Vacuidad

Un breve repaso De las seis actitudes de largo alcance, la generosidad, etc., comenzamos a discutir la sexta, la actitud de largo alcance del darse cuenta que discrimina. Antes de eso fueron los versos sobre un estado combinado de una mente tranquila y estable y una mente...

Votos del bodisatva Para practicar el estado comprometido de la bodichita y ser más capaces de practicar las seis actitudes de largo alcance, necesitamos tomar los votos del bodisatva. Esto implica abstenerse de cometer las 18 rupturas raíz y las...

Los sistemas filosóficos budistas indios presentan niveles graduales de entendimiento de cómo las cosas existen como una ilusión, lo cual es algo que podemos utilizar en nuestra vida cotidiana.

De acuerdo con el sistema Sautrántika, hay siete formas de conocer un objeto. Para entender las siete de forma más detallada, primero necesitamos saber qué es una forma de conocer (“lorig” en tibetano).

Si bien la vacuidad es uno de los temas más difíciles en las enseñanzas budistas, no debemos temerla. Cuando la entendamos correctamente, se deshará de las causas de nuestros problemas.

El “corazón” significa la esencia de las vastas enseñanzas que dio el Buda, incorporadas en una forma abreviada en este sutra que sintetiza todos los puntos principales de la vacuidad.

Este breve texto sobre la prajnaparamita (la perfección de la sabiduría) presenta la esencia del darse cuenta que discrimina de largo alcance de la vacuidad (vacío). Se medita y se recita en todo el mundo budista Mahayana.

Fenómenos últimos En el contexto del Madyámaka en general, los fenómenos últimos (don-dam-pa) se refieren a las vacuidades, que son de dos tipos:  Fenómenos últimos numerables (rnam-grangs-pa’i don-dam), Fenómenos últimos no numerables (rnam-grangs ma-yin-pa’i don-dam). ...

Un análisis de los fenómenos estáticos, los cuales son válidamente conocibles y no afectados por causas y circunstancias, y los fenómenos no estáticos, los cuales son impermanentes y cambian momento a momento.

Necesitamos conocer la base, el “yo” convencional, que sí existe – luego al falso “yo” que estamos proyectando sobre él, y luego la negación y la ausencia total de ese “yo” imposible.