Meditación en las sensaciones y los 4 aspectos de las causas verdaderas

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Hemos hecho la meditación sobre el emplazamiento cercano de la recordación en el cuerpo y también podría ser útil intentar la meditación del emplazamiento cercano de la recordación en las sensaciones en términos de la verdad noble de los verdaderos orígenes del sufrimiento.    

Visión general de las sensaciones como sufrimiento

Vimos que la forma general de enfocarse en las sensaciones es entender que todas son formas de sufrimiento. La infelicidad es claramente el sufrimiento del sufrimiento. La felicidad que sentimos es el sufrimiento del cambio. No dura y nunca satisface y se convierte en infelicidad cuando nos aburrimos de ella o comemos demasiado, como cuando comemos demasiada comida deliciosa. Las sensaciones neutras que tenemos en estos planos superiores de existencia en meditación profunda son ejemplos de sufrimiento que todo lo impregna. Esto se debe a que tenemos que dejarlas; aunque podríamos querer que no degeneren, de todos modos, van a degenerar. Este es el caso si hablamos de las sensaciones neutras que experimentamos como humanos absortos en uno de estos trances meditativos profundos o cuando renacemos como un dios en uno de los planos superiores de existencia.

Identificar las sensaciones

En general, nos enfocamos en cualesquiera sensaciones que podamos tener, sensaciones de felicidad, infelicidad o neutras, como formas de sufrimiento o, en otras palabras, como problemas. Puede resultar un poco confuso llamar sufrimiento a la felicidad. Creo que es más fácil relacionarse con ello en términos de que es problemático. Lo que es particularmente difícil de identificar es de qué hablamos exactamente cuando hablamos de sensación. Mucha gente dice que no siente nada, pero eso es simplemente no ser lo suficientemente sensibles; siempre sentimos algo, aunque sea muy vago.     

Nuevamente, no estamos hablando de sentir una sensación. No hablamos de sentir una emoción. No hablamos de sentir frío o calor. No hablamos de sentir enojo o hambre. No hablamos de ninguno de esos tipos de sentimientos. No hablamos de intuición, como de tener la sensación de que va a llover.

Nuestra palabra occidental “sentimiento” es muy imprecisa en ese sentido. A lo que nos referimos aquí es simplemente a sentirnos felices o infelices o neutros. Se refiere cómo experimentamos las cosas. ¿Cómo experimentamos las cosas? La felicidad se define en el budismo como esa sensación que, cuando la tenemos, nos gustaría que continuara. Cuando la sensación es infeliz, nos gustaría que desapareciera. Con una sensación neutra, no tenemos felicidad ni infelicidad, por lo que no queremos que una sensación se vaya o se quede; estamos en un estado de sentir ecuanimidad total. Esto es algo que solo ocurre en estados meditativos extremadamente avanzados de absorción total. Esta sensación neutra no es el punto cero en el eje de la felicidad / infelicidad.          

Entonces, ¿cómo reconocemos estas sensaciones? Reconocemos que quizás cuando estamos viendo algo, si nuestro enfoque se queda allí, estamos contentos con verlo. No tiene por qué ser una experiencia dramática. No queremos separarnos de eso, así que seguimos viéndolo. Si nos cansamos de eso y vemos otra cosa, entonces eso es infelicidad. Queríamos separarnos de ver a ese objeto. Entonces, no es que no sintamos nada. Incluso si mientras vemos algo pensamos: “No me importa lo que veo”, aun así, nos quedamos viéndolo o movemos la mirada. Cuando decimos que no sentimos nada, es que no identificamos correctamente lo que queremos decir con sensación. Pensamos que una sensación o un sentimiento tienen que ser extremos y dramáticos para que cuenten como tales: “¡Genial, estoy tan feliz!” o “pobre de mí, estoy tan deprimido”. Pero, por lo general, no prestamos atención a esa variable, ese parámetro de sensación dentro de nuestra experiencia.     

Entonces, es muy importante que tengamos un objeto correcto si vamos a tener un objeto en el que enfocarnos con comprensión y consideración correcta en estas meditaciones. Por supuesto, esas sensaciones de felicidad, infelicidad o neutras están cambiando constantemente. Están cambiando en intensidad y en duración. De un momento a otro, la forma en que nos sentimos está cambiando.       

Me parece que necesitamos dedicar mucho tiempo a tratar de identificar realmente de qué hablamos en el budismo cuando hablamos del agregado de las sensaciones. Necesitamos reconocer cuándo estamos felices o infelices, y luego reconocer que cualquier punto de ese espectro que experimentemos en un momento en particular, desde súper feliz hasta súper infeliz, es problemático. Cierto, queremos más felicidad que infelicidad, pero incluso la felicidad es problemática, porque no dura.         

Entonces, ese es el enfoque inicial que tenemos - nos enfocamos en todas las sensaciones como problemáticas - y no es que queramos pasar a un estado de no sentir nada, ya que eso no es posible, o a un estado neutro, porque incluso una sensación neutra de total ecuanimidad es un ejemplo del sufrimiento que todo lo impregna y tampoco va a durar. Eso es parte del renacimiento, así que ir a algún tipo de plano superior de existencia en el que no nos sintamos felices ni infelices, no es la solución; sigue siendo un problema.     

Necesitamos evitar esa idea errónea de que la forma de deshacerse de la felicidad y la infelicidad es entrar en una profunda absorción meditativa donde nos sintamos totalmente neutrales o, en un nivel más mundano, drogarnos para no sentir nada. Por lo tanto, necesitamos reconocer que no sentir un nivel dramático de felicidad o infelicidad no significa que no sintamos nada. Lo que sentimos puede ser muy sutil.      

La definición de sensación

La sensación se define como la forma en que experimentamos la maduración de nuestro karma. Esa es la definición, cómo experimentamos la maduración de nuestro karma. Queremos dejar de experimentar las cosas con sensaciones manchadas. “Manchado” significa que provienen de nuestra confusión sobre la realidad y sobre cómo existimos, lo que ha llevado a nuestro comportamiento kármico compulsivo. Cómo funciona esto se explica en los doce eslabones de surgimiento dependiente. Entonces, el cuerpo, encontrar algo, hacer algo, es la maduración del karma. ¿Cómo experimentamos eso? Es con algo de felicidad o infelicidad, y obviamente no es con un “yo” separado que lo esté experimentando. Entonces, es bastante sutil.         

Reconocer las sensaciones

Primero tratemos de reconocer qué son las sensaciones y qué es lo que sentimos. Para algunas personas eso es muy emocional, de hecho. ¿Soy feliz o infeliz? Por supuesto, decir si estamos felices o infelices es solo una generalización, porque obviamente eso cambia de un momento a otro. Solo recordemos que esas características del sufrimiento verdadero con un cuerpo también son aplicables a las sensaciones, la mente y los factores mentales, los otros objetos del emplazamiento cercano de la recordación. Entonces, lo que sentimos está cambiando de un momento a otro, es problemático, no hay un “yo” separado que lo esté experimentando, y no puedo ser conocido por separado de mis sensaciones, por lo que tengo que lidiar con ellas.          

Tenemos que lidiar con estas sensaciones. Una vez más, son limitaciones, ¿cierto? Creo que eso también es importante de entender. Es la segunda característica de las cuatro verdades nobles en general; que son sufrimiento. Entonces, es sufrimiento no solo porque es infelicidad, cambia y se repite una y otra vez como el tipo de sufrimiento que todo lo impregna sin ningún control, sino que es una limitación. Cuando no somos felices, estamos insatisfechos. Cuando somos felices, eso puede ser una distracción.     

Entonces, las sensaciones en sí mismas son no especificadas. Lo mismo ocurre con el cuerpo. Estas son cosas que maduran a partir de las repercusiones kármicas. El Buda no especificó los efectos madurados como constructivos o destructivos. Son constructivos o destructivos dependiendo de qué factores mentales estén ocurriendo al mismo tiempo. Por lo tanto, si hay enojo y nos sentimos infelices, la infelicidad es destructiva. Si estamos ayudando a otros y nos sentimos infelices, bueno, nuevamente esa sensación no es necesariamente destructiva. Es constructiva porque está en este grupo de querer ayudar a otros y hacer algo para ayudar a los demás. Hay tantas cosas diferentes en las que podemos pensar en términos de sensaciones.     

Análisis del regocijo

Participante: ¿Qué pasa con el regocijo? ¿Es eso lo mismo que sentirse feliz? Puedes regocijarte y sentirte feliz de haber ayudado a alguien, pero también puedes regocijarte y sentirte feliz de haber lastimado a alguien. 

“Regocijo” es una palabra interesante. La palabra en inglés (y en español) tiene este aspecto de sentirse feliz por algo. Pero, ¿regocijarse es lo mismo que sentirse feliz? Si fuera lo mismo que felicidad, no habría una palabra diferente para eso.   

Entonces, ¿qué es regocijarse? El regocijo es ciertamente con una sensación de felicidad, pero yo diría que la felicidad es un factor mental que acompaña al regocijo, y el regocijo en sí mismo se explica como un factor mental separado. Se define como el factor mental que actúa como oponente de los celos. En lugar de estar celosos de que alguien haya hecho algo, nos regocijamos por eso, lo que significa, básicamente, pensar que es maravilloso. Entonces, la felicidad es cómo se experimenta el regocijo, pero no es lo mismo que el regocijo.                

¿Es la felicidad que acompaña al regocijo algo que perdura? No. ¿Se convierte en ya no estar feliz por eso o en ser infeliz por eso? Lo que pasa es que se convierte en ignorar, básicamente, que alguien hizo algo. Hay que analizar.    

Este es el punto, tenemos que pensarlo y no esperar a que algún maestro o un libro nos dé todas las respuestas. Estos son temas interesantes para analizar e investigar. Eso es lo que intentamos hacer con el Dharma; tenemos todo tipo de enseñanzas diferentes y tratamos de unirlas. 

Entonces, ¿hay algo de malo en regocijarse? No. ¿Es posible regocijarse con un fuerte aferramiento al “yo, yo, yo”? Sí. ¿Se puede hacer de forma pura o impura? Sí, pero incluso si pensamos que es puro, podría estar mezclado con un poco de celos. Y la felicidad que lo acompaña podría estar manchada o no manchada, dependiendo de si fue o no felicidad samsárica como maduración del karma o si fue la felicidad pura de un buda.          

¿Qué sucede cuando nos regocijamos porque nuestro enemigo fracasó o porque alguien que no nos agradaba perdió las elecciones y entonces nos regocijamos por ello? ¿Qué es eso? Entonces, analizamos. Quizás sea bueno para el país que haya perdido, al menos en mi opinión; no es bueno para esta persona en particular que perdió. Entonces, ¿es constructivo? ¿Es destructivo? Necesitamos analizar ¿qué aspecto es destructivo? ¿Estoy celoso de que esta persona haya perdido y yo desearía haber perdido en su lugar? No, no son celos en el sentido de envidia. ¿Cómo es que el regocijo aquí es el oponente de los celos? Entonces, ¿qué tiene de malo? En realidad, es regocijarse por el sufrimiento de otra persona; no sé la respuesta. Creo que hay que analizarlo cada vez más a fondo, y es muy bueno hacerlo. Así logramos comprender.          

Pensar que la meditación es simplemente realizar un ritual o simplemente calmarse o simplemente hacer algo de práctica de concentración, es una forma muy limitada de ver la meditación. Es mucho más. Su Santidad el Dalái Lama siempre enfatiza la llamada meditación analítica en la que se intenta comprender algún punto de las enseñanzas y digerirlo. Solo con la comprensión superaremos nuestros problemas. Por supuesto, necesitamos concentración y necesitamos calmarnos para poder analizar, pero esas son solo la base, las herramientas. Es solo a través de la comprensión que lograremos una detención verdadera; estas son la tercera y cuarta verdades nobles.              

Sentir cierto nivel de felicidad no es una sensación física, ni tampoco es un sentimiento de cierto nivel de satisfacción

Por cierto, una sensación de felicidad o infelicidad es un factor mental que puede acompañar a la cognición sensorial o a la cognición mental. No es lo mismo que el placer y el dolor, que son sensaciones físicas. Necesitamos diferenciarlos con bastante claridad. La forma en que usualmente usamos los términos “placer” y “dolor” es como sensaciones físicas. Pero feliz e infeliz son estados mentales que pueden acompañar a la sensación física, o ver algo, o escuchar algo, o pensar algo, o soñar algo.            

Además, creo que considerar que sentirse feliz o infeliz es exactamente equivalente a sentirse satisfecho e insatisfecho no es tan exacto. “Satisfecho” puede ser más como ecuanimidad, nada especial. Estos parámetros de satisfecho o insatisfecho quizás están relacionados, pero no creo que sean lo mismo que feliz o infeliz. Nuevamente, tenemos que analizar desde nuestra experiencia y desde las definiciones. 

Por qué las sensaciones son un problema o un sufrimiento

Traten de reconocer y concentrarse, entonces, en las sensaciones, y obviamente en lo que están sintiendo ahora. Cualquier sensación que podamos tener está representada por lo que estamos sintiendo ahora. Traten de ver estas sensaciones como problemáticas.

[pausa]

Entonces, nuestras sensaciones ordinarias, ya sean infelices, felices o neutras, todas son un problema. Luego, con los cuatro aspectos, entendemos qué tipo de problema son y por qué son un problema.

En general, son un problema porque cambian, no son estables. Me limitan. Puedo desarrollar la actitud de “nada especial” acerca de ellas, así que trato de no dejar que me limiten. Aun así, son un poco limitantes. Trato de que no me limiten al decir: “nada especial”. Por ejemplo, no estoy feliz de ir a trabajar hoy, pero voy a trabajar de todos modos porque tengo que ir.

Análisis del disfrute

Esto trae a colación otro tema de análisis. ¿Qué pasa con disfrutar las cosas? ¿Cuál es la relación entre disfrutar algo y ser feliz? Nadie dice que no podamos disfrutar de nada, no estamos diciendo eso. Todo depende de cómo nos concibamos a nosotros mismos teniendo este disfrute y cuánto apego esté involucrado.    

Las sensaciones son realmente un tema muy complejo. Si disfrutamos ayudar a los demás, es mucho más fácil ayudarlos. Si nos molesta ayudar a los demás, ¿nuestra ayuda aún puede beneficiarlos? Si no soy muy feliz, ¿cuál es la diferencia entre no ser muy feliz y ser infeliz? No estoy muy feliz por hacer este trabajo, pero ¿estoy realmente infeliz o simplemente estoy sintiendo un nivel muy bajo de felicidad? ¿Acaso importa que no sea terriblemente feliz? Si disfruto de mi trabajo, ¿significa eso que siempre estoy feliz mientras trabajo? ¿Puedo sentirme triste o infeliz por algo, como porque mi amigo esté enfermo, y aun así disfrutar de mi trabajo? ¿Qué pasa cuando no me siento muy feliz sin ninguna razón aparente, aún puedo disfrutar de mi trabajo o disfrutar de una buena comida? Necesitamos analizar todas estas cuestiones. Pero, aun así, nuestras sensaciones son todas ejemplos de sufrimiento de una forma u otra. 

Las sensaciones como la fuente del verdadero problema del renacimiento incontrolablemente recurrente

Luego observamos a mayor profundidad nuestra relación con estas sensaciones. ¿Cómo respondemos a lo que sentimos? Ahí es donde entra el tema de las sensaciones como fuente de problemas. Estamos hablando específicamente de las sensaciones como fuente del verdadero problema del renacimiento incontrolablemente recurrente.    

Tenemos sed de no separarnos de la felicidad ordinaria, aunque sea inútil. Inevitablemente nos vamos a separar porque cambia de un momento a otro y no dura. Tenemos sed de separarnos de la infelicidad, pero la infelicidad volverá inevitablemente si tenemos esta sed. Nuestra sed exagera las cualidades positivas de una separación temporal. Y si estamos en un estado neutro, tenemos sed de que eso no degenere. No pensamos en términos de una detención verdadera. Por lo general, ni siquiera pensamos que sea posible una verdadera detención que dure para siempre. Por eso tenemos que pensar en la tercera verdad noble. Nuestra actitud es que así es simplemente como es, a veces somos felices y a veces infelices, así que vivimos con ello.            

Cuando tenemos sed en respuesta a nuestras sensaciones, eso conduce a un fuerte deseo por el objeto que estamos experimentando con felicidad, o un fuerte deseo por algo diferente al objeto que estamos experimentando con infelicidad. Luego arrojamos la red de “yo” y “mío” sobre todo esto: yo quiero ser feliz y quiero separarme de la infelicidad, etc. Damos mucha importancia a la felicidad o la infelicidad, todo basado, por supuesto, en nuestro no darnos cuenta o confusión sobre cómo existimos.         

En resumen, podríamos sentirnos felices o infelices mientras vemos algo, mientras vemos una película, pero estas sensaciones también pueden acompañar el pensar en algo. Entonces, ya sea que estemos pensando, o viendo, o escuchando música, o escuchando a alguien hablar, el estar felices o infelices acompaña cada momento. Así, necesitamos abordar nuestra actitud hacia esa sensación feliz o infeliz cuando la experimentamos.      

Existe el problema general de que estas sensaciones cambian todo el tiempo y no podemos confiar en ellas y todo eso. Podemos decir que es una ventaja que la infelicidad no dure y desaparezca, pero, aun así, volverá si no hacemos algo al respecto. Nuestra sed y una de estas actitudes obtentoras van a activar el karma que arroja. Ese karma que arroja va a madurar en un nuevo renacimiento con un cuerpo que será la base para experimentar más de estas sensaciones. Los altibajos de sentirse feliz o infeliz seguirán y seguirán. Eso es realmente aburrido.          

Los cuatro aspectos de la verdad noble del verdadero origen del sufrimiento

Luego vemos cómo respondemos a nuestras sensaciones en términos de los cuatro aspectos de la causa verdadera de ese renacimiento continuo.   

  • Tener sed en respuesta a mis sensaciones es la causa del sufrimiento verdadero de mi renacimiento incontrolablemente recurrente; no proviene de algo físico, como un desequilibrio en mi cuerpo.      
  • Esta sed en respuesta a mis sensaciones, entramada con los otros eslabones de los doce eslabones de surgimiento dependiente, es el origen de ese sufrimiento verdadero del renacimiento que continúa repitiéndose una y otra vez. No sigue siendo recurrente por una sola causa, porque todo funciona en conjunto y es un entramado de cosas.         
  • Es un productor muy fuerte de ese sufrimiento verdadero. No es que alguien más, algún creador, tenga el control de mi felicidad e infelicidad y que eso sea responsable de la sensación que sube y baja de felicidad e infelicidad. Lo que las perpetúa es cómo respondo a estas sensaciones y cómo lidio con ellas.       
  • Esta sed es una condición para mi sufrimiento verdadero, en el sentido de que todos estos renacimientos recurrentes provienen del no darse cuenta. Ese no darse cuenta genera emociones perturbadoras que me hacen actuar de manera compulsiva, karma, y eso deja repercusiones. Las sensaciones maduran a partir de estas repercusiones y actúan como una condición para la maduración adicional de la repercusión kármica en un nuevo renacimiento.             

Por lo tanto, necesitamos comprender el mecanismo no solo en general de por qué las sensaciones son problemáticas, sino también de qué manera las sensaciones son la fuente u origen de nuestro sufrimiento, la fuente de estos agregados que se repiten incontrolablemente, el cuerpo, las sensaciones y todo eso. La fuente es cómo respondemos a las sensaciones, cómo lidiamos con ellas, porque cómo lidiamos con ellas es lo que perpetúa el samsara.

Es muy profundo que nuestras sensaciones sean realmente las alborotadoras y en lo que realmente debemos enfocarnos es en cómo lidiamos con esas sensaciones de felicidad e infelicidad. ¿Cómo lidiamos con ellas? La actitud de “nada especial” es una solución temporal, ayuda. Luego nos adentramos en la discusión de las detenciones verdaderas. ¿Queremos simplemente una forma temporal de lidiar con ellas o queremos una detención verdadera, y acaso es posible una detención verdadera? Ese es el gran problema con respecto a la tercera verdad noble.    

Resumen

Cuando meditamos en las sensaciones, tratamos de reconocer en primer lugar lo que sentimos en cada momento y luego nos enfocamos en esas sensaciones mientras las entendemos como problemáticas y luego examinamos cómo respondemos ante ellas. Después está toda nuestra actitud hacia el “yo” con relación a cómo respondemos a estas sensaciones como el que está experimentando todo esto.    

Estas son las cosas que debemos tener en cuenta con relación a las sensaciones. Si hemos digerido todo el mecanismo de los doce eslabones, entonces podemos enfocarnos en las sensaciones con esa comprensión de todos esos detalles. Pero necesitamos haber digerido y comprendido realmente los doce eslabones para poder hacer la meditación con éxito. No es una meditación muy fácil.   

Recordemos que la motivación con la que estamos haciendo las meditaciones sobre el cuerpo y las sensaciones, es que queremos lograr una detención verdadera de los mismos. Si estamos haciendo las meditaciones de una manera Mahayana, no solo lo hacemos por “mí”, sino por todos. No es solo para obtener información interesante. Estamos realmente interesados en cómo nos deshacemos de todo esto para siempre. Eso le da todo el sabor a la meditación, ¿no es así?       

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