Designación
Nombres, palabras y etiquetas
La designación implica la aplicación de un nombre (ming; palabra) y/o una etiqueta (brda; etiqueta, término) a algún artículo, sea que ese elemento sea válidamente conocible o no. Los unicornios y la existencia autoestablecida (rang-bzhin-gyis grub-pa), después de todo, no existen, pero tienen los nombres “unicornio” y “existencia autoestablecida”.
- Dado que “ming” en tibetano, “nama” en sánscrito, pueden traducirse ya sea como “nombre” o “palabra” y dado que, en inglés y en español “palabra” tiene un uso más amplio que “nombre”, usaremos “palabra” como su traducción para el resto de esta presentación.
Las palabras son equivalentes a síntesis de palabra (ming-gi-tshogs), lo cual significa que una palabra es una síntesis o una imputación sobre una o más sílabas (yi-ge). Así, las palabras son variables que afectan no congruentes (ldan-min ‘du-byed): los fenómenos no estáticos que no son ni formas de fenómenos físicos ni formas de darse cuenta de algo. Las palabras pueden ser habladas o escritas, en cuyos casos el sonido de una palabra y las formas coloreadas que representan la palabra son formas de fenómenos físicos sobre el que la palabra también es una imputación.
Las palabras surgen en dependencia de significados (don) o en objetos significados (don). Aquí, “don” en tibetano y “artha” en sánscrito significan tanto “el significado de una palabra” como “un objeto significado por una palabra”. Una palabra no puede existir independientemente de un significado o de algo que signifique; de lo contrario, cualquier sonido que la represente es sólo un sonido no comunicativo.
- De acuerdo con algunos textos, los términos “palabra” y “etiqueta” son equivalentes y se usan de forma intercambiable.
- De acuerdo con otros, una palabra (por ejemplo, “mangosta”) es designada sobre una categoría de audio, y su significado se atribuye a una categoría de objeto/significado correspondiente. Cuando aprendemos esta categoría de audio y su correspondiente categoría de objeto/significado, entonces, cuando etiquetamos mentalmente algún animal como un miembro de esta categoría de objeto/significado, designamos al objeto referente de la categoría de objeto/significado con la etiqueta “mangosta”.
- De acuerdo con otros textos, lo que se designa sobre una categoría de audio es una “etiqueta” y lo que se designa sobre el objeto referente mentalmente etiquetado como un miembro de la categoría de objeto/significado correspondiente, es una “palabra”.
Aquí, para hacer el análisis menos complicado, adoptaremos la primera variante, a saber, que “palabra” y “etiqueta” son equivalentes; así que sólo usaremos “palabra” para ambos usos. También simplificaremos la discusión al explicar únicamente en términos de categorías de objeto y objetos significados, en lugar de en términos de categorías de objeto/significado y tanto los significados de las palabras como lo que las palabras significan.
Designar palabras sobre sonidos y sobre objetos
Al ser omnisciente, un buda conoce no conceptualmente y explícitamente todos los objetos válidamente conocibles de forma simultánea, incluyendo todas las palabras con las que los seres limitados designan cada objeto. Sin embargo, para todos los que no son un buda, la designación con las palabras sucede solamente con la cognición conceptual. Aquí limitaremos nuestra discusión sólo a aquellos que aún no son budas.
Las palabras son designadas sobre categorías de audio a través de las que conocemos conceptualmente todos los sonidos comunicativos que son mentalmente etiquetados como miembros de esas categorías. Tales sonidos comunicativos pueden ocurrir en cualquier voz, volumen o pronunciación. Podemos o no conocer el significado de una palabra o lo que significa. Pero incluso si no sabemos, por ejemplo, lo que es una mangosta, aun así, sin importar quien pronuncie el sonido “mangosta” o cuán alto él o ella lo digan, podemos conocer todos estos sonidos a través de la categoría de audio “mangosta” sobre la que la palabra “mangosta” es designada.
La palabra “mangosta” no es solo designada sobre la categoría de audio “mangosta”. A través de la categoría de audio “mangosta”, la palabra “mangosta” también es designada sobre el sonido “mangosta”, el objeto referente etiquetado mentalmente por la categoría de audio.
Noten que:
- La palabra “mangosta” es una síntesis de palabra como una imputación sobre las sílabas “man” y “gosta”.
- El sonido “mangosta” sobre el que la palabra “mangosta” es designada es un todo como una imputación sobre los sonidos “man” y “gosta”.
Cuando conocemos el sonido de la palabra “mangosta”, también podemos entonces designar conceptualmente un cierto animal que vemos con la palabra “mangosta” designada sobre la categoría de objeto “mangosta”. Hacemos esto mientras designamos simultáneamente la palabra “mangosta” sobre, ya sea el sonido “mangosta” que pronunciamos en voz alta, o sobre un holograma mental que representa el sonido “mangosta”. Tal holograma mental auditivo es lo que llamamos convencionalmente la “voz en nuestra cabeza”. Sea designada sobre un sonido vocalizado o por un sonido representado mentalmente, la palabra es designada sobre el sonido a través de la categoría de audio sobre la que es designado.
Delinear los fenómenos convencionales a través de la distinción
La designación con palabras solo es posible al apoyarnos en el factor mental de la distinción (‘du-shes, reconocimiento). La distinción es uno de los factores mentales siempre en funcionamiento (kun-‘gro lnga) y es parte de cada momento de cognición tanto de los seres limitados (seres sintientes) como de los budas. Aquí analizaremos la distinción solo en el caso de aquellos que aún no son budas.
Para aquellos que aún no son budas, la distinción ocurre como parte de cada momento tanto de cognición conceptual como de cognición no conceptual.
- En la cognición no conceptual, la distinción toma cognitivamente una característica no común (mtshan-nyid) del objeto que aparece (snang-yul) de la cognición. El objeto que aparece en una cognición no conceptual es un objeto válidamente conocible que no sea una categoría o un nombre.
- En la cognición conceptual, la distinción toma cognitivamente una característica compuesta (bkra-ba) del objeto que aparece de la cognición. El objeto que aparece en una cognición conceptual es una categoría, en cuyo caso la marca característica definitoria de la categoría es un compuesto de las marcas características definitorias de los miembros de la categoría.
En ambos casos, conceptual y no conceptual, sobre la base de esta distinción de una característica definitoria compuesta o no común, la conciencia de la cognición delinea un objeto convencional (tha-snyad ‘dogs-pa).
- Noten que, aunque los objetos convencionales tienen marcas características no comunes o características compuestas, estas marcas o características no pueden encontrarse bajo investigación y carecen del poder, sea por sí mismas o en conjunción con el etiquetado mental, de establecer la existencia de los objetos convencionales que delinean.
En esta definición de “distinción”, “delinear” traduce el mismo término tibetano “‘dogs-pa” que anteriormente hemos estado traduciendo como “imputar”, “etiquetar mentalmente” y “designar”. Delinear un objeto convencional sobre la base de distinguir una marca característica definitoria significa señalar un objeto convencional que la marca definitoria caracteriza. Una marca característica definitoria y algo caracterizado por ella (un objeto convencional) surgen en dependencia mutua: no puede haber una sin la otra.
De manera similar, las palabras tienen definiciones que delinean sus significados y los objetos que significan. La palabra tibetana para “definición”, “mtshan-nyid”, es la misma palabra traducida como marca característica definitoria. La correcta designación con una palabra implica hacer coincidir correctamente la definición de la palabra con la marca característica definitoria del objeto convencional que significa. La correcta designación, entonces, depende de las convenciones (tha-snyad) adoptadas por un grupo específico o sociedad.
En la cognición sensorial no conceptual, el factor mental de la distinción diferencia un objeto convencional dentro de un campo sensorial de todos los demás artículos que aparecen en ese campo sensorial. Por ejemplo, cuando vemos a alguien, distinguimos las formas coloreadas del cuerpo de las formas coloreadas de la puerta que está junto al cuerpo. A esto se le llama “la distinción que toma cognitivamente una marca característica con respecto a un artículo” (don-la mtshan-mar ‘dzin-pa’i ‘du-shes).
- Noten que el término tibetano para un artículo, “don”, es el mismo término traducido anteriormente para el significado de una palabra y para un objeto significado por una palabra.
Las formas coloreadas que distinguimos como un objeto convencional tienen a la síntesis de tipo “cuerpo” como una imputación sobre ellas. Lo que vemos no es simplemente un objeto convencional, sino que es cierto tipo de objeto convencional. Sin embargo, con una cognición sensorial no conceptual, no distinguimos qué tipo de objeto convencional es.
En la cognición conceptual, la distinción diferencia a la categoría de objeto a la que pertenece un objeto convencional de todas las demás categorías de objeto. Se llama “la distinción que toma cognitivamente una marca característica con respecto a un objeto convencional” (tha-snyad-la mtshan-mar ‘dzin-pa’i ‘du-shes). Sólo con la cognición conceptual distinguimos qué tipo de objeto convencional vimos y le atribuimos la convención de una palabra y un significado. La cognición no conceptual carece de este tipo de distinción.
Podemos conocer a un objeto (don), sin embargo, si no conocemos la palabra que se utiliza para él, podemos designarlo meramente como una “cosa”. O el objeto quizás no tiene aún un nombre específico. Por ejemplo, una galaxia recientemente descubierta, pero aún tiene el nombre general “galaxia”.
Interpolación
Las dos facetas de la actividad mental
La actividad mental conoce a un objeto al dar surgimiento (‘char-ba) a un holograma mental (rnam-pa; apariencia mental, aspecto mental) del objeto. Dar surgimiento a una apariencia mental de un objeto es equivalente a involucrarse cognitivamente (‘jug-pa) con el objeto. En lenguaje técnico, dar surgimiento a un holograma mental de un objeto e involucrarse cognitivamente con un objeto son dos formas diferentes conceptualmente aisladas de describir la naturaleza esencial (ngo-bo) de la actividad mental. Ambas se refieren a lo que es la actividad mental. Por ejemplo, si preguntamos qué es la actividad mental de pensar, entonces “la actividad mental de dar surgimiento a un pensamiento” y “la actividad mental de pensar un pensamiento” serían formas equivalentes de describir el mismo suceso.
Además, la actividad mental ocurre sin un “yo” que exista de forma separada que haga que la actividad suceda, controlándola o solo observándola. También existe sin una entidad separada, llamada “mente” que, como una máquina, lleve a cabo la actividad.
De acuerdo con la presentación Prasánguika Gelug, dar surgimiento a un holograma mental de un objeto cognitivo e involucrarse con el objeto cognitivo tienen dos facetas que también pueden aislarse conceptualmente. Desde el punto de vista de dar surgimiento a un holograma mental o a una apariencia mental, está el surgimiento de:
- La faceta de la apariencia relativa a lo que algo es (ji-snyed-pa),
- La faceta de la apariencia relativa a cómo existe algo (ji-ltar-ba).
En consecuencia, desde el punto de vista de involucrarse cognitivamente con un objeto, está el involucramiento cognitivo que es:
- La cognición de la apariencia de lo que algo es.
- La cognición de la apariencia de cómo algo existe.
Cada aspecto de la cognición puede ser exacto o inexacto.
Cualquier momento de la cognición está conformado por muchas partes, tanto del lado de la actividad mental misma como del lado de sus objetos:
- La conciencia primaria (rnam-shes) y los factores mentales concomitantes (sems-byung), tales como distinguir, conjuntamente dan surgimiento a y se involucran cognitivamente con la faceta del holograma mental relativa a lo que algo es. Sin embargo, en la cognición conceptual, la conciencia mental también da surgimiento a y se involucra cognitivamente con una categoría como una imputación sobre un reverso conceptual.
- Excepto en el caso de la total absorción no conceptual en la vacuidad, el aferramiento a la existencia verdaderamente establecida (bden-‘dzin) da surgimiento a y se involucra cognitivamente con la faceta del holograma mental relativa a cómo existe algo.
Existencia verdaderamente establecida
Cuando hablamos de existencia verdaderamente establecida (bden-par grub-pa), estamos hablando de algo que establece al objeto como si fuera verdaderamente lo que es – en otras palabras, algo encontrable del lado del objeto que establece que el objeto existe como una persona y no como una puerta.
En términos técnicos, la existencia verdaderamente establecida se refiere a la existencia de que algo no esté establecido meramente de forma imputada, en dependencia únicamente del etiquetado mental o la designación, sino establecido a través del poder de algo encontrable del lado del objeto.
La existencia verdaderamente establecida es equivalente a:
- Existencia auto-establecida (rang-bzhin-gyis grub-pa; existencia inherente),
- Existencia establecida por la propia naturaleza esencial de algo (rang-gi ngo-bos grub-pa).
- Existencia establecida por una marca característica auto-definitoria (rang-gi mtshan-nyid-kyis grub-pa),
La existencia auto-establecida significa que la existencia de un objeto está establecida porque hay una “cosa” referente (btags-don) encontrable del lado del objeto, que uno puede señalar y que sirve como soporte focal (dmigs-rten) que sostiene al objeto, como un soporte detrás de una pieza de escenario de una obra de teatro.
La existencia establecida por la naturaleza esencial de algo significa que la existencia de algo está establecida por su propia naturaleza esencial de ser lo que es, por ejemplo, su naturaleza esencial de ser un cuerpo, una mente o una persona.
La existencia establecida por una marca característica definitoria significa que la existencia de un objeto está establecida por una marca característica definitoria encontrable dentro del objeto, que lo distingue como un objeto individual, distinto de todos los demás objetos.
Aferramiento a la existencia verdaderamente establecida
Como se estableció anteriormente, en cada momento de cognición conceptual y no conceptual, excepto en el caso de la total absorción no conceptual en la vacuidad, el aferramiento por la existencia verdaderamente establecida da surgimiento y se involucra cognitivamente con la faceta del holograma mental relativo a cómo existe algo. Da surgimiento a y se involucra con una apariencia de existencia verdaderamente establecida (bden-snang). Dado que la existencia verdaderamente establecida no existe en absoluto, la apariencia representa meramente la existencia verdaderamente establecida.
Sin embargo, hay dos formas en las que este aferramiento (‘dzin-pa, sct. graha) se involucra cognitivamente con este holograma mental:
- Simplemente conoce la apariencia como meramente una apariencia de existencia verdaderamente establecida (bden-snang ‘dzin-pa).
- Conoce la apariencia como si realmente fuera existencia verdaderamente establecida (bden-grub ‘dzin-pa), aunque no lo es.
Lo anterior ocurre tanto en la cognición conceptual como en la cognición no conceptual. Lo anterior ocurre de forma manifiesta solamente en la cognición conceptual y es equivalente al no darse cuenta (ma-rig-pa; sct. avidya; ignorancia).
Identificar la interpolación
Interpolación (sgro-‘dogs) significa añadir o proyectar sobre un objeto algo que no está ahí. Noten que el segundo término en el compuesto tibetano para “interpolación” es “’dogs”, el cual es el mismo término utilizado en las expresiones para la imputación, etiquetado mental, designación y delineado.
El etiquetado mental interpola, como un paquete, una categoría imputada sobre algo que tiene el estatus de ser un miembro específico de esa categoría. Interpola este conjunto sobre la faceta del holograma mental relativo a lo que algo es.
La designación interpola, como un paquete, una palabra como una imputación sobre algo que tiene el estatus de ser un objeto significado por la palabra. También designa este paquete sobre la faceta del holograma mental relativo a lo que algo es.
Un aspecto de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida interpola una apariencia de existencia verdaderamente establecida, también conocida como una apariencia dualista (gnyis-snang), lo cual significa una apariencia que es dual en el sentido de ser discordante con cómo las cosas realmente existen. El aspecto de aferrarse a la existencia verdaderamente establecida que es equivalente al no darse cuenta, interpola la existencia verdaderamente establecida. En ambos casos, el aferramiento interpola esto sobre la faceta del holograma mental relativo a cómo existe algo.
Así, por un lado, el etiquetado mental y la designación, y el aferramiento a la existencia verdaderamente establecida por otro lado, interpolan cosas separadas sobre facetas separadas del holograma mental al que una cognición da surgimiento. Este es el caso sin importar el hecho de que los tres – etiquetado mental, designación y aferramiento a la existencia verdaderamente establecida – ocurren juntos en un momento de cognición conceptual y todos están enfocados en el mismo holograma mental.
- En el caso del etiquetado mental y la designación, excepto cuando se piensa en cosas no existentes como unicornios o labios de pollo, el objeto conceptualmente implicado relativo a la faceta de lo que algo es, sí existe convencionalmente.
- En el caso del aferramiento a la existencia verdaderamente establecida, el objeto implicado conceptualmente relativo a cómo algo existe no existe en absoluto.
Resumen de las diferencias entre imputación, etiquetado mental con categorías, designación con palabras, delineado de fenómenos convencionales e Interpolación
Imputación
Todos los fenómenos, sea conocidos conceptualmente o no conceptualmente, son imputaciones sobre una base para la imputación. Los fenómenos imputados y sus bases para la imputación no pueden existir de forma independiente entre sí. Los fenómenos imputados incluyen:
- Todos como imputaciones sobre partes.
- Objetos convencionales, tales como una naranja, como imputaciones sobre la información de los diversos sentidos extendida a lo largo de un cierto periodo.
- Palabras como imputaciones sobre sílabas.
- Palabras como imputaciones sobre significados u objetos significados por ellas.
- Variables que afectan no congruentes como imputaciones sobre una base, tales como personas como imputaciones sobre cuerpos y mentes.
- Fenómenos estáticos como imputaciones sobre una base, tal como una categoría como una imputación sobre el aislador mental “nada más que un miembro individual de la categoría”, o una vacuidad como una imputación sobre un fenómeno válidamente conocible.
Etiquetado mental con categorías
Todos los fenómenos, cuando se les conoce conceptualmente, son los objetos referentes del conjunto de una categoría como una imputación sobre un reverso conceptual mentalmente etiquetado sobre una base para el etiquetado.
Designación con palabras
Todos los fenómenos, cuando se les conoce conceptualmente, son los objetos significados de una palabra designada sobre una categoría y, a través de la categoría, designada sobre el objeto referente de la categoría.
Delineado de los fenómenos convencionales
Todos los fenómenos, sean conocidos conceptualmente o no conceptualmente, son delineados como objetos convencionales por las cogniciones de ellos en tanto tienen marcas características definitorias distintivas diferenciadas a través del factor mental de la distinción.
Interpolación
Las categorías y las palabras son interpolaciones proyectadas en la cognición conceptual sobre la faceta de cualquier fenómeno relativo a lo que es.
Una apariencia de existencia verdaderamente establecida es una interpolación proyectada tanto en la cognición conceptual como en la no conceptual – excepto en el caso de la cognición no conceptual de la vacuidad – sobre la faceta de cualquier fenómeno relativo a cómo existe.
La existencia de una existencia verdaderamente establecida es una interpolación proyectada manifiestamente por el no darse cuenta en una cognición conceptual – y de acuerdo con el libro de texto de la tradición Jetsunpa, subliminalmente en la cognición no conceptual – sobre la faceta de cualquier fenómeno relativo a cómo existe.
Noten que la interpolación de una apariencia mental de existencia verdaderamente establecida o de la existencia de existencia verdaderamente establecida no es un caso de etiquetado mental.
Noten también que la imputación, tal como la imputación de un todo sobre partes o una persona sobre un cuerpo y mente, tampoco es interpolación. No agrega algo que no está ahí.
Existencia postulada en dependencia solo del etiquetado mental o solo de la designación
La existencia de algo no puede ser establecida por cognición no conceptual de ella
La existencia de los fenómenos solo puede ser establecida (bzhag-pa; establecer) de forma dependiente en términos sólo del etiquetado mental o sólo de la designación. Esto significa que la existencia de algo solo puede ser establecida meramente como siendo a lo que la palabra para ella se refiere sobre una base de designación de la misma, o meramente como a lo que se refiere una categoría que puede incluirlo como miembro sobre una base para el etiquetado mental de él como miembro de esa categoría.
No se puede establecer que algo existe, por ejemplo, un objeto completo como un cuerpo o una persona, por el hecho de que puede ser conocido de forma no conceptual, por ejemplo, por cognición sensorial. Esto es porque, para establecer que el cuerpo entero existe de forma no imputada sobre la base de sus partes (brazos, piernas, cabeza y tronco) absurdamente seguiría que necesitarías distinguir la marca característica definitoria del cuerpo como un todo existiendo del lado de cada una de las partes, o la marca característica definitoria de la persona del lado de cada uno de los agregados (cuerpo, conciencia, factores mentales).
Si la marca característica definitoria de un cuerpo como un todo o de una persona pudiera encontrarse del lado de las partes o agregados, y no sólo etiquetado ahí, sería por el poder de tal marca que uno podría establecer que ahí había un cuerpo completo o una persona completa. Pero tal marca característica auto-definitoria no puede encontrarse, porque si pudiera encontrarse, tendría que ser idéntica a las marcas características definitorias de las partes o los agregados, o tendría que estar totalmente separada e independiente de ellas. Ambas posibilidades son irracionales y, por lo tanto, imposibles. Debido a ello, no hay una marca característica definitoria de un cuerpo como un todo que se pueda encontrar del lado de las partes que, por su propio poder, establezca la existencia del todo. De la misma forma, no hay marca característico auto-definitoria de una persona que se pueda encontrar del lado de los agregados que, por su propio poder, establezca la existencia de la persona.
De manera similar, tampoco se puede establecer que algo, tal como un cuerpo como un todo o una persona, existe por el poder de una marca característica definitoria del lado de las partes o los agregados, los cuales sirven como la base, cuando es etiquetado mentalmente y designado como un cuerpo o una persona, para establecer la existencia de un cuerpo completo o una persona.
La única forma de establecer la existencia de un cuerpo como un todo sobre la base de las partes, o de una persona sobre la base de los agregados, es que un cuerpo como un todo o una persona es a lo que la categoría de objeto “cuerpo completo” o “persona” se refieren sobre la base de las partes y los agregados, y son a lo que las palabras “cuerpo completo” o “persona” se refieren sobre la base de las partes y los agregados. Así, un cuerpo completo o una persona surgen en dependencia solo del etiquetado mental o solo de la designación. E incluso las características definitorias de un cuerpo completo o una persona surgen en dependencia solo del etiquetado mental.
Surgimiento dependiente
El surgimiento dependiente tiene cinco significados:
- La relación causal entre los doce eslabones de surgimiento dependiente, la cual describe cómo el renacimiento incontrolablemente recurrente (samsara) surge y es perpetuado y cómo puede ser llevado a una verdadera detención.
- La relación entre causas y efectos.
- La relación entre todo y sus partes.
- La relación entre etiquetas mentales (categorías), bases para el etiquetado y objetos referentes.
- La relación entre palabras, bases para la designación y objetos designados.
Para entender la presentación Prasánguika Gelug del surgimiento dependiente en el contexto de la vacuidad, es esencial diferenciar el nivel sutil de todos los fenómenos que son imputablemente conocibles, del nivel burdo de las variables que afectan no congruentes y los fenómenos estáticos que son imputablemente conocibles como fenómenos que son imputaciones sobre una base.
Cuando entendemos el surgimiento dependiente en términos del nivel sutil de ser imputablemente conocible, lo cual significa entender el surgimiento dependiente en términos de que todos los fenómenos son imputablemente existentes, entendemos que:
- El samsara no ocurre de forma independiente de los doce eslabones, y el nirvana no puede alcanzarse independientemente de producir una verdadera cesación de los doce eslabones.
- Las causas y efectos no pueden existir independientemente entre sí.
- Los todos y sus partes no pueden existir independiente entre sí.
- Las etiquetas mentales (categorías), bases para el etiquetado y objetos referentes no pueden existir independientemente entre sí.
- Las palabras, las bases para la designación y los objetos designados no pueden existir independientemente entre sí.
Sin embargo, el significado más profundo de la vacuidad entendido en términos del surgimiento dependiente no es simplemente la total ausencia de cualquier fenómeno que existe independientemente, completamente por sí mismo, y no en dependencia o en relación con algo más. El entendimiento más profundo de la vacuidad en términos del surgimiento dependiente requiere, además, entender que la existencia de los objetos convencionales solo puede establecerse en dependencia meramente en términos del etiquetado mental con categorías o meramente en términos de la designación con palabras.
No es el caso que los fenómenos convencionales carezcan de cualquier auto-naturaleza y que, por lo tanto, sean inexistentes. La auto-naturaleza o naturaleza verdadera de los fenómenos convencionales es su vacuidad – la total ausencia de sus auto-naturalezas como si fueran naturalezas auto-establecedoras. En otras palabras, los fenómenos convencionales existen y pueden ser válidamente conocidos. Pero su existencia no está establecida por su auto-naturaleza. La vacuidad no es una auto-naturaleza no afectada encontrada del lado del fenómeno que establezca que estos fenómenos existen convencionalmente. Ni los fenómenos tienen auto-naturalezas afectadas encontrables que establezcan que existen en dependencia de ser etiquetados mentalmente con categorías o designadas con palabras. Tal auto-naturaleza que fue afectada por el etiquetado mental sería una “cosa” referente encontrable del lado de un fenómeno etiquetado mentalmente: un soporte focal que lo sostiene. No existe tal “cosa” referente que pueda encontrarse. La existencia de los fenómenos convencionalmente existentes no puede ser establecida directamente por nada que podamos encontrar mediante el análisis.
Sin embargo, eso no significa que los fenómenos convencionales no existan. Pero solo podemos establecer su existencia en términos de solo el mero etiquetado mental o solo la mera designación. Sólo pueden ser establecidos como los objetos referentes de las categorías etiquetadas sobre bases para el etiquetado o como los objetos significados por palabras designadas sobre bases para la designación. Como objetos referentes de categorías y palabras, los objetos convencionales pueden meramente ser especificados como lo que es arrojado implícitamente en laos caminos estelas de los aisladoresreversos conceptuales mentales “nada más que sí mismos” después de que el sonido de las palabras “nada más que sí mismos” han negado “todo lo que no sean ellos mismos”.
Además, los fenómenos convencionales no tienen auto-naturalezas que estén establecidas por el poder de marcas características definitorias encontradas del lado de los fenómenos caracterizados por ellos. Sin embargo, no es el caso que los fenómenos convencionales carezcan de cualquier marca característica definitoria y, en consecuencia, sea imposible distinguirlos entre sí. Las marcas características definitorias de los fenómenos solo pueden ser establecidas meramente como los objetos referentes de la categoría “marca característica definitoria” como una imputación sobre el reverso conceptual “nada más que una marca característica definitoria” cuando es mentalmente etiquetado sobre una base específica para el etiquetado.
- Tal reverso conceptual se llama “artículo conceptualmente aislado como un significante (don-ldog).”
Por lo tanto, similar a cómo es establecida la existencia de los fenómenos convencionales mismos, las marcas características definitorias de los fenómenos convencionales pueden ser meramente especificadas como lo que es implícitamente arrojado en los caminos de los reversos conceptuales “nada más que sus marcas características definitorias” después de que el sonido de las palabras “nada más que sus marcas características definitorias” ha negado “todas las marcas características definitorias aparte de las propias”.
La verdad superficial acerca de los fenómenos convencionales es que, cuando aparecen ante aquellos que aún no son budas, parecen tener una existencia establecida por una naturaleza auto-establecedora, y esa apariencia de una naturaleza auto-establecedora es tomada como su verdadera auto-naturaleza por aquellos con no darse cuenta. Sin embargo, la verdad más profunda acerca de los fenómenos convencionales es que están totalmente desprovistos de tal naturaleza auto-establecedora. Su vacuidad significa que su existencia convencional únicamente puede establecerse en términos solo del etiquetado mental o en términos solo de la designación. De esta forma, podemos entender la vacuidad en el sentido del surgimiento dependiente.
Así, el oponente destructor (gnod-pa’i gnyen-po) – el oponente que nos libera para siempre del no darse cuenta sin principio – no es meramente el entendimiento de que no hay tal cosa como una existencia auto-establecida; no es meramente el entendimiento de la vacuidad. Es el entendimiento de la vacuidad como surgimiento dependiente en términos del etiquetado mental solo o de la designación sola. Este entendimiento es la antítesis que puede rechazar (bzlog-phyogs) el no darse cuenta que interpola un objeto implicado conceptualmente de la apariencia de una naturaleza auto-establecedora sobre la faceta de la apariencia de los fenómenos convencionales relativos a cómo existen. Sin embargo, al hacerlo, el oponente destructor no invalida la existencia de los fenómenos convencionales.