Liberar al yo convencional de la inseguridad

Repaso

Hemos estado hablando sobre cómo desarrollar el yo de una forma saludable mediante las etapas graduales del lam-rim. Y vimos que tenemos un yo convencional, nosotros sí existimos. Ese yo convencional es lo que podemos etiquetar o representar o comprender en términos de todo lo que experimentamos en cada momento. Así que “yo” no es sólo la forma de referirse a cada momento de la experiencia; el tema es cómo conocemos el “yo”. ¿Cómo nos conocemos a nosotros? Nos conocemos solo en términos de la experiencia, la experiencia momento a momento de nuestra vida. Y podemos comprender cómo existimos de una forma correcta o de una forma incorrecta. Cuando pensamos en nuestro “yo” convencional como si este existiera de una forma imposible, entonces pensamos en términos del “yo” falso (el “yo” que debe ser refutado). Para hacer algo con nuestra situación en la vida, intentar mejorar la calidad de nuestra vida, intentar superar el sufrimiento y los problemas, necesitamos un sentido saludable del “yo” (un “yo” convencional). De otra forma, nos dará igual lo que experimentemos y no haremos ningún esfuerzo para hacer algo por cuidar nuestras vidas.

Cuando empezamos la progresión del lam-rim de comprensión y entendimiento profundo que forma un camino gradual, empezamos con la apreciación de la preciosa vida humana que tenemos. Cuando apreciamos lo libres que somos, por lo menos temporalmente, de las peores situaciones que podrían evitar que hiciéramos algo constructivo con nuestras vidas, y después nos damos cuenta cómo nuestra vida está tan enriquecida con oportunidades para hacer algo constructivo con nosotros mismos, entonces nos apreciamos muchísimo, valoramos ese “yo” convencional. Permítanme decir eso de una forma más precisa: apreciamos la situación que tenemos, y esto nos lleva a tener una actitud más positiva hacia nosotros mismos. En lugar de pensar “pobre de mí” y quejarnos de nuestra situación en la vida, estamos muy agradecidos de nuestra situación. En otras palabras, nos fijamos en las buenas cualidades en lugar de en las cualidades negativas. No negamos que nuestra vida tiene limitaciones. La vida de todos tiene limitaciones, pero no nos beneficia quejarnos y mortificarnos por ellas.

Hay una pauta que encontramos en las enseñanzas sobre cómo relacionarnos con un maestro espiritual: no se niegan las limitaciones, pero no beneficia en nada centrarse en ellas. En lugar de eso, nos fijamos en las buenas cualidades porque son inspiradoras. Cuando nos fijamos en las buenas cualidades de nuestra situación en la vida con esta preciosa vida humana, estamos igualmente inspirados para tener una actitud más positiva hacia nosotros mismos.

También nos damos cuenta de que, debido a que tenemos esta situación ahora, esta preciosa vida humana, no va a durar. La muerte llegará con certeza y, antes de esto, si vivimos lo suficiente, tal vez tengamos que enfrentarnos a la vejez, la enfermedad, etc. Así que, debido a que estamos muy agradecidos por esta preciosa vida humana que tenemos ahora -y esto nos proporciona una sensación reconfortante hacia nosotros mismos y realmente nos deseamos la felicidad- no queremos que esto termine al morir. Queremos ser capaces de continuar, porque vimos que, tanto si creemos en el renacimiento como en una vida después de la muerte o en cualquier tipo de sistema de creencia que podamos tener, todo se reduce a pensar que vamos a durar para siempre, incluso en términos de “estoy muerto”. Bueno, estoy muerto para siempre y hay un “yo” que está experimentando estar muerto o estar en la Gran Nada. Por lo tanto, nos gustaría ser felices en esa Gran Nada, obviamente.

Y no queremos ser infelices, lo cual significa que no queremos tener peores renacimientos en las vidas futuras. Pero hemos empezado a interesarnos por nosotros mismos, e interesarnos, no sólo en términos de estar bien en este momento, sino también en el futuro; tampoco sólo en la última fase de esta vida, sino en las vidas futuras también. Esta una actitud incluso más constructiva y saludable para cuidarnos a nosotros mismos. Y la actitud más saludable que podríamos tener es buscar alguna forma de evitar el sufrimiento, evitar los problemas.

Eso es en términos de buscar una dirección segura, una forma de evitar el sufrimiento futuro porque: “tengo miedo del sufrimiento, realmente no quiero eso”, y entonces, de hecho, darle una dirección a nuestra vida. Esa dirección está indicada por el Buda, el Dharma y la Sangha. En el nivel más profundo eso sería lograr una detención verdadera de las causas de los problemas, por lo tanto, la cesación verdadera del sufrimiento, y obtener la comprensión, el camino verdadero que llevará a eso de la forma en que los budas lo han conseguido totalmente y la Sangha Arya lo ha conseguido en parte.

Vimos que lo primero que necesitamos hacer para ir en esa dirección segura es evitar las causas de la infelicidad, el llamado “sufrimiento del sufrimiento”. Esto se refiere a la infelicidad y el dolor burdos, porque eso era en lo que nos enfocábamos al pensar en términos de los peores renacimientos que podíamos experimentar, y realmente no queremos experimentar eso. Por eso, tratamos primero de trabajar en deshacernos de las causas de ese tipo de experiencia, porque si realmente nos interesamos por nosotros mismos, nos vamos a tomar en serio, tanto a nosotros mismos como a lo que experimentaremos.

Esto significa que necesitamos comprender que, si experimentamos infelicidad, es el resultado de un comportamiento destructivo. Y si experimentamos felicidad, es el resultado de un comportamiento constructivo; siendo el comportamiento constructivo abstenerse de actuar destructivamente cuando tenemos ganas de actuar destructivamente. Podemos pensar en términos del comportamiento destructivo, como matar, robar, mentir, forzarnos sexualmente a otros, etc. Esto sucede bajo la influencia de las emociones perturbadoras: ya sean el deseo, la codicia, el enojo o la ingenuidad. Y cuando experimentamos ese tipo de emociones perturbadoras que hacen que actuemos compulsivamente de forma destructiva, podemos ver, con la definición de emoción perturbadora, que es un estado mental que nos hace perder la paz mental. Estamos intranquilos, así que básicamente somos infelices, y perdemos el autocontrol; por lo tanto, actuamos compulsivamente. Esta es la definición de emoción perturbadora.

Si actuamos destructivamente con un estado mental perturbado y básicamente infeliz, que no está en paz, esto es como cuando -por poner un ejemplo que mi traductor me dio cuando discutíamos esto- es como levantar una roca y colocarla encima de un poste. Haces esa acción y entonces se produce, debido a su energía cinética, la energía potencial de esa roca en la parte superior del poste. Ahí hay energía potencial. Así, como en la física, con la ley de conservación de la materia y la energía, la energía cinética se transforma en energía potencial y, con diferentes circunstancias y demás, el poste cae y esa energía potencial entonces se transforma en energía cinética de nuevo cuando la roca cae (la roca produce calor o lo que sea cuando golpea el suelo).

Esa energía cinética (la forma en que madura el potencial kármico) estará presente en conductas destructivas posteriores. Quiero decir, si piensan en todo el sabor que tiene ese proceso de la energía cinética que se transforma en potencial y después se convierte otra vez en cinética, todo es destructivo, con emociones perturbadoras e infelicidad. Así que empieza a cobrar sentido el hecho de que experimentamos infelicidad como resultado de un comportamiento destructivo, porque el comportamiento destructivo es realizado con un estado mental que no es feliz.

Practicamos el autocontrol básicamente en este nivel inicial: cuando tenemos ganas de actuar de forma destructiva -cuando empezamos a sentir esa tensión de querer mentir, dañar a alguien, decir algo desagradable o lo que sea- nos abstenemos porque nos damos cuenta de que solo producirá más infelicidad o sufrimiento.

Ahora, si actuamos de esa forma, podemos evitar, por lo menos en las vidas futuras inmediatas (quiero decir, no nos hemos liberado de la causa completamente), por lo menos provisionalmente podemos evitar peores renacimientos e infelicidad burda. Básicamente, lo que evitamos en este nivel son los peores estados de renacimiento en nuestra vida futura. Vamos a seguir teniendo momentos de infelicidad, incluso si renacemos con una forma humana. No es el caso que hayamos eliminado la infelicidad totalmente, pero por lo menos podemos esforzarnos y lograr de nuevo una preciosa vida humana. Esto es lo que realmente queremos, ser capaces de continuar este camino espiritual.

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