Elaboración en torno a los votos del bodisatva del 11 al 18, y las transgresiones

(11) Dar enseñanzas sobre el vacío a aquellos cuyas mentes no están entrenadas

Hemos estado revisando los votos del bodisatva. Hemos cubierto diez de dieciocho y vamos a empezar con el onceavo. Lo que queremos evitar con este voto es enseñar la vacuidad a aquellas mentes que no están entrenadas. Esto se refiere a enseñar el nivel más profundo de la vacuidad específicamente a alguien con la motivación de la bodichita que no está listo para entender esta enseñanza, que se sentiría confundido y asustado por ella y que, en consecuencia, abandonaría el camino del bodisatva y perseguiría solamente su propia liberación personal. Esto es bastante específico. En la explicación dice que tal persona quizás piense que la vacuidad significa que nadie existe. Y entonces pensarán: si nadie existe, ¿por qué molestarme para tratar de beneficiar a todos los demás? Así que solo perseguirían su propia liberación. 

Podemos entender esta explicación en términos no solo del Madyámaka, sino también del Chitamatra. Porque con el Chitamatra, las personas pueden – digamos que algunas personas se confundirían con esto – así que alguien podría confundirse con las enseñanzas Chitamatra sobre la vacuidad, y pensar que todo existe en tu cabeza, que no hay más realidad que la existe en tu cabeza, en tu mente. Y entonces, si las personas solo existen en mi mente, realmente no existen, así que ¿por qué tendría que molestarme en tratar de ayudarlas? Y, por supuesto, con el Madyámaka pueden pensar que nada existe en absoluto. Pero esta acción también puede incluir enseñar la vacuidad a cualquiera que pueda malentenderla y que, por lo tanto, renegaría del Dharma completamente. Por ejemplo, podrían pensar que el budismo es una completa locura porque enseñan que nada existe en absoluto. Así que es importante dar ciertos antecedentes de las enseñanzas, conducir a las personas de forma gradual, y si vamos a enseñar acerca de la vacuidad, hacerlo en términos muy sencillos de tal forma que las personas no se confundan o adquieran una idea errónea. Esto es realmente muy difícil porque, a menos que tengamos percepción extrasensorial, es muy difícil saber si los demás entenderán o no lo que explicamos, o si están listos para entender.

Pero si revisamos diversos textos que se han escrito, los grandes maestros indios (Nagáryuna, Chandrakirti, etc.) escribieron muchos textos sobre la vacuidad y ciertamente estaban siguiendo el camino Mahayana; y Su Santidad el Dalái Lama enseña todo el tiempo sobre la vacuidad ante públicos muy grandes. La pregunta es si están violando este voto del bodisatva. ¿Acaso están enseñando la vacuidad a alguien cuya mente no está entrenada? Esa es una pregunta difícil, pero una cosa que quizás sea útil es que la forma en que lo enseñan es tan complicada y difícil de entender que aquellos que no están preparados para entenderlo no entenderán nada. Así que no obtendrán una idea equivocada, solo tendrán la idea de “no puedo entender esto”. Si estamos enseñando a alguien de forma individual, entonces, por supuesto, siempre podemos revisar y ver cuál es su entendimiento. Pero cuando estamos enseñando en grupos más grandes, eso es mucho más difícil. Pero se puede ver en la forma en que se da la principal explicación de esto: el punto es que estamos hablando de alguien que ya tiene la motivación de la bodichita y que la enseñanza de la vacuidad causaría que renunciara a ella.

(12) Apartar a otros de la iluminación completa

Luego, el número doce es alejar a otros de la iluminación completa. De nuevo, el objeto de esta acción son personas que ya han desarrollado la motivación de la bodichita y ya están trabajando hacia la iluminación. Y les decimos que son incapaces de actuar todo el tiempo con generosidad, paciencia y demás. Los desanimamos y les decimos que nunca podrán convertirse en un buda, que es demasiado difícil, que sería mejor que trabajaran solamente por su propia iluminación. Pero esta acción no está completa a menos que realmente se alejen de trabajar hacia la iluminación. Como bodistavas, estamos tratando de ayudar a todos a alcanzar la iluminación, así que no queremos causar que los demás se alejen de eso.

(13) Apartar a otros de sus votos pratimoksha

Luego, el número trece es alejar a otros de sus votos de pratimoksha. Esto se refiere a cualquier nivel de votos de pratimoksha para la liberación individual, se trate de una persona laica o de un monje o monja. El objeto aquí es alguien que está manteniendo uno de estos conjuntos de votos de pratimoksha, y le decimos que no tiene sentido hacer eso como bodisatvas, porque para los bodisatvas todas las acciones son puras, que cualquier cosa está bien. Para que esta caída se complete, la otra persona realmente tiene que renunciar a sus votos. Obviamente, la base para ser capaz de alcanzar la liberación o la iluminación es mantener cierto nivel de los votos de pratimoksha. Hay un voto secundario similar, el cual se llama “renunciar al vehículo Hinayana o de los shrávaka”. Aquí pensamos o le decimos a un bodisatva que no hay necesidad de escuchar las enseñanzas del vehículo Hinayana, y eso se refiere específicamente a las enseñanzas sobre los votos pratimoksha del vehículo Hinayana, o le decimos que no hay necesidad de mantenerlos o entrenarse en ellos. Eso es suficiente para transgredir este voto secundario; no hay necesidad de que la otra persona realmente renuncie a sus votos. En el voto raíz sucede si realmente la otra persona renuncia a sus votos.

Algunas personas piensan que los votos del bodisatva son suficientes, e incluso pueden pensar que los votos tántricos son suficientes – que no se necesitan los votos del bodisatva o los votos de pratimoksha. Tsongkapa está muy en contra de eso. Tsongkapa siempre encuentra diversos sutras y demás para apoyar la posición de que los votos de pratimoksha son esenciales para que cualquier practicante alcance la liberación y la iluminación, tener cierto nivel de ellos, y señala que el Buda enfatizó mucho este aspecto. Así, en general, es muy importante evitar diferentes tipos de acciones destructivas o, al menos, evitar los tipos más fuertes de conducta destructiva, como mentir, robar, etc.

(14) Menospreciar el vehículo del shravaka

El siguiente, el catorce, es menospreciar el vehículo de los shrávaka. El vehículo de los shrávaka es otro nombre que se le da al vehículo Hinayana. Con el sexto voto de caída raíz del bodisatva, repudiamos que los textos de los vehículos Hinayana sean palabras auténticas del Buda. Aquí aceptamos que son palabras de un buda, pero negamos la efectividad de practicar las enseñanzas que contiene. Sostenemos que es imposible deshacernos de las emociones perturbadoras siguiendo sus instrucciones. Así que esto es algo que podría suceder con suma facilidad. Hoy en día encontramos cursos de vipáshana disponibles en muchos lugares diferentes, los cuales provienen básicamente de la tradición Teravada, y como practicantes Mahayana podemos decir que son inefectivos y burlarnos de ellos, decir que es ridículo practicarlos. Pensamos que no nos ayudarán a superar las emociones perturbadoras: ¿qué sentido tiene solo sentarse a observar la respiración? Me parece que el problema en este sentido es que, por lo general, no profundizamos más en estas enseñanzas. Solo las vemos de forma muy superficial y las descartamos, y no vemos todo el contexto en el que son practicadas y toda la serie de meditaciones a las que conducen. Así que tenemos que ser sumamente cuidadosos sobre estas actitudes negativas con respecto a otras prácticas, particularmente acerca de las prácticas que se enseñan en el vehículo Hinayana.  El vehículo Mahayana se basa en todas las enseñanzas del Hinayana, solo agrega algunas más. Siempre hay un gran énfasis en mostrar respeto hacia las enseñanzas Hinayana y demás, aunque dentro de los votos secundarios encontramos que tampoco vamos a pasar todo nuestro tiempo con estos métodos Hinayana cuando tenemos métodos Mahayana para lograr lo mismo.

Cuando tenemos mandatos como no pasar más de siete noches entre practicantes Hinayana, de nuevo, tenemos que entenderlo de forma correcta. Estamos hablando de aquellos que están trabajando solamente por su propia iluminación, a quienes no les importa trabajar por los demás, quienes se burlan de nuestras prácticas Mahayana o tántricas y tratan de desanimarnos diciéndonos que lo que estamos practicando es muy estúpido: “Eso no es budismo”. Entonces, si pasamos mucho tiempo con ellos, pueden provocar que renunciemos a nuestra práctica. Pero, por supuesto, hay muchos practicantes Teravada que ciertamente no tienen ese tipo de actitudes hacia las prácticas Mahayana. Así que el lineamiento no se refiere a esos practicantes Teravada.

Podemos ver, entonces, un tema general en torno a que, como bodistavas o como botisatvas potenciales que estamos trabajando por nuestra propia iluminación y por la iluminación de todos los demás, no queremos entrar en una situación en la cual seamos influenciados para alejarnos de eso, y no queremos causar que otros se alejen de esa meta – ya sea por decirles específicamente que se alejen de ella, o por enseñarles algo que pueda causar que se alejen de trabajar hacia la iluminación.

(15) Proclamar una realización falsa de la vacuidad

El número quince es proclamar una falsa realización de la vacuidad. Esto se refiere a una situación en la que no hemos realizado completamente la vacuidad; sin embargo, la enseñamos fingiendo que sí, por estar celosos de los grandes maestros. Los grandes maestros la enseñan y probablemente la enseñan de forma correcta, y nos sentimos celosos de eso. Así, aunque no la entendemos, actuamos como un gran maestro y fingimos que la entendemos. Y las personas a las que les damos esta falsa impresión de que entendemos la vacuidad, tienen que entender lo que les explicamos, no hace ninguna diferencia si son engañados por nuestras pretensiones o se dan cuenta de que estamos engañándolos. Quizás piensen: “oh, somos grandiosos, realmente lo entendemos”. O pueden pensar: “esta persona es una idiota, solo fingiendo que entiende”. No hace ninguna diferencia. Si no entienden o no pueden escuchar nuestra explicación, entonces nuestra acción está incompleta.

Esto se refiere específicamente a decir falsas realizaciones de la vacuidad. Es claro que necesitamos evitar lo mismo con respecto a la bodichita o a otros puntos del Dharma. No fingir que realmente tenemos una realización plena de ello y enseñarlo como si así fuera cuando no lo es, porque estamos tratando de ayudar a todos a alcanzar la iluminación y les estamos dando información incompleta o falsa. Pero no hay error en enseñar la vacuidad cuando no la hemos realizado plenamente, siempre y cuando lo admitamos y digamos: “realmente no lo entiendo por completo, pero desde el nivel con el que lo entiendo ahora, esto es lo que pienso que significa”. Eso está perfectamente bien siempre y cuando no finjamos algo que no es verdad.

Incluso Su Santidad el Dalái Lama diría: “Bueno, realmente no entiendo esto por completo, pero esto es lo que entiendo ahora”. Es realmente maravilloso ver a Su Santidad enseñar algunos de los textos más difíciles sobre la vacuidad. Algunas veces llega a un cierto verso y dice: “Realmente no entiendo esto”. Y dice: “este comentario dice esto y aquel comentario dice aquello, pero realmente no tiene sentido”, y luego le pregunta a algunos de los más versados Gueshes o Khenpos que se encuentran en el público alrededor de él qué es lo que creen que significa (Khenpo es el título equivalente a Gueshe en los sistemas no Guelugpa). Aquellos que son lo suficientemente valientes como para hablar, dicen algo. Algunas veces, Su Santidad los llama de forma individual, por su nombre, y entonces tienen que decir algo, incluso si hay veinte mil personas en el público, y entonces Su Santidad empieza a debatir con ellos diciendo: “Bueno, pero realmente no puede significar eso por esto y aquello”. Luego le pregunta a alguien más, porque lo que sucede a menudo es que los diversos libros de texto que se usan en las diferentes divisiones de los monasterios tienen diferentes interpretaciones.

Recuerdo que hubo una discusión similar en una enseñanza que Su Santidad dio acerca de la naturaleza de Buda, acerca de qué tipo de cosas se incluyen en qué tipo de naturaleza de Buda, y la forma en que se utilizan ciertos términos; era muy poco claro. Y después de una discusión con los más eruditos lamas que se encontraban presentes, en realidad no llegaron a ninguna conclusión. Pero lo que quedó muy claro con este ejemplo es que Su Santidad nunca finge entender algo que no entiende, y eso brinda mucha confianza en torno a todo lo demás que realmente sí entiende. Esto es muy sorprendente cuando da una transmisión oral de un texto, el cual lee a una gran velocidad, lo lee todo súper rápidamente y de pronto se detiene porque encontró un punto de algo que no entiende, y entonces le pregunta a quienes le rodean. Y es increíble que sean capaces de seguir el lugar en el texto porque Su Santidad lee sumamente rápido; aun así, sorprendentemente, son capaces de responderle. Así, aunque Su Santidad lee a una gran velocidad, obviamente también lee con entendimiento. Debo decir que eso es sumamente impresionante.

(16) Aceptar aquello que ha sido robado a la Triple Joya

El número dieciséis es aceptar lo que ha sido robado a la Triple Joya. Y aquí – recuerden que tenemos el voto raíz de no robar ni causar que alguien más robe algo que sea ofrecido al Buda, Dharma y Sangha – pero aquí lo estamos aceptando como un regalo o como una ofrenda, o lo aceptamos como nuestro salario o recompensa, y tenemos que hacer esto, ya sea personalmente o a través de alguien más. Esto incluye si pertenece solo a uno, dos o tres monjes o monjas, no solo a cuatro o más miembros de la comunidad monástica, como en el verso raíz.

Ahora, no he visto una explicación con respecto a si necesitamos saber o no que fue robado a la Triple Joya, pero imagino que tendríamos que saberlo. Obviamente, si después lo descubrimos, ciertamente trataríamos de devolverlo. De nuevo, podríamos preguntarnos por qué se enfatiza tanto este punto de no robar a la Triple Joya; si pensamos acerca de ello, el dinero, las cosas que se dan para preservar el Dharma – como imprimir, traducir textos o hacer estatuas para los monasterios, alimentar a los monjes y monjas – todo esto tiene la intención de ayudar a proveer las circunstancias para que otros alcancen la iluminación. Así, ciertamente no queremos hacer nada que les quite a otros la oportunidad de alcanzar la iluminación – como un bodisatva aspirante que está practicando los votos del bodisatva.

(17) Establecer políticas injustas

Luego, el número diecisiete es establecer políticas injustas. Esto se refiere a actuar con cierto tipo de sesgo o prejuicio. Por ejemplo, hay algunos practicantes muy serios que nos desagradan, o estamos enojados con ellos, por lo que les quitamos algo o los tratamos injustamente en favor de aquellos con menos logros solo porque estamos apegados a ellos.

Un ejemplo sería que nos sentimos amenazados por los meditadores de nuestro centro budista y vemos a nuestro centro de Dharma principalmente como un lugar para eventos sociales; vamos para estar con nuestros amigos que tienen intereses similares a los nuestros. Alguien hace una donación al centro y, en lugar de construir instalaciones para un centro de retiro de meditación, lo usamos para construir un salón de té o una cafetería para que las personas se relajen después de las enseñanzas y se relacionen socialmente. Esto es a lo que se refiere: establecer una política injusta. En otras palabras, ciertamente necesitaríamos apoyar y priorizar a aquellos que son estudiantes y practicantes realmente serios y esforzarnos en ayudarlos en lugar de no ayudarlos, en lugar de ayudar a los que no son serios en absoluto y que solo acuden para fines sociales. Solo van al Dharma porque es muy agradable y demás, en lugar de trabajar realmente duro para alcanzar la liberación y la iluminación.

Pero notemos cuál es la motivación que se indica aquí, que no nos gusta o que nos sentimos amenazados, o que estamos enojados con esos estudiantes más serios porque quizás nos sentimos incómodos de que ellos estén haciendo tanto y nosotros no estamos haciendo mucho en nuestro estudio y práctica. Estamos más apegados a los estudiantes casuales, son más nuestros amigos, es agradable su compañía y beber café y té con ellos, así que ponemos todos nuestros esfuerzos en ellos a expensas de los estudiantes más serios. Si pensamos acerca de esto, podemos encontrar muchos ejemplos de esto también en los monasterios: poner más énfasis en usar el dinero para construir una casa para visitantes que usarlo en mejorar la educación, por ejemplo.

(18) Abandonar la bodichita

La última es renunciar a la bodichita. Y esto significa el deseo de alcanzar la iluminación para el beneficio de todos. Recuerden que tenemos dos niveles de bodichita: de aspiración y de compromiso. El estado de deseo o de aspiración es el deseo de alcanzar la iluminación para beneficiar a los demás; y el estado comprometido es tomar los votos del bodisatva y realmente involucrarse en las prácticas. Este se refiere a renunciar al primero de ellos, el estado de aspiración de la bodichita, porque si renunciamos al deseo de alcanzar la iluminación para beneficiar a los demás, entonces, por supuesto que también renunciaremos al posterior de mantener los votos del bodisatva, etc.

Muy bien, esa es la lista de los votos del bodisatva de las diversas cosas que estamos intentando evitar. Algunas personas pueden quejarse y decir: “Oh, son muchas reglas, muchas cosas que seguir, es demasiado”. Pero un claro ejemplo de que somos capaces de seguir todo un conjunto de reglas en nuestra mente, es conducir un auto. Hay todo un conjunto de reglas que necesitamos seguir para manejar un carro, y cómo manejar realmente un auto es extremadamente complicado. En la mayoría de los países, tenemos que estudiar las reglas viales y pasar el examen antes de obtener la licencia para conducir; aunque, obviamente, en algunos países solo se paga un soborno para obtenerla. No diremos nombres. Pero, una vez que has aprendido las reglas, las mantenemos en mente mientras manejamos –espero- y somos capaces de observar nuestra conducta y detenernos en la luz roja o en la señal de alto, voltear en el carril correcto y todo ese tipo de cosas. Obviamente, hay algunas personas que no lo hacen.

Noté algo aquí en Moscú con los tremendos embotellamientos, que me hizo reír. Es algo muy similar a lo que vemos en la India cuando hay embotellamientos: cuando un carril en el que vas está completamente lleno, detenido y no se mueve en absoluto, noté que uno o dos autos se cambian al carril incorrecto que va en la dirección opuesta porque hay menos tráfico. Pero la mayoría de las personas en la mayoría de los países siguen las normas viales. Voy con cierta frecuencia a México y ahí tienen un gracioso dicho: dicen que la luz roja es solo una sugerencia.

Pero el punto de todo esto es que no hay razón para quejarse de que existen todos estos votos. Son extremadamente útiles. En la tradición Guelug, al menos, hay algo que se llama Yoga de las Seis Sesiones; si recibes el empoderamiento (una iniciación de la clase superior del tantra), uno de los compromisos de práctica es recitar esto seis veces cada día, y como parte de ello recitas estos votos, lo cual te ayuda a recordarlos – a menos, por supuesto, que los hagas tan rápidamente que se vuelva algo automático, solo “bla bla”. Pero, en cualquier caso, si no los hemos memorizado, que es lo que haría un tibetano, necesitamos recordarnos una y otra vez lo que son, para que podamos acordarnos. ¿De acuerdo?

Antes de entrar en nuestra discusión de cómo podemos debilitar o perder estos votos, ¿tienen alguna pregunta sobre alguno de estos votos?

Si alguien ha robado dinero de la Triple Joya y luego esta persona hace una ofrenda, ¿cómo se puede saber que el dinero que esa persona está ofreciendo es el mismo dinero que robó, especialmente si no es en efectivo, si el pago se hace a través de una cuenta de banco? Es imposible saber que es exactamente el mismo dinero que se robó, porque esa persona tiene su propio dinero, además del dinero robado.  

No se especifica en los textos que yo he visto si tenemos o no que saber que fue robado. Obviamente, desde nuestro lado sería muy difícil saber. Cuando se trata de un objeto físico, es bastante claro. Por ejemplo, en el caso de una estatua o una tangka robadas. Este es un buen ejemplo. Muchas personas durante la Revolución Cultural se robaron pinturas y estatuas de los monasterios del Tíbet y las vendieron a occidentales en Hong Kong y demás. Si sabemos que fue una de las cosas que fueron robadas de los monasterios, entonces es muy claro que, si compramos una de esas cosas, estamos rompiendo este voto. Así que, cualquiera de estas viejas tangkas que pueden estar en el mercado, quizás no sepamos exactamente si fueron confiscadas durante la Revolución Cultural, pero indudablemente fueron tomadas de un monasterio. Los monasterios no las venderían.

Ahora, hay ciertos monasterios y grandes maestros que dan como regalos una tangka o una estatua, pero en los monasterios es algo muy estricto lo que le pertenece al monasterio en general y lo que es una posesión privada. Y cuando das una donación a un hogar, digamos al hogar de un Rinpoche en un monasterio tibetano – o quizás no vivan en el monasterio, ahora en el exilio – tenemos que ser sumamente específicos cuando hacemos esa donación. Es para el hogar – se le llama “labrang” en tibetano – es para la casa en general, o lo estás dando específicamente para alguien de la casa, para su uso personal. “Hogar” se refiere a toda la casa. Mi casa – digamos, la casa de Rinpoche con sus diversos asistentes y estudiantes que viven en la casa, todo eso es la labrang en tibetano. Estoy tratando de traducirlo con alguna palabra, así que lo llamamos “hogar”. El administrador del hogar es alguien más; esa es una persona laica. Así que, si le estás dando dinero al labrang, para el hogar mismo, solo puede ser usado para la cocina general, para alimentar a todos, o para mejorar la casa, mejorar las instalaciones; y no sería usado por ningún miembro particular de la casa, incluyendo al Rinpoche, para comprar nuevos hábitos o hacer algo solo para sí mismos, para su uso privado. O lo usarían para que el hogar patrocine ciertos rituales, ciertas puyas y demás, para hacer ofrendas en el altar, etc. Eso se practica de forma muy estricta en estos labrangs.

Pero tu pregunta es mucho más difícil. Cuando alguien roba dinero de la Triple Joya, digamos que alguien da dinero a un centro budista – aunque, literalmente, aquí no se incluyen específicamente los centros budistas; estamos hablando de los monasterios, en términos de la Sangha. Estoy diciendo que la situación que surge más comúnmente en Occidente es que hablamos acerca de centros de Dharma; no tenemos tantos monasterios en Occidente. Y en Occidente utilizamos la palabra “Sangha” de una forma extremadamente suelta, de una forma en la que ningún tibetano tradicional o persona budista la usaría – el solo referirnos a un centro de Dharma en una comunidad laica, ciertamente esa no es la Sangha. Así que ahora nos preguntamos, ¿este voto aplica a robar dinero que se ha dado al centro de Dharma para nuestros propios propósitos? Bueno, técnicamente, de acuerdo con los comentarios, cuando hablamos de robarle a la Sangha, nos estamos refiriendo a cuatro monjes o monjas o más. Y hay un voto separado para robarle a uno, dos o tres monjes o monjas. Estrictamente hablando, cuando estos votos fueron formulados, ciertamente no había centros de Dharma laicos. Así, sea que robar las ofrendas realizadas a un centro de Dharma constituya una transgresión de este voto del bodisatva o no, ciertamente es algo que desearíamos evitar.

Lo que sería más común en Occidente es que alguien haga una ofrenda al centro de Dharma, o dé dinero, y el director o el administrador o alguien así, simplemente ponga ese dinero en su propia cuenta de banco. No estamos hablando, como dije antes, acerca de alguien a quien se le paga con este dinero por el que realmente está trabajando. Muy bien, así que, ahora este dinero está en una cuenta de banco junto con otra cantidad de dinero, y esta persona nos hace un regalo, nos da algo, un poco de dinero. Es muy difícil decir si esta persona está siquiera diciendo conscientemente: “voy a usar el dinero que me robé para dárselos a ustedes”, o ahora solo lo incluye en su propio dinero y no hace ninguna diferencia. Así, básicamente, sería mejor evitar recibir cualquier cosa de alguien que sabemos que está robando o malversando fondos de un centro de Dharma, de un monasterio o de cualquier tipo de proyecto de Dharma.

¿Sería lo mismo si alguien robara algunas estatuas o tangkas, luego las vendiera y le diera el dinero a alguien, o comprara algo con ese dinero para darlo a alguien más? ¿Es lo mismo?

Por extensión, sí.

¿Qué pasa si alguien roba, por ejemplo, una estatua, pero luego lo confiesa o se arrepiente? Y ahora, dado que ya no quiere la estatua, ¿podría llevarla a alguien o a algún centro?

En teoría, tal persona debería regresarla al lugar de donde fue robada. Recuerden, en términos de robar a la Triple Joya, dice que necesita completarse con la sensación de “ahora esto me pertenece”. Así, si alguien se arrepiente de robar y ya no lo considera “mío”, entonces, ciertamente intentas regresarlo, pero no se lo vendes a alguien más.

Pero no siempre tenemos esta oportunidad. Por ejemplo, si vamos a otro país, robamos ahí, y luego volvemos a casa y pasan muchos años. Mi punto son los dos diferentes tipos de motivación. En el primer caso, te robaste algo especialmente para ofrecerlo a alguien más; y la otra es cuando cambias de opinión, cambias de parecer, y luego lo haces. La motivación es diferente.

Sí, la motivación es diferente. Yo pensaría que, en el caso que expresas, digamos que tienes una tangka o una estatua en tu casa, y muchos, muchos años después te das cuenta de que fue robada durante la Revolución Cultural a un monasterio. Y no tenemos la oportunidad de regresarla a ese monasterio de donde fue robada; quizás ese monasterio ya ni siquiera existe. Pero pienso que, si estamos en el dilema de qué hacer con esta estatua o tangka, se me ocurre, y esta es mi suposición personal, que probablemente podríamos ir a un centro de Dharma a ofrecerla como regalo, ciertamente no a venderla, sino explicar las circunstancias. O darla a un monasterio, pero explicar la situación, de tal forma que, de alguna manera, lo estamos devolviendo a la Triple Joya. Esa es la única posibilidad en la que puedo pensar.

Ahora, hay situaciones en las que los monasterios son sumamente pobres y venden sus tesoros a traficantes de arte que luego los venden y obtienen ganancias. Ahora, ¿eso es ético o no? Realmente no lo sé. No los están robando, pero los están usando para obtener ganancias. En general, si están obteniendo una ganancia no razonable de ello, sea un material de Dharma lo que están vendiendo o no, es actuar por codicia. No es muy bueno.

Obviamente, uno se podría acercar al estudio del Vinaya y todas estas cosas como un abogado y tratar de encontrar todo tipo de pequeños detalles y excepciones y cosas así, y ciertamente hay académicos que lo han hecho y siguen haciéndolo. Pero, como expliqué al inicio de la discusión acerca de la ética budista, lo que queremos hacer es desarrollar nuestro darse cuenta que discrimina y tratar de entender cuál es realmente la situación y cuál sería la mejor forma de manejarlo – como en tu caso de darte cuenta que algo que tengo en mi casa fue robado de un monasterio – y tratar de disminuir la pesadez de transgredir el voto.

El punto es que estos votos son estas formas muy sutiles, recuerden que hablamos de formas no reveladoras en nuestro continuo mental, y su función para moldear nuestra conducta. La fuerza de esa forma sutil puede estar completamente intacta y fuerte, o podría ser débil. Pienso que eso depende, inicialmente al tomar estos votos, de la fortaleza de nuestra motivación. Si tomamos votos simplemente porque nuestros amigos lo están haciendo y no queremos quedarnos fuera, entonces, obviamente la fortaleza de ese voto será mucho más débil que si realmente tenemos renuncia, o si realmente tenemos bodichita. Esa es la razón por la que, en nuestra práctica diaria, en términos de los votos del bodisatva, los renovamos, los fortalecemos cada día para tratar de fortalecerlos al reafirmar nuestra motivación. Si transgredimos estos votos, lo cual inevitablemente todos haremos, en la mayoría de los casos solo debilitamos la fuerza de un voto. Hay un número específico de cosas que necesitan estar completas para realmente perder los votos de nuestro continuo mental – además de solo decir: “Renuncio a ellos. No los quiero más”; obviamente, de esa forma los pierdes.

Primero que nada, en diversos textos están enlistados los factores que pueden causar que transgredamos nuestros votos. Uno podría ser no conocer el voto. Simplemente no lo conocemos. El segundo sería que no nos importe; en otras palabras, ser negligentes. “No me importa mi conducta, no me importan los votos; eso no tiene importancia”. Otra razón podría ser estar abrumaos por alguna emoción perturbadora, de tal manera que estamos tan enojados o deseosos que olvidamos el voto, lo transgredimos. Otra razón sería la falta de respeto. No respetamos los votos ni respetamos a aquellos que los mantienen. Otra razón sería olvidarlos, el olvido. Y otra sería una recordación débil. Esto es, tenemos una memoria débil y somos débiles en poner atención a nuestra conducta.

Ahora, entre estos dieciocho votos, todos ellos excepto “sostener una perspectiva antagonista distorsionada” y “renunciar a la bodichita”, para perder completamente los votos, todas las demás requieren cuatro factores vinculantes para estar completos. Si tenemos este pensamiento antagonista distorsionado: “¡Todo esto es estúpido!” y demás, “discutiré con cualquiera que piense que la conducta del bodisatva tiene algún valor”. En cuanto pensamos eso, o en cuanto renunciamos a la bodichita de aspiración, perdemos los votos.

Para los demás, para los otros dieciséis, estos cuatro factores vinculantes tienen que ser sostenidos y mantenidos desde el momento inmediatamente posterior a desarrollar la motivación de transgredir el voto – desde ese momento, hasta el momento inmediatamente posterior a completar el acto de transgresión. Si en medio de transgredirlo nos arrepentimos de lo que estamos haciendo, entonces no está completo. Tenemos que sostenerlo a través de todo el acto real de transgresión.

Así que el primero de ellos es: no considerar lo que estamos haciendo como perjudicial. En otras palabras, no vemos nada erróneo en lo que estamos haciendo, solo ventajas, y emprendemos la acción sin arrepentimientos. El segundo es: habiendo cometido la transgresión antes, no tenemos deseo o intención de detenernos, ahora o en el futuro, de repetirla. El tercero es: nos deleitamos en lo que estamos haciendo y llevamos a cabo la acción con gozo. Somos felices acerca de lo que estamos haciendo que está transgrediendo el voto. Y el cuarto es: no tenemos ningún sentido de autodignidad moral ni preocupación alguna por cómo nuestra conducta se refleja en los demás. Entonces, no me importa mi reputación. No me importan las consecuencias en mí mismo – eso es no tener ningún sentido de autodignidad moral. Y la otra parte es: no me importa cómo el hecho de que yo actúe de esta forma se refleja en mis maestros o en el budismo o en alguien más. Si todas nuestras actitudes están presentes, entonces perdemos el voto, todos los votos del bodisatva. Si las cuatro actitudes no están completas, entonces el voto solamente se vuelve más débil.

Así que tomemos un ejemplo. No le prestamos a alguien uno de nuestros libros de budismo porque estamos apegados a él y somos tacaños. No vemos nada de malo en ello porque la otra persona puede derramar café sobre él o no regresárnoslo. Nunca hemos prestado nuestros libros de Dharma y no tenemos intención alguna de cambiar esta política ahora o en el futuro. Y cuando nos rehusamos, nos sentimos felices por nuestra decisión. No nos apena decir que no, a pesar del hecho de que se supone que ayudemos a todos a alcanzar la iluminación – entonces, ¿cómo podríamos no querer compartir un libro de Dharma? Y no nos avergüenza en lo más mínimo y no nos importa cómo se refleja esto en nuestros maestros budistas. Y no tenemos la menor intención de hacer nada para compensar nuestro acto egoísta. Eso era parte de este cuarto factor, me faltó mencionarlo – que no tenemos ninguna intención de compensar lo que hemos hecho. Si todas estas actitudes están completas cuando nos rehusamos a prestarle a alguien nuestro libro, entonces hemos perdido los votos del bodisatva. Pero si carecemos de alguna de estas actitudes, entonces solo hemos debilitado el voto, dependiendo de cuántas de estas actitudes están presentes.

Pero supongamos que transgredimos uno de los votos, pero sin que estén presentes estos cuatro factores vinculantes. En esta situación, realmente no debilitamos el voto. Por ejemplo, no le prestamos a alguien un libro cuando nos piden que prestemos nuestro libro de Dharma o nuestras notas. ¿De acuerdo? Esto es no compartir el Dharma. Pero sabemos que básicamente es incorrecto, y no pretendemos tener esto como una regla general. Nos sentimos infelices por decir que no, y nos preocupa nuestro honor y cómo esto se refleja en nuestros maestros, pero tenemos una razón válida para rehusarnos al préstamo. Por ejemplo, necesitamos mucho utilizar ese libro; digamos que estamos haciendo una traducción de Dharma y alguien nos pide nuestro diccionario durante algunos días. Bueno, yo mismo necesito el diccionario para traducir, así que tengo una necesidad apremiante de él, o quizás ya prometimos prestárselo a alguien más. Así que nuestra motivación aquí no es el apego al libro o la mezquindad, y tratamos de compensar esto, así que nos disculpamos por no ser capaces de prestarlo ahora y explicamos por qué, y le aseguramos a la persona que se lo prestaremos tan pronto como sea posible. Para compensar la pérdida, podremos ofrecerle compartir nuestras notas sobre el libro, o explicar algo del libro, o permitir que lo usen en nuestra casa cuando no lo estamos usando, etc. De esa forma, mantenemos plenamente nuestros votos del bodisatva, aunque técnicamente pareciera que los estamos transgrediendo porque no prestamos el libro de Dharma.  

Hay toda una lista de cómo variará la fuerza, de cuán fuerte es aún el voto, cuánto lo debilitamos dependiendo de cuáles de estos factores están presentes, cuáles combinaciones y demás. No hay necesidad de entrar en detalle en todo eso. Así, como en el caso de todos los votos, o incluso la conducta destructiva que no hemos jurado evitar, es importante tratar de debilitar tanto como sea posible la fuerza del karma negativo, la fuerza negativa. Tratamos de que no sea tan malo, para ponerlo en palabras sencillas. Porque la fuerza de una consecuencia kármica dependerá de muchos, muchos factores, no solo de estos cuatro. ¿Qué tan fuerte es la emoción perturbadora que está involucrada? Con cuánta frecuencia lo hacemos. También, en términos del estatus, el estatus espiritual, en el sentido de la persona involucrada (el objeto) y nosotros mismos.

Si nos rehusamos a prestar el libro de Dharma, digamos, a un maestro de Dharma que necesita revisar algo para poder explicárselo a sus estudiantes, eso es mucho más pesado que no prestárselo a quien solo tiene curiosidad de revisarlo sin ninguna buena razón en particular. También, la pesadez dependerá de nuestro propio estatus espiritual. ¿He tomado un voto de no hacer esto, o no he tomado ningún voto? Esa es la razón por la que, si no somos capaces de mantener los votos, no los tomemos. Esa es la razón por la que es muy útil que, en los cinco votos laicos, tenemos la opción de tomar tantos como seamos capaces de mantener. Así que, si no es posible evitar ingerir alcohol o evitar ciertas formas de conducta sexual inapropiada, no tomemos el voto. Todas estas cosas que están implicadas en hacer que el efecto de una acción kármica sea fuerte, podemos encontrarlas en las enseñanzas detalladas acerca del karma; hay toda una larga lista. Por lo tanto, tratamos de debilitar tanto como sea posible la fuerza negativa de transgredir un voto.

Y tratamos de hacer lo opuesto de estos factores vinculantes. Así, en lugar de pensar que no hay nada de malo en ello, reconocemos abiertamente que eso fue incorrecto, que fue un error; y nos arrepentimos de nuestra acción, en lugar de regocijarnos en ella y sentirnos felices por ella. El arrepentimiento no significa sentirnos culpables, solo significa “desearía no haber hecho esto” – como arrepentimiento de que no puedo prestarte mi libro. Y decidimos no repetir esta transgresión – haré lo mejor que pueda para no repetirla – en lugar de no tener ninguna intención de detenerme. Y reafirmamos nuestra base, nuestra base espiritual, que es la dirección segura o refugio y bodichita, en oposición a no tener sentido de autodignidad moral o preocupación en torno a cómo nuestras acciones se reflejan en los demás, en nuestros maestros. En otras palabras, ahora me interesa mi futuro y lo que experimentaré, me interesan mis maestros y demás, y por ello voy a poner de nuevo a la dirección segura y a la bodichita como lo más importante en mi vida. Tomamos alguna acción oponente o correctiva para compensar esta transgresión en oposición a no tener intención de reparar el daño que nos hemos hecho a nosotros mismos. De esta forma, aplicamos las cuatro fuerzas oponentes estándar como lo opuesto de los cuatro factores vinculantes.

Muy bien, así que estas son las enseñanzas básicas acerca de los votos del bodisatva. Vemos que, para tomarlos, necesitamos tener la motivación adecuada, la preparación adecuada, y podemos fortalecerlos tomándolos una y otra vez, ya sea por nuestra cuenta o con un maestro espiritual. Es muy importante recordar lo que son – y, si no los recordamos todos los días, al menos algunas veces leer toda la lista y recordarnos los votos raíz y los votos secundarios. Y si encontramos que necesitamos transgredirlos por una razón u otra, tratemos de que estos cuatro factores vinculantes no estén completos. Tratemos de que la transgresión sea tan débil como sea posible y luego tratemos de fortalecer nuestros votos de nuevo.

¿Hay alguna pregunta final?

Tengo una pregunta sobre los derechos de autor. Hay derechos de autor en los libros de Dharma, por lo que realmente no podemos copiarlos en una publicación. ¿Eso quiere decir que, si los copiamos para algún uso personal, estamos robando de la Triple Joya? Y qué pasa también con los sitios de internet, o las páginas que se tengan en internet – cuando éstas se venden.

En cierto sentido, tenemos que consultar a un abogado acerca de esto porque, en términos del internet, hasta donde yo entiendo, está en el dominio público, así que cualquiera puede cortar y pegar. Así que, si alguien en el internet no quiere que accedas al material, entonces te harán pagar, y si no pagas, no puedes acceder al material. Bueno, obviamente hay piratas del internet que pueden salirse con la suya en eso, y eso obviamente es robar el Dharma, si la intención es que tengas que pagar.

Pero con los libros registrados ante derechos de autor ese es un asunto legal. Hay un gran argumento legal ahora mismo con Google, pues ellos quieren subir todos los libros para que estén disponibles. No estoy muy seguro si quieren que sea gratuito o si van a cobrarlos, pero subir cosas al internet – con frecuencia son cosas que están agotadas, pero el editor o el autor aún tienen los derechos. Y hay muchos argumentos legales al respecto, y Google está dispuesto a pagar un poco a los autores, y no hay ninguna claridad en torno a lo que pasará con eso.

Ahora, todo el asunto de ganar dinero del Dharma y obtener ganancias del Dharma, es todo un asunto ético diferente para el que ahora no tenemos tiempo de entrar en detalle. Pero Shantideva dice que, si un empleado hace un buen trabajo, es importante pagar al empleado lo que el empleado necesita. Pero si el empleado no trabaja bien o no trabaja en absoluto, entonces no es apropiado pagarle a ese empleado. Obviamente, podemos usar el mismo ejemplo para alguien que trabaja para nosotros, nuestro empleado. De lo que es análogo es si somos un bodistava y nos ofrecemos como sirvientes para servir a todos los seres sintientes. Por ejemplo, estamos dedicando nuestra vida a hacer traducciones de libros de Dharma o para hacer que estén disponibles y demás, y si realmente estamos haciendo ese trabajo, está bien pagarnos a nosotros mismos, “pagarle al sirviente”, y si no estamos haciendo el trabajo, no nos pagamos. No para volvernos ricos de ello, solo para mantenernos a nosotros mismos. Eso parece encajar con el consejo de Shantideva. Así, si las personas están cobrando los libros de Dharma para poder pagarse a sí mismos, para pagar a otras personas que trabajan en ello, pagarle a autor, etc., no pagarles – solo copiar el libro – obviamente es un problema.

Pero esto se vuelve muy difícil. ¿Estamos escaneando o fotocopiando el libro de la biblioteca? Bueno, las universidades tienen fotocopiadoras ahí mismo en las bibliotecas para que los estudiantes saquen copias. Te dicen que no puedes fotocopiar el libro completo. Bueno, ¿cuánto puedes fotocopiar? Así, todo el asunto empieza a convertirse en un argumento legalista. Yo creo que mucho depende de nuestra motivación. Si tenemos el dinero para poder comprarnos el libro y no lo hacemos, solo porque pensamos que somos muy listos de poder engañar a la compañía editora, o somos tacaños o mezquinos, esto es muy diferente de ser un muy sincero practicante de Dharma que necesita el libro para su práctica y que simplemente no cuenta con el dinero para comprarlo. Pienso que eso es muy diferente. Así que todo, me parece, depende de la motivación. Sea que realmente haya una transgresión del voto o no, el punto es debilitar tanto como sea posible cualquiera que sea el karma negativo que provenga de esto.

Nuevamente, la práctica de la autodisciplina ética en el budismo está sumamente conectada con el darse cuenta que discrimina, la motivación y todos estos otros factores. No solo se trata de “sigue la ley, sé obediente”. 

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