: ser algo producido no concierne al espacio.
Por lo tanto, (1) dado que el sonido es algo producido, (2) porque es incluyente que, si algo es producido, como una vasija de barro, entonces es impermanente y (3) dado que es incluyente que, si algo es permanente, no es algo producido, se puede concluir válidamente que el sonido también debe ser impermanente, con una comprensión completa y decisiva de cómo y por qué.
Tengamos en cuenta que ser algo producido y ser impermanente no son mutuamente incluyentes. Si algo es producido, lo que significa que ha surgido inmediatamente del esfuerzo, es incluyente que es impermanente; pero si algo es impermanente, no es incluyente que sea algo producido, por ejemplo, un rayo. De manera similar, ser algo producido y ser impermanente tampoco son mutuamente excluyentes. Si algo no es impermanente, como el espacio, es incluyente que no es algo producido; pero si algo no es producido, no es incluyente que sea permanente, por ejemplo, un rayo.
Este es un ejemplo de una cognición inferencial, una forma válida de conocer que algo es verdadero, que no es obvio al confiar en una razón de validación. Con la cognición presuntiva, por otro lado, debido a que hay alguna falla en tu línea de razonamiento, solo puedes suponer que algo es verdadero, dado que no comprendes completamente por qué.
Con “el sonido es impermanente” como tesis, una vasija de barro como elemento homogéneo y el espacio como elemento heterogéneo, pero con una razón diferente, los últimos cuatro tipos de cognición presuntiva se pueden ilustrar de la siguiente manera.
[1] Concluyes que el sonido es impermanente porque crees que no es algo producido, como una vasija de barro y no como el espacio. Esta es una razón contradictoria. Examinemos los tres factores: (a) Ser algo no producido no concierne al sonido. Cuando alguien habla, hace un sonido. Por lo tanto, el primer factor no se cumple. (b) No es incluyente que, si algo no es producido, es impermanente. En primer lugar, una vasija de barro no es un ejemplo de algo que no es producido. Una vasija de barro surge inmediatamente del esfuerzo. Pero incluso si se cita el rayo como un ejemplo homogéneo de algo que no es producido y, sin embargo, es impermanente, se podría citar un contraejemplo del espacio, que no es producido y, sin embargo, no es impermanente; el espacio es permanente. Por lo tanto, el segundo factor no se cumple. (c) No es incluyente que, si algo es permanente, como el espacio, no es algo no producido. De hecho, si algo es permanente, es incluyente que no es producido. Así, el tercer factor tampoco se cumple.
[2] Se puede llegar a esta misma conclusión usando la razón: porque es algo que es válidamente conocible. (a) ¿El ser válidamente conocible se aplica al sonido? Sí. Esta razón satisface el factor de aplicabilidad a la tesis. (b) ¿Es incluyente que, si algo es válidamente conocible, como una vasija de barro, es impermanente? No. Aunque todos los fenómenos impermanentes son válidamente conocibles, no es incluyente que todos los fenómenos válidamente conocibles sean impermanentes, por ejemplo, el espacio, que es válidamente conocible, pero permanente. Por lo tanto, esta razón falla la prueba de inclusión. (c) ¿Es incluyente que, si algo es permanente, como el espacio, no es válidamente conocible? De nuevo, no, porque los fenómenos permanentes son válidamente conocibles. Por lo tanto, esta razón también falla la prueba de la inclusión negativa. Así, concluir que el sonido es impermanente porque puede conocerse válidamente es una cognición presuntiva basada en una razón no determinante.
[3] También se puede concluir correctamente que el sonido es impermanente como anteriormente, pero por la razón de que es algo que puede verse a simple vista. Ser visible, sin embargo, (a) no es una cualidad del sonido y (b) no es incluyente con ser impermanente. Muchos fenómenos impermanentes, como el sonido, no pueden verse a simple vista. Además, (c) no es incluyente que, si algo es permanente, no puede ser visto por el ojo. Por ejemplo, al ver una puerta abierta a una habitación adyacente, se ven explícitamente los dos lados del marco de la puerta, el área intermedia (bar-snang) y la pared trasera de la habitación detrás. A esto le sigue una cognición conceptual del marco de la puerta, el área intermedia y la pared detrás, en el que el darse cuenta reflexivo que acompaña a esta conciencia conceptual y conocerla con cognición directa no conceptual, implícitamente aprehende la ausencia de cualquier contacto obstructivo entre los dos lados del marco de la puerta. De esta manera, sabes que el área intermedia no brinda ninguna obstrucción para que puedas caminar por ahí. En la cognición visual que sigue posteriormente, esa cognición conceptual con darse cuenta reflexivo que conoce implícitamente esta ausencia, continúa acompañando a la cognición visual. De esta manera, se podría decir que se puede ver el fenómeno permanente de esta ausencia de obstrucción, es decir, el espacio. Sin embargo, llegar a la conclusión correcta de que el sonido es impermanente porque puede ser visto por el ojo es una cognición presuntiva basada en una razón irrelevante que no cumple con los tres factores.
[4] Una razón correcta para concluir que el sonido es impermanente es porque es algo producido. Sin embargo, si llegas a esta conclusión correcta y dices que es por esta razón correcta, pero no entiendes qué significa que algo sea producido o qué tiene que ver con ser impermanente, entonces has supuesto que es cierto por una razón correcta, pero sin ninguna decisión.
Estas (cinco) pueden condensarse en dos: (1) una cognición presuntiva (de algo) sin razón alguna y, para las últimas cuatro, (2) una cognición presuntiva que tiene alguna razón. La comprensión que uno obtiene simplemente escuchando (una enseñanza) es principalmente cognición presuntiva. Por lo tanto, se dice que su continuidad es inestable.
Saber algo puede provenir de escuchar una declaración o explicación de algo, pensar en ello hasta que lo entiendas o meditar en ello para familiarizarte con ello. Sin embargo, cuando simplemente escuchas o lees un hecho, si no piensas en él o lo examinas cuidadosamente para comprender cómo y por qué es cierto, por lo general solo puedes suponer que lo es. Debido a que no lo has comprendido completamente, a menudo no puedes recordar tal conocimiento fáctico. Así, se dice que su continuo es inestable porque muchas veces dicho conocimiento no perdura. Otro ejemplo es la fe ciega y acrítica en algo que es verdad, que es una forma de creencia basada en ninguna razón.