Transformar circunstancias adversas con cuatro acciones

Introducción

Hemos cubierto cómo transformar las condiciones adversas en un camino hacia la iluminación con nuestros pensamientos, y ahora lo discutiremos en términos de nuestras acciones, que se explica en la última línea de esta sección:

El método supremo implica utilizar las cuatro acciones, (así que) aplico instantáneamente a la meditación lo que sea que pueda encontrarme.

En cierto modo, esta línea resume toda la sección. Significa que debemos usar todo lo que suceda como nuestra práctica.

Hay cuatro acciones que podemos aplicar en cualquier tipo de situación: (1) construir más potencial positivo, (2) purificarnos del potencial negativo, (3) hacer ofrendas a espíritus, fantasmas, demonios, etc., y (4) solicitar la influencia iluminadora de los protectores del Dharma. Las dos primeras acciones no son tan difíciles de entender o aplicar. Básicamente, cuando nos encontramos en situaciones difíciles, hacemos todo tipo de acciones constructivas para desarrollar más fuerza positiva, como ayudar a los demás, la práctica de siete partes, etc. Para evitar el sufrimiento futuro, también haríamos varias prácticas de purificación, como la meditación de Vajrasatva para purificarnos de los potenciales negativos.

Hacer ofrendas a los espíritus y fantasmas

Cuando se trata de la tercera acción, hacer ofrendas a los espíritus y fantasmas, esto no es tan fácil para nosotros como occidentales, porque muchos occidentales no creen en los fantasmas. Pero si creemos en ellos, además de hacerles ofrendas, también les damos las gracias por causarnos problemas, e incluso les pedimos que nos den aún más, “¡Denme más aquí! Gracias, permítanme tomar los sufrimientos de todos”. Estas solicitudes son un tipo de práctica de tonglen. 

Un ejemplo de una ofrenda real que podríamos hacer, que practican los tibetanos, es poner un poco de pan o sobras afuera de la puerta o en uno de nuestros alféizares. Los tibetanos dan únicamente sobras a los espíritus dañinos, fantasmas hambrientos, etc., ya que tales seres tienen impedimentos kármicos que les obstaculizan comer cualquier cosa que sea buena. Cometemos un gran error en las ofrendas de tsog cuando damos muchas de nuestras ofrendas, por ejemplo, una manzana entera. Un fantasma hambriento nunca podría comer algo así, tenemos que ofrecerles un pedacito de sobra. Por ejemplo, después de darle un mordisco a una manzana, podríamos morder otro pedacito como ofrenda. Los fantasmas hambrientos experimentan una gran dificultad para comer, por lo que necesitamos darles solo un poco de comida; suele ser comida de la peor calidad. A menudo, escuchamos descripciones como, solo pueden comer mocos que alguien arrojó por la nariz o algo similar. Además, no ponemos las sobras en un plato bonito, simplemente las colocamos afuera, y nos imaginamos que vienen a comer lo que hay allí, pero realmente dejamos que los perros o los pájaros se las coman.

Otra práctica positiva sería dar de comer nuestro pan duro o las sobras a los pájaros en el exterior en lugar de tirarlo a la basura. Para muchas personas que viven en la ciudad esto sería difícil, pero los tibetanos hacen esta práctica. Si todo esto es demasiado difícil de hacer, al menos tratamos de hacerles algún tipo de ofrenda, desarrollar compasión y trabajar por su bienestar. 

Para ayudar a aliviar los problemas o las interferencias que experimentamos de los espíritus dañinos, diríamos algo como: “Por favor, no provoques más interferencias”, “te hago una ofrenda para que no provoques más”, o “gracias, por favor dame más, ¡genial, dame más!”. Recuerdo que cuando Ngari Rinpoche, el hermano de Su Santidad, era picado por mosquitos cuando viajaba por la India, Rinpoche simplemente se ofrecía y decía: “Vengan todos, vengan a comerme”. 

Del mismo modo, a veces tenemos estos días en los que todo se estropea: nuestra computadora se descompone y todo tipo de cosas. En lugar de enojarnos, deberíamos adoptar la actitud: “Vamos, denme más, ¿qué más se va a descomponer hoy?”. Me parece que este tipo de enfoque es muy útil en estos días. 

Volviendo a nuestra discusión sobre hacer ofrendas, son una forma en la que transformamos nuestras acciones. Se refiere a ofrecer comida de mala calidad a los fantasmas hambrientos. No pensamos: “No quiero comerme esta parte porque está sucia o podrida. Se la daré a los fantasmas”. Damos con compasión, porque eso es lo que les gustaría, o eso es lo que pueden comer. El objetivo de esto no es que queramos alimentar a los pájaros que probablemente se comerán las ofrendas de todos modos, sino alimentar a los fantasmas que nos están causando daño. Los maestros dicen que incluso podemos hacer una ofrenda cuando vamos al baño, que nuestros desechos son algo que los fantasmas hambrientos pueden comer. Entonces, cada acción puede transformarse en algo que nos ayude en el camino hacia la iluminación. 

Una práctica que encuentro muy útil con relación a hacer ofrendas fue desarrollada a partir de la práctica chöd (se pronuncia “chö”) que desarrolló una amiga mía, la maestra occidental Tsultrim Allione. Chöd significa “cortar y dar”. Ella lo llama “alimentar a tus demonios”. Es una práctica excelente, permítanme explicarla brevemente: 

Nos enfocamos en nuestros grandes problemas, aquellos que nos persiguen, cualquiera que sea ese problema en particular, la soledad, el miedo o la sensación de “nadie me ama” o “no soy lo suficientemente bueno”. Entonces, nos imaginamos que nuestros problemas toman la forma de un demonio, y visualizamos cómo se ve el demonio - si es grande, pequeño o viscoso, o si tiene muchos brazos y piernas, grandes colmillos, cuernos, etc.  

A continuación, este demonio se sienta directamente frente a nosotros, y si queremos, también podemos poner una almohada en el piso frente a nosotros; es casi como una terapia Gestalt. Ponemos al demonio allí y le preguntamos: “¿Qué quieres?”. Entonces, el demonio nos dice lo que quiere, por ejemplo, “quiero que todos me amen”, “quiero que la gente me preste atención”, “quiero más confianza en mí mismo”, etc. Entonces imaginamos que alimentamos al demonio exactamente con lo que quiere, hacemos esto con amor y atención. Finalmente, lo que sucede es que el demonio se satisface y se va. Incluso podemos continuar y luego preguntarle al demonio, antes de que se vaya, “¿Qué vas a hacer con lo que te he dado?”, esto puede hacer que la práctica sea aún más beneficiosa. 

Esta es una práctica muy efectiva y profunda porque lo que demuestra es que somos bastante capaces de dar. En cierto modo, en realidad nos damos a nosotros mismos. Después de todo, nunca ayuda simplemente sentarse y quejarse: “Los demás deberían prestarme más atención”. Esta es una forma muy práctica de lidiar con esos sentimientos deprimentes de autoconmiseración. Sin embargo, es posible que tengamos muchos demonios que debamos alimentar, no solo uno. Entonces, simplemente continuamos con esta práctica, trabajando con un demonio a la vez. 

Recibir ayuda de los protectores del Dharma

Finalmente, la cuarta acción que podemos usar es solicitar la influencia iluminadora de los protectores del Dharma. Esto significa pedir su influencia para traernos más sufrimiento y destruir nuestro egocentrismo. Como discutimos anteriormente sobre la práctica del tonglen, las solicitudes de este tipo nos brindan las circunstancias para que maduren nuestros propios potenciales kármicos. 

En realidad, hay dos formas en las que los protectores del Dharma pueden ayudarnos. Una es realmente muy peligrosa: recurrir a un protector del Dharma poco confiable que proporciona circunstancias para que nuestros potenciales positivos maduren rápidamente. Por ejemplo, confiamos en ellos, obtenemos mucho dinero y las cosas van muy bien, muy rápidamente. Pero, como resultado, dado que nuestros potenciales kármicos positivos se queman, colapsamos terriblemente después porque solo nos quedan los negativos. Este es un ejemplo de un protector del Dharma poco confiable. 

Por otro lado, los protectores confiables del Dharma son los que proveen las circunstancias para que nuestro karma negativo madure primero. Suelen madurar de una forma muy trivial y molesta. De esta forma, los obstáculos más grandes que podrían haber ocurrido se terminan rápidamente. Entonces nos quedamos con todos nuestros potenciales positivos que permiten que todo lo que estamos haciendo salga bien. Así es como ayuda el protector de Nechung, por ejemplo. Serkong Rinpoche siempre solía hacer una gran puja para Nechung justo antes de nuestros viajes por el mundo. 

Solo para dar un ejemplo, íbamos a Delhi desde Dharamsala para tomar el avión. Tomamos el tren desde Pathankot y hubo una confusión con nuestra reservación del tren. El único espacio que pudimos conseguir en el tren fueron dos literas en tercera clase. Eran los días en que todavía tenían vagones de tercera clase, y las literas que conseguimos estaban en el pasillo junto al baño. Rinpoche tomó una litera y yo tomé la otra, pero los dos asistentes tibetanos tuvieron que sentarse en el piso junto al baño durante toda la noche. Fue muy desagradable, muy incómodo, pero todo lo demás en el viaje salió absolutamente bien. 

Del mismo modo, durante el segundo viaje hubo una confusión con el tren y no pudimos subir al tren en absoluto. Como era en medio de la noche, tuvimos que tomar un autobús a Chandigarh y luego, alrededor de las tres de la mañana, cambiar de autobús. Con mucha prisa, tuvimos que bajar todo nuestro equipaje del techo del primer autobús, apresurarnos a ponerlo en el techo de otro autobús que iba después de unos minutos a Delhi, y saltar antes de que arrancara. Fue una experiencia muy desagradable, pero en última instancia trivial. Nadie durmió esa noche, excepto Rinpoche, que podía dormir en cualquier lugar. Sin embargo, después de eso, todo salió muy bien en nuestro viaje. 

Cuando surgieron estas cosas en nuestros viajes, con el tren y el autobús, etc., todo el mundo estaba absolutamente encantado. Estaban tan felices de que esto estuviera sucediendo, porque estaba claro lo que estaba pasando. Entonces, cuando las cosas salen mal, pensamos: “Esto es maravilloso. Es una bendición de mis protectores del Dharma. Están quemando obstáculos de estas formas más triviales para que las cosas no empeoren”. 

Es para provocar este tipo de situaciones, entonces, que hacemos ofrendas y solicitudes a los protectores del Dharma: “Traigan las circunstancias negativas, dejen que se quemen”. Es muy útil si pensamos de esta manera, y no se trata solo de fingir, sino que debemos tener convicción en todo esto. De lo contrario, no tiene ningún sentido si no pensamos en estos términos ni creemos en ello, por así decirlo. Cuando lo hacemos, es una excelente manera de transformar condiciones y circunstancias adversas en positivas.

Top