La repercusión kármica

Hemos discutido los dos primeros periodos: inmediatamente antes de hacer, decir o pensar algo y mientras estamos haciéndolo, diciéndolo o pensándolo. Ahora estamos listos para discutir qué pasa después de que la acción kármica ha terminado.

De acuerdo con los sistemas filosóficos Mahayana (Chitamatra y Madyámaka), después de que una acción kármica ha terminado ocurren tres cosas. No existe una palabra general que abarque las tres, así que yo acuñé el término repercusión kármica para englobarlas. Ya hablamos de las abstracciones no estáticas. Eso es lo que sigue. Tenemos ahora un entramado de fuerzas kármicas, tendencias kármicas (sa-bon, sct. bija, semilla) y hábitos kármicos constantes (bag-chags, sct. vasana), todos ellos son abstracciones. Esto es un poco complicado, porque uno de los tipos de repercusiones kármicas en realidad comienza una vez que el impulso kármico que nos lleva a cometer la acción kármica termina e iniciamos un método para llevar a cabo la acción. Pero para facilitarnos la discusión, hablemos solo de repercusión kármica como lo que viene después de que una acción kármica ha terminado.

Hemos mencionado brevemente los fenómenos no estáticos que no son ni formas de fenómenos físicos ni formas de darse cuenta de algo o, más literalmente, variables que afectan no congruentes. Por el bien de la simplicidad, hablemos de ellas como “abstracciones no estáticas”. Las abstracciones no estáticas son fenómenos de imputación, lo cual significa que son fenómenos que están, literalmente, “atados” a una base y no pueden ser conocidos sin también conocer simultáneamente a su base. Así que ahora, después de que la acción kármica ha terminado, tenemos tres abstracciones no estáticas sobre la base de nuestra continuidad mental: entramados de fuerzas kármicas, tendencias kármicas (sa-bon, sct. bija, seed) y hábitos kármicos constantes (bag-chags, sct. vasana). Los hábitos kármicos constantes solo se afirman en los sistemas filosóficos Mahayana.

Entramados de fuerza kármica

Existen dos aspectos de la fuerza kármica, uno por cada una de sus dos fases: 

  • La fuerza kármica que es la acción misma. 
  • La fuerza kármica que ha asumido la naturaleza esencial de ser una tendencia kármica (sa-bon-gyi ngo-bor gyur-ba). 

En la literatura sánscrita y tibetana, siempre se refieren a la acción kármica como el “camino de un impulso kármico” (las-lam, sct. karmapatha), nunca como una “acción”. El camino de un impulso kármico es una abstracción no estática, un fenómeno de imputación sobre la base de cuatro componentes:  

  • Un objeto al que se dirige la acción. 
  • Un marco motivador.
  • La implementación de un método para llevar a cabo la acción.
  • Un final.

Esta abstracción no estática, en otras palabras, el camino del impulso kármico, funciona como una fuerza kármica.

Una fuerza kármica que ha asumido la naturaleza esencial de ser una tendencia kármica no es la misma que el segundo tipo de repercusión kármica, las verdaderas tendencias kármicas (sa-bon). Esta segunda fase de fuerza kármica es aún positiva o negativa, constructiva o destructiva, y aún es una abstracción no estática. Por otro lado, las verdaderas tendencias kármicas no se especifican como constructivas ni destructivas: son éticamente neutras. Para evitar confusiones, limitemos nuestro uso de la palabra tendencia kármica a solo un tipo de tendencia kármica, la no especificada. 

Si preguntamos por qué es necesario tener estos dos tipos de repercusiones kármicas (fuerza kármica constructiva o destructiva y tendencias kármicas no especificadas), la respuesta es un poco compleja. Sólo los impulsos kármicos constructivos o destructivos producen fuerza kármica. Los impulsos kármicos neutros, como el impulso de comer, los cuales no fueron especificados por el Buda como constructivos ni como destructivos, no producen fuerza kármica. Pero debido a que los impulsos kármicos neutros también tienen repercusión kármica, es necesario que exista un tipo de repercusión kármica que no esté especificada como constructiva, destructiva o neutra. De tal forma que las tendencias kármicas pueden ser la repercusión, no sólo de los impulsos kármicos constructivos y destructivos, sino también de los impulsos kármicos neutros. 

Sin embargo, en términos de la presentación budista de los diversos tipos de causa y efecto, sólo los fenómenos constructivos y destructivos dan surgimiento a resultados madurados (rnam-smin-gyi 'bras-bu) y tales resultados son siempre no especificados. Los factores agregados no especificados de un estado de renacimiento son el resultado madurado de la repercusión kármica. Por lo tanto, también debe haber repercusión kármica que sea constructiva y destructiva, a saber, el entramado de fuerzas kármicas -actuar como la causa maduradora (rnam-simn-gyi rgyu) de estos factores agregados-.

Para hacerlo más fácil de entender llamemos a la primera fase de la fuerza kármica positiva o negativa “fuerza kármica obvia” o “potencial kármico obvio”, y a la segunda fase positiva o negativa “fuerza kármica no obvia” o “potencial kármico no obvio”. Aquí, estoy usando los términos “obvio” y “no obvio” meramente para indicar que una fase ocurre durante la acción y otra después. “Obvio” no significa, sin embargo, que podamos ver o escuchar la fuerza kármica mientras nos vemos o escuchamos a nosotros mismos o a alguien más al cometer una acción kármica de cuerpo o palabra. Podemos ver o escuchar la acción, pero no la fuerza kármica misma. Las acciones kármicas obvias funcionan como una fuerza kármica y, por lo tanto, por extensión, podemos hablar de “fuerza kármica obvia”. También podemos usar el término “fuerza kármica” como un término general para ambas fases, la obvia y la no obvia.

El término entramado de fuerza positiva (bsod-nams-kyi tshogs, colección de mérito) aparece como un término técnico sólo en referencia a un entramado de fuerza positiva constructora de la iluminación, acumulado con bodichita y que tiene como resultado la iluminación. Sin embargo, me parece que, para facilitar la comprensión de la explicación del mecanismo del karma, también podemos hablar de un “entramado de fuerza positiva constructor del samsara”. Si aceptamos esta convención, también podemos hablar de un “entramado de fuerza negativa constructor del samsara” y, como un término general para ambos, podemos hablar de “entramados de fuerza kármica”. Un entramado de fuerza kármica, entonces, es una abstracción no estática que es un fenómeno de imputación sobre la base de ambas fases de la fuerza kármica, obvia y no obvia.

Además, cada momento de fuerza kármica obvia es una abstracción no estática sobre la base de cada momento de los componentes de la acción que, a su vez, sucede entre los cinco agregados de la persona que cometió la acción. La continuidad de los cinco agregados es mantenida por la continuidad, ya sea de la conciencia base o la conciencia mental de la persona, dependiendo del sistema filosófico. Para simplificar, solo digamos que son llevadas como partes de la continuidad mental de la persona. Cada momento de la fuerza kármica no obvia es una abstracción no estática sobre la base de cada momento de la continuidad mental de la persona. En resumen, entonces, cada momento de todo el entramado de fuerza kármica es una abstracción no estática sobre la base de cada momento de la continuidad mental de la persona. 

Pienso que “entramado” proporciona un entendimiento más claro que “colección”. Un entramado conecta muchos puntos diferentes de tal forma que existe cierto tipo de interacción colectiva. Todos ellos se conectan entre sí de diferentes maneras.

Un análisis más profundo de los entramados de fuerza kármica 

Examinemos los entramados con más detalle. Podríamos hablar de un entramado que conecta puntos físicos en un momento dado, como todas las partes diferentes de una máquina que funcionan juntas. Así es como usualmente pensamos en un entramado ¿no es así? En este contexto, cambiemos de dimensiones y pensemos en un entramado en términos de conectar diferentes momentos de tiempo. Actuamos de esta manera o de la otra. Grité en aquel momento, grité en otro momento y entonces volví a gritar. Cada acto tiene una fuerza kármica asociada a él, tanto durante como después de que ocurre. La fuerza kármica obvia de la acción  tiene una continuidad de momentos que duran sólo el tiempo que dura la acción. Mientras dura el acto, las fuerzas kármicas obvias de cada momento del acto se interconectan con los demás momentos de manera que, cuanto más dure dicho acto, más fuerte se vuelve el entramado de fuerza kármica que proviene de él. Por favor tengan en cuenta que esta es la interconexión de momentos de algo y que, naturalmente, sólo ocurre un momento a la vez.

Cuando la acción termina, la continuidad de la fuerza kármica cambia su naturaleza esencial. Ya no es de la naturaleza de una fuerza kármica obvia; los momentos subsecuentes de la continuidad ahora son de la naturaleza de una fuerza kármica no obvia. Como un tipo de tendencia, un potencial kármico es meramente una abstracción imputada sobre la continuidad mental. Su continuidad comienza en el momento en que la continuidad de energía kármica (la acción) cesa y genera momentos siguientes hasta que termina de dar sus resultados o es purificado. “Purificado” significa eliminado sin dar surgimiento a un efecto kármico. Por favor, noten que una acción kármica puede madurar en un efecto kármico o en una serie de efectos kármicos.

Los momentos de la continuidad de esa fuerza kármica también se interconectan entre sí de manera que tienen un efecto acumulativo. Sin embargo, no es que el entramado se vuelva espacialmente más grande, porque los entramados son meras abstracciones no estáticas. Carecen de forma física.

El efecto que puede madurar de este entramado puede fortalecerse con el tiempo, como en el ejemplo de la fuerza kármica negativa de pelear con nuestra pareja que se vuelve más fuerte cuanto más tardamos en disculparnos. También puede debilitarse como cuando, por actuar constructivamente, contrarrestamos nuestra fuerza kármica negativa con fuerza kármica positiva.

El entramado de fuerza kármica de una acción kármica se extiende a ambas fases: la fase obvia y la fase no obvia. Además, no sólo la continuidad de la fuerza kármica obvia y no obvia se interconectan en el tiempo, sino que también las fuerzas kármicas de muchas acciones similares se interconectan entre sí. Por ejemplo, cada vez que me quejo, la fuerza kármica de ese acto se conecta con las fuerzas kármicas de momentos previos en los que me he quejado. Cuanto más me queje, más se fortalece el entramado de fuerza kármica de quejarme y sus efectos pueden ser mucho más fuertes. En este contexto, la abstracción no estática se vuelve lo que en Occidente llamaríamos un “patrón kármico”.

Encima de eso, las fuerzas kármicas de todas nuestras acciones constructivas se interconectan, así como lo hacen las fuerzas kármicas de todas nuestras acciones destructivas. Aunque hemos usado el término “entramado” para describir a las abstracciones no estáticas que son imputaciones sobre la fuerza kármica de un tipo específico de acción dirigido a una persona específica y sobre la fuerza kármica de un tipo específico de acción dirigida a muchas personas diferentes, solo el entramado no estático que es un fenómeno de imputación sobre la base de todas las acciones constructivas y destructivas dirigidas a todos los demás seres, es realmente llamado un “entramado de fuerza kármica”. 

Esto es a lo que se refieren los entramados kármicos y me parece que esta manera de explicarlo tiene más sentido en todo el esquema del karma que si usamos frases como “colección de mérito”. Ciertamente no se trata de una colección de puntos de “mérito” que guardamos en un libro con el fin de juntar suficientes para ganarnos un premio. Tomemos un momento para digerir esto.

Preguntas concernientes a los entramados de fuerza kármica

Hasta ahora he notado que cuando repito una acción negativa ésta se agrega al entramado y lo vuelve más y más grande.

En cierto sentido así es, pero trata de no pensar en ello de una manera espacial.

No se trata de sumar una a la otra, sino más bien que una refuerza la intensidad de la otra. Cuando he repetido algo, se vuelve más fuerte porque incluye la segunda, la tercera y la cuarta vez.

Correcto. La fuerza kármica del primer acto se interconecta con las fuerzas kármicas de la segunda, tercera y cuarta repetición. Y no sólo eso, sino que, por supuesto, cada vez que hacemos algo es ligeramente diferente. No es una repetición exacta. Por eso “patrón” es una palabra útil. Va en esa dirección. No es como llenar una bolsa con más arroz, como en una colección de arroz.

Eso es lo que yo pensaba del mérito hasta hace dos minutos.

Eso es por pensarlo en términos de dimensiones espaciales y fenómenos materiales. En este contexto estamos trabajando con momentos de hacer algo y con lo que pasa a lo largo del tiempo. Tenemos que cambiar las dimensiones. Estamos hablando de momentos. La duración y la repetición fortalecen un patrón kármico.

¿Estos entramados son cierto tipo de energía?

No, los entramados de fuerza kármica no son tipos de energía, son abstracciones no estáticas que no son ni formas de fenómenos físicos, tal como la energía, ni formas de darse cuenta de algo. Los entramados de fuerza kármica son fenómenos de imputación sobre las fuerzas kármicas obvias y no obvias de las acciones kármicas de cuerpo, palabra y mente, y todas estas fuerzas kármicas son, a su vez, imputaciones no estáticas de la base de la continuidad mental de la persona que cometió las acciones. 

Los entramados de fuerza kármica son abstracciones no estáticas sobre la base de las continuidades de momentos de fuerza kármica que tienen dos fases, cada una de las cuales tiene una naturaleza esencial diferente. Cada fase es fuerza kármica de un tipo de substancia diferente, como una continuidad de agua puede conformarse por fases de agua y hielo, o fases de vapor, agua y hielo. Cada fase es agua en la forma de una substancia diferente: gas, líquido o sólido.

La fase de transición del agua de gas a líquido o de líquido a sólido es ocasionada porque el agua alcanza cierta temperatura. De manera similar, en el caso de la fuerza kármica, la fase de transición de la fuerza kármica obvia a no obvia es ocasionada por la cesación de la acción.

Necesito una imagen o una analogía para entender lo que quieres decir con que un entramado es una abstracción.

Primero que nada, por favor observen que en este contexto no usamos la palabra abstracción para referirnos a algo vago. También, aunque una abstracción no estática puede ser representada por una idea estática o por una categoría estática, una abstracción no estática no es lo mismo que una idea estática. Una abstracción no estática, tal como la fuerza positiva de un acto constructivo específico, cambia momento a momento a medida que su fuerza crece o se debilita dependiendo de nuestras acciones kármicas posteriores. La idea que tenemos de fuerza positiva o la categoría de “fuerza positiva”, con la que pensamos acerca de ella, no cambia momento a momento, aunque podemos reemplazar nuestra idea de ella con otra conforme aprendemos más acerca de qué es una fuerza positiva. 

Cuando pensamos en una abstracción no estática, como la fuerza positiva, meramente la estamos representando con una idea estática. La fuerza positiva es un hecho, sea que pensemos o no en ella, mientras que la idea de una fuerza positiva solo existe en el contexto de que pensemos en ella. No se trata de que, si dejamos de pensar en la fuerza positiva, esta abstracción no estática deja de existir. No es como cuando olvidamos el significado de una palabra extranjera y ya no tenemos idea de lo que significa.

Entonces ¿qué es una abstracción no estática en este contexto? Utilicemos otro ejemplo: la edad. Nuestra edad no es ni una forma de fenómeno físico ni una forma de darse cuenta de algo. Es un fenómeno de imputación sobre la base de cada momento que hemos estado vivos. Es no estática: nuestra edad cambia momento a momento a medida que envejecemos. Además, nuestra edad es un hecho, sea que pensemos en ella con una idea de qué es nuestra edad y qué significa para nosotros o no. 

Para aquellos de ustedes que estén familiarizados con las matemáticas, nuestra edad es como la primera integral en cálculo, la cual es una conexión de puntos para conformar una línea. Una línea no puede existir independientemente de una serie de puntos y no puede ser vista sin ver además los puntos que están en su base. Entonces, una línea no es lo mismo que la idea de la línea; puede ser vista. Sin embargo, una línea es una forma de fenómeno físico, mientras que estas abstracciones no estáticas, tales como la edad y la fuerza positiva, no son ni formas de fenómenos físicos ni formas de darse cuenta de algo.

Ahora cambiemos las dimensiones y hablemos del tiempo, por ejemplo, una hora, como otro ejemplo de una abstracción no estática. Una hora es un fenómeno de imputación sobre la base de una serie de sesenta minutos. No puede existir o ser conocida independientemente de esos minutos. Pero los sesenta minutos no suceden todos al mismo tiempo, ¿o sí? De manera similar, cada año de nuestra edad no sucede a la vez. Sucede un minuto a la vez y después ya no está sucediendo. Ha terminado. 

Una hora es una abstracción no estática basada en una sucesión de minutos, en la que cada uno dura un momento y después termina. Otra vez, es como la primera integral, pero de puntos temporales, no espaciales.

Una hora no es simplemente una idea. Podemos decir que una hora realmente existe, ¿no es así? Lo mismo sucede con otras abstracciones no estáticas, como la fuerza positiva y el entramado de fuerza positiva.

Así como una hora es un fenómeno de imputación sobre la base de una serie de sesenta minutos consecutivos, un entramado de fuerza positiva de un tipo específico de acto constructivo es un fenómeno de imputación no estático sobre la base de una serie de actos similares. Pero solamente durante las fases obvias de la fuerza kármica tenemos una sucesión de momentos de un tipo específico de acción. Sin embargo, un entramado de fuerza kármica no es simplemente un fenómeno de imputación no estático sobre la base de meramente la sucesión de momentos en los que hemos actuado de esa manera. Su base también incluye la sucesión de momentos intermedios de ocurrencias manifiestas de cuando actuamos de esa forma. La base, entonces, debe incluir la sucesión de momentos en los actuamos de esa forma que ya no están aconteciendo (‘das-pa). 

En el argot budista tradicional, al acto kármico que ya no está aconteciendo también se le llama “haber perecido previamente” (zhig-pa) de la acción kármica. El “haber perecido previamente” de una acción kármica llega a la existencia cuando el acto “perece” (‘jig-pa), lo cual significa cuando termina. De acuerdo con los sistemas filosóficos Mahayana que estamos presentando aquí, excluyendo al Prasánguika Gelug, el haber perecido previamente de una acción kármica es una abstracción estática; es un estado estático, un hecho que nunca cambia. Es un fenómeno de imputación estático sobre la base de cada momento de la fase no obvia de la fuerza kármica de la acción, cuando la fuerza kármica ha asumido la naturaleza esencial de ser una tendencia kármica. Esta sucesión de tendencias kármicas es, a su vez, un fenómeno de imputación no estático sobre la base de la sucesión de momentos de la continuidad mental. 

Así, en cada momento, solo un momento del entramado de fuerza kármica está aconteciendo en el presente sobre la base de las fuerzas kármicas no obvias de muchos tipos de acciones kármicas. Un momento de fuerza kármica obvia puede o no también estar aconteciendo en el presente. Sobre la base de cada una de las fuerzas kármicas no obvias de ese momento están los estados que han perecido previamente de todas las ocurrencias previas de un acto kármico similar. Es de esta forma que el entramado de fuerzas kármicas es una abstracción no estática sobre la base de un patrón kármico entero. Después de todo, solo un momento sucede a la vez. 

Cada momento de esta sucesión de fuerzas kármicas no obvias tiene un potencial (nus-pa) de madurar cuando las condiciones apropiadas están presentes. Así, ya que había recurrencias de un tipo similar de acción, necesitamos decir que hubo sucesiones de momentos de potencial de ese mismo tipo de comportamiento durante los periodos que se encuentran entre los episodios recurrentes en los que hemos actuado de esa manera. 

El aún no acontecer (ma-’ong-pa) de una recurrencia posterior del mismo tipo de acción es en sí mismo un fenómeno de imputación sobre la base de ese potencial. Conforme la fortaleza de la fuerza kármica cambia momento a momento, también cambia el potencial y, de la misma forma, el resultado que aún no está aconteciendo también cambia. Esa es la razón por la que no hay tal cosa como predeterminación en el budismo. 

El complejo de la causa y efecto conductual es una abstracción

Ampliemos nuestra discusión. En general, cuando hablamos de karma hablamos de causa y efecto conductual. Cuando hablamos de la causa y efecto conductual, también estamos hablando de una abstracción no estática en el tiempo. Sin embargo, no sólo estamos hablando de un fenómeno de imputación sobre la base de momentos de comportamiento similar y de periodos intermedios en los que ya no estamos actuando así, pero aún tenemos el potencial de actuar de esta manera otra vez. La causa y efecto conductual es una abstracción no estática también sobre la base de momentos de los impulsos kármicos previos que condujeron a las acciones y los momentos de los resultados de esas acciones que aún no han acontecido en nuestra experiencia.

Esa es la complejidad de la causa y el efecto conductual. Es una abstracción no estática hecha sobre la base de una secuencia completa de causa y efecto. Sólo ocurre un momento de la secuencia de causa y efecto kármicos en cualquier momento, y la abstracción no estática es un fenómeno de imputación sobre la base de cada uno de ellos a medida que cambian su marca temporal de aún no estar aconteciendo a estar aconteciendo en el presente a ya no estar aconteciendo.

Analicemos con mayor detalle un complejo específico de causa y efecto conductual. Sucediendo en una continuidad mental, hay una serie intermitente de impulso kármico que surge antes de cada repetición de un tipo específico de acción kármica y una continuidad de fuerza kármica obvia durante cada una de los sucesos de la acción. Entre las recurrencias, hay continuidades de fuerza kármica no obvia y, de forma intermitente, hay sucesos de maduraciones de los potenciales de la fuerza kármica. Estas maduraciones incluyen una repetición de una acción similar como lo que tenemos ganas de hacer y deseamos hacer. Los resultados kármicos que siguen después del entramado de fuerza kármica de ese tipo de acción kármica pueden ocurrir sólo una vez o pueden ocurrir varias veces, con intervalos de longitud variable entre ellos.

En tanto que un resultado aún no haya acontecido o no haya terminado de suceder desde cierta continuidad, podemos decir que esta continuidad, como una abstracción no estática, es un fenómeno que acontece en el presente y funciona en el presente en cada momento de la continuidad mental. Una vez que una continuidad de una fuerza kármica específica se ha terminado y, por lo tanto, ha dejado de dar cualquier resultado, la maduración de esa continuidad particular se vuelve un fenómeno que ya no está aconteciendo. 

Por ejemplo, una hora es una abstracción no estática imputada sobre la base de una secuencia de sesenta minutos. Experimentamos la hora de la clase hasta que termina por completo la continuidad de sesenta minutos. La hora es un fenómeno que aún está aconteciendo. Una vez que los sesenta minutos han terminado y hemos pasado esa hora, ya no hay más minutos aconteciendo en el presente que ocurran como la base para esa hora. La ocurrencia de esa hora es solamente un suceso que ya no está aconteciendo. 

Es lo mismo con un entramado de causa y efecto conductual. Cuando ha terminado de dar sus resultados, su maduración ya no puede ser un evento que ocurre en el presente. De acuerdo con Tsongkapa, la continuidad de la fuerza kármica aún está presente, sin embargo, en la continuidad mental, pero ya no está funcionando para madurar en resultados. La fuerza kármica no obvia con la naturaleza esencial de una tendencia ahora se vuelve una “semilla quemada” y asume la naturaleza esencial de un hábito kármico constante. Como tal, obstaculiza el logro de la iluminación. Es posible purificar nuestra continuidad mental de fuerza kármica negativa de tal forma que, sin que madure, asume directamente la naturaleza esencial de un hábito kármico constante. Un método para lograr esto es la meditación de Vajrasatva, pero sólo cuando la meditación se hace perfectamente. Sin embargo, en un nivel sutra estricto, la meditación de la vacuidad es más generalmente practicada. 

Para que un resultado surja, se necesitan ciertas circunstancias o condiciones que lo causen. Subyacente a todas ellas, está nuestro no darse cuenta (ignorancia), específicamente acerca del “yo” y de cómo “yo” existo. Esta es la principal condición para que los entramados de fuerza kármica no obvia den surgimiento a sus resultados kármicos. Si nos deshacemos de ese no darse cuenta para siempre, entonces las maduraciones de los entramados de causa y efecto kármicos de nuestra continuidad mental se vuelven sólo fenómenos que ya no están aconteciendo. Las maduraciones ya no pueden ser fenómenos que ocurren en el presente porque no pueden repetirse.

Así es como purificamos el karma. En la medida en la que un entramado de la fuerza kármica de un tipo específico de acción kármica puede realmente producir un resultado y no ha producido o no ha terminado de producir un resultado, sus maduraciones ya no son ni fenómenos que ya no están aconteciendo, ni fenómenos que estén aconteciendo en el presente, o fenómenos que aún no están aconteciendo en el presente sobre la base de una continuidad mental. Cuando ha terminado de dar sus resultados o cuando ya no existe la posibilidad de que produzca ningún resultado, solo hay maduraciones que ya no están aconteciendo en la continuidad. Lo que sigue en la continuidad son meramente los hábitos constantes en los que la fuerza kármica se ha transformado. 

Relaciones kármicas

¿Puedo cambiar el carácter del entramado entre alguien más y yo al ser compasivo hacia esta persona?

Alex: Pienso que debemos hacer una distinción en este punto. Primero que nada, no acumulamos un entramado de fuerza kármica sólo con nuestras acciones hacia a una persona específica. Podemos gritarles a muchas personas. En vidas futuras no experimentaremos sólo los resultados de cierto tipo de acción en términos de nuestra relación con esta persona. Puede afectar muchas relaciones diferentes con aquellos con quienes hemos actuado previamente de manera similar.

Por otro lado, por supuesto que tenemos entramados de fuerza kármica o conexiones kármicas con seres individuales. Eso es seguro. Pero con cualquier persona, animal o ser con quien interactuemos, llevamos a cabo innumerables acciones a través de lo que hacemos, decimos o pensamos en relación a ese ser. Todas esas acciones se interconectan entre sí para formar una relación, que también es una abstracción no estática. Ciertamente, podemos cambiar el carácter de ese entramado cambiando lo que ponemos en ella: cambiando nuestras acciones, comunicación y pensamiento. Así como podemos fortalecer un entramado de fuerza kármica negativa al repetir una acción destructiva, también podemos debilitarlo al aplicar fuerzas oponentes constructivas. En lugar de gritarle a una persona, podemos hablarle amablemente.

¿Puede cambiar un entramado kármico con cierta persona si no aportamos nada?

Bueno, no. No sé si llegaremos a eso este fin de semana, pero una de las leyes del karma es que estas fuerzas no envejecen ni pierden su poder sólo por sí mismas. Sin embargo, si ignoras a la persona, eso es una aportación. Evitarlas es un tipo de acción. Es una aportación.

¿Hay alguna diferencia entre ignorar a alguien y no hacer nada?

Necesitamos distinguir entre varias posibilidades. Evitar encontrarnos con alguien a propósito y no hacer ningún esfuerzo para encontrarnos con alguien son diferentes de simplemente no encontrarnos con alguien. En los tres casos, no nos encontramos con esta persona. Sólo las primeras dos agregan una aportación en la relación que afecta cómo interactuaremos en el futuro. Si simplemente no nos encontramos con alguien por un largo tiempo y después nos encontramos con ellas, si la conexión kármica aún existe, la relación continuará. Por supuesto, esa relación se verá afectada por lo que nos ha sucedido a cada uno durante el periodo en que no nos vimos. Pero lo que nos ha pasado no ha afectado la conexión kármica misma, porque nuestro comportamiento durante ese periodo no estuvo dirigido hacia el otro. Sólo el comportamiento dirigido hacia la persona con quien tenemos la relación afecta la conexión kármica con esa persona, incluso el sólo pensar en ella. Todo lo demás que ha sucedido simplemente provee las circunstancias de cómo se manifestará esa relación.

¿Puede la meditación shámata, con la que nos aquietamos de acciones y pensamientos, liberarnos del karma?

La meditación shámata es sólo una práctica para obtener concentración. Por sí mismo, no conduce a que superemos el karma. Es sólo la herramienta para obtener concentración perfecta, de tal forma que podamos trabajar más eficientemente con el entendimiento de la realidad, que es lo que eliminará la repercusión kármica. Usamos la concentración que hemos obtenido en el shámata para enfocarnos con discernimiento en la realidad.

Tendencias kármicas

Un entramado de fuerza kármica es sólo una de las repercusiones kármicas de una acción kármica. Existen dos más: las tendencias kármicas (“semilla kármica”) y los hábitos kármicos constantes. Para especificar lo que son las tendencias kármicas, necesitamos saber en qué difieren de los otros dos tipos de repercusión kármica.

Las tendencias kármicas sólo producen sus resultados intermitentemente, mientras que los hábitos kármicos constantes producen sus resultados continuamente, todo el tiempo. Los entramados de fuerza kármica también producen sus resultados sólo intermitentemente, y en este sentido son como las tendencias kármicas. Las tendencias kármicas y los entramados de fuerza kármica dan surgimiento conjuntamente a un grupo de resultados, mientras que los hábitos kármicos constantes dan surgimiento a algo más.

Los entramados de fuerza kármica, sin embargo, se derivan solamente de acciones constructivas o destructivas y son, en sí mismos, solo constructivos o destructivos. Las tendencias kármicas y los hábitos kármicos constantes se derivan de todas las acciones kármicas, sean constructivas, destructivas o no especificadas, y en sí mismos son exclusivamente no especificados. No son constructivos ni destructivos, son “neutros”. Entonces, las tendencias kármicas son fenómenos neutros que maduran intermitentemente, mientras que los hábitos kármicos constantes son fenómenos “neutros” que maduran continuamente.

Como fenómenos que maduran intermitentemente, las tendencias kármicas difieren de los entramados de fuerza kármica en una segunda característica, además de en su estatus ético. Difieren en términos de la manera en la cual, conjuntamente, cada uno da surgimiento intermitentemente a resultados kármicos. Esto requiere un análisis más detallado.

El budismo distingue por lo menos seis tipos de causas y cinco tipos de resultados. Asanga habla incluso de más variedades de causas y resultados, sin mencionar diversos tipos de condiciones y circunstancias que también contribuyen al proceso causal. Esto hace que el análisis de causa y efecto sea muy complejo. Porque todo lo que sucede es el resultado de muchos tipos diferentes de causas interrelacionadas entre sí, cada fenómeno puede simultáneamente ser muchos tipos diferentes de resultado. Cada tipo de resultado que podría existir sería el resultado de un tipo de causa diferente. De manera similar, debido a que cada fenómeno puede funcionar como muchos tipos de causas diferentes, cada tipo de causa que pudiera existir sería designada en términos del tipo de resultado que surge de ella.

De esta manera, las tendencias kármicas y los entramados de fuerza kármica sirven como causas conjuntas para muchos tipos diferentes de resultados kármicos que surgen intermitentemente. Aunque cada uno de los resultados es etiquetado como cierto tipo de resultado del karma, la etiqueta refleja simplemente el aspecto más prominente del resultado que cada uno es. Para cada resultado, la tendencia kármica y el entramado de fuerza kármica involucrados funcionan como diferentes tipos de causas. Otros factores no kármicos también juegan un rol causal en el surgimiento de un resultado kármico. Como el Buda enseñó, un efecto no surge tan sólo de una causa.

Dos formas de “maduración”

El término técnico general para el proceso a través del cual las tendencias y los entramados de fuerza kármica dan surgimiento a resultados kármicos es “madurar” (smin-pa). Sin embargo, “minpa”, como muchos otros términos en la presentación del karma, es usado en este contexto como un término abarcador general que cubre dos formas de producir un resultado y que también es usado para una de esas formas. Una es que una causa madure y entonces produzca un resultado. Esta primera forma también se llama “minpa”. “Madurar” significa que una causa se desarrolle o crezca hasta el punto en que pueda tener frutos, lo que significa producir su resultado. Esto es la maduración en su sentido definitorio. La otra manera es que la causa se agota y termina (rdzogs-pa) cuando produce su fruto. Aunque a esta manera también se le conoce como “maduración”, no es una maduración definitoria. Entonces, en la discusión del karma, “madurar” no se refiere al proceso a través del cual una fruta no madura se convierte en una fruta madura.

Ambos tipos de repercusiones kármicas que maduran intermitentemente se agotan y terminan después de que han completado la producción de sus resultados. Sin embargo, las tendencias kármicas no maduran; simplemente se agotan. Usemos un ejemplo muy simple para entender lo que significa que una causa se agota cuando produce sus resultados. Una tendencia kármica es como cierta cantidad de gasolina almacenada en el tanque del automóvil. La gasolina empieza a producir efectos cuando comienza a fluir al motor. La gasolina del tanque continúa produciendo un flujo de gasolina al motor mientras lentamente se va acabando y se agota a sí misma. El suministro continúa hasta que se acaba completamente y la gasolina se termina. En este punto, en el tanque sólo había gasolina que aún no estaba aconteciendo, ya no gasolina que acontece en el presente. De manera similar, las tendencias kármicas continúan dando resultados hasta que se agotan completamente y terminan.

Los entramados de fuerza kármica también maduran para dar resultados de esta manera en que terminan y se agotan. Sin embargo, en el caso de uno de los muchos resultados que pueden producir, estos entramados también maduran para dar este resultado. Este tipo específico de resultado se llama “resultado madurado” (rnam-smin-gyi ‘bras-bu). Los resultados madurados son fenómenos no especificados y solo pueden madurar de fenómenos constructivos o destructivos como su causa maduradora (rnam-smin-gyi rgyu). Aunque las tendencias kármicas y los entramados de fuerza kármica pueden producir muchos resultados kármicos del mismo tipo, las tendencias kármicas no pueden dar surgimiento a resultados madurados porque son fenómenos no especificados. Los resultados madurados de los entramados de fuerza kármica son los factores agregados que conforman cada momento de nuestra experiencia -nuestros cinco agregados- pero sólo los no especificados, no los destructivos como el enojo, ni los constructivos como la paciencia. Estos factores agregados son los resultados madurados de nuestros entramados de fuerza kármica en el sentido de que surgen como componentes no estáticos que comprenden lo que sea que experimentemos en cualquier momento.

Una de las leyes del karma es que, a menos que se purifique o se debilite de alguna manera, la fuerza kármica de un acto crece constantemente. Esto significa que el entramado de fuerza kármica de un acto crece constantemente hasta que se vuelve lo suficientemente maduro como para tener frutos. Lo más frecuente es que el proceso de maduración tome varias vidas, durante las cuales las fuerzas kármicas de muchos actos similares se interrelacionan con él. Entonces, el entramado de fuerza kármica de un acto crece, no sólo por su propio desarrollo natural, sino también por la influencia de otras cosas que hacemos. El entramado de fuerza kármica de un acto específico continúa hasta ser lo suficientemente maduro como para tener frutos, hasta que naturalmente termina y se agota.

En resumen, en cierto sentido las tendencias kármicas se parecen a los hábitos kármicos constantes en que ambos son fenómenos no especificados. En otro sentido, difieren de los hábitos kármicos constantes en que producen sus resultados intermitentemente, no de manera continua, a menos que alcancemos una verdadera cesación de ellos, las tendencias kármicas específicas de las acciones específicas hacia seres específicos terminarán naturalmente cuando se agoten, no continuarán para siempre.

En otro aspecto, las tendencias kármicas se parecen a los entramados de fuerza kármica en que ambos dan surgimiento a resultados de manera intermitente y, de hecho, lo hacen conjuntamente. De igual forma, a menos que logremos su cesación verdadera, la fuerza kármica y la tendencia kármica proveniente de acciones específicas hacia seres específicos terminarán naturalmente cuando se agoten. En otro aspecto, las tendencias kármicas difieren de los entramados de fuerza kármica en que estos entramados son fenómenos constructivos o destructivos, y las tendencias kármicas son fenómenos no especificados. También difieren de los entramados kármicos en que, aunque ambos se agotan después de que terminan de dar sus resultados, las tendencias kármicas no maduran para dar surgimiento a ninguno de sus resultados. Los entramados de fuerza kármica sí maduran para dar surgimiento a resultados madurados.

Hábitos kármicos constantes

Después tenemos los hábitos kármicos constantes, la tercera forma de repercusión kármica. Al igual que los entramados de fuerza kármica y las tendencias kármicas también son abstracciones no estáticas, pero a diferencia de ellos, producen sus resultados continuamente en lugar de intermitentemente. Debido a esa distinción, la manera en que los hábitos kármicos constantes producen sus resultados no se llama “maduración”. Más aún, los hábitos kármicos constantes nunca terminarán naturalmente. Nunca se agotan ni se terminan. Continúan produciendo sus resultados continuamente, para siempre, a menos que alcancemos su cesación verdadera.

Diferenciar aquello que surge intermitentemente de la repercusión kármica

Para apreciar mejor las diferencias entre los hábitos kármicos constantes y la repercusión kármica que madura intermitentemente, necesitamos diferenciar aquello a lo que dan surgimiento.

Una de las principales cosas a las que las tendencias kármicas y los entramados de fuerza kármica dan surgimiento conjuntamente de forma intermitente, es a nuestra experiencia de sensaciones manchadas de cierto nivel de infelicidad, felicidad o neutras. “Manchado” (zag-bcas, contaminado) significa que surgen de y son acompañadas por la falta de darse cuenta (ignorancia). En este contexto, “felicidad” se refiere al tipo de felicidad problemática, del tipo que no satisface. Nunca tenemos suficiente. No sabemos lo que vendrá después. Todas estas sensaciones manchadas son intermitentes. Están siempre cambiando momento a momento, ya sea en su intensidad o cambiando de una a otra, y ninguna sensación permanece constante nunca.

Otra cosa que viene de los entramados de fuerza kármica y de las tendencias kármicas es lo que tenemos ganas de hacer y luego lo que deseamos o pretendemos hacer. Cuando decimos en nuestros idiomas occidentales: “Tengo ganas de hacer o decir algo o pensar en algo”, el análisis budista es simplemente que experimentamos el surgimiento de un pensamiento conceptual. El objeto que aparece de ese pensamiento conceptual es la categoría de un tipo de acción que hemos hecho antes. La categoría puede ser representada por una representación mental de una instancia específica que nos recordamos haciendo o solo por una representación genérica, o incluso solo por la vocalización mental de lo que tenemos ganas de hacer. Por ejemplo, podemos tener ganas de comer algo, pero no saber qué se nos antoja comer. 

Estas ganas de repetir una acción similar a lo que hemos hecho antes conduce al surgimiento de una intención, con la que queremos repetir esa acción, pero ahora de una forma específica a una persona u objeto específico. Por ejemplo, “tengo ganas de hacer algo para hacer que ese ruido se detenga” o “tengo ganas de gritar” sería seguido por la intención: “quiero gritarle: ‘¡cállate!’ a mi vecino”. Gritarle a alguien es similar a lo que hemos hecho antes, y surge como lo que tenemos ganas de hacer y lo que queremos hacer, como una maduración de la fuerza kármica y de la tendencia kármica de gritarle a la gente. Un tipo específico de acción, tal como gritarle a alguien como lo hemos hecho antes, también solo madura ocasionalmente, no todo el tiempo, como lo que tenemos ganas de hacer o queremos hacer hacia un objeto previsto. 

Noten que la intención con la que queremos gritar podría estar acompañada, sea simultánea o posteriormente, por un impulso kármico incitador de pensar acerca de ello a fin de tomar una decisión sobre si realmente ir a gritarle. También podría estar acompañada por un impulso incontrolable de solo ir y gritarle, sin pensar en ello. 

Es muy gracioso. Sabemos que las tendencias y fuerzas kármicas pueden cesar porque podemos reconocer cuando han terminado de madurar. Por ejemplo, me gusta la comida india y a menudo tengo ganas de comerla. Conforme madura esta repercusión kármica, como comida india repetidamente. Entonces, con el tiempo, ese karma termina. Ya comí suficiente comida india y las ganas de comerla no surgen más. Debido a diversas circunstancias, tales como enamorarme y casarme con una mujer de la India, puedo acumular una fuerza kármica similar de comer comida india otra vez, pero esa fuerza kármica particular previa se ha terminado. Lo mismo sucede con tener ganas de estar con alguien.

Cuando ya no tenemos ganas de hacer algo, eso no es una cesación verdadera del karma en absoluto. Simplemente significa que ese entramado particular de repercusión kármica ha madurado completamente y, al agotarse, se ha terminado. Un final verdadero (cesación verdadera) de algo significa que nunca volverá, que nunca lo acumularemos otra vez. Sólo porque un paquete kármico particular ha terminado de madurar no significa que no vamos a acumular otro similar. Sólo significa que ese paquete específico se terminó. Las cesaciones verdaderas sólo se derivan de la fuerza de la meditación no conceptual sobre la vacuidad, no suceden naturalmente.

Otro punto es que, así como el entramado de fuerza kármica y tendencia kármica de hacer algo maduran conjuntamente en lo que es la acción que tenemos ganas de repetir y queremos repetir, así también el entramado de fuerza kármica y tendencia kármica de evitar hacer algo que madura conjuntamente en lo que es la acción que no tenemos ganas de repetir y no queremos repetir. Esto se indica en el simbolismo del mándala de Kalachakra.

El mándala de Kalachakra contiene tres niveles, conocidos como el mándala de cuerpo, el mándala de palabra y el mándala de la mente. Los mándalas del cuerpo y la palabra tienen treinta y seis diosas de las ofrendas cada uno. En el mándala de la palabra, representan tener ganas de hacer treinta y seis cosas que todos hacen, y en el mándala del cuerpo representan desear no hacer estas treinta y seis cosas. Por ejemplo, tener ganas de cantar, escupir, correr o acostarse, y desear no cantar, no escupir, no correr y no acostarse. Por lo tanto, representan ciertas maduraciones intermitentes de repercusión kármica – sensaciones y deseos incontrolables y compulsivos de hacer algo o de no hacer algo – bajo cuyo control normalmente estamos y que necesitamos purificar y superar. Noten que no tener ganas de cantar y no querer cantar – por ejemplo, durante un ritual en el que todos los demás están cantando – no es lo mismo que el no surgimiento de las ganas de cantar o el deseo de cantar, el cual es el caso todas las veces que no estamos cantando. 

¿Cómo encaja el apego en todo esto? Quizá dejas de fumar, pero entonces comes chocolate.

Podemos estar apegados a comer comida india – en otras palabras, el factor mental del apego puede acompañar nuestras ganas de comerla y querer comerla. Aun cuando un conjunto particular de repercusión kármica ha terminado de madurar, sin embargo, el apego como un factor mental general puede estar allí todavía. Las emociones positivas y negativas también surgen de sus propias tendencias (semillas). Estas tendencias también maduran intermitentemente, simultáneamente con la maduración de diversas tendencias y fuerzas kármicas, no solamente con las que corresponden a comer comida india.

Otra maduración de tendencias kármicas y entramados de fuerza kármica es experimentar, cada cierto tiempo, que nos pasan cosas similares a lo que previamente les hicimos a otros. Yo robé en el pasado y ahora experimento que otra gente me roba, por ejemplo, pierdo mi billetera o experimento que no tengo dinero o que soy pobre.

Otra cosa más que madura intermitentemente a partir de ellos, pero solo desde nuestro entramado de fuerzas kármicas son, como se mencionó antes, nuestros agregados manchados: nuestro cuerpo, tipos de conciencias primarias y factores mentales –pero solo los no especificados-, etc. Esto se refiere principalmente a los agregados con los que nacimos. En términos de nuestro cuerpo, se refiere a la forma de vida en la que nacemos – humano, pollo, cucaracha, fantasma y demás – su tamaño, peso, color, deformidades y demás. En términos de los objetos de cognición sensorial, se refiere a los fenómenos de, cuando beben, los humanos experimentan lo que beben como agua, los fantasmas como pus y los dioses como néctar. En términos de la conciencia, podríamos nacer ciegos o sordos. En términos de los factores mentales no especificados, podríamos nacer con una atención fuerte o débil, concentración, inteligencia y demás. En términos occidentales, estos factores son genéticos, y la maduración de nuestra fuerza kármica se refiere a tener el óvulo fertilizado que nuestra continuidad mental conecta con tener esta conformación genética. 

Aunque los agregados no especificados con los que nacemos son el resultado madurado principal de nuestra fuerza kármica, los agregados no especificados en nuestra experiencia momento a momento también puede ser considerada como un resultado madurado de fuerza kármica.

Formas de fenómenos físicos como maduraciones kármicas

Por favor, noten que cuando decimos que nuestros cuerpos u otras formas de fenómenos físicos que son parte de nuestro agregado de la forma, como una mesa o lo visible de nuestro amigo, maduran a partir de nuestros entramados de fuerza kármica, sólo estamos hablando de ellos como los objetos convencionales que realmente experienciamos cuando tenemos una cognición de ellos (tha-snyad spyod-yul). En cierto sentido, lo que madura de nuestro entramado de fuerza kármica es que se vuelven objetos de nuestra experiencia. La mesa y lo visible de nuestro amigo en la habitación contigua, antes de que los veamos, no son partes de nuestro agregado de la forma. No maduraron de nuestro entramado de fuerza kármica. Solo la mesa y nuestro amigo como siendo objetos de nuestra cognición visual, cuando los vemos, son lo que está incluido en nuestro agregado de la forma.

Como esto puede ser fácilmente malentendido, permítanme explicarlo un poco más, aunque sea bastante complejo. En estos casos, la causa obtentora (nyer-len-gyi rgyu) de la mesa que vemos son los árboles de los que fue hecha, y la causa obtentora del cuerpo del amigo que vemos es el esperma y el óvulo de sus padres. La causa obtentora de algo es lo que se transforma en ese algo y en el proceso deja de existir. Así que debemos ser muy cuidadosos de no malinterpretar cuando decimos que nuestro cuerpo es el resultado madurado de nuestro entramado de fuerzas kármicas, pues aún proviene del esperma y óvulos de nuestros padres. 

La última cosa que madura intermitentemente de nuestros entramados de fuerza kármica y de nuestras tendencias kármicas es el ambiente manchado o situación general del lugar en el que nacimos o estamos. Nuevamente, esto se refiere al ambiente manchado que es lo que experimentamos cuando realmente lo experimentamos. Este es un resultado dominante (bdag-’bras, resultado completo) no sólo de nuestra repercusión kármica que madura intermitentemente, sino de la repercusión kármica colectiva que madura intermitentemente que muchos seres comparten. Como individuos, sin embargo, sólo experimentamos esos ambientes como objetos de nuestra cognición a veces, no durante todos nuestros renacimientos y no necesariamente durante toda nuestra vida en un mismo renacimiento.

Diferenciar lo que surge continuamente de la repercusión kármica

Lo que madura continuamente a partir de los hábitos kármicos constantes es, por ponerlo muy simple, que estamos experimentando la vida a través de un periscopio. Estamos limitados. Sólo podemos ver o percibir lo que está frente a nuestra nariz. No podemos darnos cuenta de las causas e interconexiones de todo lo que está sucediendo, sus resultados, y demás. No podemos ver todas las relaciones que cada uno tiene con absolutamente todos los demás, todas las influencias en ellos, etc. Solo la omnisciencia de un buda se da cuenta de todo eso y de forma simultánea. Como seres limitados, los llamados “seres sintientes”, sólo percibimos una pequeñísima parte. Esto sucede en cada momento individual de nuestra existencia antes de alcanzar la iluminación. Nunca tiene un descanso. Nunca desaparece, hasta que nos iluminamos.

La presentación Gelug solamente añade que lo que vemos a través del periscopio parece existir de una manera imposible – en el sistema Chitamatra, con una apariencia de dualidad (gnyis-snang), y en el sistema Svatántrika, con una apariencia de existencia verdadera no imputada (bden-snang). Los sistemas no Gelug afirman que las cosas no aparecen como existiendo de formas imposibles de existencia durante la cognición no conceptual. Sólo lo hacen durante una cognición conceptual. Pero tengan en cuenta que usualmente una cognición conceptual viene casi instantáneamente después de un momento de cognición sensorial no conceptual. Sin embargo, la presentación general que todos aceptan, es que en cada momento nuestra cognición es una percepción periscópica limitada.

Estas son todas las repercusiones del comportamiento kármico. Son todas abstracciones no estáticas y sus continuidades, como fenómenos que están aconteciendo en el presente que son fenómenos de imputación sobre la base de nuestras continuidades mentales por tanto tiempo como sigan produciendo sus diversos resultados. La repercusión kármica que madura intermitentemente dejará de existir naturalmente como un fenómeno que acontece en el presente imputado sobre la base de nuestras continuidades cuando haya terminado de dar sus resultados y se agote. Sin embargo, podemos alcanzar una detención verdadera de la fuerza kármica negativa antes de que haya terminado de madurar, a través de deshacernos de los oscurecimientos emocionales que impiden la liberación por medio de la cognición no conceptual de la vacuidad. Una detención verdadera de los hábitos kármicos contantes, sin embargo, solo ocurre a través de deshacernos de los oscurecimientos cognitivos que impiden la omnisciencia. 

¿Puede uno caer después de haber alcanzado la iluminación?

No, una cesación verdadera significa que nunca podrá suceder de nuevo. De lo contrario, sería una cesación temporal.

Por qué considerar las consecuencias de nuestro comportamiento kármico

Revisemos los resultados kármicos que maduran en el futuro, a partir de la repercusión kármica de las acciones que cometemos provocadas por los impulsos kármicos. Aunque a menudo hablamos de la “maduración del karma”, en realidad es la repercusión kármica la que madura y no el karma mismo. Y en el caso de los hábitos kármicos constantes, dan surgimiento a sus resultados kármicos, pero no a través de un proceso de maduración.

Pensé que no pensábamos en el futuro. Vivimos ahora y nos olvidamos de él. Entonces, ¿por qué estar tan preocupados por lo que pueda suceder entonces?

Vivimos en el momento. Esto es cierto. Sin embargo, es muy importante tener presente que nuestro comportamiento tendrá consecuencias en el futuro. Si no tenemos ese entendimiento, entonces pensamos que no importa lo que hagamos. Si tengo ganas de darte un puñetazo en la cara ahora, está bien. El siguiente momento es el siguiente momento. Eso no es lo que queremos decir con vivir en el momento.

“Vivir en el momento” significa no tener expectativas para el futuro, no morar en el pasado y demás. Una de las emociones perturbadoras es la ingenuidad. Uno de los principales tipos de ingenuidad es el que concierne a la causa y efecto conductual: pensar que lo que hacemos no tendrá efecto ni en otros ni en nosotros mismos. Esto acompaña especialmente el actuar destructivamente.

Estar en el momento significa que mantenemos nuestra atención aquí y ahora. Al mantener nuestra atención aquí y ahora, también entendemos que lo que hacemos, decimos o pensamos tendrá consecuencias, aunque no vagamos mentalmente pensando en las consecuencias. Entender que nuestras acciones presentes tienen consecuencias en el futuro no nos aleja de este momento.

Evitar la ingenuidad

¿Cuál es la palabra tibetana que se utiliza para ingenuidad?

La palabra tibetana es “timug” (gti-mug), en sánscrito moha, que es una palabra muy difícil de traducir. Yo he intentado con varios términos diferentes a lo largo de mi carrera. Por un largo tiempo use el término “mentalidad cerrada”. Mucha gente simplemente lo traduce como ignorancia, que no lo distingue del factor mental de la falta de darse cuenta – marigpa en tibetano (ma-rig-pa), avidya en sánscrito. Ingenuidad tampoco es un término preciso.

Como acabo de explicar, el no darse cuenta es con respecto a dos cosas específicas. No se refiere al no darse cuenta del nombre de alguien. Estamos hablando del no darse cuenta de la causa y efecto conductual (en oposición a la causa y efecto físico: pateo la pelota e irá hacia allá) y también acerca del no darse cuenta de cómo existen las cosas. Puede haber dos maneras de no darse cuenta. Puede ser no saber en absoluto o entender incorrectamente. Este no darse cuenta puede acompañar cualquier tipo de acción o experiencia, sea que estemos actuando destructivamente, constructivamente o de forma neutra, como rascarnos la cabeza. Puede acompañar una emoción perturbadora o una constructiva, como el amor. Por ejemplo, puedo hacer algo lindo para ti por amor, pero puedo no darme cuenta del efecto de mis acciones, no me doy cuenta de cómo existo, de cómo existes tú, etc.

Una subcategoría del no darse cuenta es timug, una de las tres actitudes venenosas. Ocurre cuando el no darse cuenta de la causa y efecto conductual acompaña una acción kármica destructiva y un impulso kármico destructivo, lo cual significa que necesariamente acompaña una emoción perturbadora. No tenemos realmente una palabra para esa categoría específica de no darse cuenta. En español, ingenuidad (del inglés “naivety”) podría acompañar tanto una acción destructiva como una constructiva. Aquí sólo estamos hablando de lo que acompaña a una destructiva.

He tenido gran dificultad tratando de encontrar una palabra exacta. Como a menudo señalo, diferentes marcos culturales no cortan el pastel de la experiencia en categorías conceptuales y palabras de la misma manera. Necesitamos tratar de entender la definición de la palabra timug más que preocuparnos por la palabra timug. Cuando entendemos la definición, entendemos lo que la palabra significa y de que está hablando el budismo cuando la usa. Existen tantos malos entendidos en torno al budismo porque no sólo hay una o dos palabras así, sino que casi cada uno de los términos técnicos carece de correspondencia exacta con nuestras palabras occidentales.

No somos los únicos que tenemos ese problema. Los chinos enfrentaron el mismo problema. Los tibetanos tenían la ventaja de que no contaban previamente con un lenguaje técnico muy sofisticado, de tal forma que inventaron muchas palabras. Esa es la manera en la que funciona la lengua tibetana. Podían poner dos sílabas juntas, cada una con su propia connotación, y hacer una nueva expresión. Los tibetanos también usaron otro sistema, el cual empleaba la traducción completamente literal de partes de palabras sánscritas. Sería como traducir entender como “en” y “tender”. En tibetano no tenía absolutamente ningún sentido. Pero así es como los tibetanos evitaron el problema en su mayor parte. Con el tiempo, lo que pasó es que la mayoría de las lenguas de Asia Central, incluyendo el mongol, simplemente tomaron prestadas muchas palabras sánscritas.

La maduración de la repercusión kármica

Regresemos a nuestra discusión sobre la maduración de la repercusión kármica. Recuerden, en este contexto, “maduración” es un término abarcador que cubre varias maneras de dar surgimiento a un efecto. En nuestro sistema, consideramos tres períodos: hasta la liberación del samsara cuando nos convertimos en arhats, hasta la muerte después de la liberación y hasta la iluminación cuando nos convertimos en budas.

Como sistema Hinayana, el Vaibáshika omite el tercer período porque, de acuerdo con los principios Hinayana, la continuidad mental termina con la muerte en la vida en la que se alcanzó la liberación. El Prasánguika Gelug omite el segundo período. De acuerdo con sus principios, con el logro de la liberación nos deshacemos simultáneamente de ambos conjuntos de lo que nuestro sistema afirma que desaparece en dos etapas.

La maduración de la repercusión kármica

Las dos repercusiones kármicas que maduran intermitentemente – los entramados de fuerza kármica y las tendencias kármicas – conjuntamente dan surgimiento a: 

  • Experimentar sensaciones manchadas de cierto nivel de felicidad 
  • Experimentar tener acciones kármicas similares a lo que hemos hecho antes de surgir como lo que tenemos ganas de hacer de nuevo y deseamos hacer de nuevo 
  • Experimentar que nos sucedan cosas similares a nuestras acciones kármicas pasadas y 
  • Experimentar agregados manchados y un ambiente manchado. 

Los hábitos kármicos constantes conducen a una cognición limitada constante.

Las sensaciones manchadas son factores mentales de infelicidad, felicidad confusa y sensación neutra confusa. “Manchado” (zag-bcas), usualmente traducido como “contaminado”, significa que están manchadas por la confusión, lo cual significa que todas provienen de la confusión. Tener ganas de hacer algo de nuevo es una cognición mental conceptual y desear hacerlo otra vez es otro factor mental, el factor mental de la intención. Recuerden nuestro ejemplo de tener ganas de comer comida india. Que sea comida india la que se nos antoja comer mientras experimentamos la sensación física de hambre es el resultado de haber comido previamente comida india con placer. Sin embargo, tener ganas de hacer algo puede producir la intención de hacerlo o un impulso de hacerlo – otro karma. La repercusión kármica misma no madura en karma; la repercusión del karma siempre madura en algún fenómeno no estático diferente del karma.

En otras palabras, la fuerza y tendencia kármicas de comer comida india no maduran directamente en un impulso de comerla otra vez. Maduran en la experiencia ocasional de ser comida india que se nos antoja comer y queremos comer cuando tenemos hambre. La experiencia de ese factor mental de tener ganas de hacer algo similar a lo que hemos hecho antes, como comer comida india, y luego querer y pretender hacerlo, puede entonces conducir a un nuevo impulso de comerla, un nuevo karma.

Esto realmente es bastante claro. Mientras deambulamos en el samsara – lo cual significa deambular compulsivamente de un renacimiento incontrolable a otro – experimentamos todas estas maduraciones del karma. Nuestras sensaciones manchadas suben y bajan. Esto significa que nuestras sensaciones de infelicidad, felicidad o neutras suben y bajan. Al mismo tiempo, experimentamos tanto momentos de ganas de repetir acciones similares a las que ya hemos hecho antes y querer repetirlas, como situaciones similares a lo que les hicimos a otros. Les gritamos a otros y ahora otros nos gritan a nosotros. Fuimos amables con otra gente y ahora otros son amables con nosotros. Funciona en ambos sentidos. Sin embargo, esto no sucede constantemente sino sólo a veces.

También experimentamos agregados manchados, como nuestro cuerpo y mente, y ambientes manchados. Recuerden, “manchado” significa que provienen de la confusión. Esto usualmente se refiere a nuestra situación de renacimiento samsárico. Podemos experimentar un cuerpo y una mente humanos, un cuerpo y una mente de un perro, un cuerpo y una mente de un insecto, un cuerpo físicamente discapacitado o una mente discapacitada, etc. Podemos experimentar el nacer en un país muy rico o en un país muy pobre, o en un país que está repetidamente en guerra, o uno que está repetidamente en paz.

Hasta la liberación, nuestras experiencias de estas situaciones también están mezcladas con confusión y conducen a mayor confusión, más renacimientos incontrolablemente recurrentes. Después de la liberación del samsara y hasta que muramos en ese renacimiento en el cual alcanzamos la liberación, aún experimentaremos los cuerpos y ambientes en los que nacimos. Aunque todavía están manchados en el sentido de que han madurado de la confusión, ya no están mezclados con la confusión y no conducen a más confusión. Ya no son los llamados “agregados que se obtienen” (nyer-len-gyi phung-po). Por favor, disculpen el término que se obtienen, es extraño, lo sé, pero no he podido encontrar algo mejor que sea aún más preciso en el significado.

“Agregados que se obtienen” son aquellos que están acompañados de confusión y, por lo tanto, conducen a más confusión. Como consecuencia, “obtenemos” de ellos más sufrimiento y futuros renacimientos samsáricos. Antes de alcanzar la liberación del samsara, nuestros agregados son tanto manchados como agregados que se obtienen. Después de alcanzar la liberación y antes de morir en esa vida en que hemos alcanzado la liberación, nuestros agregados sólo son manchados. Ya no son agregados que se obtienen.

A lo largo de todo esto, en cada momento, estamos experimentando cognición limitada. Así que mientras estamos en el samsara experimentamos sensaciones de felicidad e infelicidad, ganas de actuar de una manera similar a como actuamos antes y queriendo o pretendiendo actuar de esa forma, diferentes tipos de cuerpos, diferentes tipos de ambiente, y cosas que nos pasan similares a las que hemos hecho antes, todo lo anterior subiendo o bajando y todo a través de un periscopio. Ese es nuestro paquete kármico. Esta es la primera verdad noble, la verdad del sufrimiento. Es desagradable. De esto es de lo que queremos salir ¡Es realmente aburrido! Ha estado sucediendo sin principio y seguirá sucediendo sin final, a menos que hagamos algo al respecto.

Etapas del deshacernos de la repercusión kármica

Nos deshacemos la repercusión kármica por etapas. Cuando nos liberamos, nos deshacemos de las sensaciones manchadas que suben y bajan. Ya no tenemos más sufrimiento. Tampoco tenemos ya el deseo compulsivo de hacer esto o aquello, similar a lo que hemos hecho antes.

Durante la vida en la cual nos liberamos, sin embargo, y hasta que morimos, aún nos quedamos con nuestros otros cuatro agregados manchados, excluyendo las sensaciones – un cuerpo manchado, una mente manchada, etc. – que provienen de la confusión. Las sensaciones que experimentamos ahora están no manchadas (zag-med). No surgen de la confusión. Durante períodos de absorción total (mnyam-bzhag, equilibrio meditativo) sobre la vacuidad, experimentamos felicidad no manchada (gozo no manchado); por lo demás, también podemos experimentar sensaciones neutras no manchadas.

Como arhats, también experimentamos todavía los ambientes manchados en los que estamos. Las cosas también continúan sucediéndonos de manera similar a nuestras acciones previas. Los arhats experimentan que la gente les arroje cosas, los golpee, etc., pero no experimentan ningún sufrimiento por ello y no tienen pensamientos irresistibles de arrojarle algo a esa persona. Y, mientras que los arhats no sufren ni sienten ganas de vengarse, aún están experimentando cuerpos que se lastiman y ambientes en los que pueden suceder cosas que lastiman, los cuales surgen de la confusión.

Cuando morimos en esa vida en la que alcanzamos la liberación, nos deshacemos para siempre de nuestros entramados de fuerza kármica y de nuestras tendencias kármicas. Ya no experimentamos que nos suceden cosas similares a las acciones kármicas que hicimos en el pasado, ni siquiera ocasionalmente, y ya no experimentamos otra vez agregados ni ambientes manchados. De acuerdo con los principios Hinayana, en este punto cesa la continuidad mental de los arhats: se vuelven “extintos como una llama”. El Mahayana, sin embargo, dice que continúan.

Por favor, noten que cuando decimos que los arhats están libres para siempre de sus entramados de fuerza kármica, en el caso de entramados de fuerza positiva o “colección de mérito”, nos referimos a la fuerza positiva constructora de samsara, no a los entramados de fuerza positiva constructora de iluminación. Estas últimas se derivan de las acciones constructivas que dedicamos, con bodichita, a nuestro logro de la iluminación para beneficiar a todos los seres lo más posible. La fuerza positiva que no se dedica de esta forma, o que no se dedica a nuestra liberación, es meramente constructora de samsara. Sólo ese tipo de fuerza positiva es una fuerza kármica. También, como saben, existen etapas de la bodichita, parte de ella está mezclada con confusión y parte no. Incluso la fuerza positiva mezclada con confusión es constructora de la iluminación si es dedicada con bodichita. Es una discusión muy complicada.

¡Esto es tan complicado!

La vida es complicada. ¿Qué esperabas? Si observas cómo funciona el cuerpo humano, también es complicado.

De acuerdo con los principios Mahayana, cuando los arhats mueren en la vida en la que alcanzaron la liberación, renacen en tierras puras con cuerpos mentales hechos de luz. Ya no tienen agregados manchados, como cuerpos, ni viven en ambientes manchados que surgen de la confusión y, por supuesto, no tienen sensaciones manchadas. Nada les sucede de manera similar a sus comportamientos kármicos previos y, ciertamente, no tienen ganas de repetir ninguno de sus patrones kármicos previos y no tienen intenciones de hacerlo. Sus entramados de fuerza kármica y sus tendencias kármicas se han terminado completamente, habiendo asumido la naturaleza esencial de los hábitos kármicos constantes. Debido a esos hábitos kármicos constantes recientemente alcanzados, y los hábitos kármicos constantes que han tenido sin principio, aún están experimentando todo a través del periscopio en esas tierras puras. No se dan cuenta del karma de cada individuo ni de todas las causas y consecuencias de cada acción. No se dan cuenta de las infinitas vidas previas y todas las cosas que sólo los budas conocen. ¿Por qué? Porque todavía tienen los hábitos kármicos constantes. Sólo cuando nos deshacemos de los hábitos kármicos constantes nos deshacemos de la visión periscópica. Eso sólo ocurre con la completa liberación (abandono) de los oscurecimientos cognitivos que impiden la omnisciencia de la iluminación.

¿Las tierras puras de los arhats son lo mismo que los reinos de los dioses?

No, no son reinos de los dioses. Son tierras puras como Tushita o la tierra de Dakini. Un reino de los dioses es un renacimiento manchado con un ambiente manchado. Proviene de la confusión. Está caracterizado por experiencias con un tipo de felicidad que nos es satisfactoria y no sabemos nunca lo que sucederá después, no hay garantías.

¿Nos deshacemos del periscopio cuando percibimos directamente la vacuidad?

Esta es realmente una pregunta muy complicada de contestar, ya que los diversos sistemas filosóficos Mahayana tienen afirmaciones bastante distintas respecto al proceso y los pasos a través de los cuales la cognición no conceptual de la vacuidad nos libera de los obscurecimientos emocionales que impiden la liberación y los oscurecimientos cognitivos que impiden la iluminación. Pero dejemos todas estas variaciones a un lado y simplifiquemos la discusión para poder responder a tu pregunta ahora. Nuestra discusión ya se volvió lo suficientemente complicada.

Brevemente, el deshacernos de la percepción periscópica toma más que la primera cognición no conceptual de la vacuidad. Necesita de una muy larga familiaridad con esto. Tiene que tener una fuerza mucho más fuerte detrás de ello. La manera en que esta fuerza se acumula es la misma en la que crecen los entramados de fuerza kármica. Tenemos momentos de cognición no conceptual de la vacuidad y, cuando el momento termina, termina. Pero con cada momento adicional de cognición de la vacuidad, los entramados de estos momentos se fortalecen. Lo que resulta de este proceso usualmente se traduce como “colección de sabiduría” (ye-shes-kyi tshogs). Yo lo llamo “entramado de darse cuenta profundo”. 

Necesitamos tener una tremenda fuerza positiva detrás de nuestra cognición no conceptual de la vacuidad para poder deshacernos del periscopio, a saber, la fuerza positiva de la bodichita no elaborada. Nuestra primera visión no conceptual de ella con bodichita no elaborada subyaciéndola no tiene la fuerza suficiente. En términos de tres trillones de eones de fuerza positiva necesarios para alcanzar la iluminación, necesitamos dos trillones de ellos para ir de nuestro primer momento de cognición no conceptual de la vacuidad a nuestro logro de la iluminación. Así que eso es un muy largo tiempo. 

Continuaremos mañana. El siguiente paso es ver cómo continúa el samsara a partir de esto. ¿Cómo aparece un nuevo karma a partir de esto? Tenemos que entender cómo sucede porque, de otra manera, seguirá sin control. El resultado final previsto de todo esto es que sintamos cuán estúpido y aburrido es. Sobre la base de darnos cuenta de lo estúpido y aburrido que es, obtenemos la renuncia.

Dedicatoria

Terminemos con una dedicatoria. Que por medio de esto podamos entender más y más acerca del karma y de cómo funciona el samsara, de tal forma que tengamos cierta idea de cómo salir de él y realmente seguir el camino que el Buda demostró para alcanzar la iluminación y ser de la mejor ayuda a todos.

¿Cómo podemos ser de la mejor ayuda si nuestras sensaciones de felicidad e infelicidad suben y bajan a cada minuto del día? No podemos predecir nuestro humor en los siguientes minutos. ¿Cómo podemos ser de ayuda a otros si siempre nos están sucediendo todo tipo de cosas similares a las que hemos hecho antes – gente que nos ataca y nos critica, perdemos nuestro trabajo y demás? ¿Cómo podemos ayudar a otros si nuestros cuerpos son semejantes lastres: tenemos que alimentarlos, limpiarlos, ponerlos a dormir? ¿Cómo podemos ayudar a otros si hemos nacido con semejantes cuerpos y mentes limitados? No podemos entender todas las lenguas ni todo lo que está pasando. No podemos entender los problemas de los demás. No nos podemos multiplicar en millones de cuerpos para ayudar a todos al mismo tiempo. Existen tantas cosas que nos gustaría hacer para ayudar a otros, pero no podemos hacerlas porque somos muy limitados. Realmente queremos liberarnos de todo este paquete kármico, de toda esta repercusión kármica. Que este entendimiento pueda aumentar de manera que al menos podamos conocer este proceso completo y sintamos sinceramente que debemos salir de esto para ser de la mayor ayuda para todos.

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