Mahamudra: Meditación en la actividad mental

Shámata y vipáshana

Todos los puntos que hemos estado discutiendo son relevantes para comprender la meditación mahamudra. La meditación mahamudra tiene dos etapas básicas: las prácticas para alcanzar el shámata y las prácticas para alcanzar el vipáshana.

El shámata es un estado mental serenamente quieto y asentado, en el caso de la práctica de mahamudra, enfocado en la naturaleza convencional de la actividad mental. En la tradición gelug kagyu de mahamudra, nos enfocamos en la mera generación de apariencias y su cognición, aquello que ocurre en cada momento de nuestra cognición. Primero hacemos esto con la vista, luego con otros tipos de cognición sensorial, luego con el pensar y después con la cognición mental sin pensar conceptualmente acerca de lo que aparece. Independientemente del tipo de actividad mental que esté ocurriendo, no nos enfocamos en el contenido.

El vipáshana es un estado mental excepcionalmente perceptivo, en el caso de la práctica de mahamudra, enfocado en la naturaleza más profunda de la actividad mental. Se enfoca en la vacuidad de la actividad mental, su ausencia de existir en formas imposibles extremas, tales como la existencia verdadera.

En el shámata, no nos enfocamos en el contenido de nuestra actividad mental, que en cualquier caso es impuro. Porque no está enfocado no conceptualmente en la vacuidad, el contenido, de manera necesaria, es generación de apariencias de existencia verdadera y aferramiento a la existencia verdadera. Esto significa que incluso durante la meditación shámata, enfocada en la naturaleza convencional de la actividad mental, nuestra actividad mental es impura. De manera que, hace que su propia naturaleza convencional aparezca como verdaderamente existente y se aferra a existir en esa forma imposible. A pesar de ello, esto es menos perturbador que la generación de apariencias de existencia verdadera y el aferramiento a la existencia verdadera que ocurren cuando nos enfocamos en los contenidos siempre cambiantes de nuestra actividad mental. La naturaleza convencional de nuestra actividad mental se mantiene constante. Nunca cambia, aunque por supuesto no es un fenómeno estático, porque toma un objeto diferente en cada momento.

Porque la naturaleza convencional de la actividad mental nunca cambia y porque enfocarse en ella no evoca las emociones usualmente conflictivas que sí provoca el enfocarse en sus contenidos siempre cambiantes, es mucho más fácil realizar la vacuidad de la naturaleza convencional de la actividad mental que realizar la vacuidad de cualquier contenido de la actividad mental. Este es uno de los beneficios principales de la meditación mahamudra.

En el vipáshana mahamudra, nos enfocamos en la vacuidad de la naturaleza convencional de nuestra actividad mental. Sólo esto nos permite deshacernos de la actividad mental impura. El simplemente no enfocarnos en los contenidos de nuestra actividad mental impura durante la meditación shámata no nos libera de la actividad mental impura. Es tan sólo un respiro temporal del tipo de actividad mental impura que está dirigida a los contenidos de nuestra actividad mental, eso es todo. Sin embargo, dicho respiro nos permite enfocarnos más fácilmente en la vacuidad de nuestra actividad mental durante la meditación vipáshana, porque tenemos menos emociones conflictivas y nuestro objeto de foco se mantiene constante. La tradición gelug kagyu de mahamudra presenta la meditación de esta manera, tal como el Texto raíz para la preciada tradición gelug kagyu de mahamudra del Primer Panchen Lama.

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